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Pudelación



La pudelación, también llamada pudelado o pudelaje, es una manera de refinado del hierro que se produce en los hornos reverberos, mediante la que se consigue rebajar el contenido de carbono hasta un porcentaje muy bajo y, sobre todo, eliminar casi todo el azufre, por lo que el hierro resultante ya es hierro forjado. Durante la pudelación, el metal fundido se remueve o bate dentro de un horno de reverbero, para conseguir airearlo. Así, el carbono y el azufre consiguen arder, con lo que resulta un metal más puro y de mejores propiedades mecánicas. La torre Eiffel o el armazón original de la Estatua de la Libertad son algunas de las construcciones realizadas con este material.

La palabra pudelación procede del inglés puddle, que significa remover. En la obra de Julio Verne Los quinientos millones de la Begún se puede encontrar una descripción literaria pero precisa de este proceso.

Una auténtica revolución en el proceso del refinado del hierro se produjo gracias al inglés Henry Cort, quien introdujo en 1784 nuevos procedimientos: la pudelación y el laminado. Su patente sobre este proceso tiene fecha de febrero de 1784, pero ya existía una patente semejante presentada por Peter Onions en mayo de 1783.

En la pudelación, el hierro colado o fundición se pasa a un largo horno de reverbero cerrado, antes de que se enfríe, donde entra en contacto con escorias o chatarra de óxido de hierro. En este horno, el mineral era removido por unos obreros llamados pudeladores, equipados con largas palas. Las impurezas ardían (carbono, azufre) o eran arrastradas junto con las escorias.

El esfuerzo requerido por esta labor se desarrollaba en un ambiente sumamente caluroso por la proximidad del horno, por lo que era un trabajo muy penoso que causaba muchas bajas entre los trabajadores, por lo que era difícil encontrar obreros de más de 35 años.

Al salir del horno de pudelación, la fundición tenía el aspecto de una masa pastosa y había perdido la mayor parte de las impurezas previas, con excepción del fósforo.

Tras el horno de pudelación, la masa fundida pasaba al tren de laminado, en donde una serie de rodillos comprimía la masa y conseguía extraer más impurezas mediante presión. Esto confería una ventaja adicional pues se podían dar determinadas formas al hierro (raíles, perfiles cuadrados o circulares, etc) si el último de tales rodillos tenía dichas formas grabadas y actuaba por tanto como un molde.

Este procedimiento de Cort, junto con el anterior desarrollo del hierro colado por Abraham Darby, permitió aumentar la producción y atender la fuerte demanda de hierro durante esta etapa de la Revolución Industrial para la fabricación de maquinaria, puentes, armamento y otros usos en la construcción. También sirvió para proporcionar hierro barato para la exportación. Así, en la Inglaterra de finales de siglo, se exportaba un 15-20 % de la producción total. La llegada del ferrocarril volvió a incrementar la demanda de hierro pero, gracias a las mejoras anteriores, la producción se cuadruplicó en 20 años. Al mismo tiempo, el precio disminuía, pasando de 42 libras por tonelada en 1750 a 25 libras en 1820.[1]

Tras la pudelación, la producción de hierro siguió concentrada en el Reino Unido, lo que dio una ventaja considerable a este país. Unas décadas más tarde, el proceso se emplearía en otros países: llegó a Silesia superior en 1802, a Francia en 1817, y hacia 1825 al territorio del Rühr. En Bélgica se conseguiría también un desarrollo importante.[2]

No obstante lo anterior, hacia 1825 el precio del hierro inglés era la mitad que el del hierro francés; y hacia 1850, el Reino Unido aún producía cuatro veces más hierro que Francia y Alemania juntas.

Existen dos tipos de pudelación:

En la década de 1860, el desarrollo del convertidor Bessemer inicia una nueva era en la producción de hierro y acero.



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