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Suffragette



El término suffragette designaba, a comienzos del siglo XX, a una mujer que reivindicaba el derecho a voto de las mujeres, y que incluso estaba dispuesta a infringir la ley para conseguirlo, en un contexto en el cual las mujeres no tenían más opción.[1]​ De acuerdo con el Oxford English Dictionary, fue acuñado por el Daily Mail en 1906, como forma despectiva de distinguir entre las suffragettes y las sufragistas más moderadas, una forma de dividir el movimiento.[2]

En este sentido se refiere más específicamente a una militante de la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU), una organización fundada en el Reino Unido en 1903 por Emmeline Pankhurst,[3]​ partidaria de la acción directa —reuniones públicas y marchas de protesta— que nace como escisión de, y en contraposición al, sector sufragista británico moderado —formado tanto por mujeres como por hombres—, agrupado sobre todo en la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio Femenino (NUWSS), creada en 1897 y liderada por Millicent Fawcett, dedicada a la convocatoria de campañas y mítines dentro de la más estricta legalidad.

Tras más de 50 años intentando conseguir el voto para la mujer, sin éxito, ante las instituciones —por ejemplo, el intento del diputado John Stuart Mill de introducir una ley a favor del voto de la mujer en 1866 solo había conseguido 88 votos a favor[4]​—, la falta de resultados reales llevó al activismo de las suffragettes, basado en la provocación y la rebeldía, bajo el lema de Deeds, not Words! —«¡Hechos, no Palabras!»—,[2]​ rompiendo así con la delicadeza y la etiqueta que hasta entonces dominaba en el movimiento sufragista británico, y se generalizaron los encarcelamientos —entre 1905 y 1913 se encarcelaron a unas 1100 suffragettes[5]​ y crecieron tanto la represión como las reacciones políticas a esta represión.[6]​ A partir de 1909, se implantó una estrategia de huelgas de hambre entre las suffragettes encarceladas, «obligando» así al Gobierno británico a imponer la muy controvertida práctica de la alimentación forzada hasta aprobar en 1913 la Prisoners (Temporary Discharge for Ill Health) Act.[7]

Se ha argumentado que la extrema militancia de las suffragettes retrasó en varios años el derecho del voto de la mujer en el Reino Unido, sobre todo entre los diputados más a favor del voto para las mujeres, como fueron los del Partido Liberal y el Partido Laborista, ya que en 1911 la votación que en la Cámara de los Comunes dio como resultado 255-88 a favor del sufragio se había convertido en una votación en contra de 222-208 en 1912.[5]

En 1918, la Representation of the People Act concedió el derecho a voto a todos los hombres mayores de 21 años de edad y las mujeres mayores de 30 años que reunieran ciertas condiciones, como tener propiedades por encima de cierto valor o ser licenciadas univesitarias.[1]​ La igualdad en este tema llegó diez años más tarde, en 1928, cuando las mujeres pudieron votar desde los 21 años de edad como pago a los servicios que habían prestado durante la contienda de la Primera Guerra Mundial.[6]

Las diferencias entre los dos grupos[8]​ no estaba tanto en los objetivos que deseaban alcanzar sino en los métodos que aplicaban para su lucha. Las sufragistas no eran pasivas. Por el contrario, las suffragettes se inclinaban por métodos de choque o de corte más enérgico y populista, hacían manifestaciones, organizaban protestas y huelgas de hambre.[9]

Antes de la Primera Guerra Mundial, las mujeres generalmente eran consideradas intelectualmente inferiores e incapaces de pensar por sí mismas. Parecía pues evidente como consecuencia que no deberían pretender tener los mismos derechos civiles que los hombres. Los asuntos políticos en particular, eran considerados como fuera de alcance para el espíritu femenino, y por tanto era impensable pretender que las mujeres pudieran votar.[10]

No obstante, durante el siglo XIX, hubo lentos avances en cuanto a los derechos de las mujeres, como por ejemplo: (1) el derecho de las mujeres casadas a disponer de sus bienes propios; (2) el derecho de votar en ciertas elecciones menores; (3) el derecho a integrar el consejo de administración de una escuela; (4) El derecho a no estar sometida por el hombre.

En 1876, Hubertine Auclert fundó la sociedad The Rights of Women para promover e impulsar el derecho al voto para las mujeres, y que a partir de 1883 pasó a llamarse Women's Suffrage Society.

En 1897, Millicent Fawcett fundó por su parte la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio Femenino (NUWSS) con similar finalidad. Esperando conseguir lo que se quería por medios pacíficos, Millicent Fawcett explicitó argumentos para convencer a los hombres respecto de esta idea, que en la época eran los únicos que podían conceder este beneficio a las mujeres en forma legal y reglamentaria. Por ejemplo, argumentó que las mujeres debían obedecer las leyes, y por tanto parecía lógico y razonable que tuvieran el derecho de participar en la creación de las mismas.

En 1903, Emmeline Pankhurst fundó la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU) junto a sus dos hijas, Christabel y Sylvia, así como con otras mujeres británicas que rápidamente fueron llamadas suffragettes, y a partir de entonces comenzó un enfrentamiento más violento, para tratar de conseguir más igualdad entre hombres y mujeres.

En 1905, Christabel y Annie Kenney fueron arrestadas por haber gritado consignas en favor del voto femenino, en oportunidad de una reunión política del Partido Liberal, y en esa oportunidad eligieron la cárcel en lugar de pagar una multa. Ello fue el comienzo de una serie de detenciones y encarcelaciones, lo que en líneas generales despertó simpatías y adhesiones en relación con las suffragettes. Ellas, se orientaron a quebrar y ridiculizar a las instituciones que simbolizaban la supremacía masculina y las prerrogativas exclusivas de los hombres, como por ejemplo, un terreno de golf únicamente reservado a varones, o una iglesia, etc.

A partir de 1909, varias huelgas de hambre se desarrollaron en las prisiones por parte de las suffragettes. Frente a ello, el Gobierno intentó obligarlas a comer, lo que no tuvo mucho efecto. El gobierno respondió con la oficialmente llamada The Prisoners (Temporary Discharge for Ill Health) Act 1913 (también conocida como Cat and Mouse Actley del gato y ratón—),[11]​ que disponía que cuando una huelguista estaba demasiado débil, era entonces liberada pero más tarde de nuevo encarcelada, una vez que su vida se encontrara fuera de peligro.[12]

Las suffragettes tuvieron lo que ellas consideraron como el primer martirio, cuando en 1913 Emily Davison murió mientras intentaba detener al caballo del rey George V, que entonces participaba en un derby.[12]

Durante la Primera Guerra Mundial, una importante penuria de mano de obra masculina se presentó, y en varios países las mujeres debieron ocupar empleos que hasta entonces tradicionalmente habían sido desempeñados por hombres. Ello provocó, en los espíritus, un resurgimiento de la cuestión de las reales colas femeninas. Este acontecimiento bélico generó una ruptura en el seno del movimiento de las suffragettes. Se constituyó así una corriente dominante representada por la Women's Social and Political Union (WSPU) de Emmeline y Christabel Pankhurst, desde donde se clamaba por un "cese del fuego", y por otro lado se nuclearon las suffragettes más radicales, representadas en la Women's Suffrage Federation (WSF) de Sylvia Pankhurst, próxima al marxismo, que llamaba a proseguir las hostilidades. Esta última corriente participó con entusiasmo en las campañas de reclutamiento de la armada, distribuyendo flores en las calles como símbolo o insinuación de cobardía, a varones mayores de edad que aún no estaban enrolados.

En 1918, el parlamento del Reino Unido votó una ley (Representation of the People Act 1918) acordando el derecho de voto a las mujeres de más de 30 años, siempre que fueran propietarias de tierras, o bien arrendatarias que tuvieran un arrendamiento anual superior a 5 libras, o bien diplomadas de universidades británicas. En 1928, o sea diez años más tarde, el estatus de electora cambió, equiparando las condiciones de hombres y mujeres.

El Reino Unido fue así el octavo país en el mundo en instaurar el derecho de voto a las mujeres. El primero en tomar esta acción fue Nueva Zelanda (1893), gracias a la labor de una pionera mundial, Kate Sheppard (nombre de soltera Catherine Wilson Malcolm), nacida en 1847 en Liverpool, Inglaterra, y fallecida en 1934 en Christchurch, Nueva Zelanda. En 1902 hizo lo propio Australia, y en 1906 le siguió Finlandia.[13]

En cuanto a Estados Unidos, implementó el voto femenino en 1919,[14]​ y por su parte Francia, hizo otro tanto pero en 1944, hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial.[15]

El Endell Street Military Hospital fue un hospital militar instalada en una antigua nave industrial en Endell Street, en el distrito céntrico londinense de Covent Garden que fue creada en mayo de 1915 y dirigida enteramente por médicas y enferemeras suffragettes. El hospital cerró sus puertas en diciembre de 1919.[16]​ Claramente asociada con las suffragettes de la (WSPU), adoptando incluso su lema Deeds, not Words!, el buen labor del hospital contribuyó mucho a cambiar la percepción popular de las suffragettes.[17]

El hospital, con 520 camas cuando abrió, número que fue aumentado poco después a 573 camas, fue establecido tras los resultados obtenidos por dos médicas suffragettes, Louisa Garrett Anderson y Flora Murray, quienes, tras establecer el Women's Hospital Corps, y debida a su experiencia como militantes sabían que las autoridades británicas serían muy reacias a contar con su colaboración —Anderson había sido condenada a seis semanas de trabajos forzados, reducidos a cuatro semanas, por romper una ventana, y Murray había cuidado a Emmeline Pankhurst y otras mujeres que habían realizado huelgas de hambre en la cárcel– se dirigieron a las autoridades francesas, quienes les facilitaron, hacia finales de 1914, instalaciones en París (en el Hôtel Claridge) y en Wimereux, en la costa del canal de la Mancha, para atender a los soldados heridos. A comienzos de 1915, antes los buenos resultados obtenidos en Francia, el War Office les ofreció la posibilidad de regresar al Reino Unido y establecer un nuevo hospital bajo el mando del cuerpo médico del Ejército Británico, el Royal Army Medical Corps (RAMC).[17]



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