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Raimon Panikkar



¿Qué día cumple años Raimon Panikkar?

Raimon Panikkar cumple los años el 3 de noviembre.


¿Qué día nació Raimon Panikkar?

Raimon Panikkar nació el día 3 de noviembre de 1918.


¿Cuántos años tiene Raimon Panikkar?

La edad actual es 106 años. Raimon Panikkar cumplió 106 años el 3 de noviembre de este año.


¿De qué signo es Raimon Panikkar?

Raimon Panikkar es del signo de Escorpio.


¿Dónde nació Raimon Panikkar?

Raimon Panikkar nació en Barcelona.


Raimundo Pániker Alemany (Barcelona, 3 de noviembre de 1918-Tavertet, Barcelona, 26 de agosto de 2010),[1]​ conocido como Raimon Panikkar, fue un filósofo, teólogo y escritor español que desarrolló una filosofía interreligiosa e intercultural, con una nueva apertura respetuosa al diálogo con otros sujetos y tradiciones no occidentales. Su filosofía tiene como objetivo transformar nuestra civilización, que está determinada por un sistema occidental impuesto como una única alternativa.

Raimon Panikkar nació en Barcelona en 1918. Era hijo de madre catalana y de padre indio, que llegó a España en 1916 como representante de una empresa alemana. Fue hermano del también filósofo y escritor Salvador Pániker (1927-2017). Su infancia transcurrió en su ciudad natal, donde realiza sus estudios de Bachillerato en el colegio de los jesuitas de Sarrià. Comenzó sus estudios universitarios estudiando Química y Letras en la Universidad de Barcelona y consigue sortear la guerra civil española debido a su condición de hijo de extranjero, trasladándose a Alemania, donde continuó su carrera de ciencias y filosofía en la Universidad de Bonn. La II Guerra Mundial le hace regresar a España, donde se licencia en Ciencias Químicas por la Universidad de Barcelona y en Filosofía por la Universidad de Madrid, donde en el año 1946 obtuvo su grado de doctor en Filosofía, con la tesis: El concepto de Naturaleza. Análisis histórico y metafísico de un concepto. Será en España donde conocerá a Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, uniéndose a esta en calidad de miembro numerario.

Fue ordenado sacerdote en 1946 en Roma[2][3]​ y participó en los encuentros anuales de filosofía que organizaba el filósofo Enrico Castelli. De 1942 a 1957 fue miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). De 1946 a 1950 fue capellán del Colegio Mayor de la Moncloa (Madrid)[2]​. Permaneció en Europa hasta 1955 en que por primera vez viajó a la India, donde comienza la difusión de doctrinas espiritualistas ecuménicas y donde trabó amistad con Henri Le Saux. Allí también fue investigador en las universidades de Mysore y Benarés. En 1958 obtuvo el doctorado en Química por la Universidad de Madrid, con la tesis titulada: Ontonomía de la ciencia. Sobre el sentido de la ciencia y sus relaciones con la Filosofía, la cual fue publicada en 1961. En 1961 también defiende su tesis doctoral en Teología en la Universidad Lateranense de Roma en 1961, con el título: The Unknown Christ of Hinduism.

Tras ser expulsado del Opus Dei en 1966, fue nombrado profesor en la Universidad de Harvard y durante veinte años dividió su tiempo entre la India y Estados Unidos. Entre 1971 y 1978 fue catedrático de estudios religiosos de la Universidad de California, Santa Bárbara. Sus estudios estuvieron enfocados a la especialización de la cultura india, de la historia y de la filosofía de las religiones.

Su vida estuvo constantemente marcada por múltiples polaridades: este y oeste; cristianismo, hinduismo y budismo; el mundo de la ciencia y el dominio de las letras; el ámbito de los estudios y de las vivencias religiosas y el de la perspectiva secular de las culturas.

En 1984 se casa con María González-Haba en Madrid y empieza a residir en Tavertet, una zona rural del pre-Pirineo catalán, donde continuó desarrollando su obra intercultural. En 1988 fundó allí el centro de estudios: Vivarium - Centre d'Estudis Interculturals (posteriormente denominada Fundació Vivarium Raimon Panikkar). En 1989 impartió las Gifford Lectures en Edimburgo. En 1997 recibió el doctorado honoris causa[4]​ por la Universidad de las Islas Baleares.[5]

Panikkar falleció a la edad de 91 años en Tavertet, el 26 de agosto de 2010.

En un artículo publicado por La Vanguardia el 7 de enero de 2018, Ramón Balmes afirmaba, basándose en un estudio de Josep-Ignasi Saranyana[6]​, que Panikkar habría contactado con miembros de la Iglesia para regularizar su situación canónica, pues se había casado sin secularizarse, renunciando a su matrimonio y disculpándose. En 2008 el obispo de Vic le dio permiso para ejercer el sacerdocio en su diócesis, donde se encontraba la residencia de Panikkar. Según el artículo, el filósofo habría fallecido «reconciliado» con la Iglesia católica.[7][8][2]

Sin embargo, el editor de su Opera Omnia en catalán en Fragmenta Editorial, Ignasi Moreta, le rebatió en este mismo medio, de acuerdo con la biografía de Maciej Bielawski también publicada en Fragmenta,[9]​ asegurando que tal retractación había sido un mero formalismo, pues no se divorció y siguió compartiendo su vida con su familia.[10]

Su pensamiento es un punto de encuentro entre Oriente y Occidente. En su obra convergen múltiples realidades: la realidad humana con su múltiple origen hindú-cristiano, la realidad académica e intelectual interdisciplinar, pero también intercultural e interreligiosa. De ahí, la importancia que en su pensamiento tiene el diálogo.

Una de las exigencias fundamentales es la coincidencia en un mismo lenguaje. Tiene un lenguaje rico, plural y abierto, en donde las palabras no son meros términos conceptuales, objetivos y unívocos, sino verdaderos símbolos. Entendiendo al símbolo como la expresión de la realidad, y así, la palabra (simbólica) expresa el arquetipo mismo de la realidad simbolizada. No es un vocablo objetivo e intemporal; sino temporal, comprometido y que expresa su propio significado.

Para Panikkar la realidad es siempre más rica que cualquier teorización o conceptualización de la misma. Todo concepto es una parcialización, y ésta es inevitable en la evolución de los múltiples universos culturales.

La filosofía no es solo "el amor a la sabiduría", sino también "la sabiduría del amor". En su pensamiento no existe una contraposición entre filosofía y teología, sino por el contrario hay que superar tal posibilidad, porque para él, pensamiento y religión están íntimamente unidos. Dentro de las diversas experiencias de las distintas religiones, lo que se pretende, es que cada parte tiene la exigencia de ayudar a descubrir el todo, es decir llevarnos a la salvación, la liberación, etc. No se trata de que todos vayan a ser cristianos o hindúes, o de cualquier otra religión. Se trata de buscar un diálogo realmente abierto que nos vaya llevando a una fecundación mutua: el uno aprende del otro.

El problema del pluralismo surge cuando hay una incompatibilidad de visiones del mundo muy diversas y, al mismo tiempo, se ven forzadas por las diferentes formas de coexistir y velar por la mutua supervivencia. Este pluralismo comienza con el reconocimiento de lo otro, lo que implica la propia identidad. El ser humano es un ser de relación; por lo tanto el auténtico pluralismo se manifiesta cuando es descubierto el otro. Es decir el otro, como fuente de comprensión y no solamente como término de inteligibilidad. El pluralismo no necesita ser resuelto por el mantenimiento de una postura unitaria. Cada grupo humano tiene su propio sistema de coherencia, uniformidad y armonía. El pluralismo no significa que reconocemos muchos modos (pluralidad) sino que detectamos muchas formas que no podemos reconocer como los únicos modos de obtener un objetivo.

Es importante considerar que hay o puede haber otras entidades además de aquellas que tomamos en cuenta. El "yo" no puede agotar lo real, no es el centro.

Es por ello que toda sociedad debe estar abierta y no cerrarse en su propia autointerpretación. Se debe ser capaz de aceptar un punto trascendente in-comprensible, para así poder superar el esquema hegemónico del "yo" como el poseedor de una razón unitaria.

Cuando se presenta el conflicto pluralista la manera de solucionarlo no es a través de que alguna de las partes trate de convencer a la otra, sino a través del diálogo, es decir que el otro no es sólo uno, mero objeto de mi conocimiento, sino otro en sí mismo, que es una fuente de comprensión y no necesariamente comprensión reducible a la mía propia. Es tratar de encontrar un valor superior, que las dos partes reconozcan y que ninguna controle. Por tal razón la actitud pluralista no asume, de antemano, situaciones no negociables. En cada caso implica una nueva creación.

No se puede olvidar que el otro puede ver las cosas bajo perspectivas diferentes y, por lo tanto, necesita tratarlo de manera distinta.

El término comparar se entiende como aquella actividad de la mente humana que toma una postura neutral con respecto a las cosas comparables. Por lo que toda filosofía se considera una filosofía comparativa en la medida en que ésta se compara a sí misma con otras visiones filosóficas. Es el estudio filosófico de uno o algunos problemas a la luz de más de una tradición. Es una especie de análisis formalizado de los modelos comunes presentes en los diversos sistemas filosóficos. Para comparar las filosofías es necesaria una comprensión de las mismas; es decir se requiere de una actividad hermenéutica propia. Esta hermenéutica es un método de interpretación para superar la comprensión no solamente de la distancia entre una cultura singular, sino también para el entendimiento entre dos culturas, que se han desarrollado independientemente, considerando sus propios métodos de filosofar y sus modos de alcanzar la inteligibilidad, junto con sus propias categorías.



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