El búfalo cafre (Syncerus caffer) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Bovidae que habita en los bosques y sabanas del África subsahariana, especialmente al este del continente. A veces también se lo llama búfalo africano o búfalo de El Cabo, ya que fue en esa región de Sudáfrica donde se descubrieron los primeros ejemplares.
En altura es algo menor que el lejanamente emparentado búfalo indio (Bubalus bubalis o B. arnee), aunque sigue siendo más grande, pues el búfalo cafre tiene una altura en la cruz de entre 1 y 1,7 metros, y de 2,1 a 3,4 m de longitud. Puede pesar hasta 1000 kilos. Los cuernos son gruesos y muy desarrollados, curvándose hacia arriba y hacia dentro en los extremos; la distancia máxima entre estos alcanza en los machos un metro. El pelaje es marrón oscuro o negro y de escasa longitud, solo largo en el extremo de la cola y los bordes de las orejas.
Al igual que la mayor parte de los bovinos, esta especie también presenta dimorfismo sexual, siendo las hembras de color más claro, y tamaño y cuernos más pequeños. Maduran antes los machos, hacia los cinco años, mientras que las hembras lo hacen con ocho. Los búfalos africanos son animales gregarios, que se agrupan en manadas de tamaño variable: desde cuatro o cinco individuos en las zonas boscosas de África central, a miles en las sabanas del este del continente. Los machos ocupan los márgenes del grupo, mientras que las hembras y las crías (normalmente una por parto tras una gestación de 300 a 330 días) se concentran en el interior, donde corren menos peligro. Una característica peculiar suya es que no solo cierran filas para que los depredadores no les ataquen sino que las rompen para atacarles, defendiéndose los unos a los otros aunque a veces cedan ante la prudencia. Las manadas cuentan con un grupo de viejos machos que guían al grupo y lo alertan de los depredadores. Debido a su tamaño y trabajo en equipo tienen pocos depredadores. Los principales depredadores del búfalo son los leones, los cocodrilos y las hienas, quienes cazan a los miembros más débiles, enfermos, jóvenes o viejos de la manada. En caso de ataque de un depredador a la manada, los búfalos machos físicamente capacitados responden atacando a su vez, para luego volver a reagruparse y finalmente huir. Puede alcanzar velocidades de hasta 57 km/h.
Se reconocen cinco subespecies de búfalo cafre:
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