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Patala



En la mitología hinduista, Naraka es el vocablo sánscrito correspondiente al inframundo. Literalmente significa ‘del ser humano’ (siendo nara: ‘varón’).

Según el budismo, hinduismo, sijismo y yainismo, Naraka es un sitio de tormento.

Los Patalas o Narakas equivalen al purgatorio de la religión cristiana.

En el Naraka reina el dios Iama, a quien sirven muchos seres que se ocupan en distintos oficios, entre los cuales está el de seguir el curso de las enfermedades y apoderarse de las almas que han perecido en los combates y siniestros, presentándolas al tribunal de Yama.

En los Patalas hay un registro donde se anotan todas las acciones de los hombres, lo cual se tiene en cuenta para que las almas vayan a habitar uno u otro de los Patalas, según sus culpas.

Los castigos que reciben los condenados son terribles, como los de hacer pasar al que se castiga por el ojo de una aguja, andar sobre el filo de un sable y con las manos atadas, exponer al condenado a los picotazos de los buitres y otras aves de rapiña, soportar grandes pesos, nadar en charcos de líquidos asquerosos, etc.

Pasado el tiempo de purgación, o bien al cabo de una yuga (era), en que cambian las cosas, pasa el alma a habitar el cuerpo de un animal, luego el de otro y, por fin, el de un hombre. Después de una serie de metempsicosis, se une en el gran ser que es el alma universal del mundo.

En Malasia, la palabra Neraka (corrupción de Naraka) se adoptó para describir el infierno en idioma malayo, aunque la población es predominantemente musulmana.

Naraka se traduce generalmente al español como infierno (aunque sería más exacto ‘purgatorio’). Los variados infiernos hinduistas difieren del infierno de la tradición occidental en que la estancia en alguno de los infiernos ―aunque suela ser muy larga― no es eterna.

Según el hinduismo, un ser nace en un Naraka como resultado directo de su karma previo (la consecuencia de sus pensamientos, sus palabras y sus acciones), y residirá en él por un período determinado, hasta que su karma haya alcanzado su resultado final. Después de que su karma negativo termine y se agote, podrá renacer en alguno de los mundos superiores como resultado de un karma anterior que no había madurado todavía.

La mentalidad de un ser en el infierno correspondería a un estado de extremo terror, desamparo y angustia en un humano.

En los textos hinduistas no se describe de manera clara dónde se encuentran los lugares del inframundo. Se entiende que se encuentran por debajo de la superficie de Yambu Duipa (la Tierra plana).

Cada vida en estos Narakas es veinte veces más larga que la anterior.

Se dice que está 1000 ioyanas (13 000 km) por debajo del Yambuduipa[1]​ y mide 10 000 ioyanas en cada dirección.[2]​|| 1.62 billones[3]

Otros Narakas sin definiciones tienen enormes listas de tormentos y vías de sufrimiento. Algunas fuentes hablan de centenares o incluso miles de Narakas diferentes. En algunos textos budistas chinos los nombres y tipos de Narakas fueron elaborados en una gran variedad de formas distintas.

Los sufrimientos de los moradores del Naraka pueden recordar en ocasiones a los que sufren los Pretas, lo que puede llevar al error de confundirlos. La distinción es bastante simple; Los seres del Naraka viven en el inframundo, en el mundo subterráneo, mientras que los pretas viven en la Tierra, por lo que son libres.

En el Garuda-purana (siglo VI d. C.) se representa de manera muy gráfica los sufrimientos que deben experimentar durante miles de años las personas que cometan pecados durante su vida en la Tierra.



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