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Sienita



Las sienitas son un grupo de rocas ígneas plutónicas de composición intermedia entre las granodioritas y los gabros. Según su composición y textura pueden tener diferente aspecto, desde una roca de grano fino y color claro con aspecto similar al granito hasta rocas de grano grueso grisáceas.[1]​ Aunque pueden ser muy parecidas al granito, se forman a partir de magmas con una proporción de sílice menor que los magmas graníticos, por lo cual contienen poco o nada de cuarzo.

Los minerales que componen las sienitas pertenecen a la clase de los silicatos. Como en otras rocas ígneas de grano visible, los minerales se clasifican atendiendo a su tonalidad en félsicos, —los más claros— o máficos, —de tonos oscuros—. A su vez, y dependiendo de la proporción en la que se suelen encontrar, se dividen en minerales esenciales y accesorios.

Entre los minerales félsicos esenciales aparecen como predominantes feldespatos potásicos, como la ortosa, y plagioclasas, típicamente andesina y labradorita. Como accesorios se encuentra titanita. Si el magma que las originó contenía suficiente sílice —lo que se conoce como magma saturado—, las sienitas pueden contener cuarzo como accesorio; en caso contrario —magma subsaturado— aparecen feldespatoides, generalmente nefelina.

Entre los minerales máficos esenciales se encuentran anfiboles. Los accesorios son clinopiroxenos como la augita, biotita, una mica y fayalita, un olivino. Pueden contener, siempre como accesorios, minerales que no son silicatos, como por ejemplo, apatito, sulfuros y óxidos de hierro, estos últimos a menudo en forma de impurezas en los feldespatos y feldespatoides.

Se originan por la diferenciación de un magma basáltico alcalino.



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