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Primera epístola a los tesalonicenses



La Primera epístola a los tesalonicenses o 1.ª de Tesalonicenses es uno de los veintisiete libros que conforman el Nuevo Testamento cristiano. Así mismo, es una de las trece epístolas atribuidas, por la tradición, a Pablo de Tarso,[1]​ una de las siete menores[2]​y, en tanto que primera cronológicamente de todas ellas, las mayores y las menores, una candidata a ser considerada obra inaugural de la literatura cristiana.[3]​ Como su nombre indica, se trata de una epístola dirigida a la comunidad cristiana de Tesalónica[4]​ y se dice primera porque existe también una segunda carta en el canon bíblico, dirigida a esta misma comunidad. Por su temática, se puede considerar una obra de la escatología cristiana, sin menoscabo de que también contiene una exhortación moral y un extenso apunte biográfico, que ocupa la mitad de la carta y donde Pablo desgrana recuerdos de su prédica.

Como todas las cartas de Pablo, 1 Tesalonicenses está inmersa en un contexto histórico complejo sin cuyo conocimiento es imposible interpretar correctamente su contenido. Para situar dicho contexto es menester, sin embargo, decidir el peso que se va a asignar a los distintos relatos que lega la tradición, dado que a veces no armonizan bien o directamente se contradicen. Dependiendo de esos pesos nos habremos adscrito a una u otra escuela.[5]​ En el caso de 1 Tesalonicenses, los documentos relevantes son, la propia epístola y el libro neotestamentario de los Hechos de los apóstoles. El resto de la literatura paulina participa también en estas consideraciones, aunque de manera puntual. Destacan la primera epístola a los corintios, importante porque contiene información sobre Corinto, ciudad en la que Pablo redactó su carta a la vecina Tesalónica. También la Epístola a los Gálatas, por la narración del esclarecedor incidente de Antioquía, y Romanos, por algunos pasajes retrospectivos. Con todo este material se pueden reconstruir con cierta seguridad[6]​ los largos preliminares y la circunstancia final en que Pablo escribió la epístola. Las personas son muy importantes porque, una vez roto el círculo de sus colaboradores antioquenos, Silas entre ellos, en esta etapa de la vida de Pablo se consolidan nuevos nombres que, como Lucas o Timoteo, han pasado a formar parte plena y destacada de la tradición cristiana.[7]

La carta a los Tesalonicenses[8]​ fue escrita durante el transcurso del segundo viaje de Pablo,[9]​ un viaje que comienza y termina en Antioquía de Siria[10]​ y que se desarrolla a lo largo de dos continentes, Europa y Asia. El contexto previo de este viaje es complejo. Antioquía es una ciudad importante en la historia del cristianismo primitivo pues se dice que allí comenzaron los discípulos a llamarse cristianos Hch. También podría decirse que es el lugar donde los discípulos dejaron, por eso mismo, de llamarse judíos.[11]​ Pablo no participó en la fundación de esa comunidad pero, según el libro de los Hechos, se incorporó en algún momento posterior a instancias del apóstol Bernabé Hch 11:25. Bernabé y él, a instancias del Espíritu Santo, realizaron el llamado primer viaje Hch 13:2-4 que les llevó primero a Chipre y luego al Asia Menor, actual Turquía. Las comunidades formadas en Asia fueron visitadas durante el segundo viaje. No así la de Chipre, que desaparece ya del horizonte paulino.

En el periodo entre el primer y el segundo viaje tuvo lugar la Asamblea de los Apóstoles o Concilio de Jerusalén. Dicho concilio nos llega descrito a través de Lucas Hechos y Pablo Gálatas que ofrecen dos versiones con interesantes diferencias.[12]​ Lo común, sin embargo, es que en aquella asamblea se decidió que habría una misión para los judíos o circuncisos y otra para los paganos o incircuncisos Gálatas. Según el relato de los Hechos, estos últimos quedaron exonerados de seguir la ley judía, salvo en lo que concierne a la prohibición de comer carnes sacrificadas a dioses paganos.[13]​ Pablo, en su carta a los Corintios, opina que el ídolo no es nada en el mundo 1Co 8:4 pero que conviene guardar las apariencias para evitar las flaquezas de los hermanos 1Co 8:10.

Después la asamblea de los apóstoles, ocurre lo que se viene a llamar el incidente de Antioquía, que es mencionado en los Hechos Hch 15:34-41 y por Pablo Ga 2:11-14. Ambos relatos presentan tales diferencias que no es posible conciliarlos, pero su consecuencia parece la misma. Pablo abandona Antioquía acompañado por Silas y comienza su segundo viaje de misión, cuyo objetivo es la formación de comunidades pagano cristianas.

El segundo viaje de Pablo transcurrió por dos veces en suelo asiático pero la segunda vez es posterior a la redacción de 1 Tesalonicenses por lo que no se tendrá en cuenta. Pablo abandonó Antioquía acompañado de Silas o Silvano. Para saber algo de este trayecto hay que recurrir al relato de Hechos. Lucas ofrece un itinerario del que cabe destacar dos puntos: su paso por Listra y Derbe donde recluta al joven Timoteo Hch 16:1-3 y su llegada a Troas o Tróade, cerca de Troya Hch 16:8. Entre estos dos puntos recorre algunas comunidades confirmando discípulos Hch 15:41. El itinerario asiático es guiado por dos veces por el Espíritu Santo que encamina a Pablo hasta esa marítima ciudad. Allí, Lucas relata un hecho sobrenatural que motivaría el tránsito de Pablo a Europa.

Este suceso, del que no se tiene constancia directa por Pablo sería la señal esperada para encaminar la misión. En este punto del relato aparece el primero de ciertos fragmentos de los Hechos que se caracterizan por estar en primera persona del plural.

Es posible que haya sido la primera de las Epístolas de Pablo, escrita hacia fines del año 51, tras el regreso de Timoteo desde Macedonia, puesto que transmite sus comentarios sobre el estado de la Iglesia en Tesalónica (Hechos 18:1-5; 1Tesalonicenses 3:6).

Esta carta está incluida en la Vetus Latina, figura en el fragmento de Muratori y es citada por Ireneo de Lyon en el siglo II.[14]

La forma de escribir una carta, sobre todo la forma de comenzarla, difiere según el tiempo y el lugar en que se ha escrito.[15]​ De hecho, se puede proceder al revés y datar una carta por el formulario que utiliza.[16]​ Cada época ha tenido sus propias costumbres en lo que a escribir se refiere. En tiempos de Pablo se usaban dos modelos: el oriental y el occidental.[17]​ En ambos casos la carta o escrito se precedía de un encabezamiento o prescripto (pre-escrito) en el que de forma obligada[18]​ se hacían constar los remitentes, los destinatarios y un saludo. Estos tres elementos se llamaban, por este orden: superscripto, adscripto y salutatio.[19]

El formulario occidental o grecorromano era breve e impersonal.[20]

El oriental utilizaba una frase en tercera persona con los remitentes en nominativo y los destinatarios en dativo.[21]​ Estos elementos básicos podían enriquecerse con frases de relativo.

pudiendo llegar a ser muy complejas.

La Epístola a los Tesalonicenses comienza con un discretito prescripto oriental.[22]

Los remitentes son Pablo, Silas y Timoteo, componentes del equipo misional que fundó la comunidad[23]​ lo que da a la carta un carácter oficial.[24]​ Los tres provenían de Asia y en el momento de escribir la carta se encuentran reunidos en Corinto.

El destinatario de la carta es la iglesia de los tesalonicenses (gr:ekklesia tessalonikeon).[25]​ lo que no tendría nada de particular de no ser porque en el año 50 no existía aún la Iglesia.[26]​ En efecto, el término ekklesia no tenía en boca de Pablo el mismo sentido que se le atribuye hoy.[27]​ En general, una ekklesia era una asociación de personas.[28]​ y ya se usaba en el cristianismo primitivo para designar a las comunidades locales cristianas.[29]​ Por tanto, Pablo no escribe a la Iglesia. Escribe a la asamblea[30]​ que quedaba constituida cada vez que se reunía la comunidad. De ahí que al final de la carta exhorte a que sea leída a todos los hermanos (5,27).[31]​ De ahí también que defina y distinga la asamblea como: asamblea de Dios Padre y de Jesucristo.[32]​ La ciudad de Tesalónica era prolífica en congregaciones o asambleas religiosas con sus particulares dioses y cultos.[33]​ En el culto predicado por Pablo, el Dios es Dios y asimismo Padre,[34]​ algo novedoso dentro de los cultos paganos y que proviene del judaísmo.[35]​ La iglesia de Pablo es también una comunidad escatológica[36]​ que se distingue por haber sido elegida por Dios.

El saludo de la carta a vosotros, gracia y paz (gr. jaris kai eirênê) es característico de la correspondencia paulina.[37]​ Se trata de una mezcla personal del saludo griego salud (gr. jairein) y del oriental misericordia y paz (gr. eleos kai eirênê).[38]​ Jairein (saludar, alegrarse) es convertido en jaris (gracia) que Pablo utiliza ya con un contenido soteriológico.[39]​ El término eirene tiene el sentido del saludo hebreo shalom (paz, bienestar, plenitud interior).[40]​ Con este saludo, que utiliza en todas su cartas, Pablo reúne los dos mundos de que procede.[41]

En la carta a los Tesalonicenses, el proemio comprende los versículos 1,2-10. Sigue al prescripto y antecede al scripto.[42]​ Antes de la predicación cristiana, los proemios ya se utilizaban en la literatura[43]​ pero Pablo les va a dar el carácter de una acción de gracias.[44]​ Asimismo, los utiliza para anticipar los contenidos de la carta.[45]

La acción de gracias utiliza la primera persona del plural. Un uso que solo es roto en tres ocasiones a lo largo de la carta:[46]...al menos yo, Pablo, una y otra vez... (2,18), ...he mandado a saber de vuestro estado... (3,5), ...os conjuro por Jesucristo... (5,27). Este uso constante del plural revela nuevamente el carácter oficial de la carta, pues redacta el equipo misional y no tanto Pablo. Es la carta menos personal de Pablo.[47]

En el versículo 3 menciona a la fe (gr. pistis), la caridad (gr. agape) y la esperanza (gr. elpidos).[48]​ Son tres términos que aparecen con frecuencia en las cartas de Pablo[49]​ La primera cita se realiza aquí. La segunda estaría al final de la carta en (5,8) en caso de que no sea una glosa posterior como algunos autores afirman.[50]

La fe, la esperanza y la caridad son una aportación original de la teología cristiana.[51]​ A lo largo de los siglos adquirirán un significado complejo. En la literatura paulina, sin embargo, su sentido es muy transparente: Fe en Jesucristo, esperanza en la resurrección y caridad o amor al prójimo.[52]​ Si para la teología posterior son una división clásica y también objeto de especulación, en Pablo son realidades vivas.[53]​ La teología de Pablo es una teología de la esperanza.[54]​ y la 1 Tesalonicenses es una carta escrita para devolver la esperanza a una comunidad inmersa en la duda. Caridad y fe no están tan presentes y encontrarán mejor acomodo en Corintios y Romanos. Según Becker, la 1 Tesalonicenses está estructurada de forma ternaria sobre las tres virtudes.[55]​ De ahí que prefiera considerarla como una unidad.

1Tesalonicenses 1:4-5 En estos dos versos, Pablo describe cómo fue la predicación en Tesalónica. Muy especial tuvo que ser para decir que: no fue sólo en palabras sino en el Espíritu Santo y muy persuasivamente. Es evidente que el contexto de dicha afirmación era conocido por los destinatarios. A la hora de reconstruirlo, es necesario arriesgar una interpretación.

1Tesalonicenses 1:6 Continuando con el recuerdo de la predicación en la ciudad señala Pablo que fue hecha y recibida con gran tribulación, lo que alude a los constantes problemas que encontraba Pablo, por parte de las comunidades judías.

1Tesalonicenses 1:7-10 En estos versos, Pablo pone a la comunidad como ejemplo para otros. Se afirma que Tesalónica, al ser un puerto internacional, fue uno de los semilleros del cristianismo y que desde allí se expandió a todo el imperio.

1Tesalonicenses 2:1-2 En este verso, Pablo alude no solo a las dificultades que tuvo para predicar en Tesalónica sino también en Filipos, de dónde venía. No se puede colegir gran cosa de las cartas, pero los Hechos ofrecen una versión plausible en líneas generales de lo que pudo ocurrir.

1Tesalonicenses 2:3-6 En estos versos, Pablo continúa con el recuerdo de su prédica y viene a decir que lo hicieron desinteresadamente, sin buscar la vanagloria o el dinero. Sobre este punto se extiende también Pablo en las dos cartas a los Corintios. Es difícil decidir el contexto por el que las hace. Obviamente, la manutención de un maestro espiritual podía dar lugar a tensiones. Pablo insiste en sus cartas que trabajaba para no ser una carga.

1Tesalonicenses 2:7-8 Pablo se entretiene con un afectuoso apunte que da idea del paternal cariño que tenía a esta comunidad.

1Tesalonicenses 2:9 Contiene un apunte biográfico sobre la independencia económica de Pablo. Trabajábamos día y noche para no ser gravosos a nadie, punto que es tocado en (2 Co 11, 9). Según (Hch 18, 3), Pablo era fabricante de lonas.

1Tesalonicenses 2:10-13 Ver el comentario a 1Tesalonicenses 2:3-6

1Tesalonicenses 2:14-16 Ver el comentario a 1Tesalonicenses 1:6.

1Tesalonicenses 2:17-3:13 Después de su precipitada marcha de Tesalónica, Pablo intentó regresar muchas veces. Preocupado por la suerte de esta joven comunidad, envió a Timoteo y quedó solo en Atenas. En este punto existe una discrepancia entre Hechos y el relato de la carta. Asimismo, se da a entender que Silas no estaba en ese momento con él.

1Tesalonicenses 4:1-12 En estos versos desarrolla Pablo una exhortación moral sencilla aconsejando abstenerse de la fornicación en aras de la santificación. Otro tema que menciona es la caridad de la que reconoce bien provista a la comunidad. Otras recomendaciones son llevar una vida quieta y laboriosa.

1Tesalonicenses 4:13-5:3 Los siguientes versículos tienen un contenido escatológico y por ellos se puede decir que 1 Tesalonicenses es una obra de la escatología cristiana. El asunto que tratan es el de la resurrección de los muertos. Se sobreentiende que la comunidad de Tesalónica debió preguntarle a Pablo si los que morían antes de la parusía resucitarían también. La respuesta de Pablo es afirmativa. Es el primer desarrollo teológico. Estos versos también sostienen la opinión de que 2 Tesalonicenses es una obra deuteropaulina.

1Tesalonicenses 5:4-11 En estos versos desarrolla la consecuencia moral de la inminencia del fin del mundo, en la que Pablo creía. Estar vigilantes es su recomendación. Para 1Tesalonicenses 5:8, ver el comentario a 1Tesalonicenses 1:3.

1Tesalonicenses 5:12-18 Estos versos contienen unos amables ruegos que Pablo finca en la caridad de unos a otros.

1Tesalonicenses 5:19-20 Contiene una mención del Espíritu Santo en relación con las profecías.

La sinanoga de Tesalónica. El libro de los hechos Hch 17:2 menciona que en la ciudad de Tesalónica existía una sinagoga.

Estancia en Tesalónica. El libro de los hechos Hch 17:2 menciona que Pablo discutió con ellos durante tres sábados. Algunos autores piensan que una estancia inferior a un mes contradice el propio testimonio de la carta.

El paradero de Silas. Silas acompañó a Pablo desde Antioquía. Aparece como remitente en esta carta y como predicador en la comunidad de Corinto 2Co 1:19. Después de eso, desaparece completamente y ya no se sabe lo que con él ocurre. La carta primera de Pedro le menciona 1Pe 5:12, lo cual da pie a pensar, que Silas, asociado primero a la misión de Pablo pasó en algún momento a la misión petrina.



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