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Swaha



En el hinduismo y el budismo, la palabra suaha (svāhā) ―que literalmente significa ‘bien dicho’ en idioma sánscrito― indica el final de un mantra.[1]​ Es una oblación que se ofrece al fuego de sacrificio, o es la oblación personificada.

Siempre que se hagan sacrificios de fuego hinduistas, se recita el mantra swāhā.

En el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.) aparece con la raíz kṛi (‘hacer’, de donde viene la palabra karma) ―por ejemplo «svāhā-kā́ram», o «svāhā-kṛitya» (‘hacer suaja’)― que significa ‘pronunciar la exclamación svāhā’.[1]

En el Rig-veda, el sustantivo femenino «svāhā» también puede significar ‘oblación’ (al dios Agni o al dios Indra).

Como la oblación personificada, Suaja es una diosa menor, la esposa de Agni.[1]​ Originalmente ella era una ninfa, hija del patriarca Daksha,[1]​ pero se convirtió en inmortal al casarse con Agni. Ella es también la madre de Agneia, la hija de Agni.[1]

Se cree que Suaja es la deidad que preside las ofrendas que se vierten en el fuego.[1]​ Su cuerpo consiste en los cuatro Vedas[1]​ y sus seis extremidades (cuatro brazos y dos piernas) son los seis angas (‘miembros’) anexos de los Vedas.[1]​ En el Rig-veda se menciona contradictoriamente que ella es una de las esposas del Rudra Pashupati (el salvaje dios de las montañas, que más tarde será llamado Shiva), y así será una de las muchas madres divinas del dios Kartikeya (hijo del dios Shiva).

Se dice que los dioses rechazan cualquier sacrificio que se haga a través de un iagña (fuego ritual) si no se pronuncia la palabra suaja.

En la sección Vana Parva del Mahabhárata (texto epicorreligioso del siglo III a. C.), el sabio Markandeia narra la historia de Suaja a los hermanos Pándavas.[1]​ Suaja era la hija de Daksha.[1]​ Ella se enamoró de el dios del fuego, Agni, y lo perseguía. Sin embargo Agni, no se dio cuenta de ella. Agni presidía los sacrificios rituales de los sabios Saptarshis. En la soledad de la selva, el dios se llenó de lujuria hacia las esposas de los saptarshis, que eran diosas atractivas, y no podía evitar mirarlas todo el tiempo.

Agni no podía soportar la culpa de desear la esposa de otro hombre, y se retiró a lo más profundo de la selva para realizar penitencias. Suaja entendió las razones de Agni y lo siguió. Ella se disfrazó como una de las esposas de los saptarshis (aunque no fue capaz de adoptar la forma de Arundhati, la esposa de Vasista), y se acercó a Agni. Agni y Suaja pasaron mucho tiempo en el bosque. Shiva y Parvati participaron del amor de la pareja, y Suaja quedó embarazada de Shiva, y dio a luz a su hijo Kartikeya, también conocido como Skanda.

Skanda se convirtió en el comandante de las fuerzas del dios Indra y venció a los Asuras. Skanda le concedió el don a Suaja de que su nombre tuviera que ser cantado en todos los sacrificios que se hicieran al fuego (Agni).



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