Sebecosuchia es un grupo extinto de crocodiliformes mesoeucrocodilianos que incluye a los sebécidos y a los baurusúquidos. El grupo apareció inicialmente en el Cretácico Superior con los baurusúquidos y se extinguieron en el Mioceno con los últimos sebécidos. Sus fósiles se han encontrado principalmente en Suramérica pero también han sido hallados en Europa, África del Norte y Asia.
Sebecosuchia fue denominado inicialmente en 1946 por el paleontólogo estadounidense Edwin Colbert para incluir a Sebecus y a Baurusuchidae. Sebecus, que había sido descubierto en Suramérica desde 1937, era un crocodiliforme inusual con un cráneo profundo y dientes que eran zifodontes, es decir aserrados y comprimidos lateralmente. La familia Baurusuchidae fue nombrada un año después e incluía al por entonces recién descrito Baurusuchus, que también era una forma suramericana con hocico profundo.
Más recientemente, otros crocodiliformes han sido asignados a Sebecosuchia, aunque no pueden ser asignados a ninguna familia. Estos incluyen a los géneros Eremosuchus, nombrado en 1989, y a Pehuenchesuchus, nombrado en 2005. Estos son usualmente considerados como sebecosuquios más basales que los sebécidos y los baurusúquidos.
A continuación se presenta un cladograma mostrando la posible posición filogenética de Sebecosuchia modicada de Turner y Calvo (2005). En este cladograma, Sebecidae es un conjunto parafilético de sebecosuquios basales mientras que Baurusuchidae es monofilético e incluye a los sebecosuquios más derivados.
En un estudio filogenético de los crocodiliformes, Benton y Clark (1988) dividieron a Sebecosuchia, considerando a los baurusúquidos como notosuquios basales mientras que los sebécidos eran neosuquios basales. Desde entonces, muchos estudios han apoyado la monofilia de Sebecosuchia. En 2007, sin embargo, un estudio filogenético situó a los baurusúquidos como metasuquios basales y a los sebécidos como parientes cercanos de una familia de notosuquios llamada Peirosauridae. Juntos, los sebécidos y los peirosáuridos forman el nuevo clado Sebecia. Abajo está un cladograma de este estudio, hecho por Larsson y Sues (2007):
Dos años después, Sereno y Larsson (2009) llegaron a la misma conclusión, excepto porque ellos situaron a los baurusúquidos como notosuquios avanzados. Sin embargo, más recientemente Turner y Sertich (2010) apoyaron de nuevo el concepto de Sebecosuchia en sus análisis de las relaciones de los notosuquios. En su estudio, Sebecosuchia era un avanzado clado dentro de Notosuchia. Iori y Carvalho (2011) llegaron a conclusiones similares, agrupando a Baurusuchus junto a Sebecidae. A continuación se presenta el cladograma de Turner y Sertich (2010):
"Araripesuchus" tsangatsangana
Diego Pol y Jaime E. Powell (2011) llegaron a la misma conclusión, si bien en su análisis no pudieron encontrar un Baurusuchidae monofilético dentro de Sebecosuchia. El siguiente cladograma es una versión simplificada de su análisis, enfocándose en Sebecosuchia.
Forma de la Lumbrera
Todos los sebecosuquios eran carnívoros y terrestres. Sus narinas se abrían muy en la punta del hocico, lo que sugiere que vivían en tierra más que en el agua (en los crocodiliformes acuáticos, las narinas usualmente se abren dorsalmente sobre la cima del hocico). El propio hocico está lateralmente comprimido, una característica compartida con otros reptiles terrestres como los dinosaurios terópodos. Las cuencas oculares se abren lateralmente en lugar de la disposición dorsal de los crocodiliformes acuáticos. Más aún, tenían un prominente cuarto trocánter sobre el fémur para la sujeción de los músculos que pudieron haber ayudado a mantener su marcha erguida. Aunque ahora son ampliamente aceptados como animales terrestres, alguna vez se pensó que los sebecosuquios eran semiacuático, pasando parte de su tiempo en el agua.
Los sebecosuquios pueden haber tenido hocicos lateralmente comprimidos para poder resistir las enormes fuerzas presentes durante las mordidas. Los dientes también comprimidos por los lados, aguzados y aserrados. Su forma puedo haberles permitido penetrar y cortar fácilmente la carne. El hueso pterigoide en el cráneo está bastante curvado, permitiéndole a un enorme músculo abductor cerrar rápidamente las mandíbulas y dándole a los sebecosuquios una poderosa mordida.
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