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Puente Transbordador Nicolás Avellaneda



El Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, oficialmente Transbordador del Riachuelo Nicolás Avellaneda[3][4][5]​ o simplemente Puente Transportador es un puente transbordador situado en Buenos Aires, Argentina, que se inauguró en 1914 y estuvo en funcionamiento hasta 1960. A partir del año 2011 se comenzaron a realizar trabajos para rehabilitarlo y luego de 6 años, el 27 de septiembre de 2017 el transbordador vuelve a funcionar luego de 60 años de inactividad. Este viaje de reinauguración fue realizado por periodistas, personal de Vialidad Nacional que participó en las tareas de reparación del transbordador y 15 vecinos que fueron seleccionados en un sorteo. [6]​ La reapertura oficial del puente se realizó en septiembre de 2020.

El puente conecta la Avenida La Plata en Isla Maciel, partido de Avellaneda, con la Avenida Almirante Brown en el barrio de la La Boca, en la Ciudad de Buenos Aires. La plataforma transbordadora del puente mide 8 x 12 metros y podía operarse desde un puesto de control en el propio transbordador así como desde una sala de máquinas. Se creó para transportar peatones, carros, vehículos y hasta tranvías. En esa época, miles de obreros lo utilizaban para cruzar el Riachuelo y llegar a frigoríficos, astilleros y otros establecimientos de una zona de gran pujanza industrial.

Su nombre le fue dado en honor a Nicolás Avellaneda, antiguo presidente de Argentina, que también diera nombre al Partido de Avellaneda en la margen derecha del río. Es uno de los últimos 8 puentes transbordadores que quedan en el mundo: tres se encuentran en el Reino Unido (Newport, Middlesbrough y Warrington), dos en Alemania (Osten y Rendsburg), uno en Francia (Rochefort), uno en España (Viscaya, erigido en 1893, el más antiguo del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad) y el Nicolás Avellaneda, único exponente americano.

El 25 de septiembre de 1908 se autorizó a la empresa Ferrocarril del Sud a fabricar un puente transbordador que conectara la ciudad de Buenos Aires con la provincia de Buenos Aires al sur del río Matanza-Riachuelo. La provincia de Buenos Aires corrió con todos los gastos de la construcción aunque también sirviera a la capital argentina. Al mismo tiempo, avanzaron otros dos transbordadores cruzando el río: el Presidente Urquiza y el Presidente Luis Sáenz Peña. Para la construcción del transbordador, se trajeron las piezas en barco desde Inglaterra y se armó en la costa del Riachuelo como un mecano.

Fue inaugurado el 31 de mayo de 1914 y funcionó hasta 1960. El Puente Nicolás Avellaneda, a una distancia de sólo 100 m, fue construido en 1940 para su reemplazo, y también cuenta con un transbordador. Mientras tanto, los otros dos transbordadores fueron desmantelados.

En 1993, estuvo a punto de ser desguazado y vendido como chatarra como parte de un lote de puentes ferroviarios, durante el desmantelamiento de los trenes que se llevó adelante durante la presidencia de Carlos Menem. Gracias a la oposición de varias asociaciones de vecinos e historiadores, fue conservado.

En 1995 la ciudad de Buenos Aires declaró sitio de interés cultural a este puente, impidiendo de esta manera su demolición.[7]​ Mediante el decreto 349 del año 1999, el gobierno nacional incluyó esta estructura en la lista de monumentos históricos nacionales.

A partir de 2004, con la creación de ACUMAR y el plan de recuperación del Riachuelo, comenzaron a barajarse proyectos para rehabilitar el viejo transbordador, para lo cual fue necesario remover un gasoducto que recorría a la intemperie la silueta de hierro de punta a punta. Se lo soterró en un túnel descubierto azarosamente y que se utilizó alguna vez para el tendido de cables. [8]

A los pocos días, el proyecto para comenzar la puesta en funcionamiento del puente fue anunciado por la Fundación por La Boca, estando a cargo de Vialidad Nacional.[9]

En 2011, por orden de la Justicia, ACUMAR empezó a restaurarlo como parte de la recuperación del río y su entorno, y por su valor como testimonio de la historia industrial de la zona. Los trabajos incluyeron la puesta a punto del mecanismo original, con su bobina donde se enrolla un cable de acero, además del tratamiento de la estructura de hierro mediante el arenado y la aplicación de pintura.[10]​ El empleo del llamado alpinismo industrial (trabajo en altura) fue fundamental para economizar tiempo y dinero.

Las obras se terminaron en 2017, y ese año se lo reinauguró para volver a unir la Ciudad de Buenos Aires y Avellaneda. En septiembre de 2020, se procedió a la reapertura formal del puente. En el primer año de emergencia sanitaria por el coronavirus, la mole de hierro se convirtió nuevamente en un servicio valioso para la comunidad de la zona: estuvo casi dos meses en funcionamiento constante por el cierre temporario del Puente Nicolás Avellaneda y llegó a hacer setenta viajes diarios.

La estructura posee un puente superior horizontal de 77,50 m de luz, lo que deja libre una altura de 43,20 m sobre el cero del Riachuelo. Los dos grandes pilares que le sirven de apoyo están anclados a cilindros de fundación que llegan a la cota -24 m.[11]​ En la barquilla por viaje entraban cuatro carros con sus caballos y 30 personas.



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