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Sobrecargo



Un auxiliar de vuelo, aeromoza,[1]azafata,[2]​ o tripulante de cabina de pasajeros (TCP) es un miembro de la tripulación que tiene como misión principal la vigilancia de la seguridad del vuelo y la comodidad de los pasajeros. Ciertamente, este carácter de asistente en el viaje desempeña un papel similar en los demás sistemas de transporte, tales como los barcos, en el que puede ser la azafata de crucero, o como el asistente de coche de pasajeros en ciertos trenes de largo recorrido y que se encargan de atender los coches cama, por ejemplo. A diferencia de estos, los TCP tienen responsabilidad civil en la operación de la aeronave, ya que son responsables del estado y operación de diversas partes de la aeronave y del material de emergencia. Asimismo, deben cumplir escrupulosamente la normativa aeronáutica vigente y respetar sus límites de actividad para estar en condiciones psicofísicas de operar una aeronave. El término sobrecargo hace referencia a aquella persona que se halla al frente de la tripulación auxiliar de un avión y que es el responsable del servicio y la seguridad a bordo ante el comandante.

La primera persona que ejerció la profesión de asistente de vuelo fue un hombre en los primeros vuelos del dirigible alemán LZ10 Schwaben en el año 1911.[cita requerida]

La primera mujer que ejerció este cargo fue la enfermera Ellen Church el 15 de mayo de 1930 en el vuelo entre Oakland y Chicago a bordo de un Boeing 80-A trimotor de la compañía Boeing Air Transport.[3]

Azafata era, en el siglo XVI y siguientes, una viuda noble elegida en la corte española para llevar cada mañana a la reina los vestidos y las alhajas que iba a usar en el día. Se la llamó así porque dichos vestidos y alhajas eran llevados en un azafate, es decir, en un cestillo de borde bajo, de paja o de metal.[4]

En un principio la palabra «azafata» solo se usó para designar las auxiliares femeninas, pero a lo largo de los años los hispanohablantes empezaron a utilizar la forma masculina análoga, «azafato». La Real Academia Española ha recogido esta innovación gramatical en su versión enmendada del Diccionario de la RAE.

Las nuevas asistentes de vuelo pronto se convertirían en parte integral de la industria aeronáutica. Las compañías aéreas empezaron a contratar enfermeras para sus vuelos; así lo hizo United Airlines en 1930. El requerimiento de tener un título de enfermería se relajó al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando la escasez de enfermeras debido a las necesidades del conflicto bélico internacional hizo que se fueran contratando a otro tipo de titulaciones.

La primera responsabilidad de los auxiliares de vuelo es supervisar, en todo momento, la seguridad de los pasajeros, pero la parte más visible es la de trabajar atendiendo a sus clientes, sirviendo comidas y bebidas, y acomodando en la medida de lo posible las necesidades de los pasajeros. Estos roles a menudo entran en conflicto, como cuando se niega a un pasajero la ingesta de bebidas alcohólicas después de haber bebido mucho, o cuando inquiere a los pasajeros para que se abrochen los cinturones, se sienten, o cualquier otro procedimiento que garantice la seguridad en la cabina del avión.

El 22 de septiembre de 1946, la compañía Iberia cruzó por primera vez el Atlántico en un vuelo de 36 horas con varias escalas, la primera de ellas en Villa Cisneros, en el Sahara Occidental, donde se construyó un Parador para que los clientes de la compañía pudieran pernoctar. Las auxiliares de vuelo estrenaron esa denominación en este primer vuelo transoceánico, pues hasta 1946 no existía la figura tal y como se la conoce hoy en día. Se barajaron varias posibilidades, aeroviarias, aeromozas,[5]​ provisadoras, mayordomas y auxiliares de vuelo. Es posible que se optara por el término de azafata para designar la nueva actividad como la cuarta acepción que aparece hoy en el diccionario de la Real Academia Española: "criada de la reina, a quien servía los vestidos y alhajas que se había de poner y los recogía cuando se los quitaba".

Los años 1960 y 1970 ayudaron a confundir este rol primordial de la auxiliar de vuelo mediante anuncios en los que atractivas auxiliares de vuelo con sugerentes voces indicaban por ejemplo: "I'm Kristin. Fly with me." (Soy Cristina, vuela conmigo). Algunas aerolíneas como Braniff Airways hacían cambiar de ropa a sus auxiliares de vuelo durante el vuelo, haciendo que sus vestimentas las convirtieran en más atractivas durante el servicio de comidas. En algunos anuncios a esta práctica se la denominó "air strip" con una música sugerente de fondo. Por otra parte, alguna línea aérea requirió que solo mujeres solteras podían trabajar en sus flotas. El libro de las autoras Trudy Baker y Rachel Jones titulado: Coffee, Tea, or Me?: The Uninhibited Memoirs of Two Airline Stewardesses publicado en 1967 enfatiza este aspecto del rol.

También auxiliar de servicios a bordo se puede referir a una persona que proporciona información y es la encargada de la seguridad de los pasajeros. Las salidas profesionales de los auxiliares de vuelo, aparte de congresos y convenciones, ferias y todo tipo de eventos existen los transfers en aeropuertos, actos sociales e institucionales, promociones publicitarias, acciones de marketing promocional, presentaciones de producto, eventos deportivos, degustaciones, etc.

La auxiliar de vuelo debe ser la imagen de un producto o un servicio siendo su cara más amable.[cita requerida] La presencia y, sobre todo, su saber estar, se identifican con el producto o servicio para el que trabaja. Los requisitos son muy importantes, siendo la imagen una referencia, ya que es un trabajo de cara al público. Normalmente se requiere una altura mínima de 1,67 m,[cita requerida] pero sobre todo es básico tener buena presencia, don de gentes, conocer idiomas y ser resolutivo ante los problemas que se puedan plantear.



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