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Sonatina



Sonata es el nombre dado a distintas formas musicales, empleadas desde el período barroco hasta las experiencias más futurísticas de la música contemporánea.

Es importante tener en cuenta que la misma palabra alude a significados sutilmente diferentes en cada época: principalmente en cuestiones formales.

Por sonata se entiende, según el modelo clásico, tanto una pieza musical completa, como un procedimiento compositivo que utiliza dos temas generalmente contrastantes. Este procedimiento compositivo es conocido como «forma sonata».

La sonata, (Clasicismo musical: aproximadamente entre 1750 y 1810), la forma más difundida de esta forma musical, es una obra que consta de tres o cuatro tipos de tonos, compuesta para uno, dos o tres instrumentos musicales. Inicialmente predominaron las formas de tres movimientos, especialmente en la época clásica, pero a medida que aumentaban tanto su complejidad como duración se popularizaron las de cuatro movimientos.

En la época barroca, es decir, antes de 1750, el término sonata se utilizó con relativa libertad para describir obras reducidas de carácter instrumental, por oposición a la cantata, que incluía voces. En la época de Arcangelo Corelli se practicaban dos tipos de género bajo el nombre de sonata: la sonata da chiesa (sonata de iglesia), habitualmente para un instrumento que llevaba la melodía (violín o flauta) y un bajo continuo (que en el caso de la sonata da chiesa era tocado preferentemente por instrumentos como la tiorba o el órgano), compuesta habitualmente por una introducción lenta, un allegro a veces fugado, un cantabile y un final enérgico, en forma de minuet o de giga; y la sonata da camera, compuesta de variaciones sobre temas de baile, que desembocaría en la suite o partita En el caso de las sonata da camera, el bajo continuo es interpretado por el clavicordio, regularmente. Sin embargo, ambas formas se combinaban libremente, y no sería hasta la época de Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel en que la forma de la primera adquiriría cierta estabilidad. Entre las obras de Domenico Scarlatti y Domenico Paradisi, por ejemplo, se encuentran cientos de obras llamadas sonatas compuestas en solo uno o dos movimientos, muchas veces de gran vigor y complejidad de ejecución. La mayoría de estas sonatas están compuestas, como ya se dijo, para flauta o violín, con el bajo a cargo de la viola da gamba y el clavecín, aunque existen multitud de sonatas para viola da gamba sola, y también para clavecín solo, pues tanto la viola como el clavecín pueden tocar su propio acompañamiento.

A principios del período barroco fue muy popular la sonata a tre, que nada tiene que ver con el trío de la época posterior a Haydn. La sonata a tres, dos violines (u otros dos instrumentos melódicos) interpretan la melodía, y un tercer instrumento toca el bajo continuo (podría ser el clavecín, el laúd, la tiorba, la viola da gamba, el violonchelo, etc.)

A inicios de la época clásica pasó a reservarse el nombre para obras compuestas para un instrumento solo o bien un instrumento melódico y piano, concebidas de acuerdo con una estructura de tres o cuatro movimientos en los que el tema musical se presenta, se expone, se desarrolla y se recapitula de acuerdo a una forma convencional. Los nombres de divertimento, serenata o partita siguieron en uso hasta alrededor de 1770, pero a partir de Haydn cayeron normalmente en desuso. Al mismo tiempo se popularizaron los nombres de trío y cuarteto para las piezas con tres y cuatro instrumentos respectivamente.

Las sonatas de Haydn se estructuran en un allegro, en que el tema musical se muestra y desarrolla brevemente, un segundo movimiento más pausado —muchas veces andante o largo con forma lied (A-B-A), aunque ocasionalmente se empleó el minuet— en que el tema se desarrolla extensamente mediante técnicas orquestales, y un movimiento final —nuevamento allegro o aún presto— a veces planteado como un rondó, en que se recapitulaba el desarrollo orquestal prescindiendo de las modulaciones. La forma musical del rondó básico es A-B-A-C-A-B-A. En algunos casos se utilizó un esquema de cuatro movimientos, incluyendo tanto el minuet como el andante en el desarrollo temático.

Este último esquema predominó en la época considerada canónica de la sonata, con su desarrollo con Ludwig van Beethoven. El desarrollo en cuatro movimientos se había extendido ya para los cuartetos y las sinfonías.

La fijación de esta forma, sobre todo a través de las numerosas sonatas de Beethoven, influyó profundamente en la época romántica, cuyos conservatorios codificaron la práctica. La noción de la estructura formal se tomó como paradigma de otros géneros, llevando a considerar, por ejemplo, la sinfonía como una «sonata para orquesta». Chopin, Mendelssohn, Schumann, Liszt, Brahms y Rachmaninov hicieron extenso uso del principio teórico de la sonata en composiciones famosas.

La «forma sonata», además de en las sonatas propiamente dichas, se encuentra también en diversos tipos de composiciones musicales, tanto las Sinfonías como los cuartetos o los conciertos, etc., cuentan con partes escritas utilizando la típica forma sonata de exposición de dos temas en tonalidades vecinas, desarrollo de ambos, y reexposición de los dos temas en la tonalidad del primero.

Cuanto mayor y más compleja es la formación instrumental para la cual el compositor escribe; mayor, más compleja y flexible suele ser la aplicación de esta «forma sonata», producto de las exigencias propias de componer para agrupaciones instrumentales importantes, y de la exigencia requerida.

Una de las principales formas es el dúo con piano, aunque también se pueden emplear todo tipo de instrumentos para poder relacionar el piano, aunque cabe remarcar que no todos alcanzan la misma calidad, principalmente se busca lograr el acompañamiento perfecto, y para cada tipo de cantante (véase: Categoría:Cantantes líricos ) existe un instrumento cuyos atributos se relacionan con cada voz y preferencia del compositor, "Por ejemplo en el clasicismo son preferidos con enorme diferencia las formaciones a dúo de violín o violoncello. En el romanticismo además de los empleados en periodo anterior se suman especialmente clarinete. En el siglo XX, además de los dúos ya expuestos se añaden prácticamente la mayoría de los instrumentos, alcanzando su máximo desarrollo con los instrumentos de viento".[1]

Cuando la «forma sonata» se aplica a piezas de reducidas dimensiones, éstas se llaman sonatinas.

Las diferencias entre una sonatina y una sonata no son estructurales, ya que ambas, en su versión clásica, suelen respetar un mismo patrón, sino que se encuentran en su extensión y sus aspiraciones. La sonatina suele ser una pieza breve o muy breve que muchas veces no llega a los tres movimientos, y cada procedimiento compositivo se encuentra presentado sin alardes de complejidad.

A pesar de estas señas que aparecería como sencillas de descubrir, es cierto también que hay casos como, por ejemplo, la conocida y bellísima Sonata en do mayor (KV 545) de Mozart en los que la frontera entre sonata y sonatina está difusa, y hay que guiarse o confrontar al autor para comprobar frente a qué tipo de pieza musical está uno.



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