Robots e Imperio (título original en inglés: Robots and Empire) es una novela de ciencia ficción escrita por Isaac Asimov y publicada por primera vez en 1985 por la editorial Doubleday. Es la continuación de Los robots del amanecer, dentro de su serie de novelas sobre robots. Esta novela es, cronológicamente, la que da inicio a las siguientes sagas de Asimov, como el Tríptico del Imperio y el Ciclo de Trántor, y en la que el robot Daneel Olivaw se erige como un personaje de gran importancia en la historia de la humanidad.
El mundo originario de Gladia Solaria, Solaria, ha sido abandonado. Ya han pasado 200 años después de aquel encuentro; Baley ha muerto, y la longeva solariana deja pasar sus últimos años; cuando, los incipientes colonos de la Tierra, y al frente un descendiente de Elijah Baley, solicitan permiso para recuperar los miles y miles de robots que habrán quedado abandonados en Solaria. Gladia es la única nativa de aquel planeta que queda y necesitarán su ayuda.
Otro viejo conocido de Baley, el doctor Kelden Amadiro, también ve cómo pasan sus últimos años sin poder detener la expansión de la Tierra y colonizar la Galaxia para los auroranos. Los robots humaniformes fracasaron, ha muerto Fastolfe, y sin embargo sigue sin poder vencer la oposición de una fuerza invisible: la de R. Daneel Olivaw y R. Giskard Reventlov, humaniforme uno, mentalista el otro. Pero, gracias a la aparición de un joven genio, Mandamus, y a la inesperada comprensión de Vasilia, la hija de Fastolfe, la especialista robótica que en su juventud dotó inconscientemente a Giskard de su capacidad, Amadiro encontrará una forma de deshacerse por fin de la odiada Tierra.
Existe un trascendental diálogo entre dos personajes de la obra -Elijah Baley y Han Fastolfe- en el cual ambos concuerdan en que el bien de la especie humana se encuentra en su expansión geográfica, es decir, la colonización de la Galaxia por el hombre. Tal desafío debe ser afrontado por los terrícolas o por los espaciales, o por ambos a la vez. La no colonización significará la decadencia de la humanidad. Esta idea enlaza con la expuesta claramente en la novela El fin de la Eternidad. La colonización será el leitmotiv de toda la Saga de la Fundación.
Cuando un robot incumple cualquiera de las 3 últimas leyes su cerebro positrónico queda inutilizado para siempre puesto que están impuestas en sus circuitos por lo que R. Giskard al acatar la ley Cero queda inutilizado porque esta entra en conflicto con la Primera Ley.
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