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Temazcal



Un temazcal (del náhuatl temazcalli, ‘casa donde se suda’, de temaz, ‘sudor’, y calli, ‘casa’) hace referencia a un ritual ancestral y a un baño de vapor empleado en la medicina tradicional y la cotidianidad de los pueblos del centro de México.

Estos baños, han sido usados por diversas culturas indígenas de Mesoamérica y Norteamérica con propósitos medicinales de desintoxicación por sudoración por las infusiones de hierbas. En maya es zumpul-ché y en mixtecoñihi.

En el siglo XVI, Alonso de Molina lo definía, en su Vocabulario en lengua castellana y mexicana, como «casilla como estufa, adonde se bañan y sudan».[1]

En la actualidad antes de ser construido debe considerarse la ubicación del baño y el lugar de la casa donde se construirá. Se nombrarán padrinos, que procurarán los cohetes y la ofrenda el día en que se acabe la construcción.

Cuando el baño está ya terminado, se procede a bautizarlo con pulque y se le pone un nombre. Se acostumbra a echar cohetes y ofrecer un convite. Antiguamente, era común que se realizara una fiesta en honor a Toci, la señora de los temazcales, y se ponía su figura en la entrada del cuarto de baño, por fuera, y era ofrendada con coronas de flores.

Se procura tener un manojo de ramas de un árbol que no sea considerado "caliente", preferentemente las hojas del árbol del capulín (Prunus virginiana) para hacer tlaxiwis o "bajado del vapor"; una piedra lisa de río, para quitar la piel muerta, jabón y zacate o estropajo. También es necesario contar con tandas de agua caliente y fría para el baño. Igualmente, se puede introducir el asiento del pulque (tlaxixtli), que será untado a los bañistas una vez que entren en el cuarto de baño.

Actualmente existen algunos temazcales que cuentan con más de 1500 años. Antes de ser construido un Temazcal debe considerarse su ubicación y tener contemplados a los padrinos. Actualmente muchas personas acostumbran tenerlos, pues son quienes se encargaran de llevar el copal para bendecir el lugar y las personas que danzan durante la ceremonia para purificarlo.

Cuando la construcción del temazcal se termina, se procede a bautizarlo con pulque y una ceremonia de inauguración de la misma forma en que se le pone un nombre. Al terminar la ceremonia se comparte entre todos los integrantes la ofrenda. Nuestros ancestros agradecen a Toci, la señora de los temazcales, y se da por terminada la ceremonia.

Por lo general un Temazcal no sobrepasa un metro y medio de alto y en promedio dos metros de largo. Pueden ser cuadrados o redondos. En este caso el Temazcal que estamos considerando: “Refugio de la Tortuga Jaguar” en Teopazulco Acopilco, es tan amplio que pueden caber hasta sesenta personas sentadas ahí dentro.

Nuestros antepasados construyeron el temazcal como la representación de un vientre materno donde se encuentra un nuevo ser que se alimenta del ombligo, de la madre y ahí dentro vive en ese oscuro centro. Ahí es donde se van metiendo las piedras incandescentes volcánicas en pequeños grupos comenzando por trece piedras que forman la primera puerta así se hacen cuatro sesiones, cuatro puertas, cuatro entradas hasta llegar a 52 piedras que representan al sol simbólicamente.

Estos baños han sido usados por diversas culturas de indígenas de Mesoamérica y Norteamérica con propósitos medicinales de desintoxicación por sudoración y expectoración a base de vapores producidos por las infusiones de hierbas.

Ahí dentro los integrantes se nutren de medicina que entra preparada con hierbas y frutas, así con todo el calor que se provocará el cuerpo responderá a ese llamado natural, se abren los poros de la piel, desintoxica el cuerpo, salen las toxinas a través de ese sudor y penetra la medicina. Solamente debe estar la que soporte el cuerpo. Mientras soportas el calor puede que comience un camino de translación hacia el pasado como recordar cosas agradables que sabias que seguían en tu mente o premonición en caso del futuro. Todo esto puedo servir para ayudar a que se aclaren muchas cosas.

Un guardián de Temazcal debe tener bien claro que es una responsabilidad y que deben cuidar a las personas dentro.

A un temazcal es recibida cualquier persona siempre y cuando respete la ceremonia, el lugar. El temazcal está hecho en el sexo femenino porque ahí se hacían las curaciones de mujeres cuando estaban embarazadas. Si venia mal el niño en el vientre materno ahí se hacía llegar medicina especialmente para esos casos y se acomodaba al bebé, muchas veces llegaban a nacer ahí dentro. Se pueden hacer temazcales especiales según sea el caso, por eso algunos se refieren al temazcal como un milagro.

Cuando se considera que el tlexiktli ya está lo suficientemente caliente, se procede a llamar a los bañistas. Deberán entrar desnudos uno por uno. Las prendas están contraindicadas, pues se considera que retienen frío y humedad, que puede dañar al bañista con enfermedades tipificadas como "dolor de huesos", incluso pulmonía. Suele indicarse que los bañistas entren de espaldas, para que no reciban el golpe del aire caliente directo al rostro y puedan sufrir vértigos o mareos que ocasionen desmayos o vómitos. Una vez que se acomodan los bañistas acostándose boca arriba —no pueden estar de pie ni sentados, pues estas posturas pueden provocar mareos, desmayos y vómito— el temazcalero o bañador les procura agua caliente, que será arrojada a la pared del tlexictli desde dentro del cuarto de baño. A este acto se llama tlazaz, y se hace en tandas de cinco tlazas, en promedio. El número de tandas varía según el gusto de los bañistas. Antes de hacer tlazaz, la entrada se cubre con una cobija, y el temazcal queda a oscuras.

Una vez liberado el vapor de la pared de piedras, el temazcalero usa las ramas para "llamar al vapor" que yace arriba del cuarto de baño, hacia los bañistas acostados. Este acto, llamado tlaxiwis, consiste en agitar las ramas al aire y con ellas golpear después, suavemente, el cuerpo de los bañistas que, en ese momento, ya sudan.

Acto seguido, se insta a los bañistas a cambiar de posición para que todo el cuerpo sude. El temazcalero pregunta si algunos de los bañistas tiene dolor. En caso afirmativo, el temazcalero le da tlaxiwis a la parte afectada del bañista.

Cuando los bañistas consientan, se procede a retirar la cobija de la entrada, y así empieza la segunda fase del baño. Se introduce agua caliente —que puede ser o no una infusión de hierbas medicinales—, para que el cuerpo sea enjuagado menos la cabeza. Entonces se dan las piedras pequeñas y lisas de río para que los bañistas se tallen y retiren la piel muerta. Esto debe hacerse con cuidado; de lo contrario, se "pasa de piedra", esto es, se llega a la dermis, lo que ocasiona heridas superficiales o irritación en la piel. Se realiza una vez más el enjuagado con agua caliente, el bañista se enjabona el cuerpo con el zacate y se vuelve a echar agua caliente, y acto seguido se procura agua fría para lavar la cabeza con jabón. Esto se debe a que se considera que la cabeza suele calentarse más que el resto del cuerpo, que tiende a enfriarse, por lo que es necesario equilibrar la temperatura con el agua. Antes de retirarse, los bañistas se enjuagan una vez más con agua caliente todo el cuerpo menos la cabeza, y se retiran del temazcal con la cabeza por delante, agradeciendo al temazcalero la atención brindada.

Por último, los bañistas son cubiertos al salir del temazcal y son llevados a reposar en un petate o en una cama. En caso de existir una infusión de hierbas, se les sirve en una taza para ser bebida.

A raíz de la popularización de varios movimientos cuturales actuales, se introdujeron en diversos países baños estilo lakota, que son llamados "temazcal". En estos baños se reza, se danza, se hace meditación yogui, se toca el tambor tarahumara y se ofrendan a santos del catolicismo o a deidades prehispánica. Estos temazcales se construyen con ramas y se cubren con cobijas y lonas, y al interior se introducen piedras en tandas, llamadas "puertas". Los bañistas son introducidos vestidos o en traje de baño mientras arrojan agua a las piedras calientes introducidas al cuarto. Al salir, los bañistas suelen ser enjuagados con agua fría.

Las personas que se bañarán en el temazcal deberán entrar con el vestuario correspondiente. Una vez que hayan entrado los participantes, entonces el guía o sudador o temazcalero[2]​ vierte agua (esta acción se conoce con el nombre de el tlazas) o bien una infusión de plantas medicinales sobre las piedras calientes, que causa un efecto terapéutico tanto física como emocionalmente al rememorar los tejidos en el estado embrionario —dentro del vientre materno. El vapor es manejado y dirigido por un guía, hombre o mujer, con un ramo frondoso de plantas y/o ramas tiernas de árbol, con las que abanica con movimientos suaves pero enérgicos.

Al estudiar el origen del temazcalli, G. Moedano menciona que en 1960 P. Kirchhoff y otros estudiaron el baño de vapor de diferentes culturas y constataron las semejanzas que hay en su significado ceremonial y terapéutico. Esto los llevó a suponer la existencia de un origen común de esta tradición en el mundo, que debía explicar la presencia ancestral de la "casa de baño", en poblaciones tan alejadas unas de las otras, como las de Rusia, Dinamarca, Suecia, Canadá, Estados Unidos, México, Perú, Brasil, isla de Pascua, China, Japón, Filipinas y Madagascar, entre otros países.

Cada vez más personas se interesan en el Temazcal por sus amplios beneficios terapéuticos, de la misma manera que instituciones académicas como la Universidad de Chapingo que ha incorporado a su programa universitario de medicina tradicional y terapéutica naturista el curso de Temazcal para profesionales de la salud.

Aunque los baños de vapor han sido usados por muchas culturas en diversas partes del mundo, el temazcal ha tenido una importancia especial en las culturas nativas de América, porque forma parte de la vida cotidiana.

Se pueden encontrar vestigios de temazcales en numerosas zonas arqueológicas de Mesoamérica y Centroamérica. Algunos ejemplos son en Teotihuacan, Monte Albán, Tula, Paquimé, Tlatelolco, Comalcalco, Joya de Cerén, Xochicalco y Tenango del Valle. En la zona maya, se han encontrado en Palenque, Chichen Itza, Tikal, Tulum, Dzibilchaltun, Toniná, Piedras Negras e Iximche. Se estima que las edificaciones ancestrales de los temazcaltin (plural de temazcal, en idioma náhuatl) de Tikal tienen alrededor de 1,200 años.

En muchos temazcales de los pueblos nahuablantes, el temazcal estaba dedicado por la diosa Toci ("Nuestra abuela"), también llamada Teteo Innan ("la madre de los dioses") y Temazcalteci ("abuela de los baños de vapor"), patrona de los médicos, de las parteras, de las yerberas, de los adivinos y de los temazcaleros.[3]

A la llegada de los españoles, el uso del temazcal era generalizado como baño cotidiano y como un medio terapéutico. Durante la época colonial, su uso fue paulatinamente prohibido, ya que a los españoles les horrorizaba el hecho de que varios hombres y mujeres compartieran la misma habitación estando casi desnudos.

Los purépechas llamaban al temazcal hurínguequa, con aplicaciones terapéuticas y rituales similares a otras culturas. Su diosa era Pehuame, asociada a la luna y símbolo de la Madre.[3]

Cerca de lo que hoy es San Francisco, California, a inicios del siglo XIX, el entonces cónsul de Inglaterra en México documentó un grabado sobre la práctica del baño de vapor entre los indios originarios de esa región. Ese baño se realizaba de manera colectiva y tenía un propósito religioso.

En enero de 2020, durante excavaciones para la construcción de un edificio de viviendas en el centro de la Ciudad de México, se encontraron vestigios de un temazcal que aparece en el Mapa de Sigüenza, dibujado en el siglo XVI, el cual describe la ruta de los aztecas desde la mítica Aztlán a lo que sería Tenochtitlan. El hallazgo permitió ubicar uno de los barrios más antiguos de Tenochtitlan: Temazcaltitlan, que en náhuatl significa “en donde están los temazcales”. Desafortunadamente, las obras de construcción sepultarán la zona, por lo que el INAH realizará solo un registro gráfico y fotográfico del predio, y recolectará muestras.[4]

El temazcalli representa el vientre de una madre y, por tanto, era vinculado con la diosa Toci. Para la tradición autóctona, su propósito cotidiano es el de un baño, y de ahí que esté vinculado a la idea de "purificación", esto debido a que, si el cuerpo está limpio, el pensamiento igual. El interior del temazcal es oscuro y por lo mismo -como cualquier aposento sin luz tipo una cueva- los pueblos mesoamericanos lo vinculaban con el concepto Tezcatlipoca, relacionado con el humo que sale de las brasas conque se calientan las piedras del temazcal.

Deben tomarse otras precauciones, por ejemplo:

Se recomienda tener cuidados especiales (tiempo limitado y nunca temperaturas extremas) en el caso de personas que padecen diabetes o hipertensión, y en niños y en quienes, por enfermedad o edad avanzada, tengan poca vitalidad.

Al igual que el sauna, el calor producido en el temazcal tiene incidencia en el sistema circulatorio, por lo que las alteraciones que se pudieran tener en el mismo pueden condicionar su uso. El ambiente oscuro puede desencadenar episodios de desajuste mental en personas con padecimientos mentales graves.

Está contraindicado si se presenta alguna de estas enfermedades o alteraciones:



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