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Rock argentino



El rock argentino (en Argentina llamado "rock nacional") es una denominación musical muy amplia, aplicada a cualquier variedad de rock and roll, blues rock, rock progresivo, jazz rock, pop rock, punk rock, new wave, post-punk, garage rock, ska punk, rock alternativo, rock psicodélico, hard rock, heavy metal, entre otros estilos musicales.

Argentina fue el primer país del ámbito iberoamericano que después de los anglosajones (Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, sus lugares de origen), combinó los diversos géneros derivados del rock and roll con elementos locales, desarrollando así un rock de identidad propia, que recibió el nombre de "rock nacional". También fue el primero en utilizar una lengua que no fuera el inglés para comunicar y describir temáticas afines a su idiosincrasia y abundantes referencias a la geografía y cultura local, convirtiéndose así en precursor del rock en habla hispana y el que logró inicialmente mayor éxito comercial fuera de sus fronteras.

El rock en Argentina comenzó a interpretarse en la segunda mitad de los años 50. En esta época comenzó a formarse un género musical que fue denominado primero beat, más tarde música progresiva y finalmente "rock nacional", cuando varios grupos underground empezaron a componer canciones en español sobre asuntos que preocupaban a los jóvenes de ese momento. Desde fines de los años 50, los grupos locales se dedicaban a cantar en español y en inglés canciones de rock and roll, originales o versiones de éxitos internacionales, sin conferirles identidad musical propia. Pero a partir de la mitad de la década del 60, el rock argentino inició una evolución constante que durante las décadas de 1970 y 1980, y especialmente tras la Guerra de las Malvinas, cristalizó en un movimiento de características estéticas bien definidas y reconocimiento internacional. Desde sus orígenes, el rock argentino fue creando un repertorio de expresiones artísticas y movimientos musicales que forman parte la historia de la música de América Latina. Desarrolló una identidad y una esencia inequívocamente propia, ya que no se limitó a versionar de temas de bandas estadounidenses o británicas. Fue pionero en incorporar el español en el rock and roll, lo que le permitió tematizar sobre su idiosincrasia, referenciar la geografía, historia, música, cine, costumbres, etcétera, nacionales e incluir elementos culturales locales como la jerga y el lunfardo. Estos componentes le dieron origen a una forma de hacer rock.[4][5][6][7]​ El rock argentino es destacado y reconocido en toda Latinoamérica, por la gran popularidad de las bandas y artistas, que cosecharon récords en ventas de álbumes y en asistencias a recitales[cita requerida]

Los orígenes del rock de Argentina se remontan a la segunda mitad de la década de 1950, cuando llegó al país como parte de la fiebre internacional que estaban experimentando las bandas de rock and roll estadounidenses. Este ritmo bailable y novedoso hizo que se formaran las primeras bandas de rock en el país, contrariamente a la creencia que el rock argentino nació a finales de los años 60, puesto que en febrero de 1956 se publicó una canción de rock en castellano en partitura, que luego fue grabada en disco en mayo del citado año; se trataba de "Rock con Leche".[4]​ También cabe destacar que entre 1955 y 1964 es bastante difícil hallar grabaciones de músicos que hayan cantado en inglés. Eddie Pequenino, la orquesta Los Comandantes, Los Rocklands, Los Mac Ke Mac's en su primer álbum y la orquesta de Osvaldo Norton son algunas de las pocas excepciones.[8]

Diversos músicos hicieron las primeras experiencias e intentos de rock en tiempos donde todavía predominaban en el país el tango y el folcklore argentino. Estos conjuntos y solistas de un temprano rock argentino animaban al baile y a la fiesta, influenciados por nombres como Bill Haley, Chuck Berry, Elvis Presley, Little Richard, Chubby Checker y Bo Diddley, entre otros. Naturalmente, estos primeros exponentes del rock argentino tenían diversos estilos por consecuencia de imitar los diversos géneros estadounidenses: algunos como Eddie Pequenino y su banda Mr. Roll y sus Rocks estaban más inclinados al estilo swing de Bill Haley & His Comets, otros como Los Cinco Latinos eran adeptos a los grupos vocales de doo wop como The Platters, y había otros como Sandro que estaba claramente inspirado en la fusión con country de Elvis Presley. Al llegar los años 60, aparecieron más grupos y solistas de temáticas parecidas, ahora con influencias de nuevas bandas se fueron apareciendo los géneros de twist, nueva ola, surf y garage a medida que avanzaba la década, como así también serían de gran impacto en la música argentina las invasiones británicas y uruguayas.

A fines de los 60 aparecieron bandas más influenciadas por el merseybeat británico. Centros de reunión como La Perla de Once o el Instituto Di Tella fueron los núcleos de esta nueva corriente artística. En 1967 se editó la canción '"La Balsa" de Los Gatos, que con su rotundo éxito y popularidad con 250 000 copias vendidas se convirtió en el primer éxito masivo del merseybeat argentino en español.[9]

La escena musical en Argentina de los años 50 tenía, entre sus principales géneros,[10][11]​ el tango (establecido desde aproximadamente 1880 como el principal género urbano), el folklore (que vivía un boom con la migración interna), la música melódica tanto de Francia e Italia (el Festival de la Canción de San Remo, iniciado en 1951, era muy popular en la sociedad argentina de la época) como de Estados Unidos (como Frank Sinatra y Tony Bennett), los géneros de otros países latinoamericanos (como el bolero, el mambo, el merengue y la cumbia) y el jazz (que desde aproximadamente los años 20 se había establecido en la escena porteña).[12]​ Justamente, este último género sería crucial en el nacimiento del rock en Argentina.

Desde aproximadamente los años 1930 se producía el fenómeno de la migración interna en Argentina. La llegada al poder en 1945 de Juan Domingo Perón influyó en grandes cambios en varias áreas, entre ellas la música argentina. En 1949 Perón dictó el Decreto 3371/1949 "de Protección de la Música Nacional", el cual establecía que en lugares públicos debía haber un 50 % de música hecha por artistas argentinos. En 1950 el folklore ya daba muestras serias de poder competir de igual a igual con el tango: «El rancho 'e la Cambicha», una canción de folklore, se convirtió en la primera canción argentina que llegó a la cifra de un millón de ventas por su sencillo; en el total de sencillos lanzados ese año, 21% eran de tango y 17% de folklore; y en el total de partituras lanzadas ese año, 30% eran de tango y 25 % de folklore.[13]​ Por lo que ya para los años 50 el tango comenzaba a dar señales de ceder su puesto de único líder de la escena musical argentina.

La dictadura miliar autodenominada Revolución Libertadora de 1955 inició grandes cambios en varias áreas del país, y como consecuencia la escena musical argentina cambió sustancialmente.[14]​ El tango fue seriamente afectado: la crisis económica bajo el gobierno de facto llevó a que los locales bailables reduzcan sus presupuestos, y a las orquestas y conjuntos a reducir su cantidad de integrantes.[15]​ El régimen militar persiguió artistas por sus ideas políticas, prohibió eventos con gran concentración de gente (lo que le quitó a la música argentina un espacio de difusión), derogó las leyes peronistas de protección musical y estableció medidas que favorecieron la difusión de música extranjera.[14][16]

El rock and roll surgió como género musical en los Estados Unidos en los años 50, producto de la fusión entre diversas corrientes musicales tales como el folk, el hillbilly, el bluegrass, el country, el western y el rhythm & blues, ganando rápidamente popularidad nacional e internacional a través de artistas como Elvis Presley, Bill Haley y Alan Chaile. En Argentina, la difusión de sus temas a través de radios y discos despertó en muchos músicos el interés por emular los novedosos sonidos y marcados ritmos que lo caracterizaban.

Fue a mediados de los años 50 cuando llegó el rock and roll a Argentina, con éxitos estadounidenses por parte de cantautores como Bill Haley & His Comets, Elvis Presley, Chuck Berry, Buddy Holly y Gene Vincent que se hicieron mundialmente populares, junto con los estrenos en los cines argentinos de la trilogía fundacional de películas del rock and roll: Blackboard Jungle, Rock Around The Clock y Don't Knock The Rock (traducidas en Argentina como Semilla De Maldad, Al Compás Del Reloj y Celos Y Revuelos Al Ritmo Del Rock, respectivamente). Las películas de rock and roll tuvieron tal repercusión entre los adolescentes y jóvenes que se ponían a bailar este ritmo novedoso en los pasillos del cine, las calles, plazas, o incluso en el obelisco de Buenos Aires. Comenzó las ventas de discos de rock and roll en las disquerías (llamadas por entonces casas de música o casas de discos) y la difusión del ritmo en las radios con emisoras publicitando como Radio Splendid, Radio Mitre y su programa Melodías de rock'n'roll con César Lazaga, y Radio Excelsior con Rock and Belfast con Jorge Beillard, ocasionalmente reemplazado por Miguel Ángel Merellano.[10][11]

En cuanto a las radios, predominaban las estaciones AM, a pesar de que la FM (inventada en Estados Unidos en 1933) ya había tenido su primer caso en Argentina, con la transmisión en febrero de 1945 de la estación LU3A.[17]​ No obstante, no funcionaba como una FM como se las conocería cuatro décadas más tarde: esta transmisión era experimental, funcionaba en determinados horarios del día y tuvo interrupciones a través de los años. En los años 50, continuarían los experimentos con las FM argentinas.[18]

El 5 de diciembre de 1955 se realizó la primera grabación de rock en argentina de la que se tenga noticias. Fue una versión de «Rock Around the Clock» hecho por la orquesta de jazz del trompetista Roger Santander.[19]

El cantante y trombonista Eddie Pequenino, oriundo del jazz (en los años 40 y aun siendo adolescente formó la banda Jazz Los Colegiales junto a Ricardo Romero) y del R&B (a principios de los años 50 había formado Eddie Parker y su Rhythm Band) armó en 1956 el conjunto Mr. Roll y sus Rocks, la primera banda de rock en Argentina que lanzó discos al mercado, contando con un joven Lalo Schifrin como arreglista y pianista de sesión. La banda interpretaba tanto temas propios como canciones de grupos estadounidenses, siendo Bill Haley & His Comets su gran influencia con su estilo orientado al swing. Fue tal el éxito que tuvo el conjunto, que sus grabaciones con las versiones de las canciones de Bill Haley se vendieron más que las originales. Pero además de haber hecho el primer álbum de rock en Argentina, Eddie Pequenino fue protagonista de la primera canción original argentina de rock cantada en español, la ya mencionada "Rock con leche", una canción de tono humorístico hecha en colaboración con el cómico argentino Délfor Dicásolo. Gracias al éxito obtenido del corte, se rodó la película Venga a bailar el rock, estrenada el 29 de agosto de 1957 y con la actuación de Mr. Roll y sus Rockers y los actores Eber Lobato, Nélida Lobato, Alfredo Barbieri y Pedrito Rico. La película incluía dos composiciones propias en inglés de Pequenino, y un rock en español titulado como la película, creado por Éber Lobato.[20]​ En mayo de 1958 Bill Haley visitó Argentina con su conjunto, realizando presentaciones en el Teatro Metropolitan, y eligió como banda telonera a Mr. Roll y sus Rockers.[10][11]

Inmediatamente comenzaron algunas polémicas en torno al rock, cuando ciertos medios argumentaban que los jóvenes "enloquecían" en las salas de cine a causa de las películas sobre rock, causando en algunos casos destrozos, y levantaban la guardia ante la llegada de Bill Haley diciendo que el rock and roll era música extranjerizante. Por otro lado la revista Antena publicó un número en donde aparecía Bill Haley usando un poncho y tomando mate, como gesto de conciliación cultural.[10][11]

La llegada del nuevo fenómeno musical y la formación de Mr. Roll y sus Rocks, llamó la atención de la industria discográfica argentina, quienes vieron que existía un segmento de la sociedad que hasta entonces no había sido explorado por la misma: los adolescentes y jóvenes. De allí se abriría un nuevo mercado para ser comercializado con bandas y solistas de música juvenil, lo cual dejaría un cambio en el posterior desarrollo de la música argentina en su totalidad sin distinción de género y contenido ideológico.[cita requerida]

En 1958 y continuando con el éxito que tuvo la visita a principios de ese año de Bill Haley & His Comets, se formaron más bandas de rock and roll que interpretaban canciones propias como también composiciones de grupos provenientes de Estados Unidos, varios de los miembros de esas agrupaciones musicales contaron con integrantes que años más tarde serían populares cantantes pop de la llamada "nueva ola" argentina en los años 60. También comenzaron a aparecer programas de radio de rock and roll como en Radio Libertad (hoy AM del Plata) y Radio El Mundo. La revista Jazzlandia había tomado nota de la explosión del rock and roll en la escena musical argentina y comenzó a publicar artículos, letras, partituras y reseñas de rock, igualmente hacía la revista Estrellas. El disc-jockey del programa Música en el aire, Rodríguez Luque, creó el sello Disc-Jockey desde el cual editó a los músicos de rock nacientes. En abril del citado año se estrenó Loving You, tercera película de Elvis Presley, traducida en el país bajo el título La mujer que yo adoro, tuvo una promoción en los medios a diferencia de las dos anteriores entregas, el resultado fue un boom en la estética de Elvis.[11]

Se formó The Paters, con el cantante Lalo Fransen (futuro miembro de El Club del Clan) quien por entonces se hacía llamar Danny Santos, sus dos cortes de difusión eran grabaciones de "A White Sport Coat (and a Pink Carnation)" de Marty Robbins y "I Forgot to Remember to Forget" de Elvis Presley. También aparecieron Los Modern Rockers, cuyo integrante Luis Aguilé —el cual interpretaba temas propios como Los Iracundos y versiones de artistas como Pat Boone— también se destacaría años después, cuando fue contratado por el sello Odeón, y con su guitarra y el apoyo de la orquesta de Armando Patrono grabó el bolero "Mirá qué luna", pero también uno de los primeros temas de rock creado de forma original en Argentina, "La Balanza".[11]

Acompañado por la orquesta de Lucio Milena, las versiones que grabó en castellano Billy Cafaro, "Pity, pity" de Paul Anka y "Personalidad" tuvieron un considerable éxito. No obstante cuando hizo una interpretación en castellano del éxito alemán "Kriminal Tango", resultó ser muy impopular entre los tangueros quienes malinterpretaron la canción y lo consideraron como una ofensa al tango. Billy Cafaro sufrió reiteradas agresiones por parte de los tangueros, por ello se mudó a España. Oriundo de este país Andy Maciá registró temas propios en castellano como "Rock del vaquero", "Tú eres mi luna" y "Una motoneta" —este último se trataba de un jingle publicitario para las motonetas Siam-Lambretta, y posiblemente se trate del primer jingle publicitario de la historia argentina— ayudado por la orquesta de Horacio Malvicino que en aquel entonces se hacía llamar Don Nobody, más tarde al volcarse al tango en Europa adoptaría otro seudónimo, Alain Debray.[11]

Para 1960, el grupo Los Teen Tops alcanzó gran popularidad entre los oyentes argentinos, este conjunto mexicano cantaba éxitos del rock and roll estadounidenses, pero con letras traducidas al español. Su estilo enérgico influenció al hermano de Eber Lobato, Rocky Pontoni, que incursionó al mercado discográfico con canciones propias como "Dulce Amor Mío", "Edad", "Gracielita", "María Cristina", "Mi Presentimiento", "Noche de Luna y Rumor del Viento"; e interpretaciones de "Stupid Cupid" de Neil Sedaka, "Adam and Eve" de Paul Anka y "I'm On a Merry Go-Round" de Teddy Randazzo. Pontoni siempre cantó en castellano. Lo siguió Luis Bastián con sus versiones en castellano de Jailhouse Rock de Elvis Presley e "Itsi, bitsi, tiny winy yellow polka dot bikini" de Brian Hyland. Apoyado por el sello Orfeo —subsidiario de CBS— surgió Johnny Carel —cuyo nombre real era José Roberto Gentile— con temas propios de country rock en español como "Sácala a Bailar" o su versión en castellano de "Let's think about living" de Bob Luman, cuyos éxitos hicieron que sean editados en otro países como Perú, Venezuela, Ecuador, Colombia, México y España.[11]​ En ese momento apareció otro futuro miembro de la nueva ola y de El Club del Clan dentro de la orquesta de jazz Los Platos Voladores la cual luegofue germen de la banda de rock The Rocklands, este era Norberto Fago que luego usaría el seudónimo de Nicky Jones. Grabó una versión de "Runnaway" de Del Shannon y fue uno de los pocos artistas que cantó en inglés en esa época. También surgió Johnny Allon dentro de su grupo Los Tammys, quienes grabaron en castellano temas propios como "Las Viejas Molestan" y varias versiones de grupos de surf y beat de los años 60. En la provincia de Tucumán apareció Nery Nelson quien grabó rocanroles en castellano de autores locales y no versiones de canciones de Elvis Presley como se suele decir; Nery era promocionado por el sello Discofonia, llegó a editar sin repercusión alguna, y luego en RCA adoptó el apodo por Palito Ortega. El mismo sello editó a otro joven llamado Martín Meyer que contaba con el apoyo musical del compositor Aldo Legui. Editó un LP cantado en castellano El millonario del disco.[11]

A principios de los años 60 varios músicos estadounidenses del mainstream de la época como Johny Ray, The Platters, Paul Anka (que en su presentación en el teatro Opera cantó teniendo a una orquesta local dirigida por el baterista Enrique Corriale como acompañante), Dion DiMucci, Brenda Lee, Neil Sedaka y Chubby Checker visitaron el país. Este último y su estilo twist sirvieron de inspiración para una banda local llamada Los Jets, cuyo miembro Jorge Jackie Álvarez, formaría Jackie y los Ciclones. Ambos grupos cantaban en castellano tanto composiciones propias como versiones. En 1961 Tony Vilar editó su LP con el sello CBS con canciones de rock cantadas en castellano como "Quince años tiene mi amor", "Diablito", "Rock del Fuego" y "Rock del Abuelo".[21][22][11]​ Temas como "Rock del Fuego" eran de su propia autoría.

En julio de 1961, la discográfica multinacional RCA contrató a un músico bajo el seudónimo de Balder, que se había presentado en el programa Justa del Saber de Canal 7. Se editó un sencillo de 45 RPM con una canción de rock compuesta por el mismo Balder, "El rock del tom tom". Al poco tiempo se editó también su composición en castellano "Zapatos de pom pom". El artista se trataba de Alberto Felipe Soria, conocido como Johnny Tedesco.[23]​ El álbum vendió medio millón de copias en muy poco tiempo, convirtiéndose además en un éxito en las radios. Tedesco desarrolló un estilo muy influenciado por Elvis Presley que era una mezcla de rock, rockabilly y country y se impuso como intérprete en castellano de sus propias composiciones y de éxitos de rock internacional. "Presumida", "Un montón de amor", "Preciso tu amor esta noche", "Ocho días a la semana", "Coqueta" (composición propia) y "La plaga" son algunas de sus interpretaciones que ayudaron a consolidar el género rock en Argentina.[11]

En agosto de 1961, la multinacional CBS, para contrarrestar y contraponer el éxito y la figura de Tedesco, promocionó y editó a su nuevo artista Tony Vilar, que con temas propios en castellano como el rockabilly "Rock de Fuego" y "Bailando", o versiones del Dúo Dinámico como "Quince años tiene mi amor" o "Diablito" de Neil Sedaka. Tony representaba al típico hijo de inmigrantes italianos de la juventud del momento. Su segundo álbum se editó en 1962, de donde se destacan los sencillos "Despeinada", "Nada vale sin amor" y "Acomplejada", baladas de rock lento de tono intimista con la orquesta de Frank Ferrer (pseudónimo de Waldo de los Ríos) y solos de guitarra electroacústica. Si bien su éxito fue efímero, fue rápidamente eclipsado por la vertiginosa aparición del Club del Clan.[11]

En ese momento habían surgido Los Pick Ups, banda de Horacio Ascheri, que hacían canciones propias como "Mi promesa" y "Es La Locura". Radio Antártida, el nombre que tenía por entonces la Radio América, presentaba una programación de rock and roll todo el día de principio a fin, que contaba en su grilla con los programas Una ventana al éxito con Antonio Barrios, La discoteca de Juan José con Juan José May, Whiskeria de Johnny Carel y Círculo musical con Héctor Larrea.[11]

En 1963, el grupo Los de Fuego —o Sandro y los de Fuego— grabó canciones propias de rock en castellano "Peggy Peggy" y música beat "No Puedo Esperarte Más Nena", así como versiones de temas de rock y beat cantadas en castellano tales como "Te conseguiré", "Anochecer de un día agitado", "My bonnie" y "El dinero no puede comprarme amor", convirtiéndose en una de las bandas de mayor éxito comercial del momento. Más tarde ya disuelto el grupo y su otra banda de rock el Black Combo, su cantante Sandro empezó a cambiar radicalmente su estilo, abandonando el rock and roll clásico en castellano, para diseñar un repertorio más popular, siendo uno de los pioneros de la balada romántica latinoamericana, derivada del bolero, que se convertiría en el género pop latino por excelencia en las siguientes décadas.[24]​ Sandro le aportó temáticas, poses y ritmos extraídos del rock and roll, que la hicieron provocativa y atractiva para los jóvenes de los sectores más populares de las comunidades latinas de América, y muy especialmente para las mujeres. Aunque rechazado en general por el mundo del rock y tildado de "grasa", a partir de los años 1990 el rock nacional revalorizó a Sandro y varias bandas incluyeron sus temas en el repertorio, siendo algunos de ellos importantes éxitos, como "Dame fuego".[25]​ Su famosa canción "Tengo" ha sido situada en el puesto n.º 15 entre las 100 mejores canciones de la historia del rock argentino, por la cadena MTV y la revista Rolling Stone de Argentina.[26]​ El grupo Los Búhos, con los hermanos Merlo al frente, fue la primera banda que en aquellos años podía considerarse beatle, así como Los Tammys, del cantante Johnny Allon.

Los músicos chicanos y mexicanos de rock a finales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta ejercieron una importante influencia sobre el naciente rock argentino. En 1957 Ritchie Valens logró el primer éxito mundial en castellano gracias a "La Bamba", en tanto que las bandas mexicanas Los Teen Tops, Los Blue Caps y Los Locos del Ritmo realizaron exitosas adaptaciones en español de temas de Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard y Buddy Holly que se convirtieron en clásicos latinos, tales como "La Plaga" y "Popotitos". En Argentina hacían sus primeros éxitos locales Billy Caffaro y Tony Vilar con un estilo más internacional, pero adaptado a los modismos locales comenzando a diferenciar a las producciones Argentinas del resto, Tony fue el primer argentino en interpretar los llamados rock lentos o baladas slow, y su pieza más importante en este género fue el rock lento en castellano "Y los cielos lloraron" con Frankie y su conjunto (seudónimo de Waldo de Los Ríos). Muchos artistas de esa época señalan que las bandas mexicanas influenciaron a grupos del rock argentino como Los Gatos y Los Dukes entre otros, así como a casi todos los grupos similares de los demás países de habla hispana.[27][28][29]

Litto Nebbia contó en su libro Música progresiva argentina que se unió a una banda en 1961 en Rosario y que en ese momento existían muchos grupos influenciados por el rock mexicano. Las bandas estadounidenses eran la fuente de la música y las mexicanas las que tomaban ese sonido y lo exportaban a los demás países del ámbito hispanohablante.

LS10 Radio Libertad, presentó a principios de los años 60 un programa de radio que daría lugar a la nueva ola, un estilo de pop mezclado con twist, beat y rock que tuvo gran popularidad en Latinoamérica y Europa. El término provino del nouvelle vague del cine francés. En los estudios de la emisora transmitían varios artistas, que si bien no eran bien remuneradas, el medio les permitió hacerse conocer y llegar a tener cierta popularidad al presentarse en los clubes de barrio los fines de semana. Se sumaron al programa Johny Tedesco, Lalo Fransen, Los Pick Ups, Ricky Montana, Joe Twist, Gasparino —luego Indio Gasparino y más tarde Facundo Cabral—, Danny Palma (que grabó en Odeón una versión en español de "Muñeca rota", éxito de Johnny Halliday), Raúl Lavié (cantando en castellano éxitos de Paul Anka), Jolly Land, Los Jets y el dúo Los Novarro (de donde surgiría años después el solista Chico Novarro), entre otros. El actor y comediante Dino Ramos compuso junto con Ramón Ortega un rock que al ver su éxito y el potencial de un público juvenil, convenció a los dirigentes de Canal 11 de hacer un programa que se dirigiera a ese público, así se gestó Ritmo y juventud, que más tarde sería conocido como La cantina de la guardia nueva, que se transmitía los domingos de 19:30 a 20:30 hs. La multinacional RCA-Victor terminó por presionar para sacar a sus artistas del programa, por lo que Dino Ramos los reemplazó con otros de la nueva ola como Johnny Carel, Jerry y los HI-FI; Pablo Danielo, Ricardo Roda, Jim & Jerry (uno de ellos era Juan Marcelo), Danny Palma, Chicote López, Los Tammys, Ricky Montana, Beto Espinosa, Roxana, Donald y Juan Ramón (quién cantaba los recientes éxitos que surgían en Francia, Italia o Estados Unidos). Fue también un punto de resistencia a una multinacional como RCA-Victor, la fuerza de la discográfica CBS que se apoyó en Sandro y lograron promocionarlo, inclusive, sacando una película Convención de vagabundos con Ubaldo Martínez donde el gitano desplegaba sus habilidades musicales cantando una versión en castellano de "Rit Up" de Little Richard.[30]

Comandados por el ecuatoriano Ricardo Mejía, este armó un programa de televisión que tuvo una gran importancia en la escena musical latinoamericana: El Club del Clan, los sábados a las 20:30 hs. Formaron parte de su programa diversos artistas que venían de bandas de rock and roll y que adoptaron seudónimos, vestuarios y personalidades propias: Johnny Tedesco, Nicky Jones, Lalo Fransen, Raúl Lavié, Chico Novarro, Rocky Pontoni, Galo Cárdenas, Perico Gómez, Horacio Molina, Raúl Cobián bajo el seudónimo de Tanguito (sin relación con quien más tarde también se lo conoció como Tanguito, cuyo nombre real era José Alberto Iglesias), Pino Valenti y Palito Ortega, y entre las mujeres Jolly Land, Violeta Rivas y Cachita Galán. Apoyados gracias a este programa televisivo, tuvo gran repercusión el grupo Los Red Caps, probablemente la primera dream band o supergrupo en la música argentina moderna, formada por Johnny Tedesco, Lalo Fransen, Nicky Jones y Palito Ortega. Una de las claves del éxito de El Club del Clan fue su estrategia de venta, sus LP recopilatorios, que en verdad costaban $626, eran vendidos a $160 y así todos los hogares conocían a los artistas.[30]

Por problemas de negocios, el programa terminó y su sucesor donde fueron los artistas fue Sábados continuados en Canal 9. Aparecieron también competidores que no llegaron a los mismos niveles de popularidad que el Club del Clan, programas como el ya mencionado Ritmo y Juventud que era apoyado por la discográfica Dis-Jockey y donde estaban Chicote López, Chiquita Saldi, Haydée Warren, Eduardo, Ricardo Roda, Chico Miranda, Tony Vilar, Ricky y Los Solitarios, Los Wonderfulls, Los Five Rockers, Los Flamantes, The Lonely Boys, Los Jaque Mate, Sósimo y los Demonios, Tony Maara, Juan Ramón (uno de los que sobresalieron, apareciendo en películas como El galleguito de la cara sucia). Por su parte, CBS promocionaba a una nueva estrella para competir con Palito Ortega en el rol de chico común, se trataba de Leopoldo Dante Tévez, natural de Atamisqui, un pueblo de Santiago del Estero, se lo conoció con el seudónimo de Leo Dan. CBS también lanzó otros cantantes de perfil más humilde como Larry Moreno y Yaco Monti.[30]

Con el paso del tiempo se produjo un repudio generalizo contra el Club del Clan y todo lo que representaba, nació el término de "música complaciente" para calificar la propuesta "popera" (es decir, relativa al género pop) carente de todo compromiso ideológico. Daniel Colao y Rafael Abud en declaraciones a la revista Rock Superstar en 1978, hacían un análisis atribuyendo el ánimo despreocupado de la nueva ola y El Club del Clan a que en ese tiempo se suponía que existía un buen pasar económico de Argentina. Ediciones mal intencionadas de este artículo han reproducido citas totalmente descontextualizadas para probar una supuesta complicidad entre "sistema" y el show televisivo. Pero los autores solo buscaban probar que las letras del Clan hablaban de temas cotidianos, como el servicio militar pero también el hogar.

El hogar: "Mirando en el mapa veo montañas y ríos y mil caminos que pasan, pero mi pueblo y mi casa ¡ay caramba! no figuran en el mapa". ("El mapa" - Palito Ortega).[30]​ La escuela: 'De qué me sirve el latín, no sé, no sé; quisiera saber qué puedo decir mejor en latín que en mi lengua natal, si a mi me gusta más el twist que el latín'. "De qué me sirve el latin" - Violeta Rivas.[30]​ La familia: "Qué suerte que tengo una madre tan buena, que siempre vigila mi ropa y mi cena: qué suerte mi padre callado y sereno, qué suerte el amor, qué suerte la escuela, qué suerte escuchar la voz de la abuela". ("Qué suerte" - Violeta Rivas).[30]

Frecuentemente se ha criticado y acusado al Club del Clan por "complaciente" hacía la dictadura del general Juan Carlos Onganía, llegando a ser acusado de querer imponer un estilo de vida "sumiso" a la juventud.[31]​ Sin embargo cabe destacar que el dictador Onganía comenzó a gobernar desde junio de 1966, fecha en la cual el Club del Clan ya estaba disuelto.[32]​ La música juvenil de la época solía criticar al colegio o al menos referirse a él de forma humorística, sin que eso haya suscitado acusaciones que vean intenciones encubiertas. Es el caso de "School Days" de Chuck Berry,[33]​ Sacre Charlemagne de France Gall,[34]​ Pitagora de Adriano Celentano,[35]​ Laisse tomber les filles de la ya mencionada Gall,[36]​ o "Matemáticas" de Los Teen Agers[37]​ y "Banco de Colegio" de Los Tammys.[38]​ Los dos últimos temas son otras canciones de rock en español compuestas por bandas argentinas previas a 1967.

Anteriormente Los TNT oriundos de Uruguay gracias a su estilo de rock and roll adolescente y enérgico, habían cosechado el suficiente éxito a fines de los años 50 y principios de los 60 a tal punto de llegar a probar suerte en Europa. Su éxito les permitió expandir su carrera en España, por lo que se fueron de la escena local. Pero aquella experiencia había mostrado que las bandas uruguayas podían llegar a copar Argentina.[11]

En 1964 al igual que en el resto del mundo el fenómeno The Beatles tuvo una fuerte repercusión en la Argentina. El rock internacional empalmó con una generación (nacida aproximadamente entre 1945 y 1960), politizada y movilizada a través de organizaciones estudiantiles y sindicales, que comenzaba a enfrentarse en la calle a las dictaduras militares (sobre todo a partir de 1966), con una activa participación de los jóvenes, tanto varones como mujeres, de la extensa clase media del país.[39]​ Esa generación simbolizó su identidad con el rock y la revolución sexual, que opusieron como ruptura radical al tango y a la doble moral machista de sus padres.[40]

The Beatles comenzaban a remontar gran popularidad en el país, además de su música, su estética y sus desafiantes peinados tildados frecuentemente de "melenudos. La discográfica EMI-Odeón en su LP compilado El monstruo despierta los llamaba Los Grillos. Cuando en 1964 Canal 9 anunció la venida del grupo a la Argentina, una multitud juvenil fue a recibirlos al aeropuerto de Ezeiza y la transmisión televisiva llegó a 63 puntos de ráting, para encontrarse con la sorpresa de que no eran The Beatles, sino The Beetles, The American Beetles; pese a ello el grupo estadounidense desencadenó una euforia masiva equivalente a la que podrían haber desencadenado John, Paul, George y Ringo, tocaron en varios teatros y realizaron un recital en el microestadio de Huracán.[41]​ The Beatles en Argentina al igual ue en varias partes del mundo fueron una sensación popular muy grande, y se terminaron de imponer por sobre aquellos que pretendían seguir con Paul Anka, Neil Sedaka, Rita Pavone, Edoardo Vianello, Richard Anthony y Trini López.[30]

En 1966, Sam (Santiago Malnati) frecuentaba La Cueva de Pueyrredon y cantaba todas las noches, junto con Tony Osanah, Billy Bond, Javier Martínez, y muchos otros músicos de la época. Fue cuando tuvo la oportunidad de grabar en RCA Victor "Paint in Black" y "Wild Thing" con su dúo SAM & DAN, guitarra y bongo, salió en marzo de 1966 y en junio se editó el segundo sencillo en español con "Que culpa tenemos nosotros" música de protesta y "El Ultimo Tren a Clarksville". En diciembre iba a salir la tercera y última placa de Sam & Dan con "La Nueva Generación" y "Te quise Te quiero y te querré", ambas de autoría de Sam. En los carnavales de 1967 se realizaron cuarenta shows en Buenos Aires acompañados por el grupo Los Gatos. Sam después como solista canto junto a Pappo en el álbum de Almendra la canción "Figuración". Y también con Sam y su grupo participó del primer festival BA ROCK en el Velódromo de Palermo. En 1970 Sam fue a trabajar como productor en la Odeon Pops de Argentina, donde produjo a Trio Galleta, Sociedad Anónima, Sucesso —con la música de Sam "Se mete Se mete"—, Los Bárbaros, Los Blue Caps, Los No, Madera Tallada, The Gipsys, Gamba Trio, Freedom, The Tasaday y Las Mini Shorts. En 1973 se fue a vivir al Brasil donde produjo a Gretchen, Domino, Nahim, Lady Lu, Black Juniors, y otros artistas.

En la Argentina la llamada "invasión británica" (con bandas como The Beatles y The Rolling Stones, que influyen a bandas argentinas hasta el día de hoy), fueron tan influyentes como la ola de rock & roll clásico estadounidense, tanto para el gusto juvenil inicial por el rock & roll internacional como para el surgimiento del merseybeat argentino en español.[42][43][44][45][46][45]

Pero fueron las notables «invasiones uruguayas» entre 1964 a 1965 las que contribuyeron decisivamente en Argentina para que se comenzara a tocar música beat en el país. Inspirados en el nuevo rock británico, muchos músicos jóvenes uruguayos comenzaron a emular sus sonidos. Tres bandas, Los Shakers, Los Mockers y Kano y Los Buldogs[47]​ tomaron el estilo de The Beatles y The Rolling Stones, respectivamente, cantando en inglés y así pasaron a Buenos Aires.

A mediados de los años sesenta y durante pleno auge de la invasión británica, las bandas beat uruguayas alcanzaron cierta popularidad en Sudamérica..[48]​ De entre todos los grupos uruguayos, Los Shakers se destacaron en particular. Si bien eran un grupo beat inspirado abiertamente en The Beatles su sonido se destacó con un estilo propio, una notable calidad musical en sus interpretaciones y originalidad en muchas de sus composiciones.[49]​ Los Shakers comenzaron a presentarse en vivo en muchos programas de televisión de Uruguay, Argentina y demás países. Debido a su decisión de no desarrollar las letras de sus canciones en castellano, su popularidad decayó.

A fines de los 60, apareció la llamada música beat en Argentina enrolando tanto a grupos que cantaban en inglés como los que preferían el español. Los Gatos y Almendra fueron algunos de los grupos más populares de esta movida, que pese a lo afirmado por la historiografía tenía raíces en el viejo rock and roll. Luis Alberto Spinetta dio sus primeros pasos con su grupo The Hammers, un conjunto similar Los Teen Tops y vestidos como el protagonista de la serie de televisión Mike Hammer.[11][cita requerida] Del mismo modo, en 1963 en Rosario se habían formado los Wild Cats, una banda con influencias a Elvis Presley, pero en 1964 su cantante tuvo que abandonar el grupo para hacer el servicio militar obligatorio, por lo que en su reemplazo trajeron a Litto Nebbia, de apenas quince años de edad. Pese a su temprana edad Nebbia era compositor y con su incorporación pasó a llamarse Los Gatos Salvajes.

Hacia 1965 el rock experimentó un rápido desarrolló en Argentina con la aparición de numerosas agrupaciones tales como: The Seasons con Carlos Mellino y Alejandro Medina, Los Vip's grupo de Charly Leroy, Los In, banda de Francis Smith y Amadeo Álvarez que interpretaba algunos temas propios, Sam & Dan duo de la RCA que entraría con el nuevo sello "VIK La Nueva Generación", Los Bestias (antecedente de Los Blue Men), Los Bishops y Los Jerks (génesis de La Joven Guardia), Los Knacks, Los Interrogantes, Telmo y Los Stones, Los Comanches, el Cuarteto Sir John, Billy Bond y el Lew Cuarteto, el Gamba Trío en Odeon Pops, los Larkins (cuyo integrante más conocido actualmente sería Luis Alberto Spinetta) y muchos otros que solían presentarse en el programa La Escala Musical, competencia del Club del Clan. Sam y Dan y Billy Bond cantaban en español, aunque a veces recurrían al inglés. El resto de los grupos poseía composiciones propias aunque cantara en inglés.

Los Gatos Salvajes también fueron parte de esa generación, alcanzando repercusión gracias a la promoción de su compañía discográfica Music Hall, que les dio apoyo logístico y económico y les consiguió presentaciones en programas y multitud de fiestas. En 1965 grabaron su álbum debut con influencias de bandas modernas de los años 60 como The Rolling Stones y The Kinks, y que incluía el éxito "Bajo la rambla", una versión de "Under the boardwalk" de The Drifters que también fue un éxito en la música mainstream argentina de la época. Su disco debut poseía nueve temas propios en español, un instrumental propio y dos covers de los cuales uno solo estaba cantado en inglés.

Pero sería en la escena underground de Buenos Aires donde las piezas fundamentales del rock argentino de fines de los 60 comenzaron a emerger. Un reducido grupo de roqueros comenzó a encontrarse en espacios como "La Cueva", un local musical nocturno ubicado en Pueyrredón 1723, cercano a Plaza Francia, el Auditorio del Instituto Di Tella (Florida al 900) y bares que no cerraban durante la madrugada como la legendaria pizzería "La Perla" de plaza Once. En ese pequeño núcleo inicial se encontraban jóvenes músicos que luego se volverían famosos, como los rosarinos Litto Nebbia y Ciro Fogliatta, los uruguayos Hugo Fattoruso y su hermano Osvaldo, los porteños Mauricio Birabent (luego conocido como Moris), Pajarito Zaguri, Javier Martínez, Sam (Santiago Malnati), Francis Smith, Claudio Gabis, Pappo Napolitano, Carlos Mellino, Alejandro Medina, Daniel Irigoyen (Los Mentales) y los bonaerenses Miguel Abuelo y Tanguito, entre otros, así como los poetas Pipo Lernoud y Miguel Grinberg.

Estos estaban también fuertemente influenciados por la música moderna internacional,como el merseybeat británico. Eran seguidores de la música de autores y bandas como The Beatles, The Rolling Stones, Bob Dylan, Joan Báez, Jimmy Hendrix, Crosby, Stills, Nash & Young y Frank Zappa.[50]

Los Beatniks, grupo del cual Moris, Zaguri y Martínez eran miembros (todos nombres importantes para el rock argentino) grabaron algunos de los primeros temas de beat en español con temática de protesta. Formados en Villa Gesell, una playa de la costa atlántica, grabaron en 1966 el sencillo "Rebelde" con "No finjas más", considerado incorrectamente el primer corte de difusión de rock argentino;[51]​ ya hemos visto cómo el rock en castellano existía desde 1956. Este sencillo no tuvo mucha repercusión, y se llegaron a vender solo 200 copias.

El 3 de julio de 1967 se lanzó el sencillo «La balsa» de la banda Los Gatos, abriendo una nueva era en la historia del rock argentino. «La balsa» se convirtió en un fenómeno que arrasó con toda la escena tal y como se conocía hasta ese entonces. El sencillo obtuvo un éxito descomunal que shockeó a propios y extraños: vendió 250.000 copias.

«La balsa» estableció un nuevo modelo de hacer canciones en la escena del rock argentino: cantadas en español en lugar de en inglés, composiciones originales en lugar de covers, con inclusión de elementos argentinos como su jerga, y con temáticas relacionadas con ideologías contraculturales.

«La balsa» dio origen a toda una escena de música beat contracultural (conocida en su momento como "música progresiva"), y el género pronto contó con sus propios sellos discográficos, revistas, festivales, películas y programas de radio y televisión.

Por otro lado, también empezaron a establecerse diferencias entre la misma música beat: los seguidores de su ala contracultural comenzaron a llamar despectivamente como "música complaciente" al otro ala de la música beat, que tenía canciones sin compromisos ideológicos.

El impacto de «La balsa» fue tan fuerte, que se consolidó en el imaginario colectivo el mito de que el pop-rock argentino nació en 1967 cuando Los Gatos lanzaron «La Balsa», compuesta en el toilette de la cafetería La Perla del Once, por José Alberto "Tanguito" Iglesias, cuando en realidad grupos beat argentinos cantando en castellano ya existían desde muchos años antes, como el caso de Los Búhos, liderados por los hermanos Merlo y de notable éxito mediático entre 1964 y 1965. Lo cierto es que toda actividad pop-rock en Argentina previa a «La balsa» pasó a ser negada, menospreciada o tildada de "no ser verdaderamente rock argentino". Esta visión se trasladó incluso a los trabajos académicos y formales, como los libros de la historia del rock argentino que salieron a lo largo de las décadas siguientes: todos comienzan sus cronologías en los años '60. Solo a partir de los años 2010 surgió una nueva camada de historiadores del rock argentino que empezaron a cuestionar a los historiadores clásicos, investigando y publicando acerca de toda la actividad de rock en Argentina pre-«La balsa».


Fue fundamental el éxito que tuvo la música beat en el público joven, ya que dio lugar a que la discográfica CBS, la principal promotora de este género, venciera a su rival RCA que hasta entonces había dominado la industria musical argentina.[30]​ Comenzó así una contracultura que escandalizaba por lo revolucionaria que era su propuesta en la sociedad argentina de la época. La Joven Guardia promovía este nuevo sentir de la música beat con su éxito "El extraño de pelo largo", que llevaría a que con ese nombre se hiciera nada menos que una película y con Lito Nebbia actuando en ella. Del mismo modo, su otro éxito "La extraña de las botas rosas" también tuvo mucha repercusión cuando fue usada en una publicidad de Coca-Cola filmada en República de los Niños. Los nombres de los conjuntos también llamaban la atención, en ciertos casos por lo bizarros que eran: Los In, Carlos Bisso, Conexión N°5 (de los que cantaban en inglés), Pintura Fresca (hacían versiones en inglés de canciones que componían en español los argentinos), Los Walkers, Trocha Angosta, Los Tíos Queridos, Los Banana, Piel Tierna, Kano y Los Bull Dogs, Solvente. El grupo uruguayo Los Iracundos también estaban dentro del beat, y Los Pick Ups que ya venían de principios de los años 60 y habían hecho el cambio de sonido.[30][55]

Desde los principales medios empezaba a lanzarse esta nueva música beat. Por radio, Modart en la noche con la música de Ricardo Kleiman y conducción de Pedro Aníbal Mansilla, y Música con Thompson y Williams, mientras que por televisión se transmitía Sótano Beat, Alta Tensión y Música en Libertad. Los medios también usaban la música beat para la publicidad, como "Verano naranja" de Donald que era usado en una publicidad de la gaseosa Crush, y "Tiritando" que era usada en una publicidad de cigarrillos donde aparecía una niña de 17 años fumando Liliana Caldini. En ese momento en la música beat no se hacían distinciones entre bandas que tuvieran temáticas ideológicas y las que no. Mientras Donald, Tormenta, Juan y Juan, Sabú, Heleno, Raúl Padovani, Silvestre, Quique Villanueva y Cacho Castaña pertenecían al beat más comercial, Arco Iris, Piero, Pedro y Pablo a menudo hacían música con algún mensaje, sumados a una nueva corriente con nuevas revistas como JV, Baño, Pinap, Cronopios, La bella gente y la clásica Pelo.[30]

En 1968 se fundó la primera discográfica independiente en Argentina llamada Mandioca con el eslogan "la madre de los chicos". Entre sus creadores se encontraban Jorge Álvarez, Pedro Pujó, Javier Arroyuelo y Rafael López Sánchez, el sello fue creado como una tentativa a terminar con el mercado dominante que tenían las grandes productoras discográficas. Álvarez sería el cazatalentos principal, habiendo descubierto a músicos y bandas tales como Manal, Vox Dei, Almendra, Tanguito, Sui Generis (bajo el consejo de Claudio Gabis), Pappo's Blues, Miguel Abuelo y Moris.[56][54]

Poco tiempo después del cierre del sello Mandioca, Álvarez fundó una subempresa de Microfón, llamada Talent (o a veces Talent Microfón), cuyos lanzamientos incluyeron al álbum doble compilatorio de Manal, primer disco de David Lebón, Artaud (con una forma exclusiva), Vida, Confesiones de invierno y Pequeñas anécdotas sobre las instituciones de Sui Generis, como también el primer disco de Invisible.[57]

Al año siguiente se publicó el primer número de la revista de rock Pinap. En 1969 cuatro grandes festivales de música beat se llevaron a cabo: los conciertos June Sunday, Festival Nacional de Música Beat, Festival Pin Up y Festival de Música Joven.

Durante este periodo se formaron Almendra, grupo integrado por Luis Alberto Spinetta (voz, guitarra), Edelmiro Molinari (voz, guitarra), Emilio del Guercio (voz, bajo) y Rodolfo García (voz, batería) y Manal —trío influenciado por la música Afroamericana, considerado el primer grupo de blues cantado en castellano— integrado por Javier Martínez (batería y voz), Claudio Gabis (guitarra, piano, armónica) y Alejandro Medina (bajo y voz). Junto con Los Gatos, estas tres bandas son consideradas como la trilogía fundacional del rock argentino de fines de los 60.[58]​ Sin embargo, ninguno de estos grupos tendría una historia muy larga, ya que los tres se disolvieron a principios de los años setenta.

En 1969 Manal grabó la banda sonora para la película Tiro de gracia. El film además de ser un temprano documento del movimiento roquero es también, el primero con una banda sonora grabada por un grupo de rock argentino.[59]

El ala de la música beat más inclinada hacia lo comercial y que carecía de mensaje ideológico continuaría hasta el año 1973, ya que el director de la CBS, Francis Smith supo hacerse con los últimos días de la música comercial. Su sello representó nombres como Los Náufragos, Safari, Industria Nacional, y en una veta más melódica Leonardo Favio, Sergio Denis, Salako y Sandro.[30]

Palito Ortega declaraba, a raíz de la polémica de la Ley del 75% que se pretendía promulgar en Argentina y que perjudicaría al rock nacional:

Manal entró en contacto con Jorge Álvarez (un empresario que había tenido gran éxito en el negocio editorial),[60]​ en una fiesta organizada en la casa de Piri Lugones (cuys hijos eran amigos de los manales) hecha con el objetivo de que la banda conociese a sus futuros productores. Fue en esa fiesta donde Claudio Gabis le enseñó a Javier Martínez un borrador con unas líneas para armar la lírica de una futura canción, y una base musical que había armado. Martínez terminó allí mismo la canción en menos de una hora, se trataba de "Avellaneda Blues". El grupo le cantó este tema a Álvarez, quién quedó impresionado por la misma, convenciendose de que tenía que producir al grupo.[61]

Álvarez recuerda de ese momento:

Luego del fallido intento en CBS, Álvarez juntó a Pedro Pujó, Rafael López Sánchez y Javier Arroyuelo fundaron Mandioca en 1968, con el eslogan "la madre de los chicos", primer sello del rock argentino,[62]​ como una alternativa para aquellos grupos nacientes de rock que eran marginados por los grandes sellos discográficos.[60]​ La idea de Álvarez era, además de que las bandas pudieran grabar su trabajo con libertad, que las mismas tocasen en teatros, ya que ese momento no existían los conciertos de rock en Argentino, los grupos tocaban únicamente en clubes para que el público pudiera bailar.[63]

A finales de 1968, Mandioca editó su primer material al mercado, se trataba del primer sencillo de Manal: "Qué pena me das" con "Para ser un hombre más" como lado B que había sido grabado en octubre del mismo año.[64]​ Se trataba de un corte extraño para la época, pues los temas superaban ampliamente el límite de tres minutos de duración impuesto por las radios y el sobre que lo contenía era un costoso tríptico de elaborada gráfica, cuyo autor era el dibujante Daniel Melgarejo.[65]​ Pero este primer trabajo discográfico fue recibido por los medios con escepticismo, se difundió poco y la prensa criticó especialmente el uso del castellano en las letras. En su segundo sencillo publicado a mediados de 1969, "No pibe" con "Necesito un amor",[65]​ la banda logró un sonido más depurado y blusero, evidenciando una clara evolución técnica y de estilo en su interpretación.

Las sesiones de grabación para Manal, su primer álbum de estudio, iniciaron a mediados de 1969, prolongándose hasta los primeros meses de 1970. Se registraron nueve temas, dos de los cuales fueron descartados, aunque luego se incluyeron en el álbum doble editado en 1973 por el sello Talent, llamado también Manal. Manal recibió críticas elogiosas y fue uno de los álbumes fundacionales del rock argentino de fines de los 60,[66]​ además de ser el primero de blues en castellano en todo el mundo.[67]​ Pese a los críticos que padeció en su momento, Manal rompió con el mito que no era posible componer blues en castellano.[68]​ Una encuesta organizada por la revista Rolling Stone, situó al álbum Manal en el puesto n.º 3 en su lista de «Los Mejores 100 discos de Rock argentino».[69][63]

Así sintetizaba la naciente revista Pelo en su primer número de 1970 el momento de la música popular en Argentina:

Después de la separación de Almendra en 1970, Spinetta formó el cuarteto Pescado Rabioso y Edelmiro Molinari el trío Color Humano (ambos interpretando un hard rock de inspiración hippie), y Rodolfo García y Emilio del Guercio el grupo Aquelarre, cuya estética musical ya tendía a la fusión progresiva.

A principios de la nueva década, se destacó el grupo Vox Dei oriundos de Quilmes, integrado por Ricardo Soulé (voz, guitarra y violín), Willy Quiroga (bajo y voz), Rubén Basoalto (batería) y Carlos Godoy (guitarra y voz). Con una mezcla de hard rock y melodías sutiles, esta banda amplió el espectro musical del movimiento y le sumó importantes audiencias en el área suburbana que circunda a la capital argentina, en tanto que su álbum La Biblia fue uno de los trabajos discográficos más ambiciosos y reconocidos de comienzos de la década.[72]​ Por su parte, el trío La Cofradía de la Flor Solar, surgido de la comunidad alternativa homónima establecida hacia 1967 en la ciudad de La Plata e integrado originalmente por Kubero Díaz (guitarra y voz), Morci Requena (bajo y coros) y «Manija» Paz (batería), generó la obra musical más destacada de la estética psicodélica argentina, grabando un solo álbum —también producido por el sello Mandioca— en el cual colaboró, entre otros, el guitarrista Skay Beilinson, futuro integrante de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Más tarde participaron en la banda músicos de notable trayectoria posterior, como el violinista Jorge Pinchevsky.

Esta primera escena del rock argentino estuvo caracterizada por una gran cantidad de cambios en las formaciones de las bandas, y hasta intercambios de miembros entre ellas, o miembros de diferentes grupos formando agrupaciones nuevas.

Durante los años setenta se produjo un recambio generacional,[73]​ en donde la nueva generación de bandas de rock diversificaron aún más al género, tomando cada vez más independencia creativa del rock estadounidense y británico.

Aunque aún se seguía en la etapa experimental de las radios FM, empezaban a hacerse pasos firmes para que las estaciones FM fueran como lo que serían tiempo más tarde.

El 9 de julio de 1967 comenzó a transmitir por FM Radio Nacional Córdoba.[18]

En 1968 Radio Mitre comenzó a usar la frecuencia modulada, más que nada por necesidad: les cortaban los cables y eso interrumpía la señal.[74]

En 1970 Radio Municipal fue pionera en Argentina en transmitir en FM estereofónica.[18]

En 1975 se da un paso crucial en la historia de las radios FM: hasta ese momento los proyectos de señales FM transmitían en un segmento determinado del día y quedaban interrumpidos después de un tiempo. A partir de ese año se establecieron señales FM que serán regulares tanto en horario como en continuidad a través de los años, las primeras en seguir esta modalidad fueron Radio del Plata y Radio Rivadavia.[18]

A comienzos de los años setenta algunas bandas comenzaron a tocar rock más pesado, mientras que en el mundo surgía el heavy metal. Entre estas bandas estaban Pescado Rabioso, Vox Dei, Pappo's Blues y Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll. De todas ellas, Pappo's Blues sería una de las que más trascendencia cobraría, llegando a obtener reconocimiento en el exterior, cuando Pappo toco en el Madison Square Garden con B.B. King en la ciudad de Nueva York.

Junto con el surgimiento del rock pesado aparece una de las primeras tribus urbanas de Argentina: los firestones. Estos deben su nombre a un cartel publicitario de la compañía Firestone que está ubicado en la rotonda de Llavallol en el Camino de Cintura. Formada por seguidores de bandas como Pappo's Blues, Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll, Vox Dei y Orions, solían tener una actitud de rebeldía, anti-hippies, les gustaba andar en motos y los autos de carreras, la cerveza, el asado y las fiestas. La tribu urbana de los firestones sería un antecedente de lo que décadas más tarde sería conocida como la tribu urbana de los rolingas.[75][76][77][78][79][80][81][82][83][84][85][86][87][88]

Por otro lado, el primer festival B.A. Rock contó con varios de los artistas y bandas que encabezaron el movimiento acústico del rock: Gustavo Santaolalla formando Arco Iris; León Gieco que combinaría el rock y el folk; Sui Generis y el comienzo de la carrera musical de Charly García; Raúl Porchetto y Pedro y Pablo, entre otras bandas. Estos grupos no solo se inclinaron hacia el folclore argentino en busca de inspiración, sino también hacia otros sonidos latinoamericanos.

No obstante, también en ese B.A. Rock I de 1970 hubo algunos de los primeros episodios de violencia en la escena del rock argentino, con peleas entre la barra de Vox Dei y la barra de Los Gatos, además de amenazas y patoteadas de la barra de Katunga.[89]

A raíz del Festival de Woodstock de 1969, que había reunido 500 mil personas, pronto se despertó el interés de repetir una experiencia similar en territorio argentino. Fue entonces cuando el locutor radial Edgardo Suárez organizó con el apoyo de Coca-Cola y la municipalidad de Lobos el Primer Festival de la Música Joven de 1970. Este estaba programado para los días 19, 20 y 21 de septiembre (a modo de coincidir con el inicio de la primavera), a realizarse en un predio de 75 hectáreas del Country Club al lado de la Laguna de Lobos. Fue el primer intento de armar un megafestival en Argentina (algo que recién volvería a intentarse el 27 de diciembre de 1988 con el Festival tres días por la democracia, que juntó 150 mil personas en la avenida 9 de Julio): se armó una megaestructura nunca antes vista en Argentina, preparada para recibir a 200 mil personas, se pusieron 80 baños portátiles y un gigante escenario que albergaría artistas de tango, folklore y el plato fuerte del festival, los artistas de la música joven beat: La Barra de Chocolate, Manal, Los Gatos, Miguel Abuelo y La Cofradía de la Flor Solar. Hacia el 19 ya se habían juntado 30 mil personas dispuestas a tener buenas ubicaciones para ver un megafestival sin antecedentes en Argentina. Pero entonces, el gobierno militar bajo el dictador Levingston se aterró y canceló el megafestival antes de que pudiera realizarse. Argentina se quedaba así sin una oportunidad histórica de tener una experiencia como la que había sido el Festival de Woodstock, o como la que sería el año siguiente en México el Festival de Avándaro. Décadas más tarde se hicieron hallazgos en los documentos de mensajería de la Policía bonaerense:

En el B.A. Rock Sam y su grupo estaba constituido por: Héctor Starc, Nacho Smilari, Geraldo Bass, Black Amaya e Sam cantando. La proliferación de estas bandas y su creciente popularidad, sumado al hecho de que a comienzos de la década se dio el auge del movimiento hippie en la Argentina, llevaron al "Acusticazo" de 1972.[91]

En ese año murió Tanguito, arrollado por un tren. La película Tango feroz: la leyenda de Tanguito se inspiraría en su vida, aunque su correspondencia histórica ha sido muy criticada por testigos y especialistas, afirmando que poco tiene que ver la personalidad que le dieron al personaje a la del músico original. El citado año trajo una ola de violencia en algunos recitales, como el que ocurrió en el Luna Park en octubre, cuando la policía irrumpió en un recital a reprimir. Billy Bond comenta que:

El 20 de octubre de 1972, Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll participó en el fallido festival de rock en el cual resultaron dañadas las instalaciones del estadio Luna Park, debido al enfrentamiento entre la policía y el público. Los incidentes comenzaron antes del recital y se desataron cuando La Pesada, único grupo que aceptó salir al escenario en tales circunstancias, inició su actuación. Algunos medios atribuyeron los desórdenes a la conducta de Billy Bond en el escenario. En un artículo publicado en Clarín el 21 de enero de 2006, el guitarrista del grupo Claudio Gabis, que estuvo al momento de los desórdenes describe así la situación:

Varias bandas de rock acústico ganaron popularidad, como Vivencia, Pastoral y Alma y Vida.

En el transcurso de los años 70 el rock acústico continuó como estilo popular en el país. Y por primera vez en su historia, el rock argentino comenzó a aparecer en el exterior, cuando Sui Generis y Pastoral ganaron popularidad en Latinoamérica y el segundo grupo hasta llegó a editar un EP en Japón.[92]

En 1972 apareció Orion's Beethoven con su placa debut Superángel, una banda de rock y blues progresivo encabezada por los hermanos Ronán y Adrián Bar; teniendo su momento de fama ocho años después con su único éxito "Toda la noche hasta que salga el sol".

En febrero de 1973 se estrenó el primer documental destinado al género musical, Rock hasta que se ponga el sol. Pocos días después Argentina recuperó brevemente la democracia y se realizaron elecciones libres que ganó el peronismo, luego de 18 años de estar prohibido. Para celebrar el triunfo peronista, el 31 de marzo se organizó en el estadio del Club Argentinos Juniors en Buenos Aires, un festival de rock con la participación de las principales bandas y cantantes de Argentina de ese momento: Sui Generis, Pescado Rabioso, Pappo's Blues, Aquelarre, Lito Nebbia, León Gieco, Color Humano, Pajarito Zaguri, Raúl Porchetto, Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll, Vivencia, Gabriela, entre otros. Con una asistencia estimada en 15.000 personas, la lluvia obligó a suspender el festival a los pocos minutos de haberse iniciado.[93]

Sui Generis (integrado por Charly García y Nito Mestre) hizo una transición de un rock clásico y acústico a un sonido más eléctrico y visceral. En la escena underground argentina había bandas nuevas con un sonido diferente del rock acústico y pesado, influenciadas por un sonido acústico más experimental, el tango y el rock progresivo inglés. El rock progresivo argentino alcanzaría su pico de popularidad en 1975. En ese año, Charly y Nito terminaron con el grupo, dando dos conciertos conocidos como Adiós Sui Generis en el Luna Park el 5 de septiembre de 1975. En un principio las once mil localidades se habían agotado en dos semanas, por lo que se agregó una función, según Mestre fue el primer concierto multitudinario de rock en Argentina.[94][95]​ Se grabó una película a color con el mismo nombre sobre aquellos conciertos, en donde se pudo escuchar por primera vez canciones como "Bubulina", "Nena" y "El blues del levante". La película, estrenada durante la dictadura instalada en 1976, fue prohibida para menores de 18 años.[96]

Se sugiere que los conciertos de Sui Generis fueron el punto final de la tendencia hacia el formato acústico predominante en la escena, el rock acústico se fue disolviendo y las bandas se separarían o cambiarían su sonido, las que conservaron su estilo perdieron popularidad.[97]

A partir de 1976, el rock argentino pasó a una etapa de mayor sofisticación, experimentación y una música más conceptual. Sin embargo, unas pocas bandas acústicas como Pastoral y Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre siguieron teniendo éxito.

Poco después de la separación de Sui Generis, ocurrió un nuevo golpe de Estado, que dio inicio a una dictadura militar, este sería un hecho que cambiaría la vida argentina por completo y, por consiguiente, al rock nacional.

El 24 de marzo de 1976, el gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón fue derrocado por un golpe de Estado cívico-militar que se autodenominó Proceso de Reorganización Nacional, abriendo uno de los períodos más oscuros de la historia argentina, marcado por la represión, censura y la masiva desaparición forzada de personas. El rock argentino, al igual que la sociedad en su totalidad, sufrió el período de mayor censura de su historia. El rock era percibido como de carácter subversivo por los militares, y en un discurso de 1976 el almirante Emilio Massera, denunció a sus músicos y fanáticos como potenciales subversivos. Paradójicamente, entre fines de los años 1970 y principios de los 1980, surgieron una gran cantidad de bandas que serían de gran relevancia poco tiempo después. Antes del fin de la década se popularizó el underground en la escena del rock.[98]​ Varios músicos y bandas argentinas dejarían el país e irían a Estados Unidos[92]​ o, sobre todo, a Europa; especialmente a España -donde su legado influyó en el devenir del rock en ese país-.[99][100][101][102]

Artistas de todos los géneros fueron asesinados, desaparecidos o debieron exiliarse. Entre los músicos de rock que se exiliaron se encuentran Moris, Aquelarre, Crucis, Edelmiro Molinari, Gabriela, Gustavo Santaolalla, Arco Iris, Tomás Gubitsch, Miguel Cantilo y Roque Narvaja, e inclusive el productor Jorge Álvarez. Ya en el exilio Ariel Rot y Alejo Stivel fundaron Tequila, grupo de gran éxito en España durante, sobre todo, los años 1980.

Hacia 1973 la banda Contraluz combinó el rock con matices progresivos y folk. Este sería uno de los grupos más influyentes en los años previos al surgimiento del rock progresivo y sinfónico.[103]

Uno de los primeros grupos de rock sinfónico y progresivo fue Crucis. Su música atrajo seguidores en la escena underground, para luego comenzar a tocar en lugares más grandes. Hacia 1975 su música comenzó a tener más éxito, al punto de que el mismo Charly García fue a ver uno de sus conciertos para "comprobar su perfomance", ofreciéndose a producir su primer álbum.[104]

La banda Espíritu formada en 1973 fue un grupo de la última parte del apogeo del rock sinfónico. Su primer álbum Crisálida, es citado como su mejor trabajo.[cita requerida] La banda El Reloj, proveniente del heavy metal exploró el rock progresivo con su placa homónima de 1975.

En 1976 surgió la banda sinfónica Alas con artistas como Rodolfo Mederos, Gustavo Moretto, Carlos Riganti y Pedro Aznar en su formación. El músico y poeta Luis Alberto Spinetta encabezó su tercera banda Invisible, en ese año. El power trío de hard rock progresivo se convertiría en un cuarteto para su último álbum, orientado más hacia la canción y con matices de música autóctona (como la presencia de un bandoneón). Reino de Munt, otra banda de rock progresivo, contaría con Raúl Porchetto y Alejandro Lerner en sus filas.[92]

Luego de disolverse Sui Generis, Charly García formó La Máquina de Hacer Pájaros, otro exponente de rock progresivo. En esa época se formaron otros grupos sinfónicos y progresivos como Tórax, Ave Rock, Anacrusa y Materia Gris. En este contexto, Arco Iris continuó expandiendo su folk/rock jazzero-progresivo. Junto con Contraluz sería el mayor exponente del subgénero.

A pesar de esto, la música continuaría su desarrollo. Grupos como Vox Dei y Pappo's Blues mantuvieron su popularidad. Otra banda de heavy metal como Plus, hizo su debut en 1976 y mantuvo una importante influencia a finales de la década.

El rock argentino continuó con un sonido sinfónico durante el fin de la década de 1970; sin embargo, los años 1977 y 1978 estuvieron marcados por la separación de varias bandas: Crucis y Espíritu se convirtieron en dos de los grupos más conocidos del período.[cita requerida] La Máquina de Hacer Pájaros también contó con popularidad, siendo su primer álbum un gran ejemplo del rock progresivo de la época. En 1977 Crucis se separó, al igual que Pappo's Blues. Aquelarre retornó de España, pero luego de una gira se disolvió.

En 1977 comenzó a tocar una banda oriunda de La Plata llamada Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Con su particular música y los extraños atuendos con los que se presentaban a tocar, Los Redondos (como más tarde se los conocería) se convertirían con el paso del tiempo en una de las bandas más importantes del rock argentino moderno, llegando a convocar miles de personas en sus conciertos.

El grupo Soluna conformado por Gustavo Santaolalla grabó Energía Natural, con participación de Charly García en teclados. Si bien no logró gran éxito comercial, sí se ganó la aprobación de la crítica.[105]​ Ninguna de estas bandas logró mantener su popularidad y Soluna se disolvió en 1977.[105]

En 1978 se inauguró el Estadio Obras Sanitarias, que con el correr del tiempo se ganaría el apodo de el templo del rock argentino, por su crucial importancia: llegar al primer Obras como número propio era para las bandas un certificado de que se habían convertido en uno de los números principales de la escena argentina de rock. El primer recital en Obras, aunque prácticamente un ensayo con invitados, fue de Banda Spinetta, sin embargo el primer recital oficial fue el 3 de noviembre con Serú Girán. Ese año ganó el concurso pin-up la banda beatniks liderada por Juan Carlos Pinto.

A fines de la década se disolvieron varios grupos: luego de dos exitosos álbumes, el grupo de Charly García, La Máquina de Hacer Pájaros, se separó, al igual que Invisible. También Pastoral, que era uno de los pocos grupos acústicos que todavía seguían activos se separó en 1978. Alejandro De Michele formaría su nueva agrupación Merlín, al igual que Alas. El rock argentino sufrió una de las peores crisis desde su concepción y los medios hablaban abiertamente de la "muerte del rock nacional".[105]​ Sin embargo, durante ese periodo el rock argentino fue testigo de la aparición de la primera superbanda exitosa, Serú Girán, cuando los músicos Charly García, Oscar Moro, David Lebón y Pedro Aznar lograron con Serú Girán cosechar una gran popularidad con su propio estilo de rock, llegando al público de las clases bajas tanto como a los de los sectores mediosaltos.[106]​ Esto sucedió en gran parte gracias al sonido que el grupo captó por su estadía de tres meses en el nordeste de Brasil, el primer álbum de la banda estuvo claramente influenciado por la música brasileña, combinada con el rock progresivo y el jazz.

Durante el primer concierto de la banda para promocionar el álbum se dio una de las anécdotas más peculiares del rock argentino: en el recital, los fanáticos no entendieron los extraños trajes que la banda usaba (completamente blancos, excepto por Charly, que estaba con una chaqueta negra y zapatos); y luego cuando el grupo tocó "Disco Shock", una sátira de la música disco, la respuesta de la gente fue muy negativa, llegando a silbar y abuchear al grupo. Con los fanáticos clamando por canciones de Sui Generis. La gente no había captado el mensaje satírico que quiso dar la banda.[106]

Serú Girán lanzó su segundo disco, intitulado La Grasa de las Capitales en 1979. El álbum fue bien recibido por la prensa especializada y cimentaría su lugar como la mejor banda de la época.

Hacia comienzos de los años 1980, el país todavía se encontraba bajo control militar. Al inicio de la década Serú Girán seguía siendo una de las bandas más populares, aunque ya sus composiciones no eran tan pretenciosas. El tercer álbum del grupo, Bicicleta editado en 1980, fue recibido tibiamente al principio, pero con el tiempo se convirtió en uno de los clásicos del grupo. Tanto este como su anterior trabajo, La Grasa de las Capitales editado en 1979 se van alejando del rock sinfónico del primer álbum, mientras que el panorama musical argentino en general se vuelve más visceral y "simple", con menos arreglos. Serú Girán no se mantendría al margen de estos cambios, mientras en el rock argentino comenzaba a disolverse las composiciones sinfónicas y progresivas. Vox Dei entró en su tercera década de existencia y la popularidad de León Gieco como solista siguió creciendo.

Una de las últimas bandas importantes del período del rock progresivo fue Tantor, liderada por el guitarrista Héctor Starc fue un grupo más alejado del rock sinfónico y más experimental y progresivo, con influencias del jazz.[107]

Serú Girán se fue de gira a Brasil en 1980, donde la recepción que tuvieron fue de tal magnitud que los organizadores les pidieron que volvieran a tocar al día siguiente, pero junto con el grupo de jazz-rock Weather Report, entre otros. Posteriormente, en Buenos Aires, tocaron en La Rural, ante cerca de 60 000 personas y coreando "No se banca más", en alusión al gobierno militar. También tocaron junto al proyecto de Spinetta: Spinetta Jade. Este nuevo proyecto de Spinetta era una combinación entre jazz y rock, bastante infrecuente en el país en ese momento. Hacia los dos últimos álbumes su sonido se fue volcando más hacía el pop y con más influencias de la música electrónica, empleando samplers y sintetizadores.

En diciembre de 1980 fue la visita de The Police, que tocó en la discoteca New York City (14), el Estadio Obras Sanitarias (15) y el teatro Radio City de Mar del Plata (16). En el de Obras sucedió un episodio que se convirtió en legendario en el ambiente del rock argentino: una fan que estaba cerca del escenario fue golpeada por un policía y se la iban a llevar detenida, y el guitarrista Andy Summers, que había visto la escena, reaccionó pateando al policía para que la soltara. Los policías intentaron parar el recital pero el productor Grinbank apareció y los convenció de que dejaran que el recital se completara y ahí recién metieran preso a Summers. Grinbank y la embajada británica presionaron exitosamente y Summers salió a las pocas horas.[108]​ A largo plazo, la visita de The Police dejó contundentes efectos en la escena argentina de rock: quedaba claro que en el resto del mundo estaban sonando otros sonidos, muy distintos a los de una escena local aún muy apegada a los sonidos progresivos y hippies, y aunque la adopción de la new wave se dio con bastante lentitud en los años siguientes, ya estaba asentado el precedente de que ocurriría un cambio en el sonido de la escena argentina.

Serú Girán lanzó su cuarto álbum, Peperina en 1981, pero a finales del año Pedro Aznar decidió unirse al Pat Metheny Group en los Estados Unidos. El 6 y 7 de marzo de 1982, Serú Girán tocó por última vez en el Luna Park. Un momento muy destacado fue la primera y única interpretación de la canción "No llores por mi Argentina" (sin relación con el musical Evita).

Mientras tanto en la escena under tomo destacada relevancia el grupo Arsis con un estilo más pesado pero elaborado, fusionando ritmos e influencias tanto clásicas como del blues, rock y folklore local. Desde sus inicios Arsis realizó numerosos recitales y comenzó a participar en diversos festivales compartiendo escenario, entre otros, con Litto Nebbia, integrantes de Vox Dei, Los Jaivas, logrando gran aceptación del público.[109]​ Pero fue a partir del lanzamiento de su sencillo «Alborada» en diciembre de 1981 el grupo tuvo una mayor y destacada repercusión. Aunque Arsis agotó sus dos ediciones del disco simple, fortalecidos por la convocatoria que lograban en sus recitales, rechazo propuestas de compañías y productores discográficos eligiendo definitivamente su rol de banda independiente y subterránea.

A comienzos de 1982, Gustavo Santaolalla editó su álbum Santaolalla, acompañado por una banda integrada por Alfredo Toth (bajo), Willy Iturri (batería), Alejandro Lerner (teclados), Rubén Rada (congas), Oscar Kreimer (saxo), Osqui Amante (percusión) y Mónica Campins (coros). El álbum ha sido considerado «el primer disco de rock moderno de la Argentina».[110]

La economía argentina se encontraba en plena recesión hacia 1982, y el descontento contra el gobierno militar iba en aumento. El 2 de abril, la Junta Militar inició un desembarco de tropas militares en las islas Malvinas (territorio históricamente reclamado por Argentina), más tarde dando inicio a la guerra de las Malvinas, como un intento desesperado por mantenerse en el poder mediante la manipulación del apoyo popular a través de una reivindicación que data de hace más de cien años. Miles de jóvenes fueron mandados a la guerra mal entrenados, y sin equipamiento ni abrigo correspondientes. Luego de cientos de bajas en las filas argentinas, los británicos finalmente lograron retener su control sobre las Malvinas. Tras el estrepitoso fracaso en la contienda por parte de la Junta Militar, el gobierno llamó a elecciones tras siete años de dictadura. Si bien la guerra de las Malvinas fue uno de los episodios más trágicos de la historia argentina reciente, tuvo el paradójico efecto de revitalizar el rock argentino. Mientras la guerra se desarrollaba, se prohibió la música en inglés, lo que dio todavía mayor impulso a la música en castellano.

En mayo de 1982 el Festival de la Solidaridad Latinoamericana juntó a algunas de las bandas más destacadas de ese momento. El recital tuvo el objetivo de apoyar a las tropas que luchaban en las islas, aunque era también una forma encubierta de protesta contra la guerra y un llamado a la paz.[111]​ Paralelamente, el rock en inglés era censurado en las radios y los programadores debían llenar el espacio que dejaba el rock en inglés con rock argentino.[112][113]

También aparecieron una serie de bandas más enfocadas en el aspecto «humorístico» de la música, como Los Twist, Suéter y las Viuda e Hijas de Roque Enroll.[114]​ Los Twist irrumpieron en la escena con canciones de contenido político, pero con toques de humor como «Pensé que se trataba de cieguitos» y «Tomá, matate». Viuda e hijas de Roque Enroll fue el primer grupo de rock formado exclusivamente por mujeres. Sus composiciones «Lollypop», «La silicona no perdona» y «Las familias argentinas» introducen canciones con ritmos bailables, fueron muy irradiadas. Suéter por su parte también tendría su lado cómico con letras bailables como «Mamá planchame la camisa», «Métodos» y «Ciudadano ilustre». Pero a diferencias de las dos primeras agrupaciones se caracterizaron por su lado más serio y llegaron a lo más alto del pop rock de la década con temas como «Amanece en la ruta», «Vía México» y «Él anda diciendo».

Argentina entró en diciembre de 1983 en una nueva etapa de su historia, con la inauguración del gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Entrar en democracia significó la desaparición del aparato represivo y de censura del gobierno militar, por lo cual la libertad de expresión volvió a florecer. Las canciones que criticaban al gobierno militar se multiplicaron, algunas con letras alegóricas, como «Tiempos Difíciles» de Fito Páez (cantada por Baglietto), «Maribel se durmió» de Spinetta (dedicada a las Madres de Plaza de Mayo[115]​), «Puede verme» y «Ángel del pasado» de Ignacio Copani, «Sólo le pido a Dios» de León Gieco o «Los dinosaurios» de Charly García. Críticas más directas contra el gobierno militar provinieron de bandas punk como Los Violadores (con canciones como «Represión») y de Heavy Metal como V8.

Paralelamente, Almendra y Manal se volvieron a juntar. Charly García y Luis Alberto Spinetta continuaron con sus carreras solistas y Moris retornaría de España. Finalmente, sectores del rock nacional comenzaron a pasar del sonido «solemne» y progresivo del rock sinfónico a una música más irreverente y accesible, lo cual ayudaría al rock nacional a expandirse en el exterior.

En los últimos días del rock sinfónico, un gran número de bandas influenciadas por los últimos géneros musicales mundiales post-punk y new wave comenzaron a aparecer. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota fue ganando escala nacional a partir de su política de independencia frente a las empresas discográficas y sus particulares letras. En 1979, en La Plata, los hermanos Julio, Marcelo, y Federico Moura, formaron una banda pionera del género new wave llamada Virus. Mientras tanto, aparecieron las primeras influencias de la nueva ola del heavy metal británico en el continente; Pappo, influenciado por este nuevo género —desde donde surgían bandas como Black Sabbath y Judas Priest— luego de su viaje a Europa, fundó Riff, que si bien adoptaba la estética del metalero —basado en la estética de personajes del metal como Rob Halford— su sonido es a veces más comparado al del hard rock que al del propio heavy metal. Para ese entonces, la banda V8 sería la que definiría al heavy metal en Argentina, principalmente para el comienzo ya de los años 1981 a 1982 y finales de la dictadura.

En Buenos Aires, tres jóvenes influenciados por el Post-punk británico comenzaron a intercambiar ideas, armando una banda con el nombre de Soda Stereo, que se convertiría en la banda más popular del rock iberoamericano. En ese tiempo el circuito del Café Einstein le da espacio al punk y dark rock, presentando grupos como Sissi Hansen y Geniol con Coca, entre otros.

En 1980 apareció una de las primeras bandas de punk rock en Argentina, Los Violadores. Si bien ya existían bandas del género como Los Baraja, se toma a Los Violadores como el primer grupo de punk por ser los primeros en editar un álbum. Miguel Abuelo retornó de Europa e ingresó en Los Abuelos de la Nada, que contaría con Andrés Calamaro. Los Abuelos de la Nada durante los años 1980 marcaron el comienzo del estilo pop-rock, gracias a las composiciones de Calamaro, que incorporaron sonidos más modernos y bailables que llamaba la atención de los jóvenes.

En 1981, Miguel Mateos, luego de hablar con Freddie Mercury, ganó la oportunidad de telonear a Queen en su show en Buenos Aires, con su banda Zas. En la Provincia de Mendoza, surgiría una corriente denominada Rock de Mendoza y la agrupación más representativa sería una banda de pop rock llamada Los Enanitos Verdes; que comenzarían a tocar como un trío hacia el año 1979. En 1981 un italo-escocés educado en Escocia llamado Luca Prodan llega a Argentina y se instala en Traslasierra en Córdoba escapando de su adicción a la heroína para terminar formando la banda Sumo. En 1984 aparecería otra banda de Mendoza, Alcohol Etílico; autores del mega éxito «Lamento boliviano» (que años después sería interpretado por sus Los Enanitos Verdes en su álbum Big Bang de 1994).

También surgirían varios solistas que lograron consagrarse y mantener su popularidad hasta el día de hoy. Algunos de estos son Juan Carlos Baglietto (que tenía confianza en un joven músico rosarino llamado Fito Páez), Alejandro Lerner, Lalo de los Santos y Celeste Carballo.

En 1982 Omar Chabán, abrió el Café Einstein, por donde tocaron en sus comienzos bandas como Sumo, Soda Stereo y Los Twist, y performances como las de las Bay Biscuits y Geniol con Coca. Sumo contaba con una formación ligeramente diferente en sus primeros días, en la batería se desempeñaba la británica Stephanie Nuttal, quien debió volver a su país natal luego del estallido de la Guerra de las Malvinas.[116]​ También en 1982 Charly García lanzó su disco debut como solista Yendo de la cama al living. En esta etapa (1982 - 1985), surgirían grupos que tendría una existencia efímera, como Púrpura, Metrópoli, Cosméticos y Nylon.

En 1984 Patricia Sosa y su banda de heavy La Torre fueron votados como banda del año, Del 63 de Fito Páez como álbum del año y el sencillo «Solo quiero rock and roll» como la canción del año.[117]

A otra banda con una chica en la voz, Los Twist, también les estaba yendo bien, pero sufrió un gran golpe con la partida de Fabiana Cantilo. Ésta a su vez lanzó su primer álbum solista titulado Detectives que contó con la producción de Charly García. Músicos de la talla de Fito Páez, Luis Alberto Spinetta y León Gieco participaron en la grabación. El disco fue presentado un año después debido a la internación de Fabiana por motivos de adicción y no haber dormido durante varios días. En ese año se formaría en el Barrio de Flores, una banda post punk llamada Don Cornelio y la Zona, llegaron a las estaciones de radio con su hit: Ella Vendrá; canción compuesta por su líder Palo Pandolfo. Al igual que Don Cornelio y La Zona; surgirían a mediados de los ochenta, otras agrupaciones ligadas al género del dark, entre ellos Fricción, El Corte y La Sobrecarga.

La era dorada del rock de Argentina quedó claramente marcada al comenzar las bandas y solistas sus campañas de expansión y giras internacionales, batiendo récords de ventas de álbumes y asistencia en recitales en varios países del continente americano.

A medida que la década fue avanzando, se hizo más notorio que las nuevas bandas no se parecían en nada a lo que se había hecho antes:[118]Los Violadores fueron pioneros del punk en Argentina; Virus sorprendió con su sonido new wave y synthpop; Sumo, por otra parte, con su rara mezcla de reggae, rock y punk, terminaría siendo una banda de culto dentro del rock argentino,[119]​ a pesar de que Luca Prodan cantaba principalmente en inglés, lo que dificultó su llegada al público; y Soda Stereo, con su sonido new wave y post-punk se convertiría en una de las bandas más importantes del rock argentino. Los Abuelos de la Nada y G.I.T. hallaron cierto éxito en el exterior.

Hacia 1985, año en que se formó Los Fabulosos Cadillacs, varias bandas nacionales comenzaron a recibir atención por parte de radios latinoamericanas. Por ese entonces surgirían grupos de pop rock efímeros como Cosméticos y Alphonso s'entrega, ambas bandas de éxito pasajero. El rock nacional comenzó a «escalar» los Andes: primero Chile, luego Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, etc. Zeta Bosio, de Soda Stereo, comentó acerca del fenómeno:

Muchos de los roqueros argentinos firman con las transnacionales y esto les garantiza distribución latinoamericana. A fines de ese año se produce la separación de los Abuelos de La Nada, y comienzan a ganar popularidad grupos con más estética en la imagen, como Soda Stereo.

Soda Stereo es una de las bandas más exitosas e influyentes del rock en castellano que desató un movimiento de adhesión masiva en América Latina conocido como «sodamanía».[121][122]​ En sus comienzos, la banda estuvo influenciada por bandas de new wave como The Police (generalmente se los conoce como los «Police argentinos»)[cita requerida] , Talking Heads y The Cure. Con su primer álbum, intitulado simplemente Soda Stereo (1984), lograron el éxito nacional; sin embargo, se los acusó de frívolos,[123]​ al igual que a Virus.[124][125]​ Su segundo disco, Nada Personal, fortaleció la popularidad de la banda, con hits como «Nada personal» y «Cuando pase el temblor», abriéndoles las puertas al mercado latinoamericano. En 1986 Soda Stereo lanzó Signos, que consagraría su popularidad con éxitos como «Persiana americana». Los miembros se embarcaron en una gira latinoamericana y grabaron el álbum en vivo Ruido Blanco. Con la gira de Signos, los Soda Stereo se convirtieron en estrellas internacionales. El grupo continuaría con su éxito hasta su separación, y luego de esta se convertiría en una banda mítica del rock argentino.

Soda Stereo llegó también a su vecino no hablante de castellano. La versión en portugués de su canción De música ligera, llamada "À sua maneira" (2002), por la banda de rock Capital Inicial, fue um gran hito en Brasil y es una de las músicas más conocidas en el país hasta hoy.[1]

En 1985 hizo su debut discográfico la banda under Sumo, tras haber sido vistos en vivo por un productor de la CBS. La placa se llamó «Divididos por la felicidad», en referencia a uno de los grupos preferidos de Luca, Joy Division. Este primer trabajo vendió 15 000 copias e incluyó el hit «La rubia tarada» (titulado originalmente «Una noche en New York City»), así como «Mejor no hablar de ciertas cosas» con letra del Indio Solari, cantante de los Redonditos de Ricota.

La pequeña onda se convirtió en una ola hacia 1986, y para comienzos de ese año se convirtió en un fenómeno continental, alcanzando América Central, México y cruzando el atlántico hacia España. Los Enanitos Verdes con su pop-rock enérgico lograron un gran éxito. Los Fabulosos Cadillacs, con su mezcla de ritmos latinos, ska y rock se convirtieron en estrellas en su país y eventualmente en Latinoamérica. 1986 fue el clímax de una ola de inesperado éxito para el rock argentino. Sissi Hansen, desde el under, llega al Perú, donde consigue tres hits con su primer disco Mi Religión (Producido por Stuka).

Este movimiento ayudó a revitalizar al rock latinoamericano ya qué le probaría a los productores y sellos discográficos de otros países que el rock en castellano funcionaba y era rentable. En México, las bandas argentinas eran promocionadas por medios como Televisa bajo la frase «Rock en tu idioma».[126]​ En Perú, las bandas argentinas fueron un catalizador que llevó al rock peruano hacia un público aún mayor, convirtiéndose en mainstream.[127]​ En Chile, donde ya existían algunas bandas (como Los Prisioneros), la ola de bandas argentinas inspiraría e influiría a las bandas locales, hasta el día de hoy.[128]​ El estallido del rock colombiano se puede rastrear hasta los años ‘80, con muchas bandas locales citando bandas argentinas como influencias directas.

1988 comenzó con las agrupaciones argentinas más importantes (Soda Stereo, Los Enanitos Verdes, Charly García, Miguel Mateos, GIT, Virus) girando por América, Europa y hasta países de Asia. Ya por este tiempo, la ola de bandas argentinas comenzó a «apaciguarse», pero su legado dejaría las puertas abiertas del rock argentino al éxito masivo. También siguieron por la carretera del rock otras personalidades importantes, pero menos exitosas como es el caso de Fito Páez y Andrés Calamaro quien ya había grabado dos discos solistas muy buenos, pero poco aclamados por la popularidad.

A inicios de 1987 se realizó una edición del festival de rock La Falda que fue particularmente negativa. A causa de la mala organización, lluvias torrenciales y un público agresivo (que tuvo incidentes con la policía), quedó en la historia como uno de los peores episodios del rock argentino. En el recital de Miguel Mateos/ZAS, por ejemplo, en un momento el cantante se cansó de los que le arrojaban choclos y empezó a insultarlos duramente, mientras abajo un punk con navaja en mano y cigarro en la boca aterrorizaba al público.[129]​ También Charly García insultó al público, que le arrojaba choclos, lo que provocó que también dijera "¡no me maten en este lugar, yo quiero morir en Hollywood!"[130]

El episodio negativo en el festival La Falda 87 provocó que Miguel Mateos decidiera dejar de lado el mercado argentino y comenzara a priorizar los mercados mexicano y estadounidense, donde cosecharía los mejores éxitos de su carrera y donde su prestigio sería tan alto que sería únicamente comparable al de las bandas argentinas más populares internacionalmente (Soda Stereo, Enanitos Verdes, Fabulosos Cadillacs).

Pero, fundamentalmente, el escándalo del festival La Falda 87 fue un duro golpe a realización de festivales federales de rock. La idea se volvió prohibitiva para los productores a partir de ese episodio, lo que llevó a que durante largos años no se volviera a hacer un festival federal de rock en Argentina. Recién en 1992 con el Festival Argentino de Música Contemporánea de La Falda, publicitado con el eslogan "renace el mito" a modo de despejar dudas y traumas, volvió a hacerse uno: fue un éxito y no hubo incidentes.[131]​ Sin embargo, esto no significó que se asentara la idea de los festivales federales, ya que no tuvo regularidad en los años siguientes. En noviembre de 1996 se realizó en Córdoba la tercera edición del festival Nuevo Rock Argentino, con las bandas del rock alternativo del momento.[132]​ En 2000 se realizó el festival Buenos Aires Vivo (que era itinerante y tocaba en distintas provincias),[133]​ y se repitió al año siguiente. Pero fundamentalmente, en 2001 con la primera edición del Cosquín Rock, se asentó definitivamente la idea de hacer un festival masivo de rock en las provincias: logró tener regularidad en los años siguientes.

El 4 de febrero de 1987 los Ramones tocaron por primera vez en Argentina, con un lleno total en Obras. Aunque también tuvo un lado negativo: hubo gente que se infiltró sin pagar entrada, dejando afuera a gente que sí la había pagado,[134]​ y además hubo destrozos de vía pública, heridos y detenidos en una pelea con la policía, que por entonces era habitual que quedara emplazada en recitales de rock para llevarse una cuota de detenidos hacia la comisaría (práctica que solo terminaría en 1991 con el caso Bulacio).[135]​ A largo plazo, los efectos de ese recital de los Ramones en el '87 fueron que el punk tomaría un gran despegue en Argentina, y para la siguiente visita de la banda en 1991 ya estaría instalado como uno de los géneros más masivos del país. Como muestra, una gran cantidad de bandas punk se formó en los años siguientes a 1987, como Attaque 77, Dos Minutos y Flema. Un éxito tan grande solo se pudo conseguir atrayendo a un público crossover que incluía a los amantes del pop, ahí fue fundamental que el primer álbum de los Ramones editado en Argentina fuera Pleasant Dreams (1981),[134]​ uno de los más melódicos y pop de su carrera (con un sonido muy influenciado por las bandas de pop rock de los '60 que los miembros escuchaban durante su adolescencia), y que a su vez dejaría su huella en las bandas locales, por ejemplo: los primeros hits de Attaque 77, como «Hacelo por mí» y «Espadas y serpientes».

El 17 de marzo de 1987 en el show de The Cure en Ferro (y con La Sobrecarga como teloneros) hubo incidentes por hordas que entraron al estadio sin pagar entrada, infiltrándose a través de techos vecinos, y que luego una vez en el campo se pusieron a pelear con los empleados de seguridad y sus perros. Los propios músicos sufrieron agresiones mientras tocaban, aunque el recital nunca se canceló. Hubo rumores acerca que productoras rivales enviaron barras bravas como venganza hacia el organizador del recital, Grinbank. El saldo de los incidentes fue de 20 heridos, 100 detenidos y 1 muerto (un vendedor de panchos que trabajaba en el estadio y tuvo un paro cardíaco).[136]

El 2 de mayo de 1987 en el recital de Soda Stereo en la discoteca Highland Road de San Nicolás de los Arroyos un balcón se derrumbó, dejando un saldo de 5 muertos y 110 heridos. El recinto, habilitado para 1500 personas, tenía 2500 esa noche.[137]​ A causa del incidente, el siguiente recital en Obras de la banda se hizo en tono sobrio, sin decoraciones, a modo de conmemoración a las víctimas.

En 1987 el álbum Signos de Soda Stereo pasó a tener un lugar destacado en la historia de la industria discográfica argentina: ese año se convirtió en el primer álbum de un artista argentino en ser lanzado en formato de CD. Debió ser fabricado en Holanda, ya que aún no había máquinas en Argentina para fabricar CD, y de ahí fue enviado a toda Latinoamérica. Este episodio es una de las muestras de cómo Soda Stereo era una banda vanguardista, siempre a la caza de los últimos adelantos tecnológicos y artísticos. Por otro lado, el lanzamiento en 1987 en formato CD de Signos marcó el inicio del retroceso del vinilo y el casete en Argentina frente a los CD, una tendencia que continuaría en los años siguientes.

En 1987 se produjo la muerte de otra figura del rock local: Luca Prodan, líder de Sumo, fue encontrado muerto el 22 de diciembre en su habitación, víctima de una cirrosis hepática.[138]​ Su fallecimiento provocó conmoción entre sus fanáticos y en la escena del rock argentino. Luego de la muerte de Prodan, Sumo se separaría y sus miembros formarían dos nuevas bandas, Divididos (con Ricardo Mollo y Diego Arnedo) y Las Pelotas (con Germán Daffunchio, Alejandro Sokol y Alberto Troglio). De las dos, Divididos lograría mayor éxito comercial, contando con un sonido potente y ganándose el apodo de «La aplanadora del rock». Las Pelotas, por otra parte, contaría con un éxito comercial más moderado, y transformándose en una banda más underground. En 1988, Fricción editaría su último álbum Para terminar dándole un cierre a la etapa post-punk del rock argentino.

En ese mismo año, perdería otro artista de gran renombre: Miguel Abuelo, fundador de Los Abuelos de la Nada, fue diagnosticado de sida. Murió el 26 de marzo de 1988 de un paro cardíaco a poco días de haber cumplido 42 años.

El líder de Virus, Federico Moura, también fue notificado de tener sida. Moura murió de una insuficiencia cardiorrespiratoria el 21 de diciembre de 1988, justo un día antes de cumplirse el primer aniversario de la muerte de Prodan. Sin embargo, Virus sobrevivió a la muerte de su líder, ya que varios meses antes de su muerte, Federico le ordenó a su hermano, el tecladista y corista de la banda Marcelo Moura, que ocupara su lugar. La banda continúa activa hasta la actualidad, como una banda de pop-rock con influencias del synthpop y el electropop.

Tres tendencias principales definieron el rock argentino a fines de los ochenta. La primera fue la consolidación de las bandas de recepción internacional y su paso a una etapa de mayor madurez. Algunas comenzaron a experimentar con la world music en los dos últimos años de los ochenta. Por ejemplo, Charly García se reunió con su viejo compañero de Serú Girán, Pedro Aznar y grabaron Tango 4. Antes de la muerte de Moura, Virus también había comenzado a experimentar con la música brasileña para su álbum Superficies de placer.

Muchas bandas continuarían su búsqueda de experimentación pero desde un lugar más underground. Entre ellas estaban: Todos Tus Muertos (liderado por Horacio Villafañe), Don Cornelio y la Zona (posteriormente Los Visitantes), Los Brujos, Fun People, Los 7 Delfines (liderado por Richard Coleman ex Fricción) y finalmente Babasónicos, una de las bandas argentinas más importantes en la actualidad. Todas estas bandas formarían parte de la del «nuevo rock argentino» de comienzos de los 90.

Hermética dominaba los gustos populares, aún en otros países latinoamericanos, junto con Rata Blanca, JAF y Horcas. La escena del metal era muy saludable, aún para un género que nunca atrajo a grandes masas como lo hacían otros estilos. Una banda importante del underground fue Nepal, Apocalipsis, Tren loco una de las pioneras del thrash-heavy metal. Formada en 1984, fue parte de la primera generación de músicos de thrash, y ganó prominencia a fines de la década. Por otra parte, el género contaba con varias revistas dedicadas solo al metal, como Madhouse, Metal, Riff Raff, Revista Epopeya, etc.

Los finales de los 80's también fue un período de constante crecimiento para Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Su popularidad aumentaba e iban camino a convertirse en un clásico del rock argentino moderno, reuniendo masas de seguidores y ganándose la posición de banda de culto para sus fanáticos y la prensa. También fueron conocidos por mantener una postura indie con respecto al negocio de la música.[139][140][141]​ Sin embargo, un aspecto polémico de la banda fueron sus recitales de finales de los '90, conocidos por ciertos episodios de violencia[142][143][144]​ que culminaron con las muertes de varios fanáticos.[145]​ En 1985 editaron su primer disco Gulp!, con la participación del pianista clásico Lito Vitale. El tránsito a la escena musical establecida implicó también el abandono del estilo circense original y la consolidación de un estilo más convencional de espectáculo de rock; de esta época data la máxima de tocar 'solos y de noche', con la que Solari justificó su reiterada negativa a presentarse en festivales.

También fue durante este período cuando Ratones Paranoicos empezaron a crear el subgénero «rolinga», «rock chabón» o «rock barrial». El subgénero rolinga tiene como principal influencia a los The Rolling Stones, una de las bandas extranjeras más populares en la Argentina y formadora de todo un culto.

En 1987 surgió la banda de punk Attaque 77 grabando demos y canciones "adolescentes". En 1988 se formó el grupo La Renga (aunque su primer disco se lanzó en 1991), que tendría éxito masivo a partir de fines de los años noventa. En ese mismo año, se formaría el dúo Man Ray; integrado por la fotógrafa Hilda Lizarazu y Tito Losavio.

En el año 1989, La Torre regresa de una exitosa gira internacional por la Unión Soviética y otros países, de regreso en Argentina Patricia Sosa abandona el grupo para comenzar su carrera como Solista. Con la pérdida de su vocalista, esta banda, consagrada, se disuelve.

Finalmente, Divididos, con su potente sonido de guitarras y su «noise melódico» seguía aumentando su popularidad entre el público. En general, los años ochenta cerraban como una de las mejores décadas para el rock argentino, con grandes bandas ya consagradas a escala nacional e internacional, una saludable escena underground, y una búsqueda y experimentación a todos los niveles.

El 11 de diciembre de 1987 el músico británico Sting realizó un masivo recital en el estadio de River Plate en Buenos Aires, haciendo subir al escenario a las Madres de Plaza de Mayo, donde hicieron su ronda mientras sonada "They dance alone", un gesto que no había tenido ninguna banda de rock argentina. Músicos como León Gieco y Luis Alberto Spinetta han comentado la vergüenza que sintieron y al mismo tiempo el efecto de toma de conciencia que tuvo el acto.[146][147]​ Carlos Polimeni ha reflexionado sobre el impacto de aquel hecho sobre la historia del rock argentino:

El 27 de diciembre de 1988 se dio un hito en el rock argentino: por primera vez tuvo un megafestival, algo que se concretó con la realización del Festival Tres Días por la Democracia que juntó a 150.000 personas, una cantidad nunca antes vista en la escena y que la ponía al nivel de las mayores escenas del mundo. El festival se realizó en la avenida 9 de Julio y que tuvo entre sus números a La Torre, Ratones Paranoicos, Enanitos Verdes, Fito Páez, Charly García, Luis Alberto Spinetta y como plato fuerte de la noche a Soda Stereo.[148]​ De esta forma se cumplió aquel anhelo de hacer un megafestival de rock en Argentina, algo que se había intentado frustradamente en 1970 con el Primer Festival de Música Joven en Lobos; quedaba claro que ahora sí estaban dadas las condiciones y contexto en Argentina para emprender un proyecto de este tipo.

El retorno de la democracia y el estallido de la new wave produjeron una inclinación de las radios FM hacia lo musical, y es a partir de esta época en que se establece en Argentina el modelo de las FM tal como se las conoce globalmente, con sus típicos formatos, programaciones y códigos.[18]

El 23 de enero de 1985 el empresario Daniel Grinbark logró que comenzara a transmitir la Rock & Pop, radio que tendría tanto éxito que establecería un modelo de programación y locución enfocado en la música que sería seguido por los siguientes proyectos de FM, además que daría lugar a una revista, festivales y discos con su nombre.

Un gran aluvión de radios FM comenzó a emitir por aquella época: La 100, Horizonte, Inolvidable, Láser FM, EMFOK 97½, San Isidro Labrador, FM Z95 y Nativa. Sin embargo, recién en 1989 comenzó a emitir la primera FM completamente de tango: FM Tango.

En 1989 en Rosario comenzó a emitir la primera radio en Argentina con programación completamente dedicada al rock argentino: Red TL.[18]

El 14 de mayo de 1989 estalló la hiperinflación argentina cuando, en medio de una recesión económica, las elecciones presidenciales efectuadas ese día arrojaron como resultado que el partido radical dejaría el gobierno y que asumiría el peronismo con Carlos Menem como nuevo presidente de la nación. Como consecuencia, se aceleraron las tendencias previas de caída económica, explotaron los saqueos y disturbios por todo el país, y diversos sectores empezaron a presionar para que el traspaso de mando no fuera en diciembre sino que se diera anticipadamente, cosa que se concretó el 8 de julio. No obstante, la hiperinflación fue larga y continuó con el nuevo gobierno, teniendo coletazos hasta abril del año siguiente.

La hiperinflación afectó severamente la escena musical argentina. Las bandas consagradas y con mayor poder adquisitivo pudieron en cierto modo sortear la crisis, haciendo giras internacionales donde pudieran recaudar los tan necesitados dólares.[149]​ Sin embargo, las bandas chicas que recién estaban empezando corrieron otra suerte: debido a que la industria de la música se vio severamente afectada por la crisis, varios proyectos quedaron en pausa o directamente descartados, lo que afectó las carreras de diversas bandas y solistas que venían en crecimiento.

Uno de los efectos a largo plazo de aquella hiperinflación fue que, mientras que fueron desapareciendo las bandas chicas del pop rock y new wave que seguían el modelo de unirse a una gran discográfica, fue creciendo un modelo alternativo de autogestión y de grabar producciones de forma independiente, y de hecho entre fines de los '80 y principios de los '90 nacieron varias bandas contraculturales, del rock alternativo y del género luego conocido como rock barrial. Incluso si hubieran buscado usar la vía de las grandes discográficas, las bandas emergentes se hubieran encontrado con las puertas cerradas, tanto por la crisis económica como por reticencias de los sellos, que con el cambio de formato de vinilo al CD prefirieron ir al negocio seguro de reeditar placas de artistas consagrados, en vez de arriesgar por editar artistas nuevos. Al respecto de esta época comentó años más tarde el músico Fernando Samalea, en su libro autobiográfico Mientras otros duermen: una larga vigilia del rock (2017):

Como muestra de que en ese periodo se vivió una baja del pop rock y un repunte de los géneros más duros del rock, basta con ver que en esa época fueron los debuts en Obras de numerosas bandas de los géneros duros: el 25 de noviembre de 1989 fue Ratones Paranoicos, el 2 de diciembre de 1989 fue Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (y el 29 de ese mismo mes repitió en la cancha de hockey del club para 25.000 personas, algo que shockeó a propios y extraños, ya que normalmente el paso de tocar de la cancha de básquet a la cancha de hockey de Obras tomaba años de crecimiento en popularidad), el 14 de julio de 1990 fue Rata Blanca, el 5 de octubre de 1991 fue Attaque 77, el 23 de mayo de 1992 fue Divididos y el 3 de julio de 1993 fue Memphis la Blusera.[151]

Con respecto al estado de la industria discográfica, recién en 1991, con una cierta estabilidad económica, sin inflación pero también sin mucho poder adquisitivo, las discográficas pudieron lanzar los primeros y segundos álbumes de numerosas bandas emergentes, álbumes que en algunos casos estaban pendientes desde hacía 2 años.[152]​ Algo que motivó críticas del productor Daniel Grinbank fue que durante la crisis las discográficas no hicieron muchos esfuerzos para exportar las bandas argentinas, y por eso en 1991 acusó a las discográficas de una falta de creatividad ejecutiva.[153]​ En 1992 continuó la mejoría y se produjo un repunte de las ventas de discos y asistencia a recitales, y aunque las productoras aún veían complejo hacer giras por las provincias, sí veían con buenos ojos volver a enviar bandas a tocar a otros países.[154]​ Como muestra de la mejoría económica y mayor poder adquisitivo, a partir de ese 1992 estallaron las visitas de bandas y artistas internacionales, que fueron aprovechadas por las bandas locales haciendo de teloneras.

Hacia 1993 estaba asentándose el modelo "multitarget" de radios FM, con rankings del tipo "los 40 principales" que no seguían un género en particular sino que simplemente seguían un criterio de popularidad: los oyentes votaban las canciones y las más elegidas eran pasadas. De modo que en una radio podían pasar por igual artistas tan diferentes como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Julio Iglesias y Michael Jackson.[155]​ Tal era la programación de, por ejemplo, FM 100.[156]​ Sin embargo, en paralelo estaba surgiendo otra movida más roquera: el Condon Clú establecía cada fin de semana recitales en distintos locales, a donde tocaban números como Las Pelotas, Los Piojos, Memphis la Blusera, Bersuit Vergarabat, Pappo y Juanse.[155]​ Esta movida sería un importante eslabón en el posterior estallido del rock barrial.

No obstante, ya para 1994 las excelentes ventas de discos y de entradas a recitales no volvieron a repetirse, y en el ambiente se hablaba de una baja estimada en un 20-30%.[157]​ Grinbank reflexionaba que tal vez fue un error depositar a fines de 1993 una gran concentración de megaestrellas internacionales como Michael Jackson, Madonna y Guns N' Roses, y declaraba que "la industria había llegado a su dimensión real".[157]​ Para sortear la baja, empezó a realizar recitales con duplas de artistas internacionales: Ramones-Motörhead, Kiss-Black Sabbath, Sting-James Taylor, etc. Los artistas nacionales continuaron aprovechando estas visitas para ser teloneros.[157]

Las siguientes tendencias reflejaron el poco poder adquisitivo del público, por ejemplo, en el verano de 1996 hubo poca actividad de recitales en la costa argentina debido a ese factor.[158]​ Varios años más tarde, Grinbank se refirió a estos problemas:

En 1996 tuvo lugar en Estados Unidos un acontecimiento que tendría grandes consecuencias a largo plazo en la industria musical global, cambiando la evolución de la música estadounidense y, por tanto, de todo el mundo: se aprobó la Telecommunications Act, una ley cuyo principal argumento era desregular el mercado de telecomunicaciones para que cualquier compañía pudiera comprar sin límites espacios mediáticos, y que entre otros resultados favoreció el avance de monopolios en la radiodifusión, llevó a una mayor homogeneización de sonidos y perjudicó la difusión de artistas nuevos o independientes.[160]

1999 fue el año del pico máximo histórico de ventas de la industria discográfica global, con un récord de U$28.900.000.000 generados, en gran medida gracias al formato del CD, que también llegó ese año a su apogeo.[161]

No obstante, el 1 de junio de ese mismo 1999 se fundó Napster, compañía dedicada a descargas en línea de música. A partir de ese momento, en los años siguientes se produciría una caída sin interrupciones en las ventas de formatos físicos, y un aumento sostenido en las descargas digitales.[162]​ Aunque también hubo voces que argumentaron que tradicionalmente solo un 20% del público compraba música, y con la llegada de las vías digitales apareció en escena el otro 80%.[161]

La crisis económica argentina de 2001-02 provocó que se repitiera un patrón que ya se había visto en la hiperinflación argentina de 1989-90, con bandas y artistas argentinos que se fueron a tocar en giras por el exterior para buscar los tan necesitados dólares, aunque esta vez no fueron únicamente los artistas consagrados sino también otros en ascenso y con popularidad menor.[163]

La mejora económica se sintió en la reanudación de las visitas internacionales, la primera en llegar tras la larga crisis fue Iron Maiden, que tocó el 11 de enero de 2004 en Vélez con Horcas y O'Connor de teloneros.[164]

El gran éxito del megafestival Tres Días por la Democracia de 1988 (juntó 150 mil personas) había sugerido la idea que en la escena argentina se establecerían los megafestivales; sin embargo, la hiperinflación hizo que la idea quedara en pausa y que el gobierno no hiciera un megafestival en 1989.

No obstante, ya para diciembre de 1990 la situación económica se había recompuesto lo suficiente como para que se reflotara la idea de los megafestivales, y el 14 de diciembre de 1990 se realizó el festival Mi Buenos Aires Rock en la avenida 9 de Julio, con 100.000 personas y teniendo entre sus números a La Portuaria, Fabiana Cantilo, Luis Alberto Spinetta y Charly García.[165]

La experiencia de dicho megafestival tendría continuidad en los siguientes años, por lo que en los años '90 el rock argentino mostraría una tendencia de un aumento exponencial de su poder de convocatoria con respecto al nivel que tenía en la anterior década. Del panorama de los años '80, donde los recitales eran mayoritariamente en teatros y estadios chicos, con muy pocos episodios de recitales masivos, en los '90 pasó a ser usual que se realizaran recitales masivos: el festival Mi Buenos Aires Querido II en la avenida 9 de Julio en 1991 (250.000), el festival Rock de Corazones Solidarios en el mismo lugar en 1992 (100.000), los dos River de la reunión de Serú Girán en 1992 (120.000). Además, a partir de 1992 se le sumaría otro espacio masivo al rock argentino: ese año comenzó la costumbre de incluir recitales en el tradicional festival anual de aniversario de La Plata, realizado típicamente en noviembre en la Plaza Moreno.[166][167][168]​ La primera edición de 1992 tuvo como números centrales a Horacio Fontova, Luis Alberto Spinetta y Fito Páez.

Por otro lado, el 30 de noviembre de 1991, en otra fecha del festival Mi Buenos Aires Querido II, se realizó en la avenida 9 de Julio un recital de tango. En una sección, artistas del rock argentino se sumaron y cantaron tangos emblemáticos; participaron los roqueros: JAF, Celeste Carballo, Horacio Fontova, Fabiana Cantilo, Roque Narvaja, María Rosa Yorio, Moris, Litto Nebbia, Silvina Garré, Alejandro Lerner, Patricia Sosa y Juan Carlos Baglietto. Este recital de tango tuvo una asistencia de 40.000 personas.[169][170]

El 3 de marzo de 1999 se estaba realizando el festival Buenos Aires Vivo III en Costanera Sur, cuando en los shows de Caballeros de La Quema y Divididos sucedieron hechos lamentables: dos fanes de 21 años llamados Raúl Lumille y Diego Aguilera murieron electrocutados al tocar un alambrado que se había electrificado con cables sueltos, además hubo un apagón que fue aprovechado por hordas de delincuentes para robar al público y acuchillarlos, en total hubo 25 heridos. Estos hechos provocaron que fueran canceladas las últimas dos fechas del festival, que iban a contar con mensajes de Amnesty International por los 50 años de los derechos humanos y artistas a tono (León Gieco y Mercedes Sosa). Pero fundamentalmente, sembraron serias dudas de cara al futuro acerca de que el gobierno volviera a hacer recitales masivos de rock.[171]

Sin embargo, el gobierno quería continuar realizando recitales de rock, así que tras los incidentes replanificó todo el formato para el año siguiente: en 2000 se realizó el Festival Argentina en Vivo, ahora ya no solo en capital sino con conciertos a lo largo y ancho del país, y exclusivamente en recintos cerrados (más fáciles de vigilar que los espacios abiertos de la anterior vez). Ahí sí se pudo hacer la fecha especial de Amnesty que había sido planeada originalmente para el año anterior.[172]​ El Argentina en Vivo 2000 fue un éxito, y volvería a tener una edición al año siguiente, pero fundamentalmente fue importante para volver a convencer a empresarios y organizadores de que era posible hacer festivales en las provincias (una idea que había quedado descartada tras el trauma de los incidentes en La Falda Rock '87), y que en 2001 desembocaría en el nacimiento del Cosquín Rock.

El 4 de abril de 2000 el rock argentino conquistó un récord: por primera vez en la historia mundial se hizo un recital de rock en Antártida, con la presentación de León Gieco en la Base Marambio como parte del itinerante Argentina en Vivo.[173]

En octubre de 2003 un nuevo festival apareció en la escena del rock argentino: el Quilmes Rock. La principal premisa del Quilmes era convertirse en el primer festival argentino que alojara distintas temáticas, a la manera de los más importantes festivales anglosajones, por eso ya en su primera edición los artistas fueron ubicados en fechas según su estilo (por ejemplo, el 10 de octubre fue un día pop con Gustavo Cerati y Emmanuel Horvilleur, y el 11 de octubre fue un día de rock barrial con Ratones Paranoicos y La Mancha de Rolando).[174]

En los años '90 habrían cambios sustanciales en la escena de radios argentinas, con el inicio de emisión de radios como la FM Hit, Metro 95.1, NRG 101, y FM Panda.

El 24 de abril de 2000 se produjo un hito en la radiodifusión del rock argentino: comenzó a emitir la Mega 98.3, radio FM que ya desde su eslogan (puro rock nacional) dejaba en claro su contenido: 100% de música de artistas del rock argentino. Si bien ya había habido casos de radios argentinas que pasaran solo rock argentino (Red TL en 1989 y FM La Boca en 1993), era la primera vez que sucedía con un megaemprendimiento de la capital. Apenas empezada la radio conquistó un récord: en menos de 30 días ya se había convertido en la radio más escuchada, con un 15,03% del share. Sin embargo, sus organizadores tenían claro desde antes que sería un éxito: un estudio preliminar de mercado había arrojado que gran parte del público argentino quería una radio que pasara solo rock nacional, y que incluyera a artistas que habían quedado casi olvidados en las radios argentinas, como Sandra Mihanovich, Miguel Mateos y Juan Carlos Baglietto.[175][176]

El 1 de abril de 2004 comenzó a emitir FM Kabul, un nuevo proyecto de Daniel Grinbank ideado para difundir bandas emergentes e independientes. Con un enfoque opuesto, el mismo día comenzó a emitir Pop Radio 101.5.

En junio de 1996 surgió un obstáculo para la escena: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, promulgó una ley que restringía las actividades de las discotecas de la provincia, por ejemplo, establecía las 04:00 de la madrugada como horario máximo de actividad.[177]​ La ley había surgido como respuesta a episodios recurrentes de violencia en las discotecas, y al avance de las drogas en Argentina. Pero por otro lado, esta medida suponía un golpe a la actividad de las bandas en la provincia, y especialmente en el conurbano (uno de los circuitos de rock más importantes en el país). Como consecuencia, hubo artistas que compusieron canciones criticando la medida, como Kapanga con «El mono relojero» y Bersuit Vergarabat con «Se viene el estallido». No obstante, en la práctica la medida fue bastante inefectiva: al ser tan impopular, casi nadie hizo esfuerzos por hacerla valer.[178]​ Otro flanco débil para ejercerla fue la falta de coordinación con la capital, donde simplemente no atendieron la ley.[178]​ Los empresarios estuvieron entre quienes más sufrieron la medida, y 100 discotecas quebraron,[178]​ por lo que libraron batallas legales para conseguir recursos de amparo y contrarrestar una ley que, en su entender, era contraria al espíritu de libertad de negocio.[178]​ A causa de la medida, Duhalde perdió el apoyo del sector de votantes más jóvenes, algo que lo perjudicó en las elecciones de 1999.[178]​ Con el cambio de gobierno tras estas elecciones, el nuevo gobernador provincial, Carlos Ruckauf, derogó la ley a principios de 2000, estableciéndose que cada municipio arreglaría su actividad de discotecas.[179][178]

Los Redonditos serían particularmente perjudicados por la violencia recurrente en sus recitales. Comenzó el 19 de abril de 1991 con el recital en Obras que desembocó en 73 detenidos, uno de los cuales murió por heridas de golpes en la comisaría, iniciando un largo juicio (el caso Bulacio). Los dos de diciembre de 1994 en Huracán dejaron 28 heridos y 60 detenidos. El del 23 de mayo de 1998 en Villa María (Córdoba) dejó 1 muerto, 30 heridos, 20 detenidos y un móvil de Crónica TV destruido. Los de junio de 1999 en el Patinódromo de Mar del Plata dejaron 1 muerto, 100 heridos, 500 detenidos, 3 autos incendiados y numerosos comercios saqueados y destrozados. Los de abril de 2000 en River dejaron 1 muerto, 150 heridos y 39 detenidos. Finalmente, su último recital, el 4 de agosto de 2001 en el Chateau Carreras, dejó 1 muerto y 2 heridos.[180]

A partir de la muerte de Bulacio el 26 de abril de 1991 y del juicio que le siguió, se terminó la práctica, común desde hacía décadas, de que la policía estuviera emplazada en los recitales con órdenes de llevarse una cuota de detenidos para las comisarías, en grandes operativos que incluían autobuses vacíos para llenarlos de detenidos.[135]​ Por otro lado, se dio la casualidad que también terminó ese año otra modalidad policial común desde hacía décadas: la de secuestros, tras la caída de la banda de comisarios que el 24 de agosto secuestró a Mauricio Macri. En suma, en 1991 el rock argentino se deshizo del último vestigio de represión que quedaba de la época dictatorial, el de la represión y acoso policial. En los años siguientes, los recitales argentinos se hicieron en un clima de mayor libertad y holgura, y con la policía ya no emplazada para hacer detenciones arbitrarias, sino simplemente como seguridad de eventos con gran concentración de gente.[135]​ Aunque también la menor actividad policial en el rock llevó a que se volviera común que, ante el surgimiento de algún incidente, la policía tardara en llegar y restablecer la seguridad (algo que se evidenció en 1996 en los incidentes de Florida y Lavalle, causados por una promoción de entradas para los Ramones).[135]

El 1 de diciembre de 1992 se tenía planeado hacer el festival por el Día Mundial de la Lucha Contra el SIDA en la avenida 9 de Julio, anunciando que tocarían Fito Páez, Charly García y Soda Stereo. Cuando ya estaban reunidas 45 mil personas, se anunció que finalmente no tocarían esos artistas, lo que provocó que la multitud se enfureciera y hubieran saqueos de negocios y 200 heridos.[181]

El 18 de febrero de 1994 Hermética estaba tocando en la discoteca Morón 90 cuando una descarga eléctrica mató a un fan de 16 años llamado José Luis Damián. Sin embargo, a continuación sucedió algo inédito, que no había sucedido en los casos anteriores de muertes en recitales de la escena (y que tampoco sucedería en los casos futuros): la banda decidió, a modo de disculpa con la familia de Damián, pagar el entierro y realizar un recital en la discoteca Stadium destinando todo lo recaudado hacia la familia.[182]​ No obstante, la familia igual hizo juicio a la banda, y allí los miembros argumentaron que eran empleados del bajista y letrista Ricardo Iorio así que quedaban libres de culpa. Iorio sería el único penado por este juicio, ya que le embargarían su cuenta de SADAIC (algo que recién se levantaría en 2012). Como consecuencia de este evento, los miembros quedaron seriamente enfrentados y Hermética entró en su recta final. La banda pasaba por su mejor momento y el 12 de noviembre tuvieron su primer Obras propio, pero igual se separó el 18 de diciembre de ese mismo año en la discoteca Go! de Mar del Plata.[183]

También habría muertes con las visitas internacionales. El 4 de diciembre de 1992, un día antes del recital de Guns N' Roses, una fan de 16 años llamada Cynthia Tallarico se suicidó de un disparo a raíz de que su padre le prohibió ir al recital, el padre también se mató al ver el cuerpo de su hija.[181]​ El 3 de septiembre de 1994 en el recital de Kiss murieron los fanes Edgardo Pereyra (23 años) y Carlos Clavero (25 años), ambos por caídas desde gran altura; la banda se enteró y estuvo a punto de no tocar, pero finalmente los convencieron de cumplir sus compromisos.[182]​ El 14 de octubre de ese mismo año, en las filas de la boletería para el recital de los Rolling Stones en febrero del año siguiente, un fan de 22 años llamado Fabián Maldonado fue asesinado de un corte en el cuello con una botella rota; el caso se resolvió con la condena del agresor, Raúl Zarza, a 9 años de prisión.[182][184]

Sin muertes, pero igualmente con incidentes fueron las visitas de The Exploited (20 de marzo de 1993, hubo una batalla campal entre punks y skinheads), Poison (agosto de 1993, se presentaron en el programa de televisión Ritmo de la noche y destrozaron el estudio) y Ramones (marzo de 1996, una promoción de canje de entradas por tapas de gaseosa termina siendo un desastre y provoca saqueos y destrozos en pleno microcentro porteño).[108]

El 8 de mayo de 2004 en la visita de Motörhead al boliche Hangar sucedió algo ominosamente profetizador: una horda de violentos ingresó golpeando a los patovicas y luego, ya en el recital, uno prendió una bengala, lo que quitó el oxígeno dentro del boliche y provocó que los miembros de la banda empezaran a sentirse mal y decidieran dar por terminado el recital tras solo 50 minutos. Esto encendió la ira del público, que destrozó el boliche y los equipos de la banda.[185]

Los artistas solistas como Charly hacia tiempo que estaban establecidos como grandes figuras del mundo del rock nacional. Las dos grandes estrellas desde los años 1970 fueron Charly García y Luis Alberto Spinetta. Charly disfrutó de unos prolíficos años ochenta, editando varios álbumes y con sus canciones convirtiéndose en clásicos absolutos del rock argentino. Sin embargo, también atravesó dos internaciones tras un par de colapsos nerviosos. Pero nada pudo pararlo: en 1992 se reunió con Serú Giran, llegando a llenar el estadio de River en dos ocasiones y grabando el álbum doble en vivo Serú ‘92. En los años 1990 Charly comenzó con su eslogan «Say No More», que con el paso del tiempo se convertiría en su «marca registrada». Spinetta tuvo una carrera algo más desigual, pero siempre contó con el cariño del público. Pappo continuaba sacando discos mezclando blues y heavy.

En diciembre de 1990 Charly García tocó una versión rock del «Himno nacional argentino» ante 100.000 personas reunidas en un festival público organizado en la Avenida 9 de Julio por la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires. La interpretación generó un amplio debate, e incluso denuncias penales y una descalificadora crítica de la esposa del presidente Carlos Menem.[186][187]

A fines de febrero de 1999, durante el festival Buenos Aires Vivo 3, organizado por el Gobierno de la Ciudad (con entrada libre y gratuita), Charly García sorprendiendo a todos realizó un espectacular concierto en Puerto Madero, convocando entre 130 000 y 300 000 personas (según la fuente).[188][189]

Miguel Mateos seguía siendo popular y reconocido en Latinoamérica, aunque casi desapareció del panorama local debido al éxito obtenido en los Estados Unidos, que lo hizo tomar la decisión de radicarse en la ciudad de Los Ángeles, California desde 1989, luego de dar el primer concierto de rock en español en «The Palace» y hacer giras en ese país ya sin ZAS, y con una banda formada por su hermano y reconocidos músicos estadounidenses como Stuart Mathis y Jennifer Batten (guitarrista de Michael Jackson) y codeándose con bandas anglosajonas como Bon Jovi hasta 1994 que regresa para grabar el álbum «Pisanlov», considerado el mejor de su carrera hasta ahora, pero irónicamente censurado por las disqueras locales, debido a su alto contenido de crítica social. León Gieco, mezclando folclore, música popular, rock y letras comprometidas socialmente, continuaba con su éxito.

Celeste Carballo fue dejando atrás sus épocas de punk y se empezó a dedicar a experimentar con el blues tradicional, el Indie, los ritmos folclóricos e incluso el tango. Mantiene una prolífica carrera, siendo una de las representantes del rock nacional que más aportes ha hecho al inconsciente colectivo argentino.

La carrera de Fito Páez siguió remontando vuelo. A comienzos de 1990, Páez hace pública su decisión de irse del país y sus palabras causan revuelo nacional. En 1992 lanzó El amor después del amor, álbum argentino que se convertiría junto a rockas vivas de la banda Zas de Miguel Mateos, en uno de los discos de rock más vendidos de todos los tiempos.[190]​ El título del disco tal vez no es casualidad: Fito acababa de finalizar una relación con la roquera Fabiana Cantilo, y estaba conociendo a la actriz Cecilia Roth. Con su álbum Páez se confirmó como estrella nacional e internacional.

En 1996 Fito Páez fue protagonista de un momento histórico: por primera vez el rock argentino llegó al teatro Colón, habitualmente destinado a la presentación de óperas y orquestas de música clásica. Sucede que el pianista Miguel Ángel Estrella le ofreció a Páez que se le uniera en una gira junto a la Camerata Bariloche, para la Fundación Música Esperanza. A pesar de algunas críticas de sectores puristas y conservadores de la música clásica, que no querían que su habitual espacio fuera ocupado por el rock argentino,[191]​ el recital fue un éxito y recibió muy buenos elogios de los medios.[192][193]

Mientras tanto, Andrés Calamaro disfrutaba de cierta popularidad como solista, pero hasta entonces no había logrado un éxito masivo. Calamaro dejó la Argentina y se fue a España, donde junto con Ariel Rot y otros conforman Los Rodríguez en 1991. Dos años después, el hit «Sin documentos» le dio finalmente a Calamaro un éxito internacional que haría despegar su popularidad en España y, sobre todo, en la Argentina. Con este disco Los Rodríguez logran conquistar Latinoamérica, especialmente Argentina, y Calamaro se convierte en el roquero argentino con más popularidad internacional. La banda hispanoargentina permaneció desde 1990 hasta 1996 y fue la que más veces lleno las instalaciones de la Plaza de los Toros, llamada Las Ventas, en Madrid.

En 1999 Andrés Calamaro publica Honestidad brutal, que según la prensa especializada en el tema es el mejor disco del cantante, y también de los años noventa. Sin embargo ese disco marcó el inicio de una etapa en la que el artista comenzó a sufrir un colapso tóxico, que lo alejó de los escenarios por más de cinco años. Luego de lanzar el LP Doble vida, que mostraba un marcado sonido funky y soul estadounidense, Soda Stereo se instaló en el estudio junto a su nuevo productor Daniel Melero, para grabar su quinto LP, Canción animal. Este álbum provocó un gran impacto en el rock nacional y latino, siendo considerado como el segundo mejor álbum de la historia del rock iberoamericano alternativo, según el ranking realizado en 2006 por J.L. Mercado y publicado por la revista norteamericana Al Borde[194]​ y el noveno según la revista Rolling Stone.[195]​ La canción más destacada del álbum, «De música ligera», ha sido considerada como la cuarta mejor canción del rock latino en el ranking de Satélite Musical,[196]​ mientras que en Argentina es considerado también como la cuarta mejor por el sitio Rock.com.ar.[197]

Canción animal confirmó que estaba bien que el rock argentino volviera a una actitud más potente, siendo las guitarras eléctricas las estrellas del show. De ese álbum, el sencillo «De música ligera» se convirtió en un clásico del rock nacional.

Canción animal permitió que bandas como Los Brujos, Peligrosos Gorriones y Massacre lograran salir del underground, tomando su sonido fuertemente guitarrero y haciéndolo popular a medida que comenzaba 1991. Hasta grupos de pop-rock como Los Enanitos Verdes tomaron estas influencias hacia principios de los 1990, particularmente en su álbum Big Bang.

En el año 1995 apareció el último material de estudio de Soda Stereo: el tranquilo y casi chillout Sueño Stereo, un álbum por momentos mucho más electrónico que roquero, lo que sería un preludio de los primeros tiempos de Cerati como solista. Soda Stereo hizo su última gran gira internacional a través de los Estados Unidos y Latinoamérica, agotando las entradas en dondequiera que se presentara.[198]​ Su último concierto en Buenos Aires, fue el 20 de septiembre de 1997, donde llenaron el estadio de River Plate, al que concurrieron aproximadamente 80 000 personas, fue lanzado luego como un álbum en directo doble. La banda se despidió de su público tocando su famosa canción «De música ligera», con sus últimas líneas: «Nada más queda...» repitiéndose una y otra vez y con Cerati diciendo a todo su público una frase que se convirtió en legendaria: «¡Gracias... totales!»

La separación en 1997 de Soda Stereo marca el fin de la era dorada del rock nacional. La despedida de la banda insignia de la conquista argentina en los años '80 de todo el continente de América, sumado al avance del rock rolinga y barrial, cierra una época brillante y magnífica en la historia de la música argentina. A lo largo de 15 años desde la Guerra de Malvinas, el rock argentino había estado en la vanguardia de la música en Latinoamérica y había dejado una estela repleta de éxitos y logros por todo el continente. Se terminaba una época legendaria que sería recordada por siempre como un hito glorioso en la historia de la música argentina.

La era barrial en el rock nacional argentino deja al descubierto un cambio de tendencias musicales pero también un cambio en la forma de hacer negocio. Argentina no exporta más bandas para que conquisten el continente, sino que produce bandas «de cabotaje» que aunque muy populares y convocantes para llenar estadios, sólo son conocidas en Argentina, lo cual hace que Argentina ceda terreno en el mercado musical latinoamericano a los artistas mexicanos, portorriqueños, chilenos, colombianos, etc.

Desde el punto de vista musical, se observa un aislacionismo con las corrientes y estilos internacionales. EE. UU. y Reino Unido pasaban por el post grunge, el brit hop, el teen pop y el nu metal. Latinoamérica y España pasaban por el pop rock y el pop latino. Nada de estos movimientos mainstream internacionales hace efecto en el rock nacional durante esta época, y si bien había buena cantidad de ofertas de propuestas (rolinga, punk, dark, metal, indie, tropical, alternativo) es nulo el contacto que se hace con las corrientes internacionales. Este hermetismo, que los representantes del rock rolinga defendían como una forma de autonomía nacional, le pasaría factura al rock argentino que se estancaría artísticamente.

No por nada, la era barrial coincide en gran medida con la peor crisis de toda la historia en Argentina, demostrando una falta de ideas y una anemia en creatividad comparable a la que el país atravesaba en economía.

En 1993 Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota realizaron dos conciertos para la presentación de su nuevo álbum Lobo Suelto, Cordero Atado, en la cual llegaron a atraer unas 80 000 personas en una fecha doble en el estadio de Huracán. Debido a una serie de incidentes en ambos conciertos, la banda decidió empezar a tocar solo en el interior del país. No obstante, cambiarían de parecer, y en 1998 volvieron al Gran Buenos Aires, para tocar en el estadio de Racing Club en Avellaneda. Aún más, en 2000 llevaron 140 000 personas en dos noches en River Plate, lo convirtió en uno de los shows pagos más exitosos de Argentina y marcó, quizás, la cima de su celebridad. Sin embargo, en el 2002, tras prolongadas especulaciones sobre el futuro de la banda, se oficializó la separación de la banda con la presentación del primer trabajo como solista del guitarrista Skay Beilinson, A través del mar de los sargazos.

Luego de la muerte de Luca Prodan, Sumo, banda que influenció al género, se había separado, generando dos nuevas bandas: Divididos y Las Pelotas. Esta última sería, de las dos, la banda más relacionada con el rock underground por mantenerse con un éxito y masividad relativa. El tercer álbum de Divididos, La era de la boludez (1993), hizo que la banda fuese considerada por ciertos medios como el «lado A» de la herencia de Sumo,[199]​ opinando que Las Pelotas era el lado B. Manteniendo una rara autonomía y un estilo furioso y melódico similar a otras bandas generacionalmente similares como Patricio Rey, a comienzos de los años 2000 entra como tecladista Sebastián Schachtel (de La Portuaria) y luego de su éxito «Será», la popularidad de Las Pelotas fue en ascenso, particularmente entre un grupo etario más joven. Por su parte, Alejandro Sokol, uno de sus cantantes, desarrolla un tímido proyecto paralelo donde recrea canciones de Luca Prodan, Genesis o David Bowie, se aleja de la banda en 2008 y ocurre su desventurada muerte a comienzos de 2009. En febrero de 1999 dos personas murieron electrocutadas en el festival multitudinario Buenos Aires Vivo II, donde tocó Divididos.

El rock tropical, fusión y de influencias latinas siguió creciendo, 1992 fue el año de «La Pachanga»: el sencillo de los rosarinos, Vilma Palma e Vampiros. Su popularidad invadió las radios a comienzos de los años 1990.

Bandas como Los Auténticos Decadentes, que tuvieron un gran éxito en 1990 con «Loco (tu forma de ser)», y Los Pericos reflejaron la tendencia. Otra banda surgida afines de los ochenta fue La Sonora de Bruno Alberto; creadores del mega éxito «Tirá la goma», cuyo título marcaría como referencia en doble sentido al acto de felación muy popular y «La Canoa», cuya melodía se empezó a utilizar en las canchas de fútbol de toda la Argentina.

Los Fabulosos Cadillacs, tuvieron un desplome a comienzos de los 1990, después de haber cosechado elogios a finales de los 1980, pero regresaron en 1993 con su disco Vasos Vacíos, que contaba con el megahit «Matador». El sencillo ganaría alcance internacional, ganando los Premios MTV a vídeo del año 1994[200]​ y logrando el puesto n.º 3 de los mejores 100 videos MTV.

También a comienzos de la década comenzó a tocar una agrupación caracterizada por su mezcla de rock tropical, algo de cumbia, una gran cantidad de miembros y un carismático líder calvo: Bersuit Vergarabat. Esta banda, se caracterizaría por tener un nombre sin significado alguno y usar pijamas en el escenario, que es en sí, un homenaje a los internos del Hospital Municipal José Tiburcio Borda y una respuesta contraría al atuendo de cuero, que usan los grupos normalmente vinculados con el rock y heavy metal. Tras tres discos de mediano éxito: Bersuit Vergarabat y punto! (1992), Asquerosa alegría (1993) y Don Leopardo (1996); el reconocimiento nacional y mundial, lo alcanzarían a su cuarto trabajo discográfico, titulado Libertinaje (1998). Tras el éxito masivo de este material, visitarían España, Estados Unidos, México, Chile, Venezuela, Colombia, Costa Rica, Uruguay, Bolivia, Perú, Nicaragua, Guatemala, Ecuador y Puerto Rico.

La Mosca Tsé-Tsé, también mostraría el crecimiento del género con su salto a la popularidad hacia fines de los 1990, dando una gran presencia del género en la llegada del tercer milenio. En 1992, se forma Las Manos de Filippi, grupo de rock fusión liderado por Hernán de Vega, un músico callejero que militaba en el Partido Obrero. En sus letras se encontraban canciones contra el capitalismo y al orden establecido, como también letras graciosas. Sus mayores éxitos fueron la cumbia «El himno del Cucumelo» (popularizada posteriormente por Rodrigo Bueno) y «Sr. Cobranza», (popularizada por Bersuit Vergarabat).

En la escena del rock fusión o rioplatense, Bersuit Vergarabat se confirmó como la banda más importante del género y una de las más importantes de la Argentina. Su disco de 1998, Libertinaje, los catapultó a la fama y a giras por Europa, Estados Unidos y el resto de Latinoamérica. Su seguidor, Hijos del culo (2000) fue doble-platino.

Por el lado del reggae-pop, Los Pericos y Los Cafres dominaron la escena. Aunque la renovación del género se vea impulsada por festivales y bandas nuevas de diferente capacidad de convocatoria y creatividad. El Ska tenía a La Mosca, Los Calzones y Kapanga como las versiones más comerciales con importante éxito nacional e internacional, pero Los Fabulosos Cadillacs seguían siendo la banda más famosa del género, mezclando rock, ska, rap, reggae y música latina, hasta su separación. Las bandas ska más underground que nacieron en los años ochenta inspiradas el rock steady británico han desaparecido en su totalidad. Inspiradas en la creatividad y el estilo brit-fussion de Sumo, los estilos del ska, el reggae y el punk no trascendieron los años ochenta con la fuerza alternativa que las caracterizaba. Solo Dancing Mood, Mimi Maura, Cienfuegos o La Portuaria suponen un intento de ese espíritu creativo para un público de las clases medias sensible a la fusión contemporánea con ritmos latinos.

Una banda nueva del género es Karamelo Santo, de la ciudad de Mendoza (al igual que Los Enanitos Verdes). La banda cuenta con un sonido bastante nuevo de rock, punk, ska, reggae y cumbia que le ganó la atención de la crítica. El grupo pasó la mayor parte del período 2001 a 2007 haciendo giras por Europa y América[201]​ y es la única banda que ha tocado en el Roskilde Festival de Dinamarca.[127]

Hacia fines de los años 1990 y principios de la década de los 2000 aparece en Argentina la cumbia villera (aunque no forma parte del rock nacional),[202][203]​ música salida de las villas miseria y que rápidamente encontró puentes de contacto con diversos estilos de rock nacional debido a sus letras que relatan la realidad (drogas, crimen, odio hacia los policías, pobreza, y la jerga de las villas). Con un sonido influenciado por diversos estilos de cumbia pero también por el rap, el reggae y, hacia mediados de los años 2000, por el reggaetón,[203]​ la cumbia villera llegó a influir a algunas bandas de rock tropical o de rock barrial que hicieron algunos tímidos tanteos y sondeos en este estilo marginal.

En 1992 Soda Stereo presentó su sexto disco, Dynamo, uno de sus álbumes más experimentales hasta ese momento. El álbum tomó a los fanáticos por sorpresa, y fue el menos vendido de los discos del grupo (tampoco ayudó que en el medio de todo esto la banda cambió de compañía discográfica: Sony no promocionaría a una banda que se iba y BMG no promocionaría el álbum de otra compañía).[204]

Durante la primera mitad de los años 1990 surgen en la escena del rock nacional una nueva generación de bandas que habían tomado contacto con estilos internacionales como el grunge, rock alternativo, shoegaze e indie rock.

Estas y otras bandas como Todos Tus Muertos, Babasónicos y Los Visitantes (segunda banda de Pandolfo) fueron denominadas como el «nuevo rock argentino». Un término que fue usado poco después para bandas difíciles de catalogar como el neo-surf pop de Los Súper Ratones (de Mar del Plata) y el pop alternativo de la La Portuaria. El nuevo rock fue la forma dominante en el panorama musical de la Argentina hasta mediados de los años 1990, cuando lo desplazó el rock suburbano. De esa escena, también surgiría grupos como Vetamadre, liderado por Julio Breshnev; quién había tenido un breve éxito a mediados de los años ochenta con Cosméticos.

El género del nuevo rock argentino se fortaleció con la visita de su principal referente internacional, Nirvana, el 30 de octubre de 1992 en Vélez, contando como teloneros a las Calamity Jane y a los locales Los Brujos. No obstante, el público reaccionó hostilmente contra las Calimity Jane, y esto encendió la ira de Kurt Cobain, que al principio no quiso salir a tocar. Lo convencieron de cumplir su compromiso, pero decidió mantener su venganza y trollear al público argentino: a lo largo del recital hizo constantes amagues de tocar el gran hit de la banda, «Smells Like Teen Spirit», para luego desembocar en canciones poco conocidas; el recital terminó siendo un rejunte de temas menores.[108]

Una banda que logró en 1992 su primer gran éxito fue Babasónicos, que lanzó en ese año el hit «D-Generación», a partir del cual comenzó a recorrer el camino que los llevaría a la cima del rock nacional y que definiría el sonido del rock sónico.[205]Juana La Loca era otra banda de la autodenominada escena sónica, qué comenzó a tocar a principios de los años 1990 pero que se hizo famosa unos años después. Los Brujos también tuvieron un buen año en 1992, con su sencillo «Kanishka» que se convirtió en todo un éxito. Los Visitantes igualaron el éxito de Los Brujos al año siguiente con su disco Salud Universal, una combinación de rock guitarrero y tango. Todos Tus Muertos era una respuesta punk al rock argentino de finales de los años 1980, eligiendo ser mucho más directos y explícitos en su sonido y en sus letras. La banda ganó gran popularidad con la aparición del nuevo rock, y se convirtió en una de las favoritas de esos tiempos. Lentamente el grupo pasaría de su sonido punk inicial a un estilo más heterogéneo que incluía ritmos afro-latinos. También a principios de los años noventa surge El Otro Yo, una banda de Temperley que de esta manera lograría salir del under para convertirse poco a poco en la insignia del rock alternativo.

Un grupo raro apareció a comienzos de los años 1990 fueron los llamados Illya Kuryaki and the Valderramas (aunque también se los conoce como Illya Kuryaki). Más raperos que roqueros, el grupo logró dejar su marca en la escena del rock nacional, ya que combinó el rap con el rock nacional y los ritmos latinos. Dante, uno de sus miembros, es el hijo de Luis Alberto Spinetta.

Del mismo modo, bandas como Martes Menta, Demonios de Tasmania y Los 7 Delfines también se sumaban a la oleada sónica y se convertían en exponentes del nuevo rock argentino de la primera mitad de los '90.

Tras la explosión del rock rolinga y la desaparición del nuevo rock argentino de la primera mitad de los '90, el rock alternativo y post grunge continuó como sucesor. Formado por una generación más joven estaba fuertemente influenciado indistintamente por bandas originales de los años 1980 como Sumo o Virus, pero fundamentalmente por el éxito de bandas estadounidenses como Nirvana, Red Hot Chilli Peppers o Faith No More. El éxito inicial de Los Brujos desapareció con la disolución de la banda, por su parte Illya Kuryaki and the Valderramas, con dos importantes discos juveniles que mezclaban el hip-hop con nuevas tendencias estéticas se separaron en 2001.

Algunas bandas del movimiento 'alternativo' eran Perdón Amadeus, Martes Menta, Tía Newton (con Carca que continua una original carrera solista), los platenses Peligrosos Gorriones, Massacre, Babasónicos (que estaba en camino a ser una de las bandas de primera línea del rock nacional) y Juana La Loca. El último grupo ganó popularidad con su disco de 1997 Vida Modelo; mientras que el primero fue ganando más seguidores con cada nuevo álbum, hasta llegar a su disco Jessico (2001), calificado unánimemente como el mejor disco de 2001.[206]

En la escena alternativa, Yemenita y El Otro Yo siguió ganando seguidores; al igual que un grupo llamado Catupecu Machu, que continuaría escalando posiciones. Santos Inocentes a pesar de no llegar a la primera línea del rock nacional, mantendría sus fanáticos en la escena under. Los Súper Ratones, de la ciudad de Mar del Plata, volvieron a la escena alternativa con su disco de 2000, nominado al Grammy: Mancha Registrada, con su éxito «Como estamos hoy, eh?».

Del mismo modo, bandas muy cercanas al punk y al hardcore como Shaila y Fun People rotaban continuamente en el circuito under, mientras que otras que alcanzarían el mainstream de la siguiente década, como Catupecu Machu y Árbol hacían sus primeras experiencias.

La última década del milenio fue muy productiva para el heavy metal argentino. En la Argentina ya había bandas con un sonido pesado, como Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll, en los año 1960; Pescado Rabioso y Pappo's Blues, en los años 1970; V8, Riff y otras bandas en los años 1980. Pero, excepto Riff, estas nunca habían estado en el circuito mainstream del rock argentino, sino que generalmente eran eclipsadas por otros géneros, y se mantenían en el undergound. Esto cambió en los años 1990.

A comienzos de la década, las bandas de heavy metal Hermética, Rata Blanca, Horcas y Logos ya tenían carreras destacables dentro del rock nacional. Esa década también representó el surgimiento de ANIMAL (Acosados Nuestros Indios Murieron Al Luchar). En sus canciones defendían a las comunidades aborígenes y al nacionalismo, mientras que también criticaban al actual orden mundial.[207]​ Su sonido combinaba con el hardcore punk, el heavy metal y el thrash. La desaparición de Hermética, dio como resultado el surgimiento de Almafuerte, una de las bandas más populares de la actualidad.

Otros grupos importantes de la década (en el underground) fue Tren Loco (quienes viajaron a Japón), Lethal, Nepal, Imperio, Jeriko, Jason, Malón y O'Connor.

En la escena del metal, Hermética se separó en 1995, dando origen a Almafuerte (el bajista Ricardo Iorio, Claudio Marciello y Claudio Cardaci) y Malón (el resto de los ex-Hermética). Con un sonido más actualizado, Almafuerte pasó a la cabeza del metal nacional, junto con A.N.I.M.A.L. y Rata Blanca. Este último grupo continuó grabando y girando intermitentemente por países de Latinoamérica.

O'Connor, exponente del metal clásico, salió del underground a comienzos de 2000, junto con Cabezones (banda de influencias darks) y Carajo. Los Natas originalmente un grupo de stoner rock, en sus últimos álbumes fue pasando a un sonido más experimental y estridente con una propuesta cercano a la psicodélica, inspirada en The Doors, los primeros álbumes de Black Sabbath o Led Zeppelin. Se diferencias estiliticamante del maistream del 'metal' local, aunque reconocen en Pappo's Blues o Color Humano una fuente creativa.[208]

El punk argentino, contaría con una nueva ola de artistas en los años 1990. Los Violadores habían dominado el punk de los 1980, pero en los años 1990 servirían como inspiración para los punks de Attaque 77, 2 Minutos y Flema. La llegada de Attaque 77 a la masividad, vendría de la mano de su clásico «Hacelo por mí», hit del año '90, del disco El cielo puede esperar (uno de los más importantes del grupo, ya que provocó el salto a la fama de la banda). Flema nunca fue masivo, pero se convirtió en una banda de culto dentro de la escena del punk underground, entre otras cosas, gracias a su carismático líder Ricky Espinosa. 2 Minutos, estaban identificados con el denominado Punk barrial; ya que en sus letras hablaban de la realidad del barrio. Poco a poco Attaque 77 se convertiría en una de las bandas más escuchadas de la escena del rock nacional, sobre todo gracias a su combinación de punk con melodías pop y algunas baladas. Otra banda del movimiento que surgió en los 1990 es Dos Minutos, con un sonido punk enérgico. Otra banda de la escena seguía siendo Todos Tus Muertos. Fun People combinó el hardcore melódico con el punk y una actitud indie y anti-machista, además de contar con letras en su mayoría en idioma inglés, algo de muy infrecuente en el rock argentino. Las She Devils fueron pioneros de la escena Queercore en el país. Cienfuegos, (liderada por Sergio Rotman de Fabulosos Cadillacs) una banda de punk que venía tocando desde los 1980, finalmente produjo algunos álbumes hacia mediados de la década.

Un fenómeno musical, cultural y social nacido en los años 1980 se hizo popular y dio un vuelvo al rock nacional, influenciando a la música argentina a mediados de los años 1990: el rock barrial (también denominado rock cabeza o rock chabón).[cita requerida]

El origen cronológico del rock barrial, por lo tanto, se pierde en la oscuridad, ya que muchos elementos estaban presentes desde hacía largo tiempo. El rock argentino desde sus orígenes tuvo mucho de underground, de marginal y de barrial. A lo largo de décadas, bandas de características tan diversas como Manal, Pappo's Blues, V8, Riff, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Sumo, Comando Suicida, Flema y Dos Minutos habían alimentado un movimiento marginal distinto a la música mainstream argentina. El estilo de "relatar la realidad de las calles" bien podría tomarse como de protesta o contestatario, por lo que los elementos del rock barrial podrían rastrearse hasta los orígenes mismos del rock nacional. No sería sin embargo hasta los años '80 que, por oposición a las bandas que estaban triunfando en todo el continente americano, aparecerían las primeras identificaciones concretas: bandas como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Sumo eran clasificadas en el libro "Historia del rock argentino" de Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz (1986) como «rock marginal».[209]​ Otras de las características que según el libro, se destacaba de ambas, eran su crecimiento a pesar de la falta de apoyo de producción y la capacidad para haberse «hecho desde abajo», convirtiéndose en representantes del circuito underground.[cita requerida]

Una banda fundamental para el desarrollo posterior del mismo fue Ratones Paranoicos, surgida en 1984, que dio origen al rock rolinga (concepto surgido anteriormente al de rock barrial pero luego incluido dentro del mismo). Esta banda, con fuertes influencias de The Rolling Stones, también había sido clasificado como parte del «rock marginal» en dicho libro[210]​ al igual que como una banda underground. El libro también destacaba que, al tiempo que la banda había tenido varios cambios en su formación, «su nombre aparecía pintado en infinidad de paredes de Buenos Aires». Entre fines de los '80 y principios de los '90 se formarían varias de las bandas que acompañarían el ascenso implacable del rock rolinga: en 1988 se formaron Los Piojos, en 1989, Viejas Locas, y en 1993, Jóvenes Pordioseros. También, manteniéndose siempre en el circuito underground, en 1988 se formó Blues Motel. Por otra parte, con nula o poca influencia de The Rolling Stones pero igualmente dentro de esta corriente de rock barrial por su lírica, se formaron, en 1986, Flema; en 1987, Dos Minutos; en 1988, Bersuit Vergarabat; en 1989, La Renga; y en 1990, Caballeros de la Quema.[cita requerida]

Un factor que motivó el crecimiento del rock barrial fue el caso de Walter Bulacio, un adolescente de 17 años que el 19 de abril de 1991 fue a un recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota pero fue detenido por la policía, y que posteriormente el 26 murió debido a heridas por golpes. Sucede que a raíz del caso Bulacio se empezaron a realizar marchas y festivales en reclamo de justicia, y, aunque los propios Redonditos no participaron de ningún reclamo, a esos festivales se sumaron bandas que por entonces estaban empezando: en el de mayo de 1994 en el obelisco tocaron La Renga, Los Piojos y Caballeros de la Quema;[211]​ en el de mayo de 1995 en el obelisco (cuando ya los medios empezaban a hablar de un cierto rock chabón, rock suburbano, rock viejita o rock stone/rolinga)[212]​ volvieron a tocar dichas bandas;[213]​ y en el de abril de 1996 en Parque Rivadavia también tocó La Renga (junto a bandas relevantes de otros géneros, como Dos Minutos y Actitud María Marta), sin embargo en este recital hubo peleas entre distintas tribus urbanas con saldo de un muerto y varios heridos, lo que provocó que no se volvieran a realizar estos festivales.[214]​ El diario Página/12 comentó acerca de la relación Bulacio-rock barrial:

El rock barrial también consiguió importante difusión uniéndose a otras causas sociales. Por ejemplo, en 1998 se realizó un festival en conmemoración de la dictadura de 1976-83, donde entre la grilla estuvieron La Renga y Caballeros de la Quema.[216]​ También, el 1 de enero de 1998 en la Carpa Blanca Docente frente al Congreso, en protesta a la baja de presupuesto para la educación, se presentó La Renga.[217]

En 1995, The Rolling Stones llegaron a la Argentina como parte de su Voodoo Lounge Tour, eligiendo como teloneros a Ratones Paranoicos y Las Pelotas. Este hecho marcaría la llegada implacable a la masividad del rock rolinga pero también del rock barrial, y todas aquellas bandas que desde hacía unos años venían creciendo, como Los Piojos y Caballeros de La Quema, alcanzaron un despegue definitivo, logrando grandes ventas discográficas, presentaciones con entradas agotadas en los más grandes estadios de fútbol, consiguiendo alta rotación en las radios, siendo sus canciones usadas en cortinas de programas (Vicio, de Ratones Paranoicos, se convirtió en la canción de apertura del programa televisivo de mayor audiencia, Videomatch), entre otros logros. Hacia finales de la década, la subcultura que mayor identificación tuvo con el rock barrial fue la rolinga, que ya existía desde la década del '80, con el comienzo del rock rolinga.[cita requerida]

También fue causante de crecimiento de los géneros contraculturales en el rock argentino (incluido el rock barrial) que a partir de 1995 Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota empezara a hacer recitales en distintas localidades a lo largo y a lo ancho del país (con la idea de eludir los recurrentes incidentes que había en sus recitales en Capital, el conurbano y La Plata). Lo que sorprendió a propios y extraños fue que los seguidores de la banda empezaron a hacer peregrinaciones masivas para ir a esos recitales, como si fueran partidos de fútbol.[212]​ El primero de estos recitales fue el 19 de agosto de 1995, en San Carlos (provincia de Santa Fe), localidad que vio su infraestructura turística completamente desbordada por la llegada de los fanes ricoteros. Tras los Redonditos, numerosas bandas siguieron sus pasos de hacer giras por todo el país para promocionarse, y como consecuencia de estas giras se fue difundiendo y popularizando por todo el país el ala contracultural del rock argentino, ya sea con bandas como los Redonditos como con bandas de rock barrial.[212]

Del mismo modo, el rock rolinga influenció estilos mixtos con el reggae que algunos medios llamaron reggae stone.[218]​ Inclusive, solistas del rock nacional adoptaron elementos del rock barrial, y es así que Andrés Calamaro tomó un giro en su carrera artística hacia la de un poeta urbano con discos con omnipresentes metáforas populistas, y Charly García publicó su álbum El Aguante que ya desde el título reflejaba la huella del rock barrial.

Tales consecuencias del auge del rock rolinga no pasaron inadvertidas, y a pesar de gozar un éxito masivo, a poco de haber llegado al estrellato las críticas hacia el rock rolinga y todo lo que representaba no se hicieron esperar, recibiendo críticas por parte de representantes fundacionales del rock argentino,[219][220]​ de la conquista argentina de América,[221][222]​ del rock alternativo,[223][224]​ el punk, el reggae,[225][226]​ la prensa especializada,[227][228]​ y los portales en línea de música.[229]

A fines de los años 1990 el rock rolinga recibía por igual manera, de la prensa especializada, elogios tibios y críticas frías: había sido calificado por la revista Rolling Stone de Argentina, al cubrir un show de Los Piojos, como un género que llegaría a fines de siglo como el único fenómeno musical que acaparara la atención,[230]​ aunque en la misma revista en la crítica del disco No Security de la banda de Mick Jagger, declaraba que era un trabajo que no aportaba nada que no se haya visto anteriormente en la música.

A finales de los años 1990 bandas como La Renga, Bersuit Vergarabat, Los Piojos, Los Ratones Paranoicos, Attaque 77, La Mancha de Rolando, Caballeros de la Quema, Viejas Locas, Callejeros y otras bandas barriales dominaban la escena musical.

Pero este género tan característico, aficionado a las melodías simples, la instrumentación de rock and roll rudimentaria y la estética de los Rolling Stones, pronto comenzaría a ver los primeros cuestionamientos a sus mandamientos, nada menos que por las propias bandas del género. Uno de esos mandamientos era el de mantener un sonido de rock and roll básico y elemental, bajo el argumento que desviarse hacia formas más elaboradas de tocar, o aún peor, otros estilos musicales, era representativo de volverse careta y de haberse vendido haciendo música más comercial y vendible. Pero fue así que ya en 1998 en pleno auge del rock rolinga, una de las bandas clave que habían preparado el camino para la llegada del rock barrial, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, publicaba Último bondi a Finisterre, un álbum con marcado uso de la música electrónica. Del mismo modo, Los Piojos también comenzaron a centrarse en otros estilos, como el candombe, el tango y el funk y Las Pastillas del Abuelo. En el 2000 Viejas Locas se separó y cuando su líder Pity Álvarez formó su siguiente banda, Intoxicados, decidió nombrar su segundo álbum como No es solo rock&roll, mostrando desde el vamos un interés premeditado en los demás estilos musicales.

Más adelante, el fenómeno del estilo marginal nacido en las villas, la cumbia villera, desafiaría el predominio del rock rolinga en las clases bajas y trabajadoras en Argentina. Este género, de gran popularidad tras la crisis argentina de 2001, también contaba con el atractivo de relatar la vida cotidiana y la realidad de la calle.

Ya llegando a los finales del auge del género, en abril de 2004, el grupo La Renga realiza un multitudinario concierto en el estadio del Club Atlético River Plate ante aproximadamente 74 000 espectadores,[231]​ y la gran convocatoria fue lograda prescindiendo de publicidad en los medios masivos de comunicación, apelando al «boca en boca» y el anuncio en su sitio oficial.

A partir del incendio ocurrido en Cromañon el 30 de diciembre de 2004 se abrió otra etapa en el rock nacional. Luego de la tragedia, la repercusión y el escándalo que se produjo tanto hacía Callejeros como a Chabán duró varios años. A partir de la tragedia se cerraron decenas de lugares no habilitados para funcionar, y el rock underground perdió lugares para tocar. El rock en general sufrió una parálisis dado el aumento en las medidas de seguridad y en la clausura de locales.[232][233]​ Por otra parte, el rito de prender bengalas en los recitales se convirtió en un tabú que en la actualidad cuenta con una presencia prácticamente nula. Esto, sumado a la progresiva decadencia de las bandas de rock stone[234]​ produjo un recambio en la escena nacional, donde las bandas de pop rock y alternativas como Babasónicos, Árbol, Cielo Razzo, Catupecu Machu, Los Tipitos, Carajo, Guasones, Las Pastillas del Abuelo, El Bordo, Salta La Banca, Eruca Sativa y otras bandas uruguayas que se popularizaron en Argentina pasaron al estrellato gracias a estas nuevas actitudes de la sociedad adoptadas pos-Cromañon. Con los locales clausurados surge el boom de los grandes festivales de rock nacional al aire libre, entre ellos el Cosquín Rock, el Personal Fest, el Quilmes Rock y el Pepsi Music, donde las bandas recién nombradas adquierieron primordial importancia.

En la noche del 30 de diciembre de 2004 el rock nacional vivió la tragedia más letal en su historia. Esa noche, el boliche bailable República Cromañón se incendió como consecuencia de una bengala que se enredó en una tela de media sombra, mientras tocaba la banda de rock barrial Callejeros. El combo fatal de las bengalas, la media sombra, el sobrepasado de la capacidad del local (hubo sobreventa de entradas, que hizo que hubiera más gente en el local que la legalmente permitida), las puertas de emergencia que fueron macabramente cerradas (lo cual provocó una trampa mortal para las personas que intentaban escapar, que murieron sofocados por la estampida humana y por el inhalamiento de gas venenoso), la falta de ventilación del local (lo que provocó que durante el incendio se convirtiera esencialmente en una cámara de gas), la negligencia y desidia de la clase política que no atendió las necesidades de la sociedad, la corrupción de los inspectores que debían chequear el estado del local, y la inconsciencia del público del rock barrial encendiendo elementos pirotécnicos en un espacio cerrado, fueron todos factores que fueron sumándose y que resultaron en el desencadenamiento de una tragedia mortal. El incendio del boliche Cromañón significó la mayor tragedia del rock nacional en sus más de cuarenta años de vida, ya que dejó un saldo de 194 muertos, además de ser la mayor tragedia no natural de la historia argentina. Entre las víctimas fatales además de los jóvenes que habían ido a ver el recital, también fallecieron familiares y amigos de los miembros de la banda. En los años posteriores, la tristeza, el síndrome de estrés postraumático y las enfermedades también fueron matando a sobrevivientes y a familiares de los fallecidos.

Cromañón era administrado por Omar Chabán, artista y hombre de negocios estrechamente relacionado con el mundo del rock, y que era dueño de otro local importante para el rock en general, y para el metal y el punk en particular: Cemento. Tras la tragedia, Chabán fue detenido, procesado y encarcelado. Durante su periodo en la cárcel, Chabán entró en tristeza y depresión y su salud fue progresivamente desmejorando, razón por la cual eventualmente contrajo cáncer. En 2014, por su delicado estado de salud, fue sacado de la cárcel para ser tratado en un hospital, pero continuó desmejorando y murió el 17 de noviembre de 2014, cuando faltaba poco más de 1 mes para cumplirse 10 años de la tragedia. Aunque hubo voces que lo criticaron al enterarse de su muerte, el clima generalizado en el rock nacional cuando se produjo su fallecimiento fue de respeto, condolencias, y agradecimiento a un hombre que le dio espacios al rock nacional para que creciera, y que fue el primero que confió en bandas que luego serían destacadas.[235]

Además de Chabán, fueron llevados a juicio el intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, quien fue destituido de su cargo, los responsables de la inspección del local, los empleados del local que cerraron las puertas de emergencia la noche del incendio provocando una trampa mortal, y los músicos de Callejeros. Con distinta suerte, algunos fueron absueltos, mientras que otros fueron encarcelados.

Callejeros continuó tocando en los años siguientes a la tragedia, pero su campo de acción se fue estrechando y cada una de sus presentaciones se veía rodeada de polémicas y protestas. El baterista de Callejeros, Eduardo Arturo Vázquez, sería luego protagonista de un crimen de femicidio, cuando en febrero de 2010 asesinaría a su pareja Wanda Taddei prendiéndola fuego, crimen por el cual fue condenado a prisión perpetua y que aceleró la separación definitiva de Callejeros.

Desde fines de los años 1980 se habían dado un conjunto de condiciones que habían llevado a la decadencia cultural y al nacimiento del rock rolinga o barrial: el fin del riguroso control militar en la vida cotidiana trajo la libertad pero, paradójicamente, también el desamparo y una desidia absoluta por la seguridad de la población de parte de los nuevos gobiernos de la democracia. El abandono que sufrió la sociedad produjo una decadencia en la escala de valores y en la moralidad que fue desatendida por los sucesivos gobiernos, la calidad de las escuelas empeoró, los hospitales y otros servicios públicos se volvieron precarios, así como también aumentó la pobreza y la delincuencia. La violencia en el fútbol con el aumento de las barra bravas se estableció gracias al apoyo de las dirigencias de los clubes y del poder político. También había surgido el narcotráfico.

Todos estos factores que se gestaron desde finales del alfonsinismo, pasando por toda la década menemista, el delarruismo, la crisis de 2001 y principios del kirchnerismo, siguieron sucediendo sin que se tomaran medidas preventivas, y que desembocarían en la tragedia de Cromañón.

Es la era en que empiezan a incorporarse en la sociedad argentina las nuevas tecnologías digitales, y el uso de internet sobre todo abre nuevas posibilidades para el mundo del rock nacional, a lo largo de la era se irían sucediendo distintos espacios digitales que ayudarían al rock nacional como Blogspot, Fotolog, Myspace, Facebook, Twitter, Spotify y Bandcamp.

En la misma línea, se profundizó el avance de sitios web con gran cobertura de la escena musical, como 10Musica.com, Terra, Rock.com.ar, y los sitios web de Rolling Stone Argentina, de los suplementos (Clarín) y No (Página 12), y de radios como FM Hit, Mega 98.3, Rock & Pop y La 100.

Como parte de estos cambios tecnológicos, distintas bandas (tanto consagradas como nuevas) se abren al nuevo escenario y crean sus páginas web oficiales con las que difunden sus actividades.

Ayudados por la llegada de la banda ancha, el público también comienza a usar los medios digitales y se produce un intercambio de información revolucionario como nunca antes visto en la historia de la música argentina.

Babasónicos se convirtió el 25 de febrero de 2009 en la primera banda argentina en llegar al millón de visitas en su perfil de Myspace.[236]

En 2007 Massacre lanzó a la venta su álbum El mamut. El álbum brindó el punto de partida de la nueva etapa en la carrera del conjunto. Otra banda que explotó este género es Infierno 18, pero desde un sonido más comercial y pop. Este fue también el año del regreso de Soda Stereo, cuyo rotundo éxito comercial no tardó en evidenciar la vigencia del rock alternativo.

Durante este período se produjo el surgimiento de la mayor cantidad de bandas indie en la Argentina, por consecuencias que deja la tragedia de República Cromañón. Todos estos grupos salen a la luz producto del avance de internet y las redes sociales, boliches underground y centros culturales. Este tipo de bandas comenzó a tomar gran importancia en la escena local a principio de la década de los 2010, ejemplo de esto son: Eruca Sativa, Connor Questa, Él Mató a un Policía Motorizado, Mustafunk, Usted Señalemelo, Sewer, Perras on the beach, Guauchos, Sig Ragga, Cirse, Eruditos, Huevo, Los Espíritus, Octafonic, Banda de Turistas, Caballo, Bicicletas, Sur Oculto, Científicos del Palo, y otras más, todas pertenecientes a distintos sub-géneros que van desde el rock más puro a fusiones con el funk, el jazz, la música electrónica, el rock progresivo y hasta el reggae.

En el año 2017 vuelve a tomar fuerza el Indie Rock con el lanzamiento de discos como La Síntesis O'konor de Él Mató a un Policía Motorizado y Agua Ardiente de Los Espíritus colocándose en el centro de la escena alternativa.

En la primera mitad de la década, se incrementaron notablemente, tanto la cantidad de festivales dedicados completamente al rock nacional, como la visita de bandas internacionales. Si bien desde sus comienzos el rock nacional tuvo festivales masivos, eventos como el «Pepsi Music» o el «Cosquín Rock» han aumentado considerablemente tanto su público como sus propuestas. Por ejemplo, el Pepsi Music constaba con más de diez días dedicados casi completamente al rock nacional (agrupado en días temáticos como el día reggae, el día metalero, el día punk, etc).[237]

En realidad tanto los megafestivales como las visitas internacionales eran dos tendencias que venían creciendo desde antes de Cromañón, teniendo fundamentalmente que ver con la recuperación económica del país a partir de la asunción el 25 de mayo de 2003 de Néstor Kirchner como presidente. Por ejemplo, el festival Cosquín Rock se venía realizando desde 2001 con cada vez más éxito a pesar de la crisis, el Quilmes Rock desde 2003 y el Personal Fest desde noviembre de 2004. En cuanto a las visitas internacionales, ya el 11 de enero de 2004 habían sido retomadas, cuando en la cancha de Vélez tocó Iron Maiden.[164]

Al mismo tiempo, una vez superada la crisis de Cromañon, la Argentina ha vuelto a ver la visita de bandas internacionales del calibre de los The Rolling Stones, Queen, The Strokes, Oasis, Deep Purple, Coldplay y Roger Waters, entre otros. Aunque sigue siendo un tema de controversia el alto precio de las entradas, consecuencia de la devaluación.[238]

El 19 de noviembre de 2006 en el festival de aniversario de La Plata, Catupecu Machu logró algo inédito en la historia del rock argentino: su recital provocó un sismo registrado por el Observatorio de la Universidad Nacional de La Plata.[168]

El 8 de diciembre de 2007 en el Personal Fest un sujeto agredió con arma blanca a otros dos, lo que provocó que una estampida de gente huyera pisoteando todo a su paso.[239]

Las visitas internacionales no estuvieron exentas de incidentes: con los Rolling Stones en febrero de 2006 hubo hordas de infiltrados que dejaron afuera a gente que había pagado su entrada, con Iron Maiden en marzo de 2008 hubo hordas que pelearon con la policía y dejaron un oficial herido, y con Guns N' Roses en marzo de 2010 se frustró un intento de hordas de infiltrados y dejó cinco detenidos.[108]

En 2010 tuvo lugar la primera edición del Festival de Rock Progresivo de la Ciudad de La Plata, que volvió a colocar a esta ciudad a la cabeza de la convocatoria sinfónica y progresiva del país.

En 2011 comenzó a realizarse el Movistar Free Music,[240]​ un festival que con el correr de los años iría cambiando de época del año y ganando cada vez más espacio.

En octubre de 2009 sucedió una ruptura en el ámbito de la realización de recitales. A causa de las recurrentes quejas de los vecinos por los problemas de los recitales (altos niveles de contaminación sonora, falta de seguridad, deterioro de la vía pública), el gobierno de la ciudad de Buenos Aires ordenó que se clausuraran varios estadios donde se solían realizar recitales: River Plate, GEBA, Club Ciudad, Obras, Club Hípico y Defensores de Belgrano.[241]​ Esta medida planteó a los empresarios un nuevo la necesidad de buscar otros espacios para continuar con las actividades musicales. Los clubes mencionados hicieron diferentes reformas de infraestructura para ajustarse a las normas de aislamiento acústico, algunos volvieron a dar algunos recitales pero inmediatamente volvieron a ser cerrados. De modo que perdieron su regularidad y previsibilidad, y pasaron a ser otros los espacios principales en la escena.

Por otro lado, a partir de la reinauguración del Estadio Único de La Plata el 17 de febrero de 2011 cambiaron los escenarios elegidos por los empresarios para hacer los festivales y las visitas internacionales. Por un lado, el Único de La Plata era muy distinto a los estadios de fútbol argentinos hasta ese momento: presentaba una infraestructura moderna, cumpliendo las normas de los estadios de fútbol europeos, con amplio uso de elementos tecnológicos modernos como cámaras, además de ser el primer estadio techado del fútbol argentino.[242]​ Pero, fundamentalmente, lo que terminó de convencer a los empresarios de realizar los recitales más importantes en el Único de La Plata en lugar de continuar haciéndolo en el Estadio de River Plate fue el tema de la seguridad y el problema de las barras bravas, que traía varios inconvenientes: perder dinero al otorgarle entradas gratis a los barras, liberación de molinetes, trapitos en las inmediaciones de las canchas, falta de prevención a episodios de violencia, y venta no autorizada de bebidas.[243]​ A raíz de estos factores, los empresarios empezaron a decantarse por espacios que no estuvieran en poder de clubes, sino que estuvieran bajo la órbita del gobierno municipal o provincial, como el mismo Estadio Único de La Plata, el Estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba y el Estadio José María Minella de Mar del Plata.[244]​ El cambio en las tendencias se evidenció en los recitales de los Rolling Stones en febrero de 2016: se realizaron en el Único de La Plata, siendo que en todas las anteriores visitas la banda había tocado en River; resulta que los organizadores de la gira de los Rolling Stones querían hacerlo en River, pero Grinbank los convenció de lo contrario al mostrarles videos del ataque con gas pimienta en el Superclásico de la Copa Libertadores 2015.[245]

En 2014 la escena argentina de festivales experimentó cambios drásticos. Por un lado, ya no se realizarán los festivales Pepsi Music y Quilmes Rock (que tuvieron sus últimas ediciones en 2013), por el otro, aparece el Lollapalooza. Este fenómeno en particular fue analizado en una nota del 8 de marzo de 2014 en el diario La Nación, donde se advirtió la ausencia de anuncios para las ediciones del Pepsi y el Quilmes, que tradicionalmente ocupaban los espacios del otoño y la primavera.[246]​ En la nota se reportaron los argumentos de los empresarios acerca de las dificultades para organizar los festivales: por un lado, en su entender la música quedaría opacada en un año mundialista, por el otro, la creciente inflación durante el gobierno de Cristina Kirchner les dificultaba hacer planes.[246]​ No obstante, los empresarios afirmaban que los cañones apuntaban a la segunda mitad del año, lo que sugería que el Pepsi y el Quilmes se harían en la primavera.[246]​ Finalmente el Lollapalooza se realizó en el otoño, el espacio de la primavera fue ocupado por el Movistar Free y el Personal Fest, y el Pepsi y el Quilmes desaparecieron. Así en 2014 se comenzó a realizar en Argentina el mundialmente famoso Lollapalooza, realizado una vez al año en dos jornadas que albergan la participación de músicos de la escena alternativa tanto nacionales (tales como IKV, Eruca Sativa, Él Mato a un Policía Motorizado, Sig Ragga, Onda Vaga o Babasónicos) como internacionales (Robert Plant, Red Hot Chili Peppers, Nine Inch Nails, Soundgarden, Eminem, entre otros).

Durante 2015 se realizó la primera edición del Rock en Baradero, segundo festival organizado en la ciudad (su antecesor fue el Baradero Rock) después de casi ocho años de no realizarse ningún evento similar allí. Desde entonces se consagró como el festival más importante de la provincia de Buenos Aires,[247]​ contando con la participación de bandas como Almafuerte, Kapanga, La 25, Las Pelotas, Guasones, entre otros.

En 2007, Soda Stereo anunció su regreso para una gira americana que incluyó seis fechas totalmente agotadas en Argentina, en el estadio River Plate. Aproximadamente un millón de personas presenciaron la gira, en países de Latinoamérica y en Estados Unidos. En el citado año, Andrés Calamaro llenó dos veces el estadio Club Ciudad de Buenos Aires, congregando a 70 000 personas en dos noches. En esos conciertos presentó el álbum La Lengua Popular.

Se produce una oleada de reuniones, varias bandas que se encontraban separadas deciden volver a juntarse, tal decisión tomaron tras la reunión de Soda los exintegrantes de los Fabulosos Cadillacs.

Con respecto al punk argentino, uno de sus principales exponentes se volvió a reunir a cinco años de la muerte de su líder. Así, Flema volvió en 2007 a los escenarios, manteniéndose en actividad hasta la actualidad. Por otro lado, 2011 es el año en que Los Violadores deciden disolverse definitivamente. De todas formas, en 2015 anuncian un regreso con su formación original.[248]

Estas separaciones y reuniones se hicieron presentes también en el rock barrial de los '90. En el año 2008, Intoxicados (una de las bandas más importantes de la década del 2000) comenzó a disolverse, dando fin a su carrera en la edición de 2009 del Cosquín Rock (aunque ya la mitad de la banda no estaría presente en dicha presentación).[250]​ Jóvenes Pordioseros se aleja de los escenarios en 2008, aunque en 2011 vuelve al ruedo con una formación diferente de la que contaba al momento de su separación. A fines de 2008 Ciro Pertusi (líder de Attaque 77) propuso un descanso de la banda por un año. Esa propuesta fue denegada por los tres integrantes restantes por lo que el 18 de marzo de 2009 (mismo día en el que cumplía 41 años) Pertusi anunció su desvinculación de la banda. El 30 de mayo de 2009 se produjo la separación de Los Piojos. Su último concierto se hizo ante 70 000 personas en el estadio de River con un show que repasó toda la historia del grupo por más de tres horas. Por otra parte, Ratones Paranoicos, fundadores de la música stone argentina, dio a conocer la noticia de su separación definitiva en agosto de 2011.[251]

En 2010, luego de varias controversias arrastradas desde la tragedia de Cromañon, Callejeros comienza a disolverse. A partir de la salida de casi todos los miembros, su bajista y su líder deciden fundar Casi Justicia Social, grupo que contaba con los músicos reemplazantes del Callejeros de su última etapa. A partir de entonces comenzaron a trabajar en nuevas canciones, y en 2014 (luego de un largo proceso judicial que mantuvo a los músicos de Callejeros privados de su libertad) el grupo fue renombrado como Don Osvaldo, que ya cuenta con dos álbumes propios (Casi Justicia Social y Casi Justicia Social II).

Ya en 2011, los miembros de Bersuit Vergarabat deciden volver a juntarse luego de realizar una pausa en la carrera de la banda para dedicarse cada uno a distintos proyectos solistas. A la reunión no se sumó su líder Gustavo Cordera, quien decidió poner su carrera solista por sobre la nueva etapa de Bersuit.[252]​ Este mismo año, otra banda exponente del rock fusión latinoamericano, Todos Tus Muertos, se disuelve a causa de la muerte de su guitarrista y fundador: Gamexane. No obstante, en 2015 Fidel Nadal se reúne con los demás miembros de TTM y anuncian un regreso a los escenarios para 2016.[253]

Respecto del metal, luego de algunos largos períodos de separaciones, el grupo Malón realiza en 2011 su reunión definitiva, reunión que los mantiene en actividad hasta el presente.[254]

El 30 de octubre de 2012 se presentó La Tolva (junto al músico de jazz Omar Garayalde y el músico de tango Walter Slongho) en la Base Marambio, Antártida Argentina, como parte de la campaña de promoción para la creación del INAMU y la sanción de la Ley de Música.[255]​ El rock argentino volvía a tocar en Antártida después de una ausencia de 12 años, desde el recital de León Gieco como parte del festival Argentina En Vivo 2000.

La tragedia de Cromañón fue un duro golpe para el género del rock barrial, deslegitimó sus causas y provocó que la sociedad lo mirara negativamente. Según el diario Página 12:

Tal vez por la inercia con que las bandas de rock barrial venían grabando y tocando desde años anteriores, en los primeros años luego de Cromañón estas bandas continuaron teniendo buena adhesión de público y el respaldo del mercado discográfico.[257]​ Hacia fines de la década de 2000 las bandas del rock barrial aún continuaban siendo partícipes relevantes en la escena, el diario Página 12 decía: "un rock barrial que sigue vigente pese a los embates del tiempo, aunque bajo condiciones cada vez más severas y excluyentes".[256]

Sin embargo, Cromañón ya había sentenciado que a largo plazo la tendencia fuera que el rock barrial cayera. Con el correr del tiempo y a medida que se iban haciendo distintas reflexiones sobre los vicios del rock barrial, Cromañón se fue haciendo un estigma cada vez más pesado y las bandas de la corriente barrial fueron separándose.

A causa de la tragedia, en la ciudad de Buenos Aires se clausuraron varios locales o pubs donde tocaban bandas, medida que las bandas intentaron sortear realizando sus conciertos en el cordón del gran Buenos Aires, ya que las medidas no se aplicaban ahí y podían continuar tocando cerca de la capital. Por otro lado, en ciertos festivales quitaron de sus grillas a las bandas del género.

Claramente el género que tuvo gran repercusión en los años 1990 tuvo grandes bajas para mediados de la década del 2000,[258]​ momento en que la escena del rock argentino giró hacia un sonido pop y limpio.[257]

Para mediados de la década de 2010, o casi una década después de la tragedia, bandas propias del género como Guasones y Los Gardelitos resurgieron con un público masivo, en el caso de la última, llegaron en mayo de 2010 por primera vez al viejo templo del boxeo, mientras que La 25 reunió a 25.000 personas en Tecnópolis.[258]​ Fue el surgimiento de otras bandas como Las Pastillas del Abuelo, Don Osvaldo (con dos miembros de la disuelta Callejeros), El Bordo y La Beriso (aunque esta última, mucho más apoyada en los sellos internacionales, algo raro en el género), para los especialistas se trata del resurgimiento del género.[259]

Con la separación de Intoxicados, Viejas Locas volvió a juntarse en noviembre de 2009, dando un recital en el estadio de Vélez ante 42.000 personas, que sin embargo tuvo enormes fallas de organización y desembocó en el asesinato a manos de la policía de Rubén Carballo, de 17 años. En 2010 comenzaron a alejarse los pocos miembros originales con los que contaba el grupo, terminando por dejar solo a su líder en la banda en 2012, quien desde entonces realiza una "gira de despedida" usando el nombre de Viejas Locas.[260]

Muy poco tiempo después de la muerte de Rubén Carballo, el rock barrial volvió a sufrir otro golpe, con la muerte de Melisa La Torre, de 20 años, en el recital de Las Pastillas del Abuelo en Ferro el 5 de diciembre de 2009, lo que provocó que la banda cancelara sus compromisos siguientes.[261]


Uno de los problemas que venía arrastrándose desde la hiperinflación de 1989-90 era que los grandes sellos discográficos preferían quedarse con los artistas consagrados, en lugar de apostar por artistas emergentes poco conocidos.[150]​ Esto llevaba a que, desde aquella época, hubiera cierto estancamiento al menos en las escenas mainstream y pop de Argentina, y que fueran bastante lentos los movimientos de recambio generacional, como ascensos de nuevas bandas y solistas. Las bandas del rock barrial, por ejemplo, se habían consagrado en popularidad masiva en los '90 a pesar de las grandes discográficas, no gracias a ellas.[262]

Debido a esta situación, la mayoría en la escena del rock argentino apoyó el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (conocida popularmente como "ley de medios"), propuesta en 2009. Uno de los sectores que más estuvo al frente del activismo por la aprobación de la ley fue la Unión de Músicos Independientes (UMI),[263]​ fundada en 2001 y que tenía como presidente al músico Cristian Aldana (guitarrista de la banda de rock alternativo El Otro Yo). El UMI también apoyaría otras medidas de la época relacionadas con la actividad musical.[264]

Entre los motivos que despertaban esperanzas por La Ley de Medios estaba que su artículo 65 establecía que el 30% de la música transmitida en las radios debería ser nacional, y de ese porcentaje la mitad debería ser de música independiente.[263]

Sin embargo, el proyecto de ley no estuvo exento de polémicas y rechazos: hubo sectores que interpretaron que su verdadera intención no era democratizar los medios, sino destruir el poder del Grupo Clarín, y otorgarle el poder de los medios al oficialismo.[265]​ A pesar de ello, la ley fue aprobada el 10 de octubre de 2009.

No obstante, en los años siguientes la ley fue encontrando obstáculos de parte de los principales grupos de multimedios, que se lanzaron en campañas legales para establecer medidas cautelares para hacer tiempo hasta la fecha límite de presentación de un plan de descapitalización, que era el 7 de diciembre de 2012. La estrategia de los grupos de multimedios fue exitosa.[265]

A partir de la asunción como presidente de Mauricio Macri el 10 de diciembre de 2015, la Ley de Medios fue desarmada a través de distintos decretos.[265]​ Aún más, se tomaron medidas que abrieron paso a eventos como la fusión de Telecom y Cablevisión, que luego influyó en el desarrollo de los festivales de música argentinos.

Diez años después de su sanción, quedaba muy poco en pie del proyecto original de la Ley de Medios.[265]​ El candidato a presidente Alberto Fernández, que había sido uno de los pocos miembros del kirchnerismo que se habían opuesto a la ley, argumentó en una nota con Tiempo Argentino que el fracaso de la iniciativa se debió a que las organizaciones sin fines de lucro no deben manejar proyectos comerciales:

La idea de una ley que restringiera las discotecas volvería a ser reflotada en 2009, cuando el entonces gobernador provincial Daniel Scioli la volvió a proponer, volviendo a argumentar acerca del descontrol de los jóvenes en los boliches por el alcohol y las drogas, aunque esta vez flexibilizó ligeramente el alcance de la ley, estableciendo el horario límite en 05:30.[178]​ Nuevamente, los que más protestaron fueron los empresarios dueños de los boliches.[267]​ No obstante, logró la aprobación, en noviembre de 2009, bajo la figura de Ley 26.370 "de Nocturnidad".[268]​ Aunque esta vez la ley logró consolidarse a través de los años y distintos gobiernos, igualmente se repitió el problema de su antecesora de ser ignorada en la práctica: por ejemplo, en 2014 en la provincia protestaron que la violencia en los boliches crecía debido al nulo acatamiento,[269]​ y en el verano de 2018 un informe reveló que en la costa atlántica ningún boliche se ajustaba a los horarios.[270]​ El problema de los boliches en Argentina es un tema recurrente con tragedias donde en cada caso se repitió un patrón: controles severos al principio, para luego volver a dar paso a la desidia tiempo después cuando los casos habían decaído en la opinión pública, hasta que volviera a ocurrir otra tragedia.[271]

En 2006, muchos solistas se consagraron como Andrés Calamaro (quien grabó durante este año un disco en compañía de Litto Nebbia), quien recibió la consagración definitiva por su carrera, lanzó dos álbumes, grabó dos discos tributo, brindó recitales repletos de público, se reunió con Ariel Roth como homenaje a Los Rodríguez, fue invitado por el Indio Solari a compartir escenario en un recital de La Plata, y ganó el Gardel de oro y otros homenajes durante esos años.[272][273]

Por otra parte, 2006 fue el año del retorno discográfico de Gustavo Cerati, con su trabajo Ahí Vamos. El nuevo disco fue un gran éxito para Cerati, dándole numerosos premios y nominaciones a lo largo del continente, como lo fueron sus premios Grammy Latino al Mejor álbum 2006, Mejor canción 2006 (Crimen) y Mejor canción 2007 (La excepción); su premio MTV Video Music Awards Latinoamérica al Mejor artista sur 2006; sus premios Rock & Pop Awards al Mejor solista nacional 2006 y Mejor cantante nacional 2006; su premio en la encuesta del suplemento Sí! del diario Clarín al Solista del año 2006; sus premios Premios Carlos Gardel 2007 al Álbum del año, Mejor álbum de rock, Canción del año (Crimen) que también fue Interpretación del año y Videoclip del año; y el Premio Carlos Gardel 2008 al Mejor DVD del año (Ahí Vamos Tour). Con Ahí Vamos llegó la consagración internacional definitiva de Cerati como solista, que hasta entonces no había conseguido despegarse de la imagen de Soda Stereo, y le dio una solidificación y consolidación como uno de los mejores solistas de la historia del rock nacional.[cita requerida]

En el 2009, se produce la vuelta de Charly García, luego de una larga internación por sus problemas de adicciones, vuelve a los escenarios de Latinoamérica.

Luego de un mes del regreso de Charly García en Vélez, Luis Alberto Spinetta hace un megarecital titulado Spinetta y las Bandas Eternas, en donde durante más de cinco horas tocó con todas las bandas que tuvo a lo largo de su carrera: Almendra, Pescado Rabioso, Spinetta Jade, Invisible y Spinetta y los Socios del Desierto, así como con los principales músicos a nivel local, incluyendo a Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati y Pedro Aznar. Dicho recital fue considerado posteriormente como el «Recital de la Década», y quizá el más importante de la historia del rock argentino.

A partir de 2010 el Indio Solari experimentó un crecimiento exponencial en la asistencia a sus recitales en los siguientes años, batiendo cada año sus propios récords personales. Comenzó en su recital del 13 de noviembre de 2010 en el Hipódromo de Tandil, siendo su único show en el año, en el cual batió su récord personal de cantidad de público hasta ese momento, con 80.000 espectadores.[274][275]

En 2011 el Indio realizó tres recitales en el marco de la presentación de El perfume de la tempestad. El 26 de marzo en el Estadio Padre Ernesto Martearena de Salta (35.000 personas),[276]​ el 3 de septiembre en el Autódromo Eusebio Marcilla de Junín (100.000 personas, batiendo su récord personal)[277]​ y el 3 de diciembre en el Hipódromo de Tandil (80.000 personas).[278]

Tras un alejamiento de más de un año, regresó en el recital del 14 de septiembre de 2013 en el autódromo Jorge Ángel Pena en San Martín, Provincia de Mendoza, con 150 000 espectadores (batiendo su récord personal).[279][280]

El 12 de abril de 2014 dio un show presentando Pajaritos, bravos muchachitos ante más de 170 000 espectadores en Gualeguaychú, Entre Ríos, batiendo su récord personal. No obstante, recibió críticas por el mal estado del suelo del hipódromo.[281]

El 13 de diciembre del mismo año volvió a dar un recital en el Autódromo Miguel Ángel Pena de San Martín, en Mendoza. La organización esperaba a 50 000 personas, pero las expectativas fueron superadas y asistieron 120 000 personas.[282][283]​ No obstante, la violencia recurrente en sus recitales volvió a aparecer, con peleas entre seguidores y la policía. Además, se le criticó que el sonido fuera bastante bajo.

Luego de otro alejamiento de más de un año, se presentó nueveamente el 12 de marzo de 2016 en un recital en Tandil. La venta de entradas fue más prudente que en recitales anteriores, porque no se dieron a conocer hasta el día de su venta para prevenir entradas falsificadas. La asistencia finalmente fue de 200 000 personas,[284]​ lo cual no solo batió el récord personal del músico sino que a la vez se convirtió en el recital pago con más gente en la historia del rock argentino.

En 2008 se produjo un hito en la radiodifusión del rock argentino con la primera FM del gobierno dedicada al rock argentino, Radio Nacional Rock, que además contaba entre sus principales premisas difundir a bandas emergentes e independientes.

En 2012 Mario Pergolini, tras haber abandonado la Rock & Pop después de 25 años trabajando en ella, inauguró su megaproyecto Vorterix, que incluía una radio, transmisiones de video en línea y hasta un teatro (el ex Teatro Colegiales) para hacer recitales.

El 15 de abril de 2016 José Miguel del Pópolo, cantante de la banda de indie rock La Ola que quería ser Chau, fue denunciado por violación a través de un video subido a Youtube donde la víctima, Mailén Frías, contaba a la cámara el hecho.[285]​ Al día siguiente el mismo canal de Youtube subió otro video, con el testimonio de Rocío Márquez, exnovia del cantante, donde contaba haber vivido lo mismo.[286]​ Los videos se viralizaron rápidamente y el caso generó gran repercusión en los medios,[287]​ numerosas bandas emitieron comunicados por Twitter y Facebook en repudio a del Pópolo y en solidaridad a las víctimas.[288]​ Como resultado del escándalo, la banda decidió no presentarse ese fin de semana en un festival indie,[287]​ un recinto canceló el recital que había agendado con la banda,[288]​ y dos de sus miembros anunciaron su alejamiento.[288]​ En efecto, la carrera de La Ola que quería ser Chau estaba acabada.

La denuncia a del Pópolo es de suma importancia histórica, abrió camino a más denuncias en el rock argentino que pronto aparecerían masivamente.[289]

Se generó así un movimiento llamado Ya no nos callamos más, destinado a denunciar estas conductas en el rock argentino, y que tuvo su primera marcha en el Obelisco de Buenos Aires el 20 de mayo de 2016.[290]​ Por ende, el movimiento Ya no nos callamos más fue pionero en el planeta,[289]​ se adelantó 1 año y medio al estallido global del Me Too el 5 de octubre de 2017, cuando se denunció públicamente por abusos al productor hollywoodense Harvey Weinstein.[291]

Para 2017, era claro que había comenzado una nueva etapa en el rock argentino. El sitio web Rock and Ball publicó que se estaba ante un nuevo Cromañón que instauraba un cambio en el paradigma, y dijo:

En la misma línea, la revista en línea Arcadia publicó el 6 de julio de 2018:

El sitio web La Primera Piedra declaró, el 14 de septiembre de 2017 en una nota con la cronología de las denuncias: "En 2016, las denuncias (...) generaron un quiebre en la escena del rock argentino".[294]

La revista Sudestada, en su edición bimensual de julio-agosto de 2018, dijo: "2016 se convirtió en un hito para la cultura del rock".[295]

El diario Página 12 comentó el 19 de julio de 2019: "La condena a 22 años de cárcel por corrupción de menores a Cristian Aldana (...) es otro peldaño de una era que comenzó en 2016, cuando Mailén Frías denunció por violación a Miguel del Pópolo, de La Ola que quería ser Chau. A partir de ahí, nada sería igual".[296]

El caso del Pópolo generó una onda expansiva que arrasó con toda la escena del rock argentino.[297]​ Comenzaron a surgir denuncias a varios artistas, incluyendo a Cristian Aldana por reiterados abusos contra adolescentes menores de edad,[297]​ Yamandú Rodríguez, guitarrista de la banda punk Loquero,[297]​ el 25 de julio de 2016 se denunció por violencia a Alan Eric Martensen, cantante de Tarantos y bajista de Drogadictos.[298]​ el 6 de noviembre de 2016 denunciaron a Pity Alvarez, cantante de Viejas Locas, por haber golpeado y encerrado a dos trabajadoras de prensa durante un show de Viejas Locas en Florencio Varela,[299]​ el 20 de septiembre fue denunciado Miguel Castillo, baterista de De Lo Ajeno, lo que provocó que la banda cancelara sus presentaciones programadas, a lo que siguió un largo silencio. La banda recién volvió a aparecer el 4 de junio del año siguiente, con un comunicado donde echaba a Castillo.[300]​ Poco después, la banda se separó.

El 10 de agosto de 2016 se armó un enorme escándalo por las declaraciones de Gustavo Cordera en una charla con alumnos de periodismo de TEA Arte. Le habían preguntado su opinión sobre los casos de denuncia a del Pópolo y Aldana, a lo que él contestó:

A raíz de estas declaraciones, Gustavo Cordera fue denunciado por incitación pública a la violencia, ciertas radios dejaron de pasar sus canciones y ciertos recintos cancelaron sus presentaciones programadas.[302]​ La carrera de Cordera estaba prácticamente acabada. Tras un largo tiempo, el 3 de abril de 2019 el juicio contra él finalmente se resolvió aceptando la propuesta que hizo el propio Cordera: no irá a la cárcel, pero deberá filmar un video disculpándose y publicarlo, dar dos recitales a beneficio en donde subirán al escenario activistas feministas, y deberá hacer un taller de igualdad de género.[303]​ Tras esto, la carrera de Cordera (que tras el escándalo se alejó un largo tiempo de los escenarios) volvió a activarse, publicando canciones como «Sueños de libertad».

Los siguientes casos de denuncias en el rock argentino no tuvieron el mismo impacto, y en general los artistas pudieron continuar con su actividad normalmente.

Puede deberse a varios factores: cierto backlash global contra el feminismo por sus posiciones más intransigentes y agresivas, que hizo que como respuesta creciera la imagen negativa del movimiento,[304]​ y que crecieran en popularidad las posiciones antifeministas;[305][306]​ la constante muestra a partir de octubre de 2017 de casos ya no argentinos sino internacionales, tras el escándalo hollywoodense de Harvey Weinstein;[289]​ el surgimiento en noviembre de 2017 del sitio web "Tu ídolo es un forro", que también publicó constantemente denuncias contra figuras; la sobre-exposición de denuncias públicas y cierto desgaste en la sociedad de ver casos de alto impacto replicados por todas las redes sociales; el uso y abuso de este recurso en Argentina, especialmente en la semana del 20 de septiembre de 2017, donde hubo 5 denuncias consecutivas; y la derrota de los grupos pro-aborto en la votación del Senado en 2018. También hubo críticas al recurso de denunciar y lo denominaron como caza de brujas, alegando que: es una táctica desigual desde el anonimato contra personas públicamente conocidas, efectúa un daño gratuito a la reputación de artistas, falta al principio de presunción de inocencia, y usa métodos por fuera del sistema judicial.[292]

En 2017 Martín Marroco, bajista de Sueño de Pescado fue denunciado por una fan de la banda quien afirmó haber sido acosada y abusada sexualmente. La banda tomó la determinación de apartar al músico y continuar con su carrera artística. En 2018 hubo una segunda ola de denuncias, entre ellas: el 15 de marzo de 2018 en la página de "No nos callamos más" se denunció a Jean Deon, integrante de la banda del solista Diosque. Como resultado, el 24 de abril Diosque emitió un comunicado donde echaba a Jean Deon,[307]​ el 21 de abril un blog denunció a Franco Salvador, baterista de la banda de rock alternativo Pez, acusándolo de un abuso en marzo del año anterior.[308]​ El 7 de mayo en la página en la "No nos callamos más" se denunció a Juano Falcone, baterista de Don Osvaldo y de La Caverna, nieto de Estela de Carlotto, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, y sobrino de María Claudia Falcone, activista adolescente desaparecida durante el Proceso de Reorganización Nacional. Por estos motivos, Falcone, al igual que Santiago Aysine, tenía gran legitimidad y respaldo en el ambiente: una «vaca sagrada». Un par de días después de la denuncia Falcone emitió un descargo y todo quedó ahí, el músico continuó con su carrera.[309]​ y el 1 de marzo de 2019 un blog denunció por abuso a Maxi Prietto, de la banda de indie rock Los Espíritus. La banda canceló sus presentaciones para ese fin de semana en Niceto Club y echó a Prietto.[310]

El debate sobre la ley de cupo femenino en los festivales en Argentina comenzó en la primavera de 2017, cuando comenzaron a aparecer discusiones en las redes sociales acerca de que los festivales de ese año en homenaje al rock nacional, como el B.A. Rock, no habían incluido casi ninguna artista mujer.[311][312]

El 23 de enero de 2018, Día del Músico en Argentina, se llevó a cabo en Canal CM un programa de debate donde surgió la idea de establecer una ley de cupo femenino en los festivales musicales argentinos.[313]​ La idea se vio viable, sirviéndose de la ley existente en la política argentina que asignaba una cuota de 30% de mujeres en las listas electorales, y de medidas que estaban promulgándose en el mundo, como la que impulsaba, en los festivales en Norteamérica y Europa, llegar a un 50% femenino en cabezas de cartel, jurados y comisiones antes de 2022.[314]

Tras el fin de su cargo como vicepresidenta en el INAMU el 3 de agosto de 2018, la música Celsa Mel Gowland giró su atención hacia la elaboración de un proyecto de ley. Su primer paso fue juntarse con la investigadora del CONICET Mercedes Liska y la gestora del SINCA Alcira Garido[315]​ para realizar una investigación estadística sobre el estado de la participación de artistas femeninas en festivales latinos en general, y argentinos en particular. En dicha investigación, se encontró que en Argentina estaban registrados como músicos un 70% de hombres y un 30% de mujeres, pero que en los festivales había solo un 13% de bandas con al menos una integrante femenina, y en el principal festival de rock argentino esta cifra era de solo 10%.[316]​ Luego incorporó 18 colegas para redactar los fundamentos del proyecto de ley, entre ellos, garantizar que ese 30% de mujeres registradas se coincida con un 30% de participación de mujeres en festivales. Bautizó al grupo armado como "Por más mujeres músicas en los escenarios". Una vez redactado el proyecto, buscaron alguna figura de la política que ayudara a ingresarlo en ese terreno. Se lo presentaron a Anabel Fernández Sagasti, senadora kirchnerista mendocina de 34 años, quien lo aceptó y promovió en la escena política.[311]

El 2 de octubre de 2018 el grupo Por más mujeres músicas en los escenarios, encabezado por la senadora de 34 años Anabel Fernández Sagasti, presentó formalmente el proyecto de ley de cupo femenino y acceso de artistas mujeres a eventos musicales,[317]​ cuya principal propuesta era establecer un 30% de artistas femeninas en festivales que presentaran un mínimo de tres artistas,[318]​ y con multa de 6% de todo lo recaudado en el festival para los que no la cumplan.[318][319][320][321][313][311][322]

El 22 de mayo de 2019 el proyecto de ley obtuvo media sanción, al ser aprobado en el Senado argentino, con 50 votos a favor y solo 1 en contra. Fue crucial el tener apoyo de las dos principales fuerzas políticas del país: Cambiemos y el peronismo.[323]​ Esto sorprendió a las propias impulsoras, que temían que las fuerzas políticas frenaran el proyecto en 2019 por tratarse de un año electoral.[311]

Finalmente, el 20 de noviembre de 2019 fue aprobada la ley de cupo femenino en festivales en Argentina, en una sesión en la Cámara de diputados argentina donde hubo 133 votos a favor, 5 en contra y 6 abstenciones.[324]​ Este acontecimiento hizo historia a nivel global: fue la primera ley en todo el mundo que estableció un cupo femenino para eventos musicales.[312]​ El 18 de diciembre de 2019 la ley fue promulgada en el Boletín Oficial.[317]

Los Premios Gardel 2017 galardonaron los álbumes de Eruca Sativa, la banda de rock alternativo de Lula Bertoldi, ganó el premio "Mejor álbum grupo de rock" por su álbum Barro y fauna; mientras que Marilina Bertoldi como solista ganó el premio "Mejor álbum artista femenina de rock" por su álbum Sexo con modelos.[325]

Los Premios Gardel 2019 premiaron a Marilina Bertoldi con el Gardel de Oro (el premio mayor de la ceremonia, dedicado al mejor álbum de todos los géneros) por su álbum Prender un fuego, que también recibió el premio "Mejor álbum artista femenina de rock". El Gardel de Oro para Marilina Bertoldi fue un acontecimiento histórico por varios motivos: desde el inicio de los Premios Gardel en 1999, solo una mujer había ganado el Gardel de Oro—Mercedes Sosa, en 2000—por lo que era la primera vez en 19 años que el Gardel de Oro iba para una mujer, pero además era la primera vez en toda la historia que iba para una artista femenina de rock, para una artista femenina underground, y (algo que personalmente celebró Marilina Bertoldi en su discurso) para una artista lesbiana.[326]

Las hermanas Bertoldi sentaron posiciones distintas con respecto a Palazzo, el organizador del festival Cosquín Rock, cuando este hizo polémicas declaraciones en febrero de 2019 contra el cupo femenino. Marilina respondió anunciando que no tocaría nunca más en el Cosquín, e instó a sus colegas mujeres a tomar la misma medida.[327][328][329]​ En cambio, Lula declaró que Eruca Sativa seguiría presentándose en el Cosquín, argumentando que, en su visión, una vez que se conquista un espacio hay que utilizar todas sus facilidades en pos de difundir un mensaje.[329]

En noviembre de 2018, cuando recién empezaba a tratarse la ley de cupo femenino en los festivales argentinos, solo había un festival en Argentina que se ajustaba a las normas establecidas por el proyecto de ley: el festival La Nueva Generación, que en su edición del 18 de noviembre de 2018 incluso superó el número promovido, llegando a un 46% de artistas femeninas.[311]

Al mes siguiente se hizo la primera edición del festival GRL PWR, con participación casi exclusiva de artistas femeninas. En poco tiempo el festival demostró ser un éxito, y a lo largo del siguiente año tuvo ediciones en las tres principales ciudades argentinas: Córdoba, Rosario y Buenos Aires.[330]

Luego de promulgarse la ley de cupo el 18 de diciembre de 2019, fue celebrado que aparecieran los primeros festivales que se ajustaran a las nuevas normativas: el Fiesta Nacional del Chamamé,[331]​ el festival Rock en la Casa (San Luis),[332]​ y el Cosquín Rock.[316][331][333][327]​ No obstante, como la mayoría de los festivales del verano 2020 había establecido sus contratos a lo largo de 2019, cuando la ley todavía no había entrado en vigor, ese verano de 2020 la mayoría de los festivales continuaron teniendo cifras insuficientes de participación femenina.[333]

Con respecto al Cosquín 2020, fue particularmente destacado, ya que en la edición de 2019 hubo polémica por ciertas declaraciones de su organizador Palazzo, cuando afirmó que no había el suficiente número de artistas femeninas para cubrir el cupo propuesto. Sin embargo, tras aquel episodio hizo un mea culpa, reconociendo su propia ignorancia sobre las artistas femeninas del momento, e hizo caso a los mensajes que le decían que buscara más mujeres. Se comunicó con Hilda Lizarazu, que por ser miembro de "Por más mujeres músicas en los escenarios" tenía acceso a información sobre artistas femeninas. Palazzo dedicó los siguientes meses a investigar artistas femeninas y comunicarse con ellas, y para la edición de 2020 logró programar la grilla con un 31,96% de mujeres—superando, de hecho, la norma promovida.[316][334]

Aunque, una inquietud que surgió fue que ahora fueran las radios las que pasaran más bandas de mujeres, según opinó Rosario Ortega.[316]

A inicios de 2020 y visto el panorama con la reciente sanción de la ley de cupo femenino, los críticos afirmaban que el próximo recambio generacional en el rock nacional se daría con rol protagónico de las mujeres. Había mucha expectativa hacia la temporada 2020, porque allí se comenzaría a ver quiénes serían las artistas mujeres que continuarían con la larga tradición del rock argentino.

La nueva etapa del rock argentino fue particularmente positiva para el festival Cosquín Rock, que por primera vez para un mega festival argentino, comenzó a ser exportado, a la manera de festivales internacionales como Lollapalooza y Rock in Rio.

La primera versión en el exterior fue el Cosquín Rock México, realizado el 18 de febrero de 2017.[335]

Le siguieron las primeras ediciones en Perú (14 de octubre de 2017),[336]Colombia (21 de octubre de 2017),[337]Bolivia (4 de noviembre de 2017),[338]Uruguay (6 y 7 de octubre de 2018),[339]Chile (6 y 7 de octubre de 2018),[340]Paraguay (24 de noviembre de 2018)[341]​ y Estados Unidos (13 de julio de 2019).[342]

El 5 de enero de 2020 José Palazzo, organizador del Cosquín, afirmó que tenían en mente exportar el festival a España, Costa Rica, Francia y Portugal.[343]

Aparte del Cosquín, los otros tres grandes festivales de la escena argentina Lollapalooza, Movistar Free Music y Personal Fest, tuvieron espacios destacados. Mientras que el Festival de Movistar cambió su nombre a Movistar FRI Music, comenzó a hacer más de una edición por año, por ejemplo, en 2018 hicieron una temporada de verano con shows en Pinamar y Mar del Plata en enero y febrero,[344]​ y luego una edición en octubre en capital con diversas bandas homenajeando a Sumo,[345]​ y a partir de 2019 su edición veraniega pasó a convertirse en un megafestival: ese año 135.000 personas vieron a Ciro y los Persas, y en la del año siguiente 140.000 vieron a Divididos.

Con respecto al Personal Fest, tras catorce años de actividad en la escena tuvo su última edición en 2018, y para 2019 fue reemplazado por el Flow Music XP, un proyecto multimedia de amplio despliegue tecnológico que inició con un recital de Muse en octubre de ese año en el Hipódromo de Palermo, y que tenía programado realizar distintos espectáculos musicales en distintos puntos del país en los siguientes doce meses.[346][347]

El 17 de diciembre de 2016 La Beriso tocó en el Estadio Monumental de River Plate ante 55.000 personas, consagrándose como uno de los números principales de la escena del rock argentino.[348]

Con respecto a justamente esta banda, Salta La Banca, su carrera estaba en un momento muy bueno en las primerísimas partes de esta etapa del rock argentino. Tenía aclamación de la crítica, convocatoria creciente, y había filmado un DVD titulado Somos en un recital el 18 de marzo de 2017 en el Estadio Malvinas Argentinas. Además del Malvinas, Salta La Banca había tocado en otros importantes recintos, como el Gran Rex y el Luna Park. La legitimidad de la banda se había construido en que su cantante, Santiago Aysine, era sobreviviente de la tragedia de Cromañón, logrando que su lírica tuviera un peso mayor, y que fuera visto por sus seguidores como un testimonio viviente de los efectos mortales de la corrupción y la desidia del Estado.

Sin embargo la denuncia del 20 de septiembre de 2017 contra Santiago Aysine por acoso puso fin a la prometedora carrera de la banda de rock neo-barrial, y a su vez demostró el cambio de época en el rock argentino: incluso las «vacas sagradas» como los sobrevivientes de Cromañón ya no tenían inmunidad de la crítica de los sectores de izquierda. Era otra muestra de que la etapa post-Cromañón del rock argentino había terminado y ya se estaba en otra etapa, con mayor repercusión de la actividad de las mujeres.

El Indio Solari fue protagonista de un acontecimiento histórico en el rock argentino: el 11 de marzo de 2017 dio un recital en Olavarría ante 300.000 personas,[349]​ lo cual se convirtió en récord de asistencia a un recital de rock argentino, tanto pago como gratuito, en toda la historia.[350]​ Esta fue la cumbre de una tendencia que venía desde su recital en Tandil en 2010, donde año tras año batía su récord personal de asistencia. Sin embargo, en aquel recital volvió a aparecer la violencia recurrente en sus recitales. Hubo numerosas interrupciones en el recital por estampidas en el público.[351]​ En un momento el Indio Solari anunció "Ya no tengo más ganas de tocar", y, si bien siguió con el show tal como estaba programado, con esas palabras dejó bien claro cuál sería su futuro.[351]

Los siguientes días el Indio fue el objeto de numerosas críticas en el ambiente del rock argentino que se replicaron por todos los medios y redes sociales, ya que el recital dejó un saldo de 2 muertos por asfixia (Javier León, 42 años, y Juan Francisco Bulacio, 36 años), además de numerosos heridos y perdidos. Se crearon páginas para buscar personas que fueron al recital y que se encontraban desaparecidas. La salida del recital fue un completo desastre entre el lodazal, la oscuridad y el hacinamiento. Las rutas quedaron atascadas y los vehículos quedaron atrapados. Numerosas investigaciones dieron cuenta de cómo el sistema sanitario de la ciudad estuvo completamente colapsado.[352]​ Surgieron críticas contra el Indio por tocar para 300.000 personas, cuando el predio estaba previsto solo para 150 000 —argumento que aludía a la tragedia de Cromañón, donde un público hacinado que desbordó la capacidad del recinto fue un elemento fatal para el desenlace de aquel incendio- se supo que, al igual que anteriores recitales del Indio (y tal como sucedió en la época de los Redonditos), hubo miles que ingresaron, sin entrada.

Los Caligaris se convirtieron en otro de los conjuntos destacados de la era: no solo que se volvieron uno de los números principales de la escena argentina (por ejemplo, en los Premios Gardel 2016 fueron nominados a 4 categorías) sino que, sorpresivamente, se volvieron un fenómeno de multitudes en México solo comparable con el que tienen en el país azteca las bandas argentinas más populares internacionalmente, como Los Fabulosos Cadillacs, Los Enanitos Verdes o Soda Stereo. Esta historia había comenzado en el primer recital de Los Caligaris en México, el 17 de mayo de 2007.[353]​ Luego a lo largo de los años siguieron teniendo presentaciones en distintos países de Latinoamérica, Estados Unidos y España, pero siempre haciendo una escala en México. El 18 de marzo de 2017 tocaron para 50.000 personas en el festival mexicano Vive Latino, algo que tuvo gran repercusión en los medios tanto mexicanos como argentinos.[354][355]​ Y como coronación de la década, el 9 de noviembre de 2019 tocaron como número propio en el Foro Sol ante 60.000, llevando su show titulado La noche más feliz del mundo, con notable despliegue escénico y circense. Los medios se refirieron al recital como el show más importante de su carrera, e hicieron hincapié en que batió un récord histórico de show más convocante en todo el mundo para un artista o agrupación cordobesa.[356]

Airbag también se consolidó como una de las principales bandas de la escena. El caso es notable porque en sus inicios la banda recibió ciertas críticas del núcleo más duro del rock argentino, por ser chicos adolescentes que hacían pop rock y que tenían un público mayormente de colegialas: creían que eran un invento marketinero de la industria discográfica.[357]​ Sin embargo, en 2009 los Airbag iniciaron un conflicto con su mánager que provocó que renunciaran a su discográfica y estuvieran fuera de los escenarios los siguientes 2 años.[358]​ A partir de 2011, los Airbag decidieron hacer borrón y cuenta nueva con su carrera, y emprendieron una labor para hacerse de abajo. Una de sus nuevas iniciativas fue empezar a tener un mensaje comprometido socialmente en sus canciones y de participar en actividades de reclamo, por ejemplo, por la Tragedia de Once.[359]​ Luego de unos años su labor rendía frutos: fueron nominados en los Premios Gardel 2014 a "Mejor álbum de rock" por Libertad. En 2016 fueron elegidos para ser la banda de la re-apertura del templo del rock argentino, el Estadio Obras Sanitarias, que desde febrero de 2009 no presentaba recitales de rock.[360]​ La banda nunca había tocado en Obras, por lo que con este recital quedaban confirmados como uno de los números principales de la escena. El recital fue el 22 de diciembre de 2016 y con muy buena crítica.[361]​ Airbag también empezó a ser elegida como telonera de visitas internacionales: de Guns and Roses el 5 de noviembre de 2016 en el Estadio de River, de Bon Jovi el 16 de septiembre de 2017 en el Estadio de Vélez, y de Muse el 11 de octubre de 2019 en el Hipódromo de Palermo. El 15 de febrero de 2020 tocaron para 35.000 personas en el festival Rock en la Casa de Villa Mercedes (San Juan).[362]

El Cirque du Soleil realizó un espectáculo en honor a Soda Stereo. El proyecto había sido anunciado el 15 de junio de 2015,[363]​ revelándose que el espectáculo se llamaría Sép7imo Día - No Descansaré. Para producir la parte sonora, los exintegrantes Zeta Bosio y Charly Alberti y el ex sonidista Adrián Taverna volvieron a juntarse y trabajaron con los masters de las canciones de la banda. El 9 de marzo de 2017 fue el debut del espectáculo, en el Luna Park de la capital argentina, con muy buenas críticas y asistencia.[364]​ Le siguió una gira que duró entre 2017 y 2018, presentándose en Chile, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica, Guatemala, México, Estados Unidos, Paraguay y nuevamente Argentina.[365]

Este reencuentro con Soda Stereo caló hondo en Zeta Bosio y Charly Alberti, al ver lo vigente que estaba la banda en todo el continente. Comenzó a danzar la idea de volver a juntarse. Zeta así lo manifestaba el 4 de junio de 2018, en los últimos días de la gira del espectáculo de Cirque du Soleil: "Me haría muy feliz tocar los temas de Soda Stereo una última vez".[365]​ Sin Gustavo Cerati, fallecido el 4 de septiembre de 2014, los recitales tendrían varios invitados de varios países (Chris Martin, Rubén Albarrán, Juanes, Adrián Dárgelos, Julieta Venegas, Mon Laferte, Gustavo Santaolalla, Andrea Álvarez, Fernando Ruiz Díaz, Álvaro Henríquez y León Larregui)[366]​ por otro se utilizarían pistas con la voz de Gustavo mientras su imagen aparecería en pantallas.[367]​ La gira pasaría por: Colombia, Perú, Chile, México, Paraguay, Argentina, República Dominicana, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos. El 29 de febrero de 2020, y en un clima muy emotivo, se dio el debut de la gira, presentándose en el Estadio El Campín de la capital colombiana.[368]​ La programación de la gira sufrió fuertes modificaciones: el recital de Chile pasó del 7 de marzo al 14 de mayo debido a las protestas en Chile de 2019-2020; en su fecha se programó un recital en la ciudad mexicana Tijuana, pero este a su vez fue cancelado por dificultades logísticas; y debido a la pandemia del coronavirus el 13 de marzo anunciaron la postergación de todas las fechas hacia el segundo semestre.[369][370]

El 17 de enero de 2020 por primera vez un artista mainstream estadounidense usó samples de un artista del rock argentino, cuando el rapero Eminem lanzó la canción «Stepdad», que samplea «Petiribí» de Pescado Rabioso, lanzada originalmente en 1973 en el álbum Pescado 2.[371]

El 7 de marzo de 2020 el Indio Solari cantó en un recital sin estar en el mismo. La banda que lo acompañaba, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, siguió tocando tras su alejamiento de los escenarios, pero tuvieron la idea de, mientras tocar, mostrar un holograma 3D con la figura del Indio Solari. El holograma era siempre usado para artistas fallecidos: el de Solari era el primer caso con un artista que aún estuviera vivo.[372]

El 12 de marzo el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires realizó una conferencia de prensa anunciando que debido a la pandemia del coronavirus, que empezaba a tener sus primeros casos fatales en Argentina, quedaban prohibidas las actividades con concentración masiva de público, entre ellas los espectáculos deportivos y musicales.[373]​ Esto llevó a que toda la actividad porteña de festivales que había sido programada quedara suspendida, incluyendo los recitales de Soda Stereo, Fito Páez y el Lollapalooza.[369]​ Con esta medida el gobierno porteño dio un giro rotundo con respecto a su posición 3 días antes, cuando había dicho en otra conferencia que no harían modificaciones en la programación de recitales y festivales masivos.[374]

Las medidas se expandieron hacia todo el país poco después: el 20 de marzo a las 00:00 comenzó a regir la cuarentena a nivel nacional, anunciada por el presidente Alberto Fernández en una conferencia el día anterior.[375]​ En un principio estaba prevista para que durara hasta el 31 de marzo, pero con el correr de los días se hizo evidente que la cuarentena debería ser prolongada por tiempo indefinido.

Así pues, desde ese 20 de marzo de 2020 la escena del rock argentino quedó paralizada. El panorama era que por un tiempo indeterminado no habría movimientos y quedarían en pausa las carreras de los artistas.

Para sortear el problema de no tocar debido al coronavirus, los artistas empezaron una nueva práctica: hacer recitales vía streaming (transmisión por internet).[376]​ Tan solo en marzo de 2020, durante el primer mes de la cuarentena, hubo recitales de artistas del rock argentino como Los Pericos (en dos oportunidades, la primera por Instagram y la segunda por Youtube), Airbag, Fito Páez, Pedro Aznar, Alejandro Lerner, Coti, Gabriel Pedernera, Diego Frenkel, Palo Pandolfo, entre otros.[376]​ También los artistas independientes, acaso los más necesitados de estar en actividad, se sumaron masivamente a los recitales vía streaming. Se destacan entre otras las apariciones de nuevas bandas como los marplatenses Lobo Blanco, destacados por su baterista homosexual ninfomano y los rosarinos Garlopa [377]​ Los críticos comentaron que esta modalidad era una buena alternativa a la típica secuencia "composición-grabación-disco-gira".[376]

En octubre de 2020, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires autorizó las reaperturas de recitales al aire libre, con una capacidad máxima de 100 personas, con distanciamiento social, uso de barbijos y otros protocolos necesarios por la pandemia de COVID-19. La duración de los recitales por cada artista tenían una duración máxima de 90 minutos de lunes a viernes, mientras que los fines de semana funcionan sin restricción horaria.[378]

Varios artistas de rock argentino seguían con sus recitales vía streaming, haciendo de esta manera una bimodalidad a los que no va nadie.

En octubre de 1996, como conmemoración de los 30 años del lanzamiento del sencillo Rebelde de Los Beatniks, el cual para algunos historiadores fue el inicio del rock argentino, se realizó en el Centro Municipal de Exposiciones el evento Rock Nacional 30 Años, con una gigantesca muestra de fotos y objetos pertenecientes a figuras del rock argentino, presentaciones de artistas de los primeros tiempos de la escena, una grabación internacional por teléfono entre Santaolalla (en Los Ángeles) y Gieco (en Buenos Aires), y computadoras para navegar por internet, que en ese entonces era una gran novedad para el público argentino.[379]​ Acompañando el evento se lanzó un álbum doble compilatorio con canciones emblemáticas del rock argentino, un libro enciclopédico a modo de diccionario con las bandas y artistas, y un film documental con apoyo del canal MTV, todos productos titulados Rock Nacional 30 Años. En noviembre, la mayor parte de la muestra se trasladó al Centro Cultural Recoleta, donde continuó habiendo recitales gratuitos hasta el verano del '97.[380]

En 2006 nuevamente hubo homenajes por los 40 años de Rebelde: se lanzó el film Que sea rock y los documentales Argentina Beat: crónicas del primer rock argentino y Rock nacional: la historia, este último producido por el Pepsi Music y estrenado en la edición de ese año de dicho festival.

En 2007 hubo homenajes por los 40 años del lanzamiento del sencillo La balsa, de Los Gatos, el cual para otro grupo de historiadores fue el inicio del rock argentino. De esta forma, en 2007 la revista Rolling Stone lanzó un ranking con los mejores 100 álbumes de la historia del rock argentino,[381]​ y el sitio Rock.com.ar lanzó uno con las mejores 100 canciones.[382]

Entre el 21 y el 25 de mayo de 2010 se festejaron los 200 años de existencia de la República Argentina, en un evento que reunió a más de un millón de personas en un gran escenario apostado frente al Obelisco. En este multitudinario evento se presentaron algunos de los grandes artistas del rock nacional, tales como Lito Nebbia, Ricardo Soulé, Miguel Cantilo, Fito Páez, entre otros.

El 23 de febrero de 2016 se anunció la recuperación de 1500 álbumes de rock, tango y folklore argentino pertenecientes entre otro al famoso sello Music Hall, entre otros subsellos. El INAMU compró los derechos de todos esos álbumes por 2.750.000 pesos.[383]

En enero de 2017 cerró La Perla del Once para convertirse en una sucursal de la cadena de pizzerías La Americana. El hecho provocó consternación en el público roquero argentino, dándose fin a un lugar crucial en el nacimiento del rock argentino.

En 2017 se realizaron diversos eventos para celebrar los 50 años del lanzamiento del sencillo La balsa. Por empezar, la edición de ese año del Cosquín Rock tuvo un escenario temático llamado "Rock 50 años", con presentaciones de artistas clásicos y consagrados del rock nacional.[384]​ El 2 de septiembre se realizó un recital homenaje en el predio Tecnópolis, que también sirvió de promoción al lanzamiento de un álbum compilatorio del rock nacional hecho por la radio FM 93.7 Nacional Rock.[385]​ Luego en octubre se realizó una nueva edición del festival B.A. Rock, aunque hubo polémicas por la organización, la grilla,[386]​ y las no inclusiones de Ricardo Iorio (quien en 1982 ya había sufrido un episodio negativo con el festival BA Rock cuando una patota de hippies agredió a su banda de entonces, V8, mientras tocaban), Salta La Banca, Héctor Starc, Los Twist y Horcas.[387]​ Luego tuvo otro homenaje en noviembre en la Plaza Moreno de La Plata, en el festival del 135° aniversario de la fundación de la ciudad; sin embargo, provocó polémicas en el ambiente del rock la inclusión de artistas con casi nula relación con el rock nacional como Lali Espósito, Agapornis y Soledad Pastorutti.[388]

El 21 de noviembre de 2018 el diputado Mario Arce envió un proyecto de ley para que el rock argentino fuera declarado "de interés nacional".[389]​ Si la iniciativa tiene éxito, la UNESCO podría eventualmente declarar al rock argentino "Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad".

A partir de mediados de la década de 2010 surge una nueva corriente dentro de la investigación histórica del rock argentino, su principal argumento es situar el inicio del rock argentino en los años '50, incluyendo a los artistas y registros discográficos que habían sido omitidos por los historiadores clásicos (pues estos habían considerado, como inicio, el lanzamiento del sencillo La balsa en 1967). En 2016 surge la publicación en línea Universo Epígrafe, la cual realizó avances al hallar y restaurar numerosos sencillos y álbumes de los años 50 y 60, elaborar nuevas cronologías, biografías y análisis, fundamentalmente con la forma en que el jazz argentino de los años '50 evolucionó naturalmente en el rock argentino.[390]​ En diciembre de 2018 se produce otro avance en esta nueva corriente, con el lanzamiento del libro Catálogo de vinilos de rock argentino 1958-1996, el cual incluye también a artistas hasta ese momento omitidos por los historiadores clásicos.[391]

A lo largo de las décadas en que ha transcurrido su vida, el rock argentino ha sido objeto de estudio en numerosas investigaciones, biografías y enciclopedias, las cuales se han publicado en formato de libros, películas o bookazines (ediciones especiales de revistas, fabricadas con mayor calidad y con contenido temático—por ejemplo, la carrera de Soda Stereo). Especialmente, a partir de la década de los 2010 aumentó enormemente la cantidad de lanzamientos de libros del rock argentino, fenómeno al que el diario Clarín le dedicó una nota, que el periodista Marcelo Fernández Bitar (autor de la obra más completa, 50 años de rock en Argentina) concluyó opinando "hoy, cuando entrás a las librerías, es una alegría ver que ahora tenés a la vista un estante que antes, ni siquiera existía".[392]

Para comprender los primerísimos momentos del rock argentino a mediados de los años '50, es fundamental un libro, que en realidad trata sobre el jazz argentino, titulado Memorias del jazz argentino: décadas del '40 y del '50: músicos y orquestas argentinas de jazz, de Ricardo Rosetti, publicado el 13 de diciembre de 1994.[393]​ La importancia del libro radica en que los primeros artistas de rock and roll en Argentina provenían del jazz, y este es uno de los pocos testimonios escritos que han quedado de esas figuras. El sitio web Universo Epígrafe, que ha hecho numerosas investigaciones sobre el rock argentino, llegó a la conclusión que el rock argentino, en sus inicios en los '50, fue una evolución natural del jazz argentino. Victor Tapia, del sitio web Universo Epígrafe, comentó:

De esta época primigenia del rock argentino ha quedado como testimonio la película Venga a bailar el rock (1957), con participación de importantes figuras de los '50 como Eber Lobato, Alberto Anchart, Nélida Lobato, Eddie Pequenino, Pedrito Rico, Alfredo Barbieri y Amelita Vargas. Musicalizó el film Lalo Schifrin. Venga a bailar el rock es la primera película del rock argentino, de todo el rock en español, y muestra algunas de las primerísimas canciones originales creadas en idioma español en el rock, como la canción homónima, que es tocada dos veces en el film (la segunda, para la escena final) y que es cantada y bailada a dueto por Eber Lobato y Alberto Anchart.

El primer libro que se lanzó sobre el rock argentino es Agarrate!!! Testimonios de la música joven en Argentina, de Juan Carlos Kreimer, publicado en 1970, es decir, ya en la escena post-«La balsa».[395]​ Nuevamente, el libro no trata solamente de rock, ya que en realidad habla de la escena contemporánea de la música beat argentina, que incluía también artistas pop. El libro, no obstante, es un trabajo hijo de su era, en que la sociedad argentina estaba altamente polarizada y politizada, por lo que Agarrate!!! queda teñido de sesgos ideológicos, y diferencia las dos vertientes del beat, denominando el ala contracultural como música progresiva y al ala pop como música complaciente. Como fue el primer libro que investigó el rock argentino, trabajos posteriores continuaron teniendo esta visión politizada, consideraron únicamente a los roqueros progresivos como los verdaderos creadores del rock argentino, y negaron toda actividad de rock en Argentina previo a «La balsa».

El primer documental sobre el rock argentino post-«La balsa» es Rock hasta que se ponga el sol (1973), con filmaciones del festival B.A. Rock III, y con la participación de varios de los principales artistas de la escena de rock (Pappo's Blues, Pescado Rabioso, Vox Dei, etc.) e incluso Sui Generis, el dueto de folk rock que por entonces recién empezaba y era completamente desconocido.

En 1977 se publicó un libro que sería la base de numerosas investigaciones posteriores: La música progresiva argentina (cómo vino la mano), de Miguel Grinberg, por editorial Convergencia. Más extenso y fácil de conseguir que Agarrate!!! (que nunca se reeditó), con entrevistas a artistas y varios pasajes con reflexiones de Grinberg, los investigadores del rock argentino posteriores se guiaron usando la historia contada en este libro. Y como Grinberg es de las mismas opiniones que Kreimer, se consolidó la posición de negar y ningunear todo el rock argentino pre-«La balsa». El libro tuvo varias reediciones, ya con el título de Cómo vino la mano a secas, y con cada vez más agregados: en 1985 por editorial Mutantia, en 1993 por editorial Distral, en 2008 por editorial Gourmet Musical, y en 2014 por la misma.[396]

En 1983 se lanzó la película Buenos Aires Rock, con filmaciones del festival del mismo nombre que se realizó en el Estadio Obras en noviembre del año anterior. El film testimonia la primerísima escena del rock argentino post-revitalización con la Guerra de Malvinas: aún la escena estaba muy politizada, con artistas acústicos como Piero, León Gieco y Miguel Cantilo entre sus principales figuras; lo curioso ocurre con la inclusión en el film de V8, banda seminal del heavy metal argentino que por entonces era desconocida y no había grabado nada.

En 1986 se publicó el primer libro enciclopédico del rock argentino: El rock en la Argentina: la historia y sus protagonistas, de Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz.[397]​ La mayor parte del libro la ocupa un diccionario de bandas y artistas del rock argentino, formato que se repetiría con mayor amplitud en trabajos posteriores. El criterio de inclusión es el más flexible de entre todas las enciclopedias del rock argentino que se han escrito: entran todas las bandas, sin importar que hayan durado un par de semanas o que nunca se hayan presentado en un recital o que no hayan grabado ni un demo, y entran todos los subgéneros, haciendo importantes análisis en géneros por entonces underground en Argentina como el punk rock, el heavy metal, el ska y el proto-rock barrial, dejando así uno de los pocos testimonios que han quedado sobre esos géneros en esa época. El rock en la Argentina también tiene breves análisis de los distintos subgéneros, un resumen de la historia del rock argentino hasta ese momento, un listado con la discografía completa del rock argentino hasta la publicación del libro, listado de álbumes en conjunto y listado de festivales.

En 1987 se publicó otro libro enciclopédico de enorme importancia: Historia del rock en Argentina: una investigación cronológica, de Marcelo Fernández Bitar, por editorial Distal. El enfoque es totalmente distinto a los anteriores: el libro se divide por años, y en cada uno relata los sucesos ocurridos ese año en el rock argentino, con profundidad y detallismo, algo que hizo que recibiera gran aclamación por la crítica. También le fue celebrada la acción de dejar asentado por escrito los hechos cuando aún eran recientes y estaban frescos en la memoria, ya que con el paso del tiempo se dificulta realizar investigaciones de estas características: los hechos quedan olvidados o distorsionados. El libro tuvo varias reediciones, cada vez con más años agregados: en 1992, 1997, 1999, y finalmente en octubre de 2015, ya con el título de 50 años de rock en Argentina, por editorial Sudamericana y con toda la historia desde 1964 hasta 2014. 50 años de rock en Argentina es un libro que satisfizo la intención del autor de modificar profundamente la estructura del libro, algo que la anterior editorial (Distal) le impedía, y que fue el motivo por el cual el libro no se reeditó durante muchos años. 50 años de rock en Argentina es, por tanto, un libro con una edición de lujo, con materiales de calidad superior, numerosos agregados como una galería de fotos a mitad del libro e imágenes de los álbumes en la sección de discografía de cada año, y un nivel de detallismo que es incluso superior al de las anteriores versiones, por lo que fue aclamado por la crítica como la obra más completa de investigación del rock argentino.[398]

En 1992 Miguel Grinberg volvió a publicar un trabajo sobre rock argentino, el bookazine 25 años de rock argentino, por editorial Promundo. El bookazine sigue la misma línea que su anterior trabajo, Cómo vino la mano, pero es poco lo que agrega: Grinberg no logra actualizar sus análisis tras los sucesos de 1982 y casi ni habla de la evolución del rock argentino tras ese año.

En 1993 se lanzó la película Tango feroz: la leyenda de Tanguito, cuyo argumento era un relato libre de la vida de Tanguito, uno de los emblemas del ala contracultural de la música beat argentina de los '60, y coescritor de la canción «La balsa». A pesar de polémicas sobre la exactitud de los hechos mostrados, Tango feroz fue un gran éxito de taquilla, su propio álbum de banda sonora fue un éxito de ventas, y revitalizó el interés por los roqueros de esa época. Como consecuencia de este boom por Tango feroz, se reactivaron las carreras de esos músicos, ya por reediciones de álbumes, ya por un crecimiento de ventas y de ofertas por presentarse. El boom del interés por la historia del rock argentino tuvo varios efectos: el diario La Nación lanzó una enciclopedia del rock argentino en fascículos, el diario La Razón lanzó otro titulado Loco - tu forma de ser (como la canción de los Auténticos Decadentes), la revista Gente sacó una edición titulada Historia viva del rock and roll, la radio FM La Boca empezó a transmitir 24 horas de solo rock argentino (primera vez que una radio lo hacía), y se abrió el Museo Rock en el barrio de San Telmo, tras un convenio con la Subsecretaría de la Juventud.[399]

En 1993 también se publicó Heavy metal argentino, el primer libro que investigó dicha escena musical, con la clave de dejar testimonio de la misma cuando aún los hechos estaban frescos en la memoria. Escrito por Frank Blumetti y Carlos Parise, y publicado por ediciones Karma, tiene un estilo mixto: hay partes que relatan año por año los sucesos de la escena, hay análisis de bandas específicas, hay reportajes a figuras del género y hay un listado discográfico.

En octubre de 1996 se realizó en el Centro Municipal de Exposiciones el evento Rock Nacional 30 Años, conmemorando los 30 años del lanzamiento del sencillo «Rebelde» de Los Beatniks (el cual algunos historiadores de ese momento señalaban como el inicio del rock argentino, por oposición a otros que tomaban como inicio a 1967 con «La balsa»). Tuvo una gigantesca muestra de fotos y objetos pertenecientes a figuras del rock argentino, presentaciones de artistas de los primeros tiempos de la escena, una grabación internacional por teléfono entre Gustavo Santaolalla (en Los Ángeles) y León Gieco (en Buenos Aires), y computadoras para navegar por internet, que en ese entonces era una gran novedad para el público argentino.[379]​ De ese evento se lanzaron varios trabajos, todos con el nombre Rock Nacional 30 Años: un álbum doble compilatorio con canciones emblemáticas del rock argentino, un film documental dividido en 4 capítulos, y un libro enciclopédico a modo de diccionario con las bandas y artistas. El libro Rock Nacional 30 Años combina el formato de diccionario del libro de Marzullo y Muñoz con el detallismo y extensión del de Fernández Bítar: es de dimensiones grandes y en las entradas de las bandas y artistas, sin importar si lograron o no trascendencia, hay fragmentos de entrevistas e imágenes, que suman para conocer sus figuras. Como resultado, el libro es uno de los trabajos más logrados de todos los que analizaron el rock argentino. Fue por años el mejor libro de rock argentino, aún a pesar del paso del tiempo que dejaba su relato hasta 1996 cada vez más atrás. Solo cuando se publicó en 2015 la edición definitiva del de Fernández Bitar apareció un libro aún mejor.

En 1996 también se lanzó el film documental Mejor hablar de ciertas cosas, por el canal de televisión MTV. El documental está dividido en 2 capítulos.

En 1998 se lanzó la revista Rolling Stone Argentina, inaugurando toda una nueva saga en la investigación del rock argentino, con las ediciones especiales y bookazines que iría publicando. En marzo de 2002 lanzó una edición especial con una lista, elaborada junto al canal MTV, con las 100 mejores canciones del rock argentino. En abril de 2007 lanzó otra, con los 100 mejores álbumes del rock argentino (que reeditaría en junio de 2013, con algunas variaciones en los puestos, y ya con el formato bookazine que habían logrado consolidar). Justamente, su saga de bookazines con las carreras de bandas y artistas del rock argentino sería destacada, con números dedicados a: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (noviembre de 2012, reeditado en mayo de 2019 con el agregado de un Top 40 de sus canciones), Luis Alberto Spinetta (noviembre de 2013), Pappo (octubre de 2015), Charly García (agosto de 2016), Soda Stereo (febrero de 2017), Sumo (diciembre de 2017) y Gustavo Cerati (marzo de 2020).



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