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Pau Casals



Violonchelista

Pau Casals i Defilló,[1]​ cuyo nombre completo era Pau Carles Salvador Casals i Defilló (El Vendrell, Tarragona, 29 de diciembre de 1876 - San Juan, Puerto Rico, 22 de octubre de 1973), fue uno de los músicos españoles más destacados del siglo XX. De padre catalán y madre nacida dentro de una familia de catalanes indianos en Puerto Rico, Casals es considerado uno de los mejores violonchelistas de todos los tiempos.

Una de sus composiciones más célebres es el «Himno de las Naciones Unidas», conocido como el «Himno de la Paz», compuesto mientras residía en Puerto Rico, y donde habían residido otros españoles renombrados internacionalmente, como Juan Ramón Jiménez y Francisco Ayala. Magnífico director de orquesta y notabilísimo compositor, Casals fue siempre un artista completísimo, de férrea disciplina y gran dedicación.

Además de destacar como intérprete, Casals también fue reconocido por su activismo en la defensa de la paz, la democracia, la libertad y los derechos humanos, que le valieron prestigiosas condecoraciones como la Medalla de la Paz de la ONU y ser nominado al Premio Nobel de la Paz. Casals también manifestó públicamente su oposición al régimen franquista (vid. cap. V de sus memorias, dictadas originariamente en francés a Albert E. Kahn y traducidas al catalán como Joia i Tristor).

Pau Casals murió el 22 de octubre de 1973, a la edad de noventa y seis años, en San Juan (Puerto Rico), a consecuencia de un ataque al corazón. Fue enterrado en el Cementerio Puerto Rico Memorial de San Juan. En esa localidad se organiza el actual Festival Casals de Puerto Rico y está ubicado el Museo Pablo Casals.

El 9 de noviembre de 1979, restablecida la democracia en España, sus restos fueron trasladados al cementerio de El Vendrell, su población natal, donde actualmente descansan.

En el centro de Vendrell se ubica la Casa-Museo de Pau Casals, y en el barrio de San Salvador de la misma población, la sede de la Fundación Pau Casals, con otra casa-museo frente a un auditorio bautizado con su nombre, y con un busto realizado por el escultor Josep Maria Subirachs.

Entre las contribuciones más importantes de Pau Casals destaca haber cambiado la técnica de la interpretación de violonchelo, buscando movimientos más naturales alejados de la técnica rígida del siglo XIX y pegando el arco a las cuerdas siempre. Rescató del olvido las estupendas suites para violonchelo de Johann Sebastian Bach, son legendarias las grabaciones que de ellas hizo entre 1936 y 1939, aunque las grabó repetidamente.

Casals mostró ya desde su infancia una gran sensibilidad por la música. Su padre, Carles Casals i Ribes, también músico, le transmitió los primeros conocimientos musicales, que Pau Casals amplió con estudios en Barcelona y Madrid. En esta ciudad compartió estudios con el otro grande del violonchelo español del siglo XX, Juan Ruiz Casaux, siendo ambos discípulos del catedrático de la Escuela Nacional de Música, Víctor Mirecki, iniciador de la escuela violonchelística española moderna, y de Jesús de Monasterio en la cátedra de perfeccionamiento de música de cámara. Con tan solo veintitrés años, inició su trayectoria profesional y actuó como intérprete en los mejores auditorios del mundo.

En calidad de intérprete, aportó cambios innovadores a la ejecución del violonchelo e introdujo nuevas posibilidades técnicas y expresivas. Como director, buscaba igualmente la profundidad expresiva, la esencia musical que sabía alcanzar con el violonchelo. Son especialmente conocidas las versiones que dirigió en el Festival de Malborough de los Conciertos de Brandeburgo de Johann Sebastian Bach, su músico predilecto, sinfonías de Wolfgang Amadeus Mozart, etc.

Pau Casals ejerció también como profesor en el Real Conservatorio de Madrid. Además de violonchelista, también desarrolló su carrera como compositor, dejando un legado de obras, entre las que se incluyen el oratorio El Pessebre, que presentó en diversos países. Popularizó la antigua canción catalana «El cant dels ocells» tocándola en la sede de la ONU; esta melodía ha acabado erigiéndose en un verdadero canto a la paz.

En 1973, muere en San Juan de Puerto Rico: el gobierno del país declara tres días de luto nacional, se reciben las condolencias de todos los jefes importantes de estado, los grandes músicos y el pueblo en general. En la Ciudad de México, desde el teatro principal, el Palacio de las Bellas Artes, se presenta el poema sinfónico El Pessebre con renombrados solistas, dos orquestas y coro, dirigidos por Enrique Gimeno que fue retransmitido por satélite internacionalmente.

Junto a su carrera como músico, Pau Casals mantuvo siempre una incansable dedicación a la defensa de la paz, la democracia y la libertad, y a lo largo de su vida dejó constancia de su compromiso en favor de la clase trabajadora con orquestas que fundaba y patrocinaba para los obreros y labradores, así como haciendo aportaciones económicas para refugiados y exilados. Además, en 1905 fundó en Barcelona el Comité Catalán contra la Guerra junto con el astrónomo José Comas y Solá y el geólogo Alberto Carsí.

Pese a que, durante los años del régimen franquista, en los estamentos oficiales y medios de comunicación españoles se le llamaba Pablo Casals, siempre reclamó que le llamasen Pau, no solo porque ese era su nombre en catalán, lengua que siempre defendió, sino también porque en catalán la palabra «pau» significa «paz».[2]

En 1917 anunció su decisión de no volver a actuar en Rusia, tras los sucesos de la Revolución rusa y la implantación del sistema comunista. En los años posteriores extendería esa decisión a todos los países llamados comunistas donde no hubiese «democracia».

En 1926 creó en Barcelona la Associació Obrera de Concerts (Asociación Obrera de Conciertos): una entidad independiente cuyo objetivo era permitir el acceso de la clase trabajadora a la enseñanza de la música y la audición de conciertos.

Conocido por sus ideales republicanos, en 1931 mostró públicamente su contento por la proclamación de la Segunda República en España, y fue invitado a participar en los actos conmemorativos del suceso. Participó en los actos dirigiendo a la Orquestra Pau Casals y el Orfeó Gracienc, que interpretaron la Novena Sinfonía de Beethoven en una actuación en el Palacio de Montjuïc de Barcelona. Ideológicamente se hizo republicano por el progresivo distanciamiento que sufrió con Alfonso XIII a partir de la Dictadura de Primo de Rivera y la supresión de la Mancomunidad. De hecho, tal como cuenta en el capítulo cuarto sus memorias, siempre expresó su gratitud a la reina María Cristina y llevó engarzado al arco de su violoncelo un anillo que ella le regaló.

En 1933 rechazó una invitación para actuar en Alemania a causa de la llegada al poder de Adolf Hitler, cuya doctrina detestaba. Manifestó su intención de no tocar en ese país hasta que no hubiese un cambio de régimen político pese a haber sido amenazado por los nazis con quemarle las manos.[cita requerida]

En 1936, con el estallido de la guerra civil española se declaró públicamente a favor de la República en la medida en que quería expresar su actitud antifascista. En 1937 fue nombrado miembro de la Junta de Relaciones Culturales de Cataluña, junto con el escritor Gabriel Alomar, el jurisconsulto Josep Xirau i Palau y el geólogo Alberto Carsí entre otros.

Con la consolidación de la dictadura decidió trasladarse a vivir a San Juan de Puerto Rico (su madre Pilar Defilló Amiguet había nacido en Puerto Rico, donde sus abuelos maternos, catalanes, habían ido a trabajar).

Entre 1946 y 1950 se dedicó a la composición, al estudio y la enseñanza, mientras seguía ayudando a los refugiados españoles en el extranjero.

En 1950 impulsó y presidió la celebración de los primeros Juegos Florales de la lengua catalana en el exilio, que tuvieron lugar en Perpiñán (Francia). Ese mismo año también impulsa, a instancias del exhorto del violinista Alexander Schneider, la creación del festival de música de Prades, que desde entonces se celebra cada año con el nombre de Festival Internacional de Música Pau Casals.

En 1950 volvió a actuar en público gracias también a la persuasión Alexander Schneider. Fue con motivo del primer Festival de Prades, organizado con motivo del bicentenario de la muerte de Bach, el compositor preferido de Casals.

El 13 de julio de 1954 el Parlamento de Cataluña en el exilio, reunido en la embajada de la República Española en México, lo propuso como Presidente de la Generalidad de Cataluña. El violonchelista rechazó el cargo, convencido de que «sirvo mejor a Cataluña en las circunstancias actuales como la sirvo» y porque decía no estar a la altura de tal dignidad.

En 1956, Puerto Rico, Cuba y México se unen para rendir tributo al artista y humanista en un sensible homenaje con la participación de grandísimos músicos, estadistas, personajes de las artes, la cultura, masas corales y asociaciones. Este hecho está registrado en el libro Pau Casals, peregrino en América de Josep García Borrás y en ese año, se crea el Festival Casals de Puerto Rico y un disco «Long play».

En 1958, Casals visita México para el Concurso mundial de violonchelo donde, en compañía de chelistas como Mstislav Rostropovich, Rubén Montiel y otros, califica el desempeño de instrumentistas de primer nivel.

El 24 de octubre de 1958 fue invitado a participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas, para conmemorar el Día de las Naciones Unidas. El concierto y el mensaje de paz de Casals fue retransmitido por radio a más de 40 países. Aquella intervención le convirtió en uno de los símbolos mundiales de la lucha por la paz y la libertad en el mundo, y le valió la nominación al Premio Nobel de la Paz de ese mismo año.

El 17 de diciembre de 1960, estrena en el fuerte de San Diego en Acapulco (Guerrero, México), como agradecimiento al país que había recibido a los españoles exiliados, el oratorio que había compuesto con ideales pacifistas desde los años cuarentas del poema premiado de Joan Alavedra, El Pesebre en catalán.[2]

El 13 de noviembre de 1961 realiza un concierto en la Casa Blanca junto al Gobernador de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín, invitado por el presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy. Previamente, Casals había apoyado públicamente la política demócrata del presidente Kennedy.

El 19 de abril de 1962 actúa en el Memorial Opera House de San Francisco donde presenta El Pesebre. Con motivo de ese concierto, Pau Casals anuncia que dedicará el resto de su vida a una cruzada personal por la dignidad humana, la fraternidad y la paz.

El 24 de octubre de 1963 vuelva a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para interpretar El Pessebre, con la Orquesta del Festival Casals y el Coro de la Orquesta de Cleveland. El presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, le concede la Medalla de la Libertad de Estados Unidos.[2]

A principios del año 1970, el periodista Jacobo Zabludovsky es llevado por el músico Enrique Gimeno a casa de Casals, en Puerto Rico, donde se le realiza la única entrevista que el chelista concediera en esas condiciones, televisada y de larga duración.

En marzo de 1970 fue invitado por su amigo, el director orquestal catalán, Enrique Gimeno a Guadalajara, Jalisco, México a interpretar al chelo inaugurando los Festivales Casals de México y dirige junto con el propio Gimeno, su oratorio El Pessebre. Regresaría a México para otras audiciones de su Pesebre en el 71 donde el Gobierno del estado de Jalisco, lo obsequia con una residencia.

El 24 de octubre de 1971 recibe la Medalla de la Paz en un homenaje en la sede de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. En el acto se interpretó, bajo su dirección, el Himno de las Naciones Unidas compuesto por Casals con letra del poeta W. H. Auden por encargo de U Thant, secretario general de la organización. La pieza se convierte en el Himno a la paz, como también es conocida. Tras la interpretación del himno de la ONU, Casals pronunció un discurso en inglés y catalán, convirtiéndose en la primera persona que utilizaba la lengua catalana en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Tras el discurso, interpretó el Cant dels ocells (en castellano, «El canto de los pájaros»), una composición tradicional catalana que, desde entonces, se convirtió en un nuevo himno a la libertad.

No obstante, Casals siempre afirmó su españolidad, que compatibilizó con un catalanismo militante, y mantuvo una intensa y extensa relación afectiva con la monarquía, actitudes ambas que se resumen en la siguiente entrevista concedida al diario ABC en los últimos años de su vida:

Pau Casals estuvo afiliado a la Liga Regionalista catalana.

Tras la muerte de Casals, se realizó como homenaje póstumo el día de Navidad de 1973, en el palacio de las Bellas Artes, en la capital mexicana, la presentación del oratorio «El Pessebre», dirigido por Enrique Gimeno, con varios coros y orquestas, la presencia de solistas de primer orden, como el barítono puertorriqueño Pablo Elvira, el chelista argentino Adolfo Odnopossoff, transmitido a todo el mundo en vivo, ante las autoridades culturales y civiles (entre ellas, el representando del presidente de la República) y un nutrido público.[2]

P. Casals dirigiendo «El Pesebre»

Solistas masculinos con Casals interpretando el oratorio El Pesebre

Solistas femeninas

Casals en la puerta del Teatro Colón

Junto a su joven esposa Marta Casals Istomin, dirigiendo el ensayo de El Pesebre con el Coro Estable de Rosario

Actualmente, se celebran tres festivales internacionales de música que llevan el nombre de Pau Casals. Los festivales se celebran en tres de las localidades más importantes en la vida de Casals: El Vendrell, donde nació, creció y descansan sus restos; Prades (Francia), donde vivió exiliado tras el triunfo franquista en la Guerra Civil española; y San Juan de Puerto Rico, donde fijó su residencia en 1942 hasta fallecer en 1973.

Los festivales son:

Existieron también:

Se erigió un monumento del maestro en la ciudad alemana de Wolfenbüttel. Autor y donante principal: el artista de Alcoy/Alicante Antoni Miró. Fecha: 5 de mayo de 1985, Día de Europa, año declarado por la UNESCO «Año de la música».

Otro monumento dedicado A Pau Casals se encuentra en la avenida que lleva el nombre del músico en Barcelona, con una estatua del músico de Josep Viladomat y una estela alegórica de Apel·les Fenosa.



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