La segunda presidencia de Hugo Chávez se inició el 10 de enero de 2001 tras las elecciones generales de Venezuela de 2000 y terminó tras su reelección después de la elección presidencial de 2006.
En septiembre realiza en Caracas la Segunda Cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). A finales de octubre recibe en la capital a Fidel Castro, presidente de Cuba. A principios del 2001 realiza una gira por varios países asiáticos. El 30 de mayo asiste en Indonesia a una reunión del Grupo de los Quince (G-15).
La Asamblea aprueba un Decreto Habilitante que le da poderes especiales al presidente para aprobar un conjunto de leyes, incluyendo la Ley de Tierras, que impulsaba una Reforma agraria, una nueva Ley de Hidrocarburos y la Ley de Pesca. Si bien son aprobadas unas 49 leyes, la oposición dirigida principalmente por la patronal más importante del país Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), se concentran en luchar contra las tres leyes antes mencionadas.
En noviembre, en cadena nacional de radio y televisión, mostró fotos de niños afganos reportados como muertos durante los bombardeos de Estados Unidos en la Guerra de Afganistán y exclamó: "No se puede combatir el terrorismo con más terrorismo". El Departamento de Estado de los Estados Unidos rechazó estas declaraciones y llamó a su embajadora en Caracas.
El 10 de diciembre, mientras daba un discurso en la Base Aérea Francisco de Miranda, mejor conocida como La Carlota, en el este de Caracas, varias personas manifestaron en contra de sus políticas. Fedecámaras y la CTV llamaron a un primer paro nacional. Si bien el paro fue calificado como exitoso, la oposición no logró su objetivo de hacer retroceder al gobierno con el paquete de leyes habilitantes. La polarización en el país comenzó a ganar fuerza.
La polarización continuó en 2002. En enero renuncia Luis Miquilena, Ministro del Interior. El 7 de febrero, un coronel de aviación interviene en un foro televisado y pide la renuncia de Chávez. Poco después lo harán los oficiales Pedro José Flores, Carlos Molina Tamayo, Alberto Pogglioli y Guaicaipuro Lameda. El 5 de marzo, Fedecámaras, CTV, la Universidad Católica Andrés Bello y la cúpula de la Iglesia Católica firman un pacto contra Chávez [cita requerida]. Siguen las deserciones de las Fuerzas Armadas. El 7 de abril, el presidente Chávez anunció por televisión el despido de altos gerentes de la empresa PDVSA. Las protestas en las calles se intensificaron. El 9 de abril la CTV y Fedecámaras anuncian el paro general de 24 horas para apoyar a los gerentes de PDVSA. La oposición convocó el 11 de abril a una marcha que reunió a cientos de miles de personas, que originalmente iba destinada y autorizada hasta la sede de PDVSA ubicada en Chuao, pero los ánimos se caldearon y fue desviada hacia al Palacio de Miraflores, el cual se encontraba rodeado por manifestantes partidarios de Chávez. Al llegar al centro de la ciudad, las protestas se convirtieron en violentos disturbios y enfrentamientos entre los opositores, los partidarios del gobierno y la intervención de la Guardia Nacional y la Policía Metropolitana de Caracas[cita requerida].
Durante los hechos, Chávez se encontraba en el Palacio de Miraflores, desde donde se dirigió al país en Cadena nacional y solicitó a las Fuerzas Armadas la activación del llamado Plan Ávila, un plan especial de las Fuerzas Armadas venezolanas cuando hay una conmoción interna que amenaza la estabilidad y seguridad nacional. Mientras tanto, las estaciones de televisión privadas dividieron las pantallas. En un lado se veía a Chávez y en las otras escenas de los disturbios que ocurrían en el centro de Caracas. El gobierno, ante esto, respondió mandando a sacar del aire a dichas televisoras pero estas,[cita requerida] con un plan alterno, lograron, cinco minutos después, seguir transmitiendo aunque con una imagen de menor calidad. Los heridos y muertos comenzaron a sucederse a eso de la 1:30 p.m. Terminando la tarde, las televisoras transmitieron un mensaje, que luego se presumió que pudo haber sido previamente grabado (según investigaciones que hicieron instituciones del estado y reporteros como Otto Neustald de la cadena CNN a lo ocurrido ese día) de un grupo de almirantes y generales donde desconocían al gobierno de Hugo Chávez y donde además afirmaban que para ese momento habían ya fallecido seis ciudadanos víctimas de los hechos ocurridos en la manifestación. Poco después, Venevisión transmite imágenes de un grupo de afectos al gobierno de Chávez que disparaban desde el puente Llaguno (ubicado en medio de la manifestación) hacía el sur (dirección en la cual tendrían ángulo visual de los manifestantes que por ahí transitaban, mas no alcance balístico)[cita requerida]. Estas imágenes, según Chávez y voceros de su gobierno, eran editadas y nunca se muestra a quiénes les disparaban, aunque el locutor hablando desde el estudio, decía que disparaban a los manifestantes. Los tiradores dirían, días después, que ellos disparaban en modo de defensa en contra de unos francotiradores apostados en los pisos superiores de unos edificios y contra funcionarios de la policía Metropolitana de Caracas.
Finalmente, hubo doce muertos.francotiradores (entre ellos a un concejal del partido oficialista MVR, imputado ante el Tribunal 26 de Control de ser los causantes de otras, si bien fueron declarados inocentes en 2004.
Nueve policías metropolitanos y dos efectivos de la Guardia Nacional fueron enjuiciados por varias de esas muertes. Se acusa deEn horas de la noche, el presidente Chávez fue presionado por los militares que lideraban el golpe, quienes le exigieron entregarse y renunciar o, si no, atacarían el palacio presidencial, aun rodeado de civiles chavistas.
En torno a las 12 de la noche, el General Lucas Rincón Romero, Ministro de la Defensa para el momento se dirigió al país por televisión y expresó que al presidente "se le solicitó la renuncia, la cual aceptó". En horas de la madrugada del 12 de abril, Chávez accedió a entregarse, abandonó Miraflores y fue transportado inicialmente a la base militar ubicada en Fuerte Tiuna, Caracas. Las imágenes de lo ocurrido ese día dentro del palacio presidencial fueron captadas por las cineastas Kim Bartley y Donnacha O'Brien en el documental "La Revolución no será trasmitida".
En horas de la tarde del día 12 de abril se autojuramentó Pedro Carmona, presidente de Fedecámaras, como presidente interino. Acto seguido emitió un decreto que derogó las leyes habilitantes, disolvió el Parlamento, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y se dio a sí mismo poderes por encima de la Constitución, lo que causó una gran indignación entre los partidarios del presidente Chávez y en algunos sectores moderados de la oposición y terminó por restarle apoyo internacional.
Catorce presidentes latinoamericanos, reunidos en la XVI Cumbre del Grupo de Río, condenaron la interrupción del orden constitucional en Venezuela e instaron a la normalización de la institucionalidad democrática. Colombia fue el único país de Latinoamérica en elogiar a Pedro Carmona.
El sábado 13 de abril, desde horas de la mañana, muchos seguidores de Chávez comenzaron a manifestarse en Caracas. La autopista que enlaza la capital con el oriente fue cerrada por los manifestantes, al igual que la autopista que la comunica con La Guaira (donde se encuentra el principal puerto y el principal aeropuerto del país). De ese modo, igualmente comenzaron protestas en todo el país, algunos canales de televisión solo se limitaron a transmitir películas y series de dibujos animados, en lo que fue denominado una censura informativa.
Los venezolanos, ya en la tarde de ese sábado, comenzaron a enterarse de lo que sucedía gracias la cadena de noticias CNN. También la cadena radial Caracol de Colombia ofreció valiosa información sobre lo que acontecía.
Los captores de Chávez lo trasladan a una base naval en Turiamo, donde escribe una nota dirigida a los venezolanos expresando: "No he renunciado al poder legítimo que el pueblo me dio".Isla La Orchila con la intención de convencerlo para llevarlo fuera del país por su propia solicitud.
De aquí, Chávez es trasladado a laEn la noche de ese día partidarios de Chávez logran tomar el canal televisivo "Venezolana de Televisión" y comienzan a transmitir. La estación había sido tomada previamente por la policía de la gobernación del estado Miranda, la cual era controlada por Enrique Mendoza, gobernador de la entidad mencionada y un agudo opositor a Hugo Chávez. Un importante batallón asentado en Maracay, bajo el mando de Raúl Isaías Baduel, declara su adhesión a la Constitución "que el pueblo venezolano libérrimamente se dio" y activan lo que llamaron la Operación de Rescate de la Dignidad Nacional. Los partidarios de Chávez toman el Palacio de Miraflores, abandonado por los golpistas a primeras horas de la tarde. El Presidente del Congreso toma juramento al vicepresidente, Diosdado Cabello, como presidente provisional. Horas más tarde, en la madrugada del 14 de abril un comando libera a Chávez en La Orchila y lo trasladan a Caracas por vía aérea. Diosdado Cabello le transfiere el mando. Chávez se dirige a la nación, mostrando un crucifijo y llama a la calma.
El gobierno de Chávez, sus simpatizantes y la gran mayoría de las fuentes de referencia y de información fuera de Venezuela (Britannica, Larousse, BBC, CNN) consideran al derrocamiento temporal de Hugo Chávez como producto de un fallido golpe de Estado por tratarse de un intento de derrocar mediante la fuerza a un presidente electo democráticamente. Además, no se siguieron los procedimientos constitucionales establecidos: en caso de renuncia del Presidente, el vicepresidente Diosdado Cabello debía tomar su lugar previa aceptación de la renuncia por parte del Parlamento. Si el Vicepresidente tampoco estaba disponible, el Presidente de la Asamblea Nacional tenía que asumir la Primera Magistratura. Si éste tampoco podía hacerlo, correspondía al presidente del Tribunal Supremo de Justicia.
El 14 de agosto de 2002, el Tribunal Supremo de Justicia dictó una sentencia según la cual no ocurrió un golpe de estado en Venezuela. Esta decisión fue acatada, pero no compartida por Chávez. En el 2005 fue anulada por el mismo tribunal.
Por diversas razones, semanas después se reiniciaron las protestas opositoras. A mediados de año, un grupo de 14 militares activos de alto rango y retirados que habían estado implicados en el golpe de abril se pronunciaron en contra del gobierno en la Plaza Altamira; declarándose en desobediencia. Día a día, más militares se unieron a la protesta hasta alcanzar a unos 120 oficiales; el gobierno decidió[cita requerida] no reprimir ni sofocar la protesta militar, pero los medios privados le daban una cobertura total y fue ampliamente apoyada por miles de simpatizantes, políticos de la oposición y celebridades de la farándula.
El 2 de diciembre de 2002, días después de la creación de una mesa de diálogo y acuerdos patrocinada por la OEA y el Centro Carter, en la cual sectores del gobierno y la oposición se sentaron para intentar reconciliarse, comenzó un nuevo paro general convocado por los sindicatos opuestos al gobierno, Fedecámaras, el grupo "Gente del Petróleo", conformado por la élite de PDVSA y los medios de comunicación, con el apoyo de la cúpula de la Iglesia católica y de diversos partidos políticos tradicionales, tanto de derecha como de izquierda (como el MAS, Bandera Roja) "Primero Justicia", Acción Democrática y COPEI, aglutinados en lo que llamaron Coordinadora Democrática.
Su duración inicialmente era de 24 horas, pero se prorrogó hasta convertirse en una huelga indefinida. La petición central de los huelguistas era la renuncia del Presidente, o la realización de un referendo consultivo sobre la continuidad de Chávez. Chávez no renunció, y el paro se mantuvo durante 62 días.
Dicho paro tuvo características atípicas: todas las televisoras privadas de alcance nacional y los periódicos más importantes le dieron apoyo irrestricto. Los primeros suspendiendo toda su programación de entretenimiento y sus anuncios comerciales para dar paso a programación política e informativa durante 18 o 20 horas al día, reconociendo su sesgo en contra del gobierno varias veces. Los periódicos hicieron lo propio. El canal oficial, Venezolana de Televisión, también participó en esta guerra mediática parcializándose completamente a favor del gobierno, de esta forma la polarización se acentuó mucho más y los medios de comunicación imparciales prácticamente desaparecieron. El gobierno también apoyó la creación de periódicos, emisoras de radio, televisoras y sitios web de carácter alternativo, que son consideradas por la oposición como focos de propaganda gubernamental, pero que el gobierno defiende como espacios de expresión para quienes eran censurados por las emisoras privadas.
Se insiste en que el paro además era un paro forzoso, ya que en muchas empresas, fábricas y locales comerciales los trabajadores querían continuar sus labores,[cita requerida] pero los patrones tomaron la decisión de pararse. Sin embargo, no puede considerarse únicamente un lock out debido a que en la administración pública muchos gremios se unieron al paro.
La paralización llegó a su clímax cuando se afectó a la petrolera estatal, PDVSA. Miles de los empleados de la empresa abandonaron sus puestos de trabajo y, según el gobierno, algunos cometieron sabotajes en las mismas para intentar paralizar la empresa.
Esto trajo graves repercusiones sobre la población con escasez de gasolina y otros combustibles, además de alimentos y otros artículos de primera necesidad.
Las marchas entre simpatizantes de gobierno y oposición se sucedían a diario, congregadas especialmente en Caracas, quienes además se atrincheraban 24 horas al día en sitios claves que consideraban sus "bastiones": la oposición se aglomeraba en torno a la Plaza Altamira y la sede de PDVSA en Chuao (ambos en el este de Caracas), mientras que el chavismo se concentraba en torno al Palacio de Miraflores, la plaza Bolívar y la sede principal de PDVSA en La Campiña (en el centro de la capital). La oposición, además, realizaba "cacerolazos" (golpear ollas) durante todas las noches; en aquellas urbanizaciones de clase media y alta donde la oposición era mayoría, realizadas por los vecinos de estos, pidiendo la dimisión del gobierno. En algunos casos, realizaron marchas durante el día forzando a cerrar aquellos negocios y tiendas que abrían en sus urbanizaciones, o frente a las casas de funcionarios y simpatizantes del gobierno.
Por iniciativa del nuevo presidente brasileño, Lula Da Silva, se conformó un grupo de "países amigos de Venezuela", entre los que se encontraba Brasil, Chile, México, España, Portugal, Estados Unidos, (hasta ese momento, Chávez se llevaba mal con los presidentes de todos estos países, exceptuando Brasil) y algunas personalidades estadounidenses, como el expresidente Jimmy Carter.
El gobierno llamó a ex empleados de PDVSA y a técnicos de Universidades y de las Fuerzas Armadas con el objeto de que hicieran funcionar nuevamente a la empresa petrolera. Para finales de diciembre este objetivo prácticamente estaba logrado, lo cual fue un duro golpe para los propulsores del paro. Este se fue debilitando con el paso de los días. A mediados de enero de 2003, el gobierno logró recuperar el control total de PDVSA. El Estado decidió despedir a 15 mil empleados. Los empresarios, por su cuenta, comenzaron a abrir sus negocios y locales comerciales, desobedeciendo a las federaciones que los agrupaban.
La oposición rompió "informalmente" la huelga por la presión internacional el 3 de febrero de 2003, si bien nunca se hizo un anuncio oficial.
A partir de ese momento, toda la lucha política de la oposición se centró en la realización de un Referéndum. En este momento comienza a tener preponderancia la Organización "Súmate".
Hugo Chávez implantó una política de programas sociales, muy activo y que desde el 2003 son llamados "misiones", las más publicitadas son las educativas, la Misión Robinson para enseñar a leer y a escribir en los barrios populares, basada en métodos venezolano-cubanos. La Misión Ribas para facilitar los estudios primarios y la Misión Sucre para los secundarios y universitarios. Además de estas, existe la Misión Barrio Adentro que consiste en un Programa médico-asistencial para las zonas más deprimidas del país y la Misión Vuelvan Caras que consiste en un incentivo del gubernamental para la producción de bienes y servicios por parte de las sociedades organizadas conocidas como "Consejos Comunales". En total son veintiún (21) misiones sociales. Según cifras del Ministerio para la Vivienda y el Hábitat, no se ha alcanzado la cifra de 100.000 casas anuales necesarias para detener el incremento del déficit de viviendas en Venezuela. De hecho, desde 1999 hasta el 2007, el Ejecutivo nacional solo había podido construir cerca de 260.000 soluciones habitacionales. El déficit de viviendas se ubicaba en 1,8 millones de unidades en el 2007.
Entre abril y mayo se hizo la recolección de firmas. El 3 de junio de 2004, el Consejo Nacional Electoral anunció que el mínimo de firmas necesarias se había recolectado y quedaba activado el Referéndum. Chávez se dirigió al país en cadena nacional y expresó más o menos: "Hasta ahora han jugado ustedes, ahora me toca jugar a mi... Nos vemos en Santa Inés". Y con ello comenzó su campaña para ganar el Referéndum, cuya fecha se fijó en agosto. Para sacarlo del gobierno, la oposición debía obtener más de 3,70 millones de votos, número que obtuvo Chávez en su reelección del año 2000; pero también, para lograr eso, los votos a favor del Presidente tenían que ser menores a esa cantidad. El referéndum se realizó el 15 de agosto. El 40,64% (3.989.008) estaba en contra del Presidente, pero el 59,06% (5.800.629 personas) estaba a su favor. De esa manera Chávez no fue revocado. La oposición denunció fraude y se deslindaron de la OEA y del Centro Carter que avalaron esos resultados. Como consecuencia, la Coordinadora Democrática se disolvió, al igual que "Gente del Petróleo" y fue un duro golpe para la ONG "Súmate".
El fenómeno del chavismo se ha extendido también a las elecciones regionales. Los resultados de las elecciones para gobernadores y alcaldes de octubre de 2004 favorecieron a los partidos chavistas: veintidós (22) de los veinticuatro (24) estados quedaron en manos de gobernadores del partido MVR. Solo los estados Zulia y Nueva Esparta quedaron en manos de la oposición. En otros estados, la victoria de los chavistas fue muy ajustada. Así mismo, el chavismo se hizo con el 90% de las Alcaldías.
A partir de 2005, Hugo Chávez ordenó mediante la Ley de Tierras, aprobada en 2002 mediante un decreto con fuerza de ley, aprobado previamente por la asamblea nacional, la expropiación de latifundios y tierras, para dársela a quien la quiera trabajar, por la «seguridad alimentaria» y para «profundizar la revolución». Fue criticada por los campesinos, empresarios, terratenientes, la oposición venezolana en general, Estados Unidos,[cita requerida] y el expresidente argentino Carlos Menem, que las considera «medidas comunistas».
En las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre de 2005, absolutamente todos los curules del Parlamento fueron ganados por diputados simpatizantes del presidente Chávez, luego de que los principales partidos de oposición decidieran retirarse y llamaran a la abstención. El argumento esgrimido por dichos partidos fue la falta de confianza en el Consejo Nacional Electoral, si bien dicho ente cumplió con todas las exigencias que realizó la oposición, por lo que el retiro fue calificado por los observadores internacionales de la OEA y la Unión Europea como "muy sorpresivo". La abstención fue de un 75% de los votantes inscritos, ligeramente[cita requerida] por encima del promedio histórico para este tipo de elecciones.
En las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006 fue reelegido como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela obteniendo casi ocho millones de votos
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