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San Espiridón



12 de diciembre (Iglesia ortodoxa)

San Espiridón de Tremitunte (también Espiridión, en gr. Ἃγιος Σπυρίδων, Asquia, Chipre, ca. 270–Chipre, 348) fue un obispo de Chipre. Es considerado santo, taumaturgo y confesor por la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa.

San Espiridón nació en una familia cristiana a finales del siglo III, cerca del año 270, en Chipre. Se sabe que pasó los primeros años de su vida en el monte, como pastor del ganado de su padre.

Espiridón fue uno de los confesores cristianos a quienes el emperador Maximino mandó sacar el ojo derecho, cortar el nervio y desjarretar la pierna izquierda, y condenó a trabajar en las minas. Permaneció en su destierro durante algunos años, hasta que, tras la muerte de Maximino, pudo volver a Chipre, donde volvió a trabajar como pastor de ganado. Se casó y tuvo una hija,[1]​ pero enviudó muy pronto. Su hija también murió joven.

En los tiempos del reinado de Constantino el Grande, cuando falleció el obispo de Tremitunte, el pueblo y el clero a una voz aclamaron como sucesor a Espiridón. Aunque él alegaba su incapacidad para el cargo, recibió las sagradas órdenes y fue consagrado obispo.

En 325 participó en el Primer concilio ecuménico de Nicea, donde intervino contra el arrianismo, y en los concilios de Alejandría en 340 y de Sárdica[2]​ en 343.

Falleció el 12 de diciembre de 348 y fue enterrado en el templo de los Santos Apóstoles de Tremitunte.

Todo de lo que Espiridón era dueño lo compartía con el prójimo. Por su generosidad y compasión, según se cree, Dios lo hizo taumaturgo y adquirió los dones de curar a los incurables; exorcizar, detener las sequías y hacer llover.

La gente se sorprendía de su ingenuidad. Pero él velaba para se cumplieran rigurosamente el rito y las ceremonias sacramentales, y se guardase inalterada la Sagrada escritura. El santo reprochaba a aquellos sacerdotes que en sus sermones perdían la exactitud de las palabras de la Biblia.

Cuando asumió el cargo de obispo, no abandonó su modo de vida modesta; siguió pastando ovejas y trabajando en el campo. Cada año Espiridón dividía su cosecha en tres partes. Una, la repartía entre los pobres; otra, la prestaba sin lucro a aquellos que lo necesitaban y otra, la dejaba para su propio mantenimiento. La distribución no la hacía en persona, sino que mostraba a la gente la despensa y decía que tomaran lo que necesitaban y, después, devolvieran cuando pudiesen, sin control alguno de su parte.

A mediados del siglo VII, comenzaron los ataques de sarracenos a Chipre y las reliquias del santo fueron trasladadas a Constantinopla. En 1453, al caer la ciudad en manos de los turcos, fueron trasladadas a la isla de Corfú, en ese entonces, perteneciente a la República de Venecia. El 4 de diciembre de 1577 las autoridades venecianas concedieron un lote de tierra para la construcción de un templo en honor al santo. En 1589 las reliquias fueron depositadas en el templo, donde se encuentran hasta ahora.

Sus reliquias reposan bajo la custodia de la Iglesia ortodoxa helénica en el templo que lleva su nombre, en Kérkyra, Durante largo tiempo, la mano derecha del santo reposó en Roma, regalada al papa Clemente VIII en 1592, y guardada en la iglesia de Santa María in Vallicella. En 1984 la llevaron a Kérkyra. Se cree que dos veces salvó la isla de la peste, una vez de la hambruna y una vez de la invasión turca. Los isleños celebran su homenaje cinco veces al año.

San Espiridón es uno de los santos más venerados en la Iglesia ortodoxa y se acude a él en los casos de dificultades económicas, intervención quirúrgica y enfermedades oncológicas.

Según el santoral ortodoxo, su festividad se celebra el 12 de diciembre según el calendario juliano, o el 25 según el gregoriano, el día del solsticio de invierno. Los católicos la celebran el 14 de diciembre.

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Comentarios
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Monica:
Pasamos en un crucero por Corfú y por una calle donde compramos recuerdos vimos la entrada a una iglesia se nos hizo fácil entrar a dar gracias .minutos más tarde una señora entró corriendo y se veía claramente que traía angustia y desesperación ,con ella venía un obispo que abrió una puesta se vió una habitación donde se encontraba un ataúd de plata , muy elaborado y dentro una persona que data de siglos atrás, el obispo nos hizo una seña de invitación a entrar y nosotras entramos pero no entendimos quien era y que significaba . La señora angustiada llorando y el obispo rezaba, nosotras absortas mirando. Cerraron el féretro y salimos. En la calle alguien que hablaba español nos dijo que casi nadie lo logra ver y que es San Espiridón. .
2022-06-07 16:28:12
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