El ducado de Medina de Rioseco con grandeza immemorial, fue concedido por el emperador Carlos V de Alemania y rey Carlos I de España el 22 de abril de 1538 a Fernando Enríquez de Velasco, almirante de Castilla, señor de Medina de Rioseco, conde de Melgar y de Rueda.
El origen del linaje de los Enríquez se remonta a Fadrique Alfonso de Castilla, maestre de la Orden de Santiago e hijo ilegítimo del rey Alfonso XI de Castilla y de su amante, Leonor de Guzmán. Sus descendientes ostentaron la dignidad de Almirantes de Castilla y tuvieron a Medina de Rioseco como capital de sus estados feudales. Formaron en todo momento parte de la más limitada élite del poder nobiliario en Castilla durante la Baja Edad Media y junto con otros 19 linajes españoles fueron reconocidos por Carlos V en 1520 como uno de los primeros Grandes de España.
Extinguida la línea masculina de los duques de Medina de Rioseco, pasó el título, por línea femenina y de acuerdo en el derecho sucesorio español, a la casa de los señores duques de Osuna, ostentando actualmente el título ducal de Medina de Rioseco María Asunción de Latorre y Téllez-Girón.
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