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Paul von Hindenburg



Paul von Beneckendorff und von Hindenburg[1][a]​ (Posen, 2 de octubre de 1847 - Neudeck (actual Kisielice), 2 de agosto de 1934) fue un militar, estadista y político alemán que dirigió en gran parte la política de Alemania durante la segunda mitad de la Primera Guerra Mundial y ejerció como presidente de Alemania desde 1925 hasta su muerte en 1934.

Hindenburg se retiró del ejército por primera vez en 1911, pero se le pidió regresar nada más estallar la Primera Guerra Mundial en 1914. A los 66 años, adquirió renombre por dirigir al ejército alemán que aplastó a Rusia en la batalla de Tannenberg en agosto de 1914. Como jefe del Estado Mayor del ejército de Alemania, la reputación de Hindenburg se vio fortalecida y junto a su subordinado Erich Ludendorff creó una dictadura militar que dirigió el país de facto durante la contienda, marginando al káiser Guillermo II y al propio Reichstag (parlamento) alemán. En línea con la ideología del Lebensraum, abogó por la anexión a Alemania de territorios polacos, ucranianos y rusos con la finalidad de asentar allí a ciudadanos alemanes.

Hindenburg se retiró de nuevo en 1919, pero regresó a la vida pública en 1925 para ser elegido presidente de Alemania. En 1932, con 84 años y la salud deteriorada, le convencieron para volver a presentarse a las elecciones porque era considerado el único candidato capaz de vencer a Adolf Hitler y fue reelegido presidente en segunda ronda. Hindenburg se oponía a las ideas del nazismo y fue una de las figuras políticas esenciales de la inestable política alemana de la república de Weimar que acabó llevando al poder a Hitler. Disolvió el Reichstag en dos ocasiones en 1932 y finalmente consintió nombrar, bajo presión, a Hitler como canciller de Alemania en 1933. En febrero de ese año firmó el documento conocido como Decreto del incendio del Reichstag, el cual suspendió las libertades civiles, y en marzo aprobó la Ley Habilitante de 1933 que le otorgó al régimen nazi poderes arbitrarios. Hindenburg falleció al año siguiente, tras lo cual Hitler declaró vacante la oficina del presidente y se nombró a sí mismo jefe de estado.

Su padre fue Robert von Beneckendorff von Hindenburg (1816-1902), era militar desde 1832 y en ese momento teniente del 18.º Regimiento de Infantería en Posen. Procedía de una familia aristocrática de terratenientes establecidos en Prusia desde hacia varias generaciones. Sus abuelos paternos fueron Otto Ludwig von Beneckendorff von Hindenburg (1778-1855) y Eleonore von Brederlow, por lo que es descendiente ilegítimo del conde Enrique VI de Waldeck. Su madre, Luisa Guillermina Schwickart (1807-1893), fue una pintora con talento y era la hija de Karl Ludwig Schwickart, un coronel médico del ejército prusiano.

Después de un breve paso por un instituto de enseñanza secundaria, Hindenburg estudió de 1859 a 1866 en la Escuela de Cadetes de Wahlstatt, en la comarca de Liegnitz y más tarde en Berlín. En 1866 participó como teniente en la guerra de las Siete Semanas y de 1870-1871 en la guerra franco-prusiana. Hindenburg fue seleccionado para servicios de cierto prestigio: servir a la viuda del rey Federico Guillermo IV de Prusia, estar presente —como uno de los jóvenes oficiales condecorados por su valentía en el campo de batalla— en el Palacio de Versalles, cuando fue proclamado el Imperio alemán el 18 de enero de 1871, y como miembro de la Guardia de Honor durante los funerales militares del Emperador Guillermo I de Alemania en 1888.

Hindenburg fue ascendido a capitán en 1878, comandante en 1881, teniente coronel en 1891, coronel en 1893, alcanzando el generalato en 1897 y llegando finalmente en 1903 a obtener el grado equivalente a capitán general.

Entretanto contrajo matrimonio con Gertrud von Sperling (1860-1921), perteneciente también a una familia aristócrata, con la que tuvo dos hijas Irmengard Pauline (1880) y Annemaria (1891) y un hijo, Oskar (1883).

Hindenburg se retiró del Ejército en 1911, cuando contaba con 63 años de edad, pero tres años más tarde, al comenzar la Primera Guerra Mundial, se reincorporó como comandante en jefe del VIII Ejército, que operaba en el Frente Oriental. Al vencer al Ejército ruso en la batalla de Tannenberg (1914), se convirtió en héroe, consiguió fama y honor y fue nombrado mariscal de campo. Desde entonces se le conoció como "El Vencedor de Tannenberg".

En agosto de 1916 entró a formar parte del Estado Mayor junto a Erich Ludendorff. En 1918 intentó salvar la monarquía, aconsejando a Guillermo II que abandonase el país. Procuró sofocar los disturbios entre la población colaborando con el nuevo gobierno. Al firmarse el Tratado de Versalles en julio de 1919, Hindenburg dimitió. Ante la comisión de investigación de la Asamblea Nacional afirmó que el Ejército alemán había sido invicto en el campo de batalla y que la derrota había sido debido a la Revolución de Noviembre. De esta forma, dio pie a la leyenda de la puñalada por la espalda (Dolchstoßlegende).

Los partidos de derecha presionaron a Hindenburg para que se presentara a la presidencia de la República de Weimar. En abril de 1925, Hindenburg fue elegido segundo presidente de la República tras obtener la autorización informal del destronado Kaiser. A pesar de su convicción monárquica y de su escepticismo hacia la República, intentó ser fiel a la Constitución. En 1930, Hindenburg nombró canciller a Heinrich Brüning sin consultar al parlamento. Con ello se inició el periodo de gobiernos presidenciales de la República de Weimar.

En abril de 1932, Hindenburg fue reelegido en las elecciones presidenciales, derrotando fácilmente a Adolf Hitler, su principal contendiente. Sin embargo, el partido nazi fue el más votado en el Reichstag, ganando un alto porcentaje de los escaños, y su apoyo resultaba indispensable para que el Canciller tuviese un gobierno fuerte. El 19 de noviembre, 20 personalidades de los grandes empresarios le pidieron que nombrase a Hitler como canciller.[2]​ En esta etapa de su vida, Hindenburg era propenso a ser manipulado,[3]​ y Franz von Papen logró convencerlo en designar canciller a Hitler en enero de 1933. El ascenso de Hitler a la cancillería iniciaría el periodo del nazismo como ente político hegemónico. Tras el incendio del edificio del Reichstag (parlamento alemán), Hindenburg firmó un decreto en el que se suspendían los derechos fundamentales, dejando vía libre a la actuación arbitraria de los nacionalsocialistas. Finalmente, el 24 de marzo de 1933 se promulgó una ley que concentró todos los poderes del Estado en el Führer (Ermächtigungsgesetz), liquidando, de facto, si bien no de iure, la República de Weimar y dando paso a la Alemania nazi.

Hindenburg murió el 2 de agosto de 1934 en Gut Neudeck (actualmente Ogrodzieniec) aquejado de demencia senil. Por ejemplo, un día antes de morir confundió a Hitler con el Káiser, dirigiéndose a él con el título de "Majestad".[cita requerida] En vez de ser enterrado en el lugar de su muerte, fue inhumado, a instancias de Hitler, en el monumento a la batalla de Tannenberg. Se violó así su último deseo, ser enterrado con su esposa (más tarde fueron reunidos en el sepulcro). Se recogieron como últimas palabras pronunciadas por el mariscal las más que adecuadas de: "Mein Kaiser. Mein Vaterland." (Mi Emperador. Mi patria.)

Con la muerte del presidente de la República desapareció el último obstáculo para la posesión total del poder por parte del Führer.

Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los cadáveres del matrimonio Hindenburg junto con los de Federico II el Grande y Federico Guillermo I fueron encontrados por los estadounidenses en el monumento de la batalla de Tannenberg cuando buscaban reductos con explosivos. Después de muchas reuniones, en las que incluso se pensó en destruir dichos cuerpos para prevenir la reacción de los grupos ultraderechistas, se decidió darles un sepulcro secreto. Su cadáver y el de su mujer fueron trasladados por el ejército norteamericano a Marburgo, siendo enterrados en la Iglesia de Santa Isabel, en la capilla de la torre norte y cubiertos con una gruesa plancha metálica. Aún se encuentran allí, aunque, por decisión del clero, el sepulcro no cuenta con iluminación.

Paul von Hindenburg fue ciudadano honorario de Berlín, Detmold, Münster, Fráncfort del Meno, Hamburgo, Kassel, Karlsruhe, Coblenza, Lubeca, Núremberg, Potsdam y Zwickau.




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Comentarios
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uyewfyuefbyiev:
cago en tus muerto cabron
2023-01-26 06:00:54
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