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Teodomiro Gutiérrez Cuevas



Teodomiro Gutiérrez Cuevas (1864-?), apodado Rumi Maqui (en quechua: Rumi Maqui‘mano de piedra’)?, fue un militar peruano. En 1915 encabezó una rebelión campesina en el departamento de Puno (sur del Perú), que fue reprimida severamente por las tropas gubernamentales, con el apoyo de los terratenientes locales.[1]​ Fue capturado en 1916 y sometido a juicio por sedición y traición a la patria, siendo condenado a 20 años de prisión. A partir de entonces se pierde su rastro, desconociéndose la fecha y las circunstancias de su muerte.

Hizo carrera en el ejército peruano, llegando a escalar el grado de sargento mayor de caballería. Durante la guerra del Pacífico luchó en la campaña de la Breña, al lado del general Andrés A. Cáceres.

En 1903 fue nombrado subprefecto de Chucuito, pero por sus medidas en favor del campesinado fue denunciado por los hacendados ante el gobierno central, siendo retirado del cargo en 1904. Los hacendados y gamonales tenían entonces gran influencia en las altas esferas del gobierno; varios de ellos eran incluso parlamentarios y funcionarios públicos.

En 1913, fue enviado por el presidente Guillermo Billinghurst a Puno como comisionado especial para recabar un minucioso informe sobre la situación de las haciendas y los campesinos del departamento de Puno, entonces una zona muy convulsionada por las protestas sociales, desde mucho tiempo atrás (recordar por ejemplo la rebelión de Juan Bustamante Dueñas, en 1867-1868). Pese a las trabas que le impusieron los hacendados, cumplió esa labor y elevó su informe al gobierno de Lima, pero poco después Billinghurst fue derrocado por el coronel Óscar R. Benavides, el 4 de febrero de 1914. Esta coyuntura fue aprovechada por Bernardino Arias Echenique, hacendado puneño y diputado, para emprender una campaña contra Gutiérrez. Al carecer de apoyo, a Gutiérrez no le quedó otra opción que salir del país, dirigiéndose a Bolivia. Posiblemente viajó también a Argentina y Chile, países donde se habría iniciado en el anarquismo.

Lo cierto es que, empapado ya de ideas anarquistas, Gutiérrez regresó al Perú en 1915. En Puno asumió el nombre de General Rumi Maqui y comenzó a tomar contacto con los campesinos. Convergiendo el anarquismo con el milenarismo indigenista, predicó la necesidad de un gran levantamiento campesino, para aniquilar a los hacendados y reimplantar el Tahuantinsuyo o Imperio incaico. Su plan era formar un ejército campesino, para lo cual convocó a los indios de Cuzco, Abancay, Ayacucho, incluso Bolivia y desde luego, Puno, que se convirtió en la base de sus operaciones. Este movimiento también tomó un carácter separatista, pues se dice que Gutiérrez negoció con el gobierno boliviano la anexión de Puno a su territorio a cambio de ayuda.

En diciembre de 1915 Rumi Maqui inició la sublevación, al mando de cientos de indios de Huancané y Azángaro. Según otra versión, llegó a movilizar a 2.000 indígenas. La noticia de esta rebelión causó sorpresa en Lima, aunque también ironía, por el carácter de mesianismo incásico con el que estaba teñida.

Los sublevados atacaron las haciendas, símbolos de la opresión del terrateniente. Arrasaron la hacienda de Arias Echenique, donde hubo 60 muertos; luego hicieron lo mismo con otra en Juliaca. Pero la indisciplina de las tropas campesinas y el apresuramiento por obtener logros, jugaron en contra de los rebeldes, permitiendo que los hacendados se organizaran y desataran una brutal represión.

Rumi-Maqui logró huir y se ocultó por un tiempo, hasta que fue capturado y denunciado por traición a la patria (aludiéndose a su supuesto plan de secesión de Puno a favor de Bolivia). Fue condenado a 20 años de prisión. En el Congreso de la República fue defendido por el diputado Luis Felipe Luna, que enfatizó que el delito de Gutiérrez fue solo el de querer reivindicar la libertad y la igualdad de derechos para el indígena, señalando que las acusaciones de querer ceder territorio a Bolivia o de restaurar la monarquía incaica fueron inventadas por los hacendados, que pretendían así tapar sus propios crímenes y ganarse el apoyo de la opinión pública (sesión parlamentaria del 18 de octubre de 1916).

Luego de dicha condena, no se supo más sobre Rumi Maqui, su imagen fue cubierta por la bruma del enigma y silencio. Una versión incluso afirma que en realidad nunca fue detenido.




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