Tecnología disruptiva o innovación disruptiva es aquella tecnología o innovación que conduce a la aparición de productos y servicios que utilizan preferiblemente una estrategia disruptiva (del inglés disruptive, que produce un trastorno brusco) frente a una estrategia sostenible a fin de competir contra una tecnología dominante, buscando una progresiva consolidación en un mercado. Aunque inicialmente el término proviene de la economía, actualmente comienza a tener mucha importancia a la hora de plantear estrategias de desarrollo en los departamentos de I+D de muchas compañías. Aunque no necesariamente lo disruptivo tenga que estar asociado a la tecnología, por ejemplo en un determinado sector puede aplicarse un modelo de negocio de otro sector generando una disrupción, sin que necesariamente se utilice una nueva tecnología.
El término «tecnología disruptiva» (disruptive technology en inglés) fue acuñado por Clayton M. Christensen y presentado en 1995 con su artículo Disruptive Technologies: Catching the Wave, como coautor junto con Joseph Bower. Describió el término más profundamente en su libro The Innovator's Dilemma, publicado en 1997, con el término «innovación disruptiva», debido a que algunas tecnologías son intrínsecamente disruptivas o sostenibles de por sí.
De manera general, las tecnologías disruptivas pueden clasificarse como tecnologías de bajas prestaciones (en inglés: 'lower-end') y tecnologías de nuevo mercado. Una innovación de nuevo-mercado es usualmente lanzada hacia los denominados mercados de no-consumo, donde los clientes comienzan a utilizar un producto o servicio que antes no utilizaban (ej. sistemas GPS), o gracias a la accesibilidad que proporciona la nueva tecnología a usuarios que no tenían acceso a un producto (desarrollo de la producción en cadena en la industria automovilística) o la descentralización de la ubicación de un servicio (ej. telefonía fija frente a telefonía móvil).
Las innovaciones tecnologías disruptivas son en su inicio, de bajas prestaciones y se dirigen a aquellos consumidores menos exigentes y con un poder adquisitivo menor. Estos usuarios son menos rentables para las empresas establecidas en un determinado mercado, siendo ignorados en la innovación de nuevos productos más caros. Esto se debe a que la necesidad de crecimiento y aumento de los beneficios de las empresas establecidas a partir de sus productos, y que genera tendencias internas hacia el desarrollo de productos con mayores prestaciones, dirigidos a los consumidores más exigentes, pero que proporcionan mayores márgenes. La tecnología disruptiva es mejorada progresivamente y va ocupando paulatinamente los nichos a los que la tecnología establecida va renunciando, y en ocasiones consigue hacerse con la mayor cuota del mercado y desplazando a la establecida. Un ejemplo serían los inicios de la fotografía digital, con mucha menos resolución, pero con una gran reducción de los costes de revelado asociados a la fotografía tradicional o un modelo de negocio que hace asequible un producto a una gran cantidad de gente con menor poder adquisitivo (como las tiendas de ropa Zara) o simplemente la utilización de un producto que antes no existía como la invención del Post-it por 3M.
En contrapartida las innovaciones o tecnologías sostenibles son aquellas que se basan en la mejora de la tecnologías existentes. Sin embargo no se debe confundir este término con el de innovación incremental, ya que las innovaciones o tecnologías sostenibles pueden ser también innovaciones discontinuas.
Las necesidad de comunicarse era más clara en un mercado potencial donde la gente necesita estar disponible. Pese a las bajísimas prestaciones de esta tecnología en un principio (duración de baterías, tamaño, peso, etc.) y la baja infraestructura (cobertura), la facilidad de acceder a un teléfono móvil causó la disrupción a la telefonía fija. Es un caso claro de tecnologías dirigidas a una descentralización de un producto o servicio, con un precio asequible, prestaciones suficiente para la mayoría y, a finales de los 90, para un grupo de usuarios que no podía acceder a la telefonía sin hilos.
Los transistores, de bajísimas prestaciones respecto a la tecnología de válvulas en un principio pero mucho más barata, permitió la fabricación barata masiva de radios portátiles y pequeños televisores. Ello permitió la aparición de grandes gigantes como Sony frente a empresas como RCA, que venían siendo las empresas dominantes de este mercado con equipos caros, aunque con muy altas prestaciones. Sony consiguió vender a un gran mercado de poder adquisitivo más bajo que no podía acceder a estas tecnologías.
Los primeros automóviles creados a finales del siglo XIX no fueron una innovación disruptiva en su inicio, puesto que eran bienes de lujo dirigidos a un mercado muy reducido. Sin embargo, la posterior introducción del Ford Model T, fabricado en serie a partir de 1908 y con un precio mucho más asequible, sí produciría una disrupción en el transporte tal y como se conocía hasta entonces, puesto que hizo cambiar rápidamente el estándar del carro de caballos al automóvil.
Las memoria flash se inventó en 1984 pero no fue hasta 1998 que se utilizó por primera vez en un reproductor portátil de audio. Esta tecnología, que en un principio resultaba cara y poco fiable, ha ido avanzando hasta sustituir actualmente a los discos duros convencionales en la mayoría de ordenadores portátiles del mercado.
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