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Patología forestal



La patología forestal es el estudio de enfermedades bióticas y abióticas que afectan la salud de los árboles o los bosques, principalmente patógenos fúngicos y sus vectores. Es un subcampo de la silvicultura y la fitopatología.[1]

La palabra patología viene del griego antiguo pathos (πάθος) que significa "experiencia" o "sufrimiento", y logia (λογία), "relato de" o "estudio de". La patología forestal es parte del enfoque más amplio de la protección forestal.

Existe un número de factores abióticos que pueden afectar la salud de los bosques, como los relacionados con la humedad del suelo —incluyendo sequía, secado invernal y anegamiento— o con la precipitación, incluyendo granizo, nieve, y tormenta. El viento también es un importante factor abiótico ya que el derribo por el viento (el desarraigo o la rotura de los árboles debido a fuertes vientos) causa una disminución evidente y directa de la estabilidad de un bosque o de sus árboles.

A menudo, los factores abióticos y bióticos afectarán un bosque al mismo tiempo. Por ejemplo, si la velocidad del viento llega a los 80 kilómetros por hora, muchos árboles que tienen pudrición de la raíz (causada por algún patógeno) son susceptibles de derribos. Para derribar árboles más sanos se necesitaría una velocidad del viento superior, de aproximadamente 125 km por hora.

Los incendios forestales y factores abióticos relacionados también afectan la salud de los bosques.

Los efectos de las actividades humanas a menudo cambian la predisposición de los bosques a daños por efectos abióticos y bióticos. Por ejemplo las propiedades del suelo pueden ser alteradas por el uso de maquinaria pesada.

Los factores bióticos que pueden afectar la salud de los bosques incluyen:

Entre los insectos que son pestes de bosques templados se cuentan:

Algunos de estos factores bióticos actúan en forma simbiótica. Por ejemplo el hongo Amylostereum areolatum es dispersado por la avispa de la madera Sirex. El hongo beneficia por acceder a árboles nuevos para subsistir, y las larvas de la avispa obtienen el alimento que necesitan para crecer.[2]

Numerosas plantas pueden parasitar a los árboles mediante contacto entre las raíces. Muchas de estas plantas con capacidad de parasitación son originarias de zonas con climas tropicales y subtropicales.

Animales como los nematodos, insectos (especialmente escarabajos de la corteza), y mamíferos pueden alimentarse de las hojas, ramas y corteza de los árboles. Es posible prevenir los daños que causan con el uso de dispositivos de protección de árboles.

Parte de la patología forestal es la entomología forestal. La entomología forestal abarca el estudio de todos los insectos y artrópodos —como ácaros, ciempiés y milpiés— que viven e interactúan en los ecosistemas forestales, así como el manejo de las plagas de insectos que causan la degradación, la defoliación, defoliación regresiva de la corona, o la muerte de los árboles.

Así, el alcance de la entomología forestal es amplio e incluye:

Existe un listado de enfermedades de los árboles en el Wikipedia inglés.

Los síntomas son el resultado de un patógeno:

Los signos son la presencia visible de una parte de un patógeno:

La detección de la patología puede realizarse con perros entrenados, o máquinas, que tienen la capacidad de identificar los olores de los árboles. Es semejante al procedimiento que se utiliza para encontrar las trufas. También puede realizarse con el monitoreo de los árboles, y la identificación puede hacerse con talleres de árboles, o por expertos, tales como arbolistas, o incluso por los inexpertos que se apoyan en la ciencia popular o comunitaria.




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