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Polvo simpático



El polvo simpático era una forma de magia empática, frecuente en el siglo XVII en Europa, por la que se aplicaba un remedio al arma que había causado una herida con la esperanza de curar el daño que había producido.

El método fue propuesto por primera vez por el médico alemán Rodolfo Goclenio el Joven (1572-1621), y más tarde fue expandido en Inglaterra y algunos países de Europa por Sir Kenelm Digby. Un resumen de la teoría de Digby se encuentra en el anuncio de una conferencia ante nobles y hombres de letras en Montpellier (Francia), citado por Thomas Pettigrew en su obra "Superstitions Connected with Medicine and Surgery" (Las supersticiones Conectadas con la Medicina y la Cirugía).

La receta del polvo es:

Se especuló con que el polvo también podría ser aplicado para solucionar el problema de la longitud, según la sugerencia de un panfleto anónimo de 1687 titulado "Curious Enquiries" (Consultas Curiosas). El panfleto teorizaba acerca de que un perro herido podría ser embarcado en un navío, dejando una venda del animal desechada en posesión de un cronometrador en tierra, quien entonces metería la venda en el polvo a una hora convenida, causando que la criatura diese un aullido instantáneamente, lo que permitiría al capitán del barco conocer con precisión la hora del puerto. No hay ningún registro sobre la efectividad de este procedimiento, y es improbable que hubiese sido probado alguna vez. Posiblemente, el panfleto pudo ser una forma de sátira.

El polvo simpático también fue denominado ungüento de armas ("una pomada para supuestamente curar una herida, siendo aplicada al arma que la causó"), de acuerdo con el Diccionario de la Lengua inglesa de (1755) de Samuel Johnson.



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