El síndrome de ovario poliquístico (SOP), también llamado síndrome de Stein-Leventhal, es una enfermedad endocrina compleja y heterogénea, que se caracteriza por trastornos en el ciclo menstrual, hiperandrogenismo y ovarios con múltiples quistes. Es uno de los desequilibrios hormonales más frecuente, afectando entre un 6 a un 20% de las mujeres en edad reproductiva, de acuerdo con el criterio diagnóstico que se ocupe. Su etiología es desconocida. No obstante, existe evidencia fuerte de que factores genéticos juegan un papel importante en su génesis.
Se considera que el síndrome de ovario poliquístico es una de las causas mayoritarias de la subfertilidad femenina y el problema endocrino más frecuente en las mujeres en edad reproductiva.
La gravedad de los síntomas varía de paciente a paciente. El diagnóstico debería descartar hiperplasia suprarrenal congénita, tumores que puedan secretar andrógenos y la hiperprolactinemia.[cita requerida]
Un estudio publicado en Nature Medicine encontró un vínculo entre el desequilibrio hormonal en el útero y síndrome de ovario poliquístico (SOP), específicamente exposición prenatal a hormona antimulleriana (AMH). Para el estudio, los investigadores inyectaron ratonas embarazadas con AMH para que tuvieran una concentración de la hormona superior a la normal, que posteriormente dieron a luz a hijas que más tarde desarrollaron tendencias similares al síndrome de ovario poliquístico. Estos incluyen problemas con la fertilidad, la pubertad retrasada y la ovulación errática. Para revertirlo, los investigadores dosificaron las ratonas poliquísticas con cetrorelix, lo que hizo que los síntomas desaparecieran. Estos experimentos deberían confirmarse en humanos, pero podría ser el primer paso para comprender la relación entre el ovario poliquístico y la hormona antimulleriana.
En el año 1935 Stein y Leventhal describieron siete mujeres que sufrían amenorrea, hirsutismo, y ovarios agrandados con múltiples quistes.
Las pacientes presentan: oligoovulación o anovulación, que resulta en una menstruación irregular o amenorrea, infertilidad ligada a las alteraciones en la ovulación, y presencia de ovarios poliquísticos; exceso de actividad androgénica (esto es, de hormonas masculinizantes), lo que puede producir acné e hirsutismo; y resistencia a la insulina, generalmente asociada a la obesidad, diabetes tipo II e hipercolesterolemia.
Los síntomas comunes del SOP incluyen:
Por eso, los médicos se fijan en otros signos que también pueden indicar la presencia de un síndrome de ovario poliquístico:
Periodos muy fuertes o irregulares.
Aumento de peso, obesidad o dificultad para mantener un peso normal, especialmente cuando este peso de más se concentra alrededor de la cintura.
Una afección denominada hirsutismo,consistente en que las chicas tienen un exceso de vello en el rostro, pecho, abdomen, área del pezón o espalda (no obstante, tener un poco de vello en estas zonas es un rasgo completamente normal en algunas chicas).
Poco cabello en la cabeza (los médicos lo denominan alopecia).
Acné y poros obstruidos.
Oscurecimiento y engrosamiento de la piel alrededor de cuello, axilas o senos (afección denominada acantosis pigmentaria).
Hipertensión, colesterol alto o diabetes (concentración elevada de azúcar en sangre).
Las niñas que presentan en forma precoz determinados signos de la pubertad, como el desarrollo del vello púbico o axilar antes de los ocho años, tienen un riesgo incrementado de padecer un síndrome de ovario poliquístico más adelante.
Los criterios diagnósticos tanto del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos como de Róterdam establecen presentar algunas (mínimo dos) de las siguientes condiciones:
En relación con el hiperestrogenismo, es una patología que per sé sí es peligrosa, pero si está compensada con la progesterona no existiría tanto riesgo de contraer cáncer. Existen dos tipos de hiperestrogenismo: absoluto y relativo. En el absoluto se produce una excesiva cantidad de estrógenos que la progesterona no es capaz de compensar; en el relativo en cambio los niveles de estrógenos son normales, pero los de progesterona no son suficientes para compensarlos.
Actualmente se ha observado que hay varios marcadores que si se miran en conjunto, pueden utilizarse para detectar el SOP. Éstas son la hormona anti-mulleriana, la LH, la proporción LH/FSH, además del íncide de masa corporal, así como otras características antropométricas. Se ha observado que da un valor extra al diagnóstico de esta enfermedad.
La prevalencia de SOP varía dependiendo del criterio de diagnóstico utilizado, fenotipos, así como de la población estudiada. El criterio de Róterdam tiene cuatro fenotipos:
Se considera que el fenotipo clásico son mujeres que presentan hiperandrogenismo y oligomenorrea con (A) o sin (B) morfología del ovario poloquístico cuando se les realiza una ecografía. En el fenotipo ovulatorio, las mujeres presentan hiperandrogenismo y morfología de ovario poliquístico (C). En el fenotipo no hiperandrogénico hay oligomenorrea y morfología del ovario poliquístico, sin hiperandrogenismo.
Se ha observado una prevalencia mayor de los fenotipos A y B en mujeres obesas, junto con resistencia a insulina así como un perfil cardiometabólico pobre. La prevalencia del síndrome metabólico era el menor en el fenotipo D. Sin embargo, estas diferencias son contradictorias en otros estudios, es por ello que es necesario una mayor investigación para que las guías de salud puedan definir mejor estos fenotipos y su relevancia clínica.
La acción terapéutica en el SOP dependerá del fenotipo, inquietudes y metas de la paciente. La terapia se centrará en:
1) Suprimir y contrarrestar la secreción y acción de los andrógenos
2) Proteger al endometrio y corregir la disfunción menstrual
3) Mejorar el estado metabólico
4) Mejorar la fertilidad ovulatoria.
El modo de acción para conseguirlo en líneas generales será:
En caso contrario, se procede al tratamiento quirúrgico de los quistes.
Dentro del tratamiento farmacológico cabe destacar:
Recientemente se ha realizado una investigación sobre el SOP con un nuevo tratamiento, la naringenina. Para ello, indujeron SOP a una rata con sobrepeso a partir de letrozole. Con este tratamiento han observado una gran pérdida de peso en las ratas. Se cree que esta corrección tiene lugar en la etapa diestral, pues fue más prolongada en las ratas sometidas a tratamiento que a las que presentaban solo la enfermedad (las control). Además, se observó también una reducción del nivel de glucosa presente en plasma cuando se administraba naringenina. Por otro lado, a nivel hormonal también se reducía la cantidad de testosterona y estradiol presente en las ratas con SOP. En cuanto a la anatomía del ovario, las características propias de esta enfermedad (quistes, hiperplasias...), al suministrar naringenina disminuía notablemente.
Esto está demostrado tan solo en estudios animales, no obstante, si esta investigación sigue adelante y tiene unos efectos similares puede suponer un gran avance en el tratamiento de estos pacientes, pudiendo incluso tener descendencia.
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