Tercera República Portuguesa nació en Portugal.
Se conoce como Tercera República el periodo de la Historia de Portugal que se abrió tras la Revolución de los Claveles de 1974 y que dura hasta la actualidad. La primera república se declararía en 1910 cuando la monarquía quedó abolida y la segunda se abrió tras el golpe de estado del general Gomes da Costa, que estableció el Estado Novo.
En Portugal, el final de la primera república tuvo lugar en 1926 tras un golpe de Estado militar que instauró un régimen de corte fascista denominado Estado Novo, que fue fundado por su principal dirigente, António de Oliveira Salazar, que gobernó hasta 1968, cuando se tuvo que retirar de la política por motivos de salud. Salazar fue sucedido por Marcelo Caetano. El Estado se enfrentó a muchos problemas internos así como externos, entre los que destacaba la Guerra colonial portuguesa. El 25 de abril de 1974 un golpe de Estado pacífico de jóvenes militares derrocó a Marcelo Caetano. A este levantamiento se unió gran parte de la población del país. Se denominó Revolución de los Claveles debido a que los militares llevaban claveles en las puntas de sus armas como símbolo de paz. Con esta revolución dio comienzo la Tercera República.
Los días inmediatos a la Revolución fueron especialmente festivos. Se celebraba que la dictadura que había gobernado el país durante 48 años había llegado a su fin. Comenzó a su vez la llegada de políticos exiliados como Álvaro Cunhal y Mário Soares, que llegaron para celebrar el 1 de mayo como símbolo de la libertad recobrada.
Desde un primer momento se sabía que los militares alzados estaban en contra del régimen dictatorial. Una vez derrocado se planteó la cuestión de qué sistema político seguir, habiendo discrepancias entre los propios militares. La Revolución fue producida especialmente por un grupo de oficiales jóvenes unidos en el MFA. Dentro de ese grupo había diferentes corrientes políticas, pues mientras que la rama radical, representada por Otelo Saraiva de Carvalho apostaba por el socialismo radical, se creó otra rama bajo la dirección de Ernesto Melo Antunes. Para lograr el éxito del alzamiento, el MFA buscó apoyo en los sectores conservadores del ejército que estuvieran desafectos con el régimen, siendo el jefe del Estado Mayor el general Francisco da Costa Gomes y su seguidor el general António de Spínola. Ambos habían sido expulsados del cuerpo de Estado Mayor por críticas a la política de gobierno de Caetano.
De esta forma se crearon tres grandes grupos, en los cuales se mezclaban militares y civiles:
Justo tras la revolución se creó un gobierno provisional, denominado Junta de Salvación Nacional. El presidente de la junta, António de Spínola fue nombrado Presidente de la República. El 15 de mayo de 1974 nombró a Adelino da Palma Carlos como primer ministro. Da Palma Carlos era un abogado de corte conservador, cuyas políticas chocaron con la opinión del presidente Spínola. Tuvo que unir todas las corrientes en su gobierno, teniendo como ministros a Sá Carneiro y a Mario Soares, y a Álvaro Cunhal como ministro de exteriores. Además, Da Palma Carlos no poseía el poder sobre el país en solitario pues los órganos informales que se habían creado tras la revolución, especialmente la Junta de Salvación Nacional y el MFA controlaban al gobierno.
En las semanas posteriores al nombramiento de Da Palma Carlos, fueron aumentando las diferencias ideológicas entre el primer ministro y el presidente de la República, así como con elementos radicales de los MFA. Especialmente tuvo importancia la cuestión sobre las colonias portuguesas. Los líderes del régimen no estaban unidos en la cuestión de la política colonial que antes de la revolución se había basado en la imposición militar de la fuerza. Antes del golpe, Spínola en su libro “Portugal y el futuro“ (Portugal e o futuro) había establecido que Portugal no podía ganar la guerra de forma militar, debido a la escasez de recursos materiales, pero Caetano seguía imponiendo la fuerza militar como única respuesta. Spínola estaba a favor de mantener las colonias pero consideraba que era necesario dotarlas de cierta autonomía, con una relación especial con el Estado portugués, al estilo de la Commonwealth.
António de Spínola también tenía presente la posibilidad que varios miles de portugueses residentes en las colonias regresaran masivamente al país tras la independencia de estas y las dificultades que ello podría generar para la frágil economía portuguesa. Las fuerzas radicales dentro del MFA estaban en contra de las posiciones de Spínola, rechazaban proseguir la guerra y su principal objetivo era terminarla como fuera y haciendo regresar a las tropas a la metrópoli en el menor tiempo posible. Este objetivo era común con los de los grupos de liberación africanos de corte comunista, como el Movimiento Popular de Liberación de Angola o el Frente de Liberación de Mozambique. Por otro lado, el MFA tenía interés en terminar con los riesgos que corrían los soldados portugueses en la guerra africana. Spínola estaba dispuesto a dar la independencia a Guinea-Bisáu así como a Mozambique, mientras que dudaba con entregar Angola al movimiento de liberación comunista.
Estos conflictos debilitaron no sólo al presidente Spínola sino también al primer ministro Da Palma Carlos, para el que Spínola era el único soporte. Cuando Da Palma Carlos perdió el referéndum nacional que confería más poder al gobierno y menos al presidente, tuvo que dimitir y retirarse del gobierno.
Spínola no tenía otra elección que nombrar a Vasco Gonçalves un militar radical como primer ministro. Gonçalves era muy cercano al Partido Comunista aunque veía al Secretario General del Partido Álvaro Cunhal como un adversario. Vasco Gonçalves intentó crear un Estado siguiendo el modelo económico soviético y por ello bajo su gobierno se radicalizó la política interna y especialmente la económica. Los ministros conservadores, como Sá Carneiro que estaban en el gobierno anterior perdieron sus puestos. El nuevo régimen llevó a cabo una reforma agraria a través de la nacionalización de las grandes fincas y de los bancos. Como los bancos habían sido nacionalizados y controlaban gran parte de la economía interna, el Estado pasó a controlar de modo directo casi el 70% del PIB. Spínola intentó oponerse a esas reformas radicales. El primer ministro y Otelo de Saraiva, un militar radical del MFA se pusieron en su contra y Spínola tuvo que dimitir el 30 de septiembre de ese mismo año.
El sucesor de Spínola fue el general Francisco da Costa Gomes. Como Spínola, pertenecía al ala conservadora de los alzados pero Da Costa Gomes intentó hacer reformas silenciosas. Spínola había sido políticamente eliminado debido a su conservadurismo por lo que el nuevo presidente intentó que sus ideales conservadores no vieran la luz. Por otro lado, en los países de la Europa Occidental y especialmente en los Estados Unidos se fueron acrecentando los temores de que Portugal se convirtiera en el primer país de la OTAN con un gobierno comunista. Da Costa Gomes sabía que un régimen tal en Portugal no sería apoyado por los países occidentales y utilizó esta arma para oponerse a Gonçalves y al MFA.
Las tensiones terminaron el 11 de marzo de 1975 cuando las fuerzas conservadoras dentro de los militares dieron un golpe contra el gobierno de izquierdas. El golpe no resultó ser efectivo y Spínola, al que se consideraba inductor, tuvo que marchar al exilio en España y luego en Brasil.
Como Da Costa Gomes, al contrario de Spínola estaba a favor de dar la independencia a las colonias, comenzaron las negociaciones con los movimientos de liberación para llegar a una solución rápida al problema. En 1974 se reconoció la independencia a Guinea-Bisáu, luego a Mozambique, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe y finalmente Angola. Macao permaneció como parte de Portugal, aunque se consideró un territorio chino bajo administración portuguesa. La República Popular China no quiso negociar sobre la devolución de Macao hasta que no se solucionara la cuestión de la devolución de Hong Kong. La última colonia portuguesa en recibir la independencia fue Timor Oriental, que enseguida fue invadida y anexionada por Indonesia.
Dentro de la política interna hubo muchas modificaciones en las instituciones que existían. De esta forma se eliminó el Consejo de Defensa Nacional, fundándose el Consejo de la Revolución. Este consejo tenía tres presidentes entre los que se encontraban, al lado del propio Presidente de la República, Vasco Gonçalves y Otelo Saraiva. Con esto, la izquierda seguía teniendo mayoría de dos tercios. El Consejo tenía como finalidad controlar la actuación del presidente y poner veto a las decisiones que este tomara.
Para llevar al país al modelo constitucional, era necesario crear una nueva constitución, ya que la aún vigente era la del Estado Novo y sus fundamentos no podían seguir estando en vigor. Los partidos radicales, conscientes de que no iban a lograr una mayoría en las elecciones, condicionaron la celebración de elecciones a cortes constituyentes a la celebración previa de un pacto político. Cuando los partidos se unieron tras este pacto, se convocaron elecciones y el 25 de abril de 1975, primer aniversario de la Revolución, se eligió la nueva Asamblea Constituyente. Los vencedores fueron los socialistas así como los partidos centristas, con una mayoría de votos. El primer ministro Vasco Gonçalves, a pesar del resultado de las elecciones siguió con su política favorable a los comunistas, lo que implicó que los ministros socialistas y entre ellos Mário Soares fueran expulsados del gobierno.
Dentro del MFA seguía habiendo varias tendencias. Las fuerzas radicales publicaron su programa para la construcción de una sociedad socialista en Portugal. Otros miembros, bajo la dirección de Melo Antunes crearon el denominado grupo de los nueve, destinado a ser el contrario a la socialización, pidiendo la creación de un estado social y democrático según el modelo escandinavo de Estado de Bienestar. El presidente Costa Gomes utilizó estas discrepancias dentro del MFA así como la fuerza del partido socialista para terminar con el gobierno de Vasco Gonçalves y nombrar a otro militar, José Pinheiro de Azevedo como primer ministro.
Para la defensa de los avances de la Revolución, que se veían afectados por el giro al centro de la política nacional, se creó el movimiento SUV (Soldados Unidos Vencerán). La política interna del país empeoró. Hubo grandes manifestaciones políticas en las calles de las principales ciudades del país. La radio Renascença, un símbolo de la revolución de los claveles fue ocupada por las fuerzas radicales y luego por fuerzas gubernamentales. A raíz del verano caliente los agricultores sin tierras comienzan a ocupar los grandes latifundios del sur exigiendo el reparto de la propiedad privada o la constitución de cooperativas. Los terratenientes conservadores del norte crearon grupos de guerrillas armadas para proteger sus fincas. El gran número de retornados de las colonias (aproximadamente 500,000 individuos) aumentó los problemas de la política interna, en tanto la economía de Portugal no podía absorber a miles de ex colonos que retornaban a la metrópoli como una masa repentinamente empobrecida, causando una fuerte presión sobre el mercado laboral y sobre los servicios básicos del país; además la gran mayoría de estos retornados se habían constituido en opositores al MFA al cual culpaban de haber perdido sus hogares, propiedades, o empleos que poseían en las colonias, y por lo tanto engrosaban las filas de votantes conservadores.
En la mañana del 25 de noviembre de 1975 varias unidades de tropa se levantaron contra la decisión del General Morais da Silva, de tendencia conservadora, de impedir la filiación política de las tropas. Las fuerzas conservadoras dentro del MFA, el llamado Grupo de los 9, vio el inicio de un golpe y un levantamiento de las fuerzas radicales de izquierda contra el gobierno. El presidente Da Costa Gomes solicitó al Partido Comunista que le garantizara que no llamaría a sus militantes a la movilización contra el gobierno, permitiendo así un procedimiento militar para terminar con el alzamiento. El presidente declaró el Estado de Excepción y hubo enfrentamientos entre militares y tropas leales al gobierno habiendo muertes en ambos bandos. El jefe del Estado Mayor, Otelo Saraiva, que en esa época era comandante de Estado Mayor de la guarnición de Lisboa, y que se consideraba el inductor del alzamiento fue apresado. El COPCON ("Comando Operacional del Continente") un grupo militar de elite formado por paracaidistas, marines y miembros de la infantería y que era el apoyo militar fundamental de Otelo Saraiva, fue disuelto. Con ello terminó la fase comunista de la revolución que había destacado por el caos en la política interna.
En los primeros meses de 1976 hubo algunos conflictos políticos, que desembocaron en grandes manifestaciones para la liberación de los soldados apresados en el levantamiento de noviembre del año anterior así como atentados con bombas a políticos de izquierdas, que fueron puestas por miembros de la extrema derecha.
El gobierno de Pinheiro de Azevedo intentó rápidamente consolidar el Estado y volver a la normalidad. Uno de los principales métodos para lograrlo fue la creación de una nueva constitución. El 2 de abril de 1976 la Asamblea Constituyente aprobó definitivamente el texto con importantes cambios. - La Constitución establecía que el presidente sería elegido directamente por el pueblo. - El mandato del presidente tendría una duración de cinco años, pudiendo sólo renovar una vez el mandato. - El primer ministro y el gobierno responderían ante el presidente y ante la Asamblea de la República. - El primer ministro sería nombrado por el Presidente conforme a los resultados electorales en la votación popular por la Asamblea. - El Consejo de la Revolución controlaba las fuerzas de conflicto y controlaba al presidente pero no a los ministros. - Los 230 miembros del parlamento se elegirían por una legislatura de 4 años.
El 25 de abril de 1976, dos años después de la Revolución, tuvieron lugar las primeras elecciones parlamentarias tras la nueva constitución. Se presentaron cuatro partidos, el socialista, partido popular (PP), PSD y el Partido Comunista. En las elecciones salieron vencedores los socialistas, siendo los porcentajes de votos los siguientes: PS 35%, PP 24%, CDS 15,9 % y PCP 14,6%.
El 27 de julio se celebraron las primeras elecciones presidencialistas. A ellas se presentan el general Ramalho Eanes, Otelo Saraiva de Carvalho, que representaba a la izquierda, el primer ministro Pinheiro de Azevedo y Octávio Pato. Eanes fue quien ganó las elecciones con un 61,5% de los votos, seguido por Otelo con un 16,5 %. Eanes se convirtió así en el primer presidente de la tercera república. En septiembre de 1976 Mário Soares es elegido primer ministro. Con ello el país volvía a tener un presidente y un primer ministro constitucionales.
El problema más inmediato al que se enfrentaba el nuevo gobierno era la difícil situación económica en la que se encontraba Portugal. El gobierno logró recibir ayuda financiera de los Estados Unidos y de la Comunidad Europea, ya que estas potencias estaban a favor de la estabilidad del Estado portugués. Soares también comenzó la lenta integración de Portugal en las relaciones internacionales, que durante el Estado Novo se habían interrumpido. El primer paso tuvo lugar el 22 de septiembre de 1976 con el ingreso en el Consejo de Europa.
Sin embargo, los socialistas no lograron la mayoría absoluta en el parlamentario, aunque eran la fracción más fuerte. Pese a ello Soares gobernó en minoría tras romper el pacto con los conservadores del Partido Social Demócrata el 5 de diciembre de 1977.
Con ello comenzaron las posibilidades de formar gobierno según la representación de los partidos en el parlamento. Un gobierno de izquierdas era insostenible, a pesar de tener mayoría parlamentaria, por las diferencias entre socialistas y comunistas. La derecha no tenía mayoría y con el centro ya se había roto el pacto. El presidente Eanes destituyó a Soares y nombró a tres primeros ministros posteriormente (Alfredo Nobre da Costa (a partir del 28 de agosto de 1978), Carlos Mota Pinto (a partir del 22 de noviembre de 1978) y finalmente a Maria de Lourdes Pintasilgo (a partir del 1 de agosto de 1979)), la única mujer que ha sido presidenta del gobierno en Portugal. La falta de apoyo parlamentario fue lo que hizo que estos gobiernos fueran tan cortos. Los partidos se unieron para solicitar nuevas elecciones que se celebraron a finales de 1979.
En la parte diestra del espectro parlamentario fue destacando la figura del dirigente del Partido Social demócrata Francisco de Sá Carneiro. Lo apoyaron los tres partidos conservadores, el CDS, el Partido Popular y la Alianza Democrática, que juntos ganaron las elecciones (AD 45,26 %, PS 27,33 %, PCP 13,8 %). Sá Carneiro se convirtió en el nuevo primer ministro.
La aplicación de la Constitución dio lugar a un hecho curioso: al haberse adelantado las elecciones, no se inició una nueva legislatura sino que se continuó con la anterior. Por ese motivo, hubo de nuevo elecciones en 1980, esta vez en la fecha establecida. Las nuevas elecciones revalidaron los resultados de las anteriores aunque la Alianza Democrática aumentó sus votos (AD 47,59%, PS 27,76 %, PCP 16,75%). De esta forma, el partido en el gobierno logró tener mayoría de apoyos en el parlamento y por primera vez un gobierno de derechas pudo gobernar decididamente en el país.
En 1980 también tuvieron lugar elecciones presidenciales. Eanes se presentó a la reelección. La política radical conservadora de Sá Carneiro, que muchas veces eliminaba hitos logrados por la revolución se basó en la liberación de la economía portuguesa del socialismo, revocando las nacionalizaciones. Esto creó un conflicto abierto entre el primer ministro y el presidente. La Alianza Democrática dejó de apoyar al presidente en las elecciones presidenciales, pasando a pedir el voto por el general Soares Carneiro. Eanes se pudo asegurar el apoyo de los socialistas. En las elecciones ganó con mayoría absoluta en la primera vuelta.
La situación política en Portugal pasó a ser de cohabitación entre un presidente (Eanes) y un primer ministro (Sá Carneiro y Pinto Balsemão) de tendencias ideológicas distintas.
El 4 de diciembre de 1980, el primer ministro Sá Carneiro junto con su ministro de defensa y dirigente del CDS perecieron en un accidente de helicóptero en circunstancias que aún no se han aclarado. La trágica muerte de estos políticos, que tuvo lugar al poco tiempo de vencer en las elecciones y poner fin a un gobierno de izquierdas desde 1974 en el poder y que tuvo lugar poco antes de las elecciones presidencialistas, conmocionó al país.
Francisco Pinto Balsemão se convirtió en su sucesor. Tras acceder al poder, continuó con la política de Sá Carneiro, pero de forma menos radical. Su gran éxito fue aliarse con la oposición socialista para llevar a cabo una reforma constitucional, con la cual Portugal afianzaría el normal desarrollo del sistema parlamentario. El consejo revolucionario, una reliquia de la revolución de los claveles fue abolido. La posición del presidente se hizo más débil y el gobierno y parlamento salieron reforzados. Las fuerzas armadas pasaron a estar en manos del poder civil. El presidente Eanes tuvo que apoyar las reformas, aunque en ellas se limitaran sus poderes a la política exterior y de seguridad, como pago por los favores que le prestaron los socialistas en 1980. A Pinto Balsemão le faltaba el carisma de su antecesor, y no pudo mantener la unión en la AD. La Alianza Democrática se dividió en varios grupos perdiendo el gobierno la mayoría parlamentaria, y debiendo dimitir. Los social demócratas eligieron a Vítor Crespo, un antiguo militar y miembro del MFA como candidato a primer ministro. El presidente Eanes dudó al nombrarlo y prefirió disolver el parlamento, celebrándose elecciones el 25 de abril de 1983.
El resultado de las elecciones, que al contrario de las elecciones presentaba a la derecha dividida fue el siguiente: PS 36,12 %, PSD 27,24 %, CDS 12,56% PCP 18,7 %), quedando poco claros los posibles pactos debido a la falta de mayorías. El PSD CDS y los partidos escindidos de la AD no tenían mayoría suficiente debido al ascenso del Partido Comunista. Tras largas negociaciones Mário Soares pactó una gran coalición con el PSD, que se denominaba (bloco central). Mário Soares sería elegido primer ministro.
Este gobierno se enfrentó con las rencillas internas en el PSD. El antiguo primer ministro, pero aún líder del partido, Pinto Balsemão se enfrentó a su contrincante político Aníbal Cavaco Silva. Éste fue ministro de finanzas durante el gobierno de Sá Carneiro, y dudó unirse al nuevo gobierno tras la muerte del primer ministro. Cavaco Silva se consideraba el legítimo sucesor de Sá Carneiro.
A pesar de ello se acercaba el final del segundo mandato del presidente Eanes. La Constitución prohíbe que un presidente se presente más de una vez a la reelección. Eanes no estaba preparado para despedirse de la política activa y estableció contactos con los socialdemócratas. Esto se debió a la rivalidad entre Mário Soares y el propio presidente, pese a que las ideas del presidente eran más cercanas a las ideas socialistas. Debido al conflicto que mantuvieron Sá Carneiro y Eanes, Cavaco Silva se opuso a que este último ingresara en el partido, lo que sin embargo sí fue apoyado pro Pinto Balsemão. A esto se unió el descontento con la política económica del gobierno de Soares. En el famoso congreso de los socialdemócratas en Figueira da Foz, Cavaco Silva se convirtió en el líder del PSD. El nuevo representante del partido terminó la coalición con los socialistas, de modo que el gobierno de Soares se quedó sin mayoría parlamentaria y el presidente Eanes tuvo que convocar elecciones generales para el 6 de octubre de 1985.
El general Eanes, que tras la victoria de Cavaco Silva en el PSD vio como se cerraba su posible inserción en el partido, intentó fundar su propio partido. De esta forma se creó el PRD, el Partido de la Renovación Democrática. Como Eanes seguía siendo presidente de la república, el liderazgo del partido lo tomó provisionalmente Herminio Martinho, aunque estaba claro que era el partido del presidente. El PRD se benefició del gran descontento de algunos sectores de la sociedad aprovechando la convocatoria de elecciones. El nuevo partido consiguió casi tantos escaños como el socialista y se convirtió en la tercera fuerza en el parlamento.
Como Mário Soares había planeado en presentarse a las elecciones a presidente de la república para convertirse en el sucesor de Eanes, no se presentó a las elecciones parlamentarias. Los socialistas fueron representados por António de Almeida Santos que había sido ministro de varias carteras durante los gobiernos socialistas así como la mano derecha del primer ministro Soares.
En las elecciones, el PSD con el 29,87 % de los votos se convirtió en el partido más votado. En segundo lugar se encontraban los socialistas, los grandes perdedores de las elecciones que pasaron de un 36,12 % de los votos en las elecciones de 1982 a un 20,77 %. Una de las razones de esta gran pérdida fue que muchos votos fueron transferidos al nuevo partido de Eanes, el PRD. El PRD consiguió 17,92 % de los votos convirtiéndose en la tercera fuerza más votada. El CDS fue, junto con los socialistas, el gran perdedor de las elecciones con sólo un 9,96%. El partido Comunista consiguió mantener sus posiciones con un 15,49% de los votos.
Como el PSD se convirtió en el partido más votado, Aníbal Cavaco Silva se convirtió en primer ministro. Pese a ello, no disponía de mayoría parlamentaria, de forma que tuvo que gobernar en minoría con la tolerancia de los diputados del PRD.
En 1985 tiene lugar un proceso que conmocionó al país, cuando al antiguo dirigente de la Revolución de los Claveles y candidato a presidencia de la república en 1976 y 1980 se le imputó la pertenencia al grupo terrorista FP-25. Se le condena a entrar en prisión. Permanece preso durante 5 años hasta que se reabre el proceso en 1990 y se le da la libertad condicional. Finalmente en 1996 la Asamblea de la República dicta una amnistía en su favor.
En 1986 se celebraron elecciones presidenciales. Al contrario de las anteriores, el resultado estaba abierto porque Eanes ya no se podía presentar. El candidato de los socialistas fue Mário Soares. El todavía presidente Eanes intentó evitar que su enemigo Soares se convirtiera en presidente, intentando que saliera elegido el candidato de su partido. Para ello nombró candidato a Francisco Salgado Zenha, un antiguo socialista. Zenha había sido durante muchos años un amigo personal de Soares y miembro fundador del partido socialista. Junto con Soares había luchado contra la dictadura de Salazar/Caetano en el exilio. Entre 1974 y 1982 fue uno de los portavoces del partido socialista en el parlamento. En 1980 se enfadó con Soares. Los comunistas también apoyaban la candidatura de Zenha. La derecha presentó a Freitas do Amaral, el fundador del CDS como su candidato.
Las elecciones presidenciales de 1986 fueron las más tensas de la joven historia democrática portuguesa. Soares, impopular debido a su política de ahorro sólo obtuvo el 8% de los votos. En la primera ronda de las elecciones logró un 25,4% de los votos, tras el candidato conservador que consiguió el 46.3%. También debilitó a Soares que la izquierda hubiera presentado a tres candidatos mientras que la derecha se mantenía unida con un solo candidato. Lo más importante de los resultados de la primera ronda fue que Soares logró imponerse al candidato del presidente Eanes. En la segunda ronta logró votos de la candidatura de Salgado Zenha. Muchos comunistas votaron por Soares, ya que lo preferían antes de que a un presidente de derechas. Soares ganó la presidencia frente a Amaral por una diferencia de un 2% de los votos.
Eanes tuvo, muy a su desgana, que nombrar presidente de la república a Mário soares, siendo este el primer presidente civil de los últimos 60 años.
Uno de los principales proyectos de Mário Soares era la adhesión de Portugal a la Unión Europea. Debido a la diferencia económica entre Portugal y los países miembros, las negociaciones duraron diez años. Durante el segundo gobierno de Soares, durante el tiempo de la gran coalición, intentó a través de una política radicar de ahorro sanear la economía portuguesa. El descontento resultante de esa política económica provocó que muchos votantes abandonaran los partidos de la coalición para votar al PRD, de forma que Soares sólo pudo ser elegido Presidente de la República en la segunda vuelta. Desde la Presidencia de la República pudo firmar (junto con España) el ingreso de Portugal en la Comunidad Económica Europea.
El primer gobierno de Cavaco Silva, que se basó en la tolerancia de los diputados del PRD, el partido de Eanes, fue de corta duración. En 1987 el PRD le quitó su apoyo parlamentario por lo que se tuvieron que convocar elecciones. El presidente Soares, que durante ese tiempo había llegado a desarrollar una amistad con el primer ministro, se opuso a que los socialistas llegaran a un acuerdo de gobierno con el PRD para acceder al poder, en parte porque veía que una coalición así significaría que el gobierno sería inestable. En vez de eso, el Presidente disolvió la Asamblea Nacional y convocó elecciones.
Las elecciones del 19 de julio de 1987 cambiaron la geografía política del país. El carisma de Cavaco Silva provocó que el partido socialdemócrata lograra por primera vez en su existencia una mayoría absoluta, con un 50,1% de los votos. Se trataba de una victoria aplastante, en el sentido electoral, pues se obtuvo un 20% más de los votos. El segundo partido más votado fue el socialista con el 22,24% de los votos, mejorando los resultados de las últimas elecciones que habían sido los peores de su historia. La tercera fuerza más votada fueron los comunistas con un 15,4% del total. El gran perdedor fue Eanes y su partido el PRD. Tras la sorprendente victoria de las elecciones anteriores, el PRD sólo obtuvo un 4,91% de los votos, pasando de 45 diputados a 7. La caída del gobierno en minoría de Cavaco Silva, que fue provocada por el PRD de pasó factura y supuso la desaparición del partido. Tras ese debate, el expresidente Eanes asumió durante un corto período la dirección del partido, sin lograr mejorar los resultados. En las elecciones de 2001 el PRD deja de tener diputados en la Asamblea de la República.
Cavaco Silva había esgrimido la política económica de su gobierno en la campaña electoral y las ideologías políticas de los portugueses se vieron reducidas. Las elecciones marcaron un proceso de concentración en ambos lados del espectro político. Tras el debacle del PRD, los socialistas se convirtieron en la principal fuerza de izquierdas. Los comunistas mantenían no obstante su potencial electoral, aunque cada vez iban perdiendo más adeptos. En la derecha, todo se concentró en torno a los socialdemócratas. El segundo gran partido de la derecha, el CDS sólo obtuvo el 5% de los votos y dejó de ser competencia para el PSD.
La política económica liberal estaba en contra de la constitución, que abogaba por el paso al socialismo. Debido a que el PSD no poseía por sí mismo dos tercios de los diputados para poder reformar la constitución, fue necesario pactar con los socialistas. En 1989 se llevó a cabo la última reforma que terminaría con la fase socialista de la constitución, que había surgido en la Revolución de los Claveles. Tras esta reforma se permitió que muchas de las empresas estatales fueran privatizadas, tales como industrias y bancos públicos.
Portugal tenía asentado un sistema bipartidista, representado por el presidente socialista y el primer ministro conservador. Cavaco Silva llevó a cabo una política económica neoliberal y esto, además de la transferencia de fondos comunitarios, provocó que mejorara la situación económica del país y aumentando por consiguiente la popularidad del gobierno.
El Presidente Soares y el primer ministro Cavaco Silva limaron sus diferencias y comenzaron a mantener una buena relación. Ninguno pudo aprovecharse de la mala relación presidente/primer ministro en las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1991, ya que eran los favoritos. Los conservadores revalidaron su posición en el parlamento y Soares obtuvo un 70,35% de los votos en la primera vuelta frente a su contrincante el socialdemócrata Basílio Horta, y al candidato Carlos Carvalhas.
En el segundo periodo de mandato de Soares y Cavaco Silva la cohabitación comenzó a ser más problemática. La posición de Soares se había reforzado por los buenos resultados de las elecciones. Pese a ello, la constitución no le permitía un tercer mandato y por tanto no tenía que preocuparse de las siguientes elecciones ni tenía que comprometerse a nada. La posición del gobierno se debilitó bastante. El país entró en una fase de recesión y las tensiones sociales aumentaron. Se celebraron protestas masivas. Soares evitó firmar una serie de leyes enviándolas al Tribunal Constitucional para que éste dictaminara si eran constitucionales o no, lo que aumentó los problemas entre el gobierno y la presidencia. Mientras que el gobierno cada vez era más impopular, el presidente ganaba popularidad entre el pueblo.
En 1995 se celebraron elecciones parlamentarias, en un tiempo en el que el gobierno era bastante impopular debido a la recesión económica. Cavaco Silva no se presentó. Se había retirado, ya que quería convertirse en el sucesor de Mário Soares en la presidencia de la república. Quería repetir la acción de Soares en su primera elección y ganar la Presidencia en la primera vuelta. El problema era la impopularidad de su gobierno y su persona. El PSD pasó a ser dirigido por Joaquín Fernando Nogueira perdiendo las elecciones. Los socialistas obtuvieron un 43,76% de los votos siendo por primera vez desde 1985 la fuerza más votada. El PSD perdió un 16% de los votos. El presidente Soares logró nombrar a António Guterres, de su mismo partido, como primer ministro.
En 1996 se celebran elecciones presidenciales. El candidato del PSD, el antiguo primer ministro Cavaco Silva se presenta como candidato, mientras que los socialistas presentan como candidato al alcalde de Lisboa, Jorge Sampaio. Éste ganó a Cavaco Silva con un 53,8% de los votos en la primera vuelta. En octubre de 1999 se celebran elecciones parlamentarias, en las cuales vencieron los socialistas pero sin obtener mayoría absoluta. El gobierno en minoría de Guterres se vio reforzado por las elecciones. Guterres pasará en 1999 a suceder al francés Pierre Mauroy como presidente de la Internacional Socialista. Sin embargo, pese a todo pronóstico los socialistas perdieron las elecciones municipales de diciembre de 2001. Guterres asumió la responsabilidad en la derrota y dimitió como primer ministro y portavoz de los socialistas.
El 1 de enero de 2002 se introduce el euro como nueva unidad monetaria en Portugal, retirándose los escudos
En las elecciones del 17 de marzo de 2002 los socialistas perdieron un 6,3% de los votos y se convirtieron en la segunda fuerza política. Los socialdemócratas aumentaron un 8% los votos hasta alcanzar el 40,21% del total. El PSD creó una coalición con el Partido Popular (el antiguo CDS) con José Manuel Durão Barroso como primer ministro.
Como jefe de gobierno, Durão Barroso hizo muchas reformas de corte conservador, lo que le restó popularidad en su país. En la política financiera, impulsó el pacto de estabilidad europeo, aplicando muchas medidas europeas como la privatización de las empresas estatales, con lo que se redujeron los ingresos del erario público. En el plano internacional, inició un acercamiento a los Estados Unidos, siendo el anfitrión de la Cumbre de las Azores para decidir sobre la Guerra de Iraq.
En 2004 terminó el mandato del presidente de la Comisión Europea Romano Prodi, que rehusó revalidar su condición, ya que quería volver a la política nacional italiana para enfrentarse al primer ministro de la época Berlusconi. En Europa comenzó la búsqueda de un sucesor. El candidato elegido sería el primer ministro luxemburgués Juncker, que rechazó el cargo, ya que quería seguir siendo el jefe de gobierno de su país. El candidato de los liberales, el presidente Belga (apoyado por Francia y Alemania) se enfrentó al conservador Chris Patten quedando bloqueados ambos, por lo que en Europa hubo que buscar un candidato de compromiso. Por fin, se unieron los jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo Europeo del 29 de julio de 2004 para elegir a Durão Barroso como nuevo presidente de la comisión. Barroso dimitió el 17 de julio de 2004 como primer ministro portugués y el 18 de noviembre de 2004, el Parlamento Europeo lo nombró Presidente de la Comisión Europea.
El sucesor de Durão Barroso en Portugal sería el alcalde de Lisboa Pedro Santana Lopes. Durante el gobierno de Barroso había sido el portavoz del partido.
Santana Lopes no era un personaje popular en Portugal, se le criticaba especialmente por su personalidad. Se le consideraba simpático y amigable aunque a la vez se le acusaba de populista y demagogo. Durante su alcaldía en Lisboa se le acusó de mujeriego (había tenido 5 hijos con tres mujeres distintas) y la clase alta lisboeta lo llamaba el Rey de la Noche de la capital lusa.
Debido a su déficit personal, se fue enfriando su relación con el primer ministro Barroso, el cual cuando aceptó ser el presidente de la Comisión Europea no preparó el camino para que Santana Lopes fuera su sucesor. El Presidente de la República, Sampaio se mantuvo escéptico pero no pudo evitar que Santana Lopes fuera elegido primer ministro. El 17 de julio de 2004 Santana Lopes, que había sucedido a Durão Barroso en la presidencia del PSD, pasó a ser primer ministro.
El corto gobierno de Santana Lospes está presidido por las crisis. También dentro del partido tenía opositores. Al contrario que sus predecesores, Santana Lopes no caía bien al presidente Jorge Sampaio, que como socialista tenía ideas contrarias pero que por motivos de Estado gobernó con él en lo que él mismo denominó una relación injusta. Santana Lopes decidió dimitir como primer ministro para forzar elecciones generales. Hasta las elecciones que se celebraron el 20 de febrero se mantuvo como primer ministro en funciones.
Las elecciones de 2005 provocaron un auténtico terremoto en Portugal, fue un debacle para los conservadores. El PSD, con un 29,6% de los votos, perdió la marca del 30% llegando a perder en las elecciones parlamentarias un 10,6% de los votos. Esto se explica debido a la mala situación económica así como la repercusión de la persona de Santana Lopes, que perdió muchos votantes centristas a favor de los socialistas. Las pérdidas de los socialdemócratas se convirtieron en ganancias para los socialistas, que aumentaron un 8,6% el número de votantes logrando el 46.41% de los votos, lo que le dio la mayoría absoluta en el parlamento, por primera vez en la historia de los gobiernos socialistas. El Partido Popular, el pequeño partido que apoya al PSD se puso por debajo de su peor resultado de 2002, lo que obligó a Paulo Portas a renunciar al liderazgo. Aparte de los partidos nombrados, el Bloco de Esquerda, y el partido comunista también lograron representantes en la Asamblea Nacional.
Como resultado de estas elecciones, el líder de los socialistas, José Sócrates fue elegido primer ministro el 12 de marzo de 2005. Portugal pasó a estar durante un corto período en manos de un presidente y un primer ministro socialista.
El 22 de enero de 2006 tuvieron lugar las elecciones presidenciales. Cavaco Silva, que se había retirado de la política tras su pérdida en 1996 y que había trabajado en el consejo de administración del Banco de Portugal así como profesor den la facultad de finanzas de la Universidad Católica de Portugal, se presentó como candidato por los socialdemócratas a la presidencia de la república. Mário Soares también se presentó como candidato. Cavaco Silva ganó las elecciones en la primera vuelta convirtiéndose en Presidente de Portugal. De esta forma, el país entró en una fase de cohabitación en la cual existía un presidente de derechas y un gobierno de izquierdas.
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