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Ruy López de Villalobos



Ruy López de Villalobos (Málaga, España, 1500 - Isla Ambon, 1546) fue un hidalgo y marino español que exploró las islas Filipinas y trató, sin éxito, de colonizarlas y establecer una ruta comercial viable con los territorios españoles en América. Es conocido porque fue su expedición la que dio nombre a esas islas como «Filipinas» en honor de Felipe II de España, entonces príncipe, de quien toman su denominación actual.

Los descubrimientos e intereses político-económicos de los imperios portugués y español les habían llevado a trazar un reparto de esferas de influencia de cara a exploraciones, conquistas y explotación económica de los territorios que iban viendo la luz en los mapas europeos. Este primer tratado se conoce como Tratado de Tordesillas (1494). Posteriormente, cuando Juan Sebastián Elcano dio la vuelta al mundo se demostró que la Tierra era redonda, los monarcas de ambos Estados se vieron obligados a completar el reparto, ya que el Tratado de Tordesillas se basaba en la idea de un mundo plano. Este nuevo tratado, que completaba el anterior, fue el Tratado de Zaragoza (1529).

Desde antes se sabía que la tierra era redonda. La expedición de Magallanes buscaba una ruta castellana hacia las islas de especiería; al hallar la ruta, el posterior tratado fue para fijar los límites de los dominios peninsulares en Asia.

Sin embargo, la exploración de Magallanes había dado lugar al hallazgo de nuevas tierras que Carlos V ambicionaba: las islas Filipinas. Este conjunto de islas no era aún conocido con este nombre, sino que Magallanes las había bautizado como islas de Poniente o archipiélago de San Lázaro.

La posesión de una base territorial en esta zona era un suculento bocado comercial, ya que permitía acceder al comercio con China y Japón. Además, estaba el acceso a las especias (clavo, canela, pimienta...), tremendamente cotizadas en la Europa del siglo XVI. Hemos de tener en cuenta que este comercio había sido hasta ese momento monopolio de los portugueses, que se habían enriquecido gracias a él.

El problema para Carlos V era que en el Tratado de Zaragoza España había reconocido la esfera de influencia portuguesa y su posesión de las islas Molucas, grandes productoras de especias. Las Filipinas se encontraban en una situación límite en lo que al tratado respecta, por lo que se dieron severas instrucciones a López de Villalobos para que se limitara a tratar de explorar y colonizar Filipinas evitando los territorios portugueses.

En 1541, López de Villalobos recibió el encargo de Antonio de Mendoza y Pacheco, primer virrey de la Nueva España, de encabezar una expedición hacia las Islas del Poniente (Indias Orientales) en busca de nuevas rutas comerciales. Partió la expedición del puerto mexicano de Barra de Navidad el 1 de noviembre de 1542, una flota con 370 a 400 tripulantes a bordo de cuatro navíos mayores, un bergantín y una goleta: Santiago, Jorge, San Antonio, San Cristóbal (pilotada por Ginés de Mafra), San Martín y San Juan de Letrán (al mando de Bernardo de la Torre).

El 25 de diciembre, la flota se dirigió hacia las actuales islas de Revillagigedo, frente a la costa oeste de México, una de cuyas islas había sido descubierta en 1533 por Fernando de Grijalva. Al día siguiente redescubrieron un grupo de islas situadas a 9° o 10° N al que llamaron Corrales, y anclaron en una de estas islas, a la que le pusieron por nombre La Anublada (hoy San Benedicto), y a los peñascos les dieron el nombre de Los Inocentes.

El 6 de enero de 1543, avistaron varias pequeñas islas en la misma latitud y las llamaron Islas Los Jardines (eran las islas de Eniwetok y Ulithi, ya avistadas en 1527 por el galeón Reyes, el barco al mando de Álvaro de Saavedra que Cortés había mandado para cruzar el Pacífico). También descubrieron la isla de Palaos, que perteneció a España hasta 1899, cuando fue vendida a Alemania junto con el resto de las islas Carolinas.

Entre el 6 y el 23 de enero de 1543, el galeón San Cristóbal, pilotado por Ginés de Mafra, que había sido miembro de la tripulación de la expedición de Magallanes-Elcano en 1519 a 1522, fue separado de la flota durante una fuerte tormenta. Este barco llegó finalmente a la isla de Mazaua, un lugar en donde había anclado Magallanes en 1521. Esta fue la segunda visita de Mafra a las Filipinas, que se identifica hoy como Limasawa en la sureña isla de Leyte. (La historia de Limasawa apareció en la obra Historia de las Islas de Mindanao, Iolo, y sus adyacentes..., publicada póstumamente en Madrid en 1667 y que había sido escrita por un sacerdote jesuita español, Fray Francisco Combes (1620-65), que estableció varios monasterios en las Filipinas. Sus documentos sobre Limasawa han sido traducidos al inglés por los historiadores.[1]​)

El 29 de febrero entraron en bahía Baganga, a la que llamaron Málaga, en la costa oriental de la isla de Mindanao. López de Villalobos la llamó Cesárea Karoli en honor del emperador del Sacro Imperio Romano, Carlos V de España. La flota permaneció allí durante 32 días, la tripulación entera sufría hambre extrema. Ordenó a sus hombres sembrar maíz, pero fracasó. El 31 de marzo de 1543, la flota partió en busca del Mazaua de alimentos. Después de varios días de lucha, llegaron a Sarangani.

El galeón San Cristóbal, que había llegado a Limasawa 2 meses antes, apareció inesperadamente con una carga de arroz y otros alimentos para el comandante. El 4 de agosto, el San Juan y el San Cristóbal fueron enviados de vuelta a las islas de Leyte y Samar para obtener más alimentos. Un contingente portugués llegó el 7 de agosto y les entregó una carta de Jorge de Castro, gobernador de la Molucas, exigiendo una explicación para la presencia de la flota en territorio portugués. López de Villalobos respondió, en una carta fechada el 9 de agosto, que no estaban invadiendo, y se encontraban dentro de la línea de demarcación de la Corona de Castilla. Después, el San Juan, con Bernardo de la Torre como capitán, fue enviado de regreso a México para abastecerse, partiendo el 27 de agosto.[2]

En la primera semana de septiembre llegó otra carta de Castro con la misma protesta, y López de Villalobos escribió una nueva respuesta el 12 de septiembre, con el mismo mensaje que la primera. Partió para Abuyog, en Leyte, con las naves restantes, el San Juan y de San Cristóbal. La flota no pudo avanzar debido a los vientos desfavorables. En abril de 1544 se embarcó para la isla de Amboina. Villalobos y su tripulación se dirigieron luego a las islas de Samar y Leyte, a las que llamaron Las Islas Filipinas (Islas Filipinas) en honor del Príncipe de España, Felipe II. Expulsados por los nativos hostiles, el hambre y un naufragio, López de Villalobos se vio obligado a abandonar sus asentamientos en las islas y la expedición. Buscaron refugio en las Molucas, y después de algunas escaramuzas con los portugueses, fueron encarcelados.

López Villalobos murió el 4 de abril de 1546, en su celda de la prisión en la isla de Amboina, de una fiebre tropical, o como dijeron los portugueses «de un corazón roto».[3]​ En su lecho de muerte fue atendido por el jesuita Francisco de Jaso (San Francisco Javier) que se encontraba entonces en viaje de evangelización en las Molucas bajo la protección del rey de Portugal, y como Nuncio del Papa en Asia.

Unos 117 miembros de la tripulación sobrevivieron, entre ellos de Mafra y Guido de Lavezaris. De Mafra redactó un manuscrito sobre la circunnavegación de Magallanes y fue enviado a España por un amigo a bordo. Se embarcaron para Malaca, donde los portugueses les pusieron en un barco con destino a Lisboa. Unos treinta optaron por permanecer allí, incluyendo a Mafra. Su manuscrito permaneció desconocido durante varios siglos y fue descubierto en el siglo XX y publicado en 1920. [4]



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