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The Wire



The Wire (titulada Bajo escucha en España y Los vigilantes en México) es una serie de televisión estadounidense ambientada en Baltimore, Maryland, cuyo hilo conductor son las intervenciones telefónicas judiciales encomendadas a un grupo policial. Fue ideada, escrita y producida por el periodista y escritor David Simon, que se basó en su experiencia en la sección de sucesos del Baltimore Sun. Se estrenó en el canal de televisión por cable HBO el 2 de junio de 2002 y finalizó su emisión el 9 de marzo de 2008, periodo en el que se emitieron sesenta capítulos repartidos en cinco temporadas.

The Wire trata de ser una visión realista de la vida de Baltimore, centrándose especialmente en el tráfico de drogas. Muchos de sus personajes se basan en personas reales de Baltimore y varios actores secundarios son aficionados que interpretan sus propios personajes.[1]​ Presenta en cada temporada una institución diferente de la ciudad y su relación con la policía y con los ámbitos más marginales de la ciudad, al tiempo que mantiene los personajes y avanza en las tramas de las temporadas anteriores.

Fue emitida en Estados Unidos y América Latina por la cadena de televisión por cable HBO y en España por el canal de pago TNT. Pese a no haber sido un gran éxito comercial, fue alabada por la crítica, que la calificó como una de las mejores series de televisión realizadas y uno de los mejores trabajos de ficción de toda la historia.[2][3][4][5][6][7]​ Las votaciones de los usuarios en la mayor página de cine en español de internet, FilmAffinity, la sitúan como la mejor serie de la historia.[8][9]​ Asimismo, la Writers Guild Association posicionó a la serie en el puesto número 9 de Las 101 series mejor escritas de la historia de la TV.

Fue elegida la mejor serie de televisión de la historia por Time,[10]The New York Times,[11]The Guardian,[12]Philadelphia Daily News,[13]Entertainment Weekly,[14]The Telegraph,[15]San Francisco Chronicle,[16]Complex, Vulture y Slate.[17][18]

Cada una de las temporadas analiza un aspecto diferente de la ciudad de Baltimore, aunque siempre tienen en común el tráfico de drogas.

Simon ha declarado que en un principio se propuso crear un drama policial basado libremente en las experiencias de su socio y escritor Ed Burns, un antiguo detective de homicidios. Burns, que cuando trabajaba en extensas investigaciones sobre violentos traficantes de drogas utilizaba la vigilancia tecnológica, en ocasiones se topó con la burocracia del Departamento de Policía de Baltimore, mientras que Simon vio similitudes con sus propias experiencias como reportero policial de The Baltimore Sun.

Simon eligió Baltimore debido a su íntima familiaridad con la ciudad. Durante su etapa como escritor y productor de la serie de la NBC Homicide: Life on the Street, basada en su libro Homicide: A Year on the Streets Killing y también con Baltimore como escenario protagonista, Simon había entrado en conflicto con ejecutivos de la cadena NBC, que estaban disgustados por el pesimismo de la serie. Simon quería evitar una repetición de estos conflictos. Optó por presentar The Wire a la HBO debido a su anterior trabajo con la cadena, la miniserie The Corner en 2000. La HBO dudaba sobre incluir en su parrilla un drama policial, pero finalmente accedió a producir el episodio piloto.[19][20]​ Simon se acercó al alcalde de Baltimore, diciéndole que quería dar un retrato sombrío de algunos aspectos de la ciudad, y fue bienvenido a trabajar allí de nuevo. Esperaba que la serie cambiara las opiniones de algunos espectadores, pero dijo que era poco probable que tuviese un impacto sobre los temas a tratar.[19]

El reparto de la serie ha sido elogiado por la ausencia de nombres populares o grandes estrellas, proporcionando a los actores un carácter natural en sus actuaciones.[21]​ El aspecto del elenco en su conjunto ha sido descrito como un desafío a las expectativas de la televisión por presentar una verdadera gama de humanidad en la pantalla.[22]

El reparto inicial fue organizado a través de un proceso de audiciones y lecturas. Lance Reddick recibió el papel de Cedric Daniels después de hacer audiciones sobre otros papeles.[23]Michael K. Williams consiguió el papel de Omar Little tras una sola audición.[24]

Varias figuras prominentes de Baltimore de la vida real, como el exgobernador de Maryland, Robert L. Ehrlich Jr.; el reverendo Frank M. Reid III; el exjefe de policía, criminal condenado y presentador de radio Ed Norris; el delegado de Virginia Rob Bell; el ejecutivo del condado de Howard Ken Ulman; y el exalcalde Kurt Schmoke han aparecido en papeles de menor importancia a pesar de no ser actores profesionales.[25][26]​ "Little" Melvin Williams, un importante traficante de drogas de Baltimore arrestado en la década de 1980 por una investigación en la que formó parte Ed Burns, tuvo un papel recurrente como diácono a partir de la tercera temporada. Jay Landsman, un oficial de policía que inspiró el personaje del mismo nombre,[27]​ realizó el papel del teniente Dennis Mello.[28]​ El comandante de policía de Baltimore Gary D' Addario sirvió de asesor técnico de la serie durante las dos primeras temporadas[29]​ y tuvo un papel recurrente como el fiscal Gary DiPasquale.[30]

Más de una docena de actores del reparto habían aparecido anteriormente en la primera serie de una hora de duración de la HBO Oz. J.D. Williams, Seth Gilliam, Lance Reddick y Reg E. Cathey tuvieron papeles muy importantes en Oz, mientras que otro gran número de protagonistas de The Wire, como Wood Harris, Frankie Faison, John Doman, Clarke Peters, Domenick Lombardozzi, Michael Hyatt y Method Man aparecieron en al menos un episodio de Oz.[31]​ Otros miembros del reparto, entre los que se incluyen Erik Dellums, Peter Gerety, Clark Johnson, Clayton LeBouef, Toni Lewis y Callie Thorne también aparecieron en Homicide: Life on the Street.[32][33][34][35][36]​ En la miniserie de la HBO The Corner también trabajaron Clarke Peters, Reg E. Cathey, Lance Reddick, Corey Parker Robinson, Robert F. Chew y Delaney Williams.

Junto a Simon, el creador del programa, jefe de guionistas, show runner y productor ejecutivo, gran parte del equipo creativo de The Wire eran antiguos alumnos de Homicide y The Corner. El veterano de The Corner, Robert F. Colesberry, fue el productor ejecutivo de las dos primeras temporadas y dirigió el final de la segunda temporada antes de morir por complicaciones en una operación cardíaca en 2004. Colesberry tuvo un pequeño papel recurrente como el detective Ray Cole,[37]​ y su esposa, Karen L. Thorson, se unió a él en el personal de producción.[38]​ Un tercer productor de The Corner, Nina Kostroff Noble (hermana de Michael Kostroff, que actúa en el papel del abogado Maurice Levy en The Wire) también participó en el equipo de producción de la serie completando el equipo inicial de cuatro personas.[38]​ Tras la muerte de Colesberry, se convirtió en el segundo productor ejecutivo de la serie junto a Simon.[39]

Las historias para la serie fueron a menudo coescritas por Ed Burns, un exdetective de homicidios de Baltimore y profesor de escuela pública que previamente había trabajado con Simon en otros proyectos como The Corner. Burns también se convirtió en productor de The Wire en la cuarta temporada de la serie.[40]​ Entre los guionistas restantes se incluyen tres no nativos de Baltimore: George Pelecanos de Washington D.C., Richard Price del Bronx y Dennis Lehane de Boston.[41]​ Los críticos han señalado las comparaciones entre los trabajos de Price (particularmente Clockers) y The Wire, incluso antes de unirse a la serie.[42]​ Además de escribir, Pelecanos trabajó como productor durante la tercera temporada,[43]​ y comentó que se sintió atraído por el proyecto debido a la oportunidad de trabajar con Simon.[43]​ El guionista Rafael Álvarez escribió guiones de varios episodios, así como la guía de la serie The Wire: Truth Be Told. Álvarez es un colega de Simon de The Sun y nativo de Baltimore con experiencia de trabajo en la zona del puerto.[44]​ Otro nativo de la ciudad y director de cine independiente, Joy Lusco, también escribió para la serie en cada una de sus tres primeras temporadas.[45]​ El escritor del Baltimore Sun y periodista político William F. Zorzi se unió al equipo de guionistas en la tercera temporada y aportó una gran cantidad de experiencia en el apartado de la política de Baltimore.[44]

El dramaturgo y productor y guionista de televisión Eric Overmyer se unió al equipo de The Wire en la cuarta temporada de la serie como asesor de producción y guionista.[40]​ Él también había trabajado previamente en Homicide. Overmyer comenzó a trabajar en el equipo de producción a tiempo completo para reemplazar a Pelecanos, que redujo su participación en la serie para concentrarse en su siguiente libro y trabajó en la cuarta temporada exclusivamente como guionista.[46]​ El guionista y amigo de la universidad de Simon, David Mills, también se unió al equipo de guionistas en la cuarta temporada.[40]

Otro director de la serie y alumno de Homicide, Clark Johnson,[47]​ dirigió varios episodios de The Shield,[48]​ y Tim Van Patten, ganador del premio Emmy, trabajó en cada temporada de Los Soprano. La dirección ha sido elogiado por su estilo sencillo y sutil.[21]​ Después de la muerte de Colesberry, el director Joe Chappelle se incorporó como coproductor ejecutivo y dirigió también dos episodios de la quinta temporada.[49]

Los guionistas se esforzaron por crear una visión realista de una ciudad estadounidense partiendo de sus propias experiencias. Simon, antiguo periodista del Baltimore Sun, pasó un año investigando un departamento de homicidios de la policía para su libro, Homicide: A Year on the Killing Streets, donde conoció a Burns. Burns trabajó en el Departamento de Policía de Baltimore durante 20 años y más tarde como profesor en una escuela intermedia. Ambos pasaron un año investigando la cultura de la droga y la pobreza en Baltimore para su libro, The Corner: A Year in the Life of an Inner-City Neighborhood. Sus experiencias se utilizan en muchas de las historias de The Wire.

Algo fundamental para la serie fue la creación de personajes verídicos. Simon ha señalado que la mayoría de ellos son figuras de la vida real de Baltimore.[50]​ Por ejemplo, Donnie Andrews, quien falleció el mes de diciembre del año 2012, sirvió como la principal inspiración de Omar Little,[51]​ y Martin O'Malley como "una de las inspiraciones" de Tommy Carcetti.[52]​ La serie también se nutrió de actores no profesionales en papeles de menor importancia, distinguiéndose de otras series de televisión mostrando los "rostros y las voces de la ciudad real" que representa.[53]​ Un ejemplo en este sentido es la protagonista conocida como "Snoop", quien cumplió 5 años de prisión por homicidio.

Para distinguir a los personajes policiales de otros detectives de televisión, Simon hace que incluso el mejor policía de The Wire no está motivado por el deseo de proteger y servir, sino por la vanidad intelectual de creer que es más inteligente que los criminales a los que persigue. Sin embargo, mientras que muchos de los policías exhiben cualidades altruistas, otros oficiales son retratados como incompetentes, violentos, vanidosos o frustrados. Los criminales no siempre están motivados por el lucro o el deseo de dañar a otros; muchos están atrapados en su existencia y todos tienen cualidades humanas. Aun así, The Wire no minimiza o disimula los efectos terribles de sus acciones.[54]

La serie es realista en la representación de los procesos tanto de la labor policial como de la actividad criminal. Incluso se informó de que los miembros de una red de narcotráfico aprendieron a perfeccionar su negocio y a evadir el arresto policial viendo The Wire.[55][56]​ La quinta temporada se centró en la sala de redacción de trabajo en el Baltimore Sun y ha sido considerado como uno de los retratos más realista de los medios de comunicación en el cine y la televisión.[57]

En diciembre de 2006, The Washington Post publicó un artículo en el que los estudiantes afroamericanos locales declararon que la serie había "dado en el clavo" con la comunidad negra, y que ellos mismos conocían a homólogos reales de muchos de los personajes.[58]

Un tema central en la estructura y desarrollo de la serie es el uso de tecnologías electrónicas de vigilancia usadas por la policía, de ello el título The Wire ("el alambre", cuyas interpretaciones podrían ser "espiar", "el pinchazo" o "la escucha"). Estas tecnologías aparecen de manera realista reflejadas como es habitual desde ambos lados de la ley, por una parte los sistemas y técnicas utilizados por los criminales para evadir la vigilancia y por la otra las contramedidas empleadas por la policía.

La clave de la serie es la demostración de los fallos y vicios de las diversas instituciones y su capacidad de sabotear sus propios propósitos por nobles que parezcan; rara vez se muestra que una institución, gubernamental, mediática, policial o criminal, sea exitosa en sus metas sin consecuencia alguna: por ejemplo, la policía impone sus propios límites de acuerdo al capricho de los altos mandos o de la alcaldía, los puertos tienen que recurrir al robo y al tráfico de bienes para mantener cierta influencia política, las instituciones educativas son limitadas a cumplir un nivel educativo estandarizado para mantenerse a flote y los periódicos se reducen a imprimir noticias que tienen que manipular al inflar su importancia, optando por inventar gran parte del contenido para continuar siendo relevantes. Igualmente, las organizaciones criminales deben abastecerse constantemente de colaboradores, cabecillas e incluso de jefes traficantes que caen bajo el ámbito violento de sus propias actividades.

La serie muestra también la falacia de otras series policíacas al argumentar que el policía o el detective actúa en función de su implicación sentimental y emocional en el caso; por el contrario, en The Wire los agentes actúan principalmente para resultar victorioso ante el reto, para satisfacer su propia curiosidad por resolver el mismo y para aliviar la urgencia de cumplir con su tasa mínima de desempeño. El policía está sujeto en su investigación a límites logísticos, problemas de fuerza mayor que generalmente no puede resolver y a bloqueos por parte de terceros; esto hace que veamos absurdas la efectividad e infalibilidad casi absolutas de otras series policíacas para resolver crímenes. También argumenta que el castigo a los criminales depende de varios grados de impunidad y de abuso de las reglas, generalmente por parte de individuos que cuentan con poder político y/o monetario.

La policía en The Wire está plagada de problemas internos que la han conducido a reducir su actividad al mínimo. Uno de los principales es la falta de comunicación entre departamentos, que reduce la capacidad de actuación, provoca graves errores y resta efectividad. Tanto es así que hay grandes lagunas en la administración de sus propios recursos. También la policía, como institución, es usada ampliamente para satisfacer fines políticos dentro y fuera de la misma.

The Wire argumenta que la violencia relacionada con el tráfico de drogas, a pesar de ser abrumadora es raramente arbitraria; el tráfico se hace notar principalmente cuando la tasa de muerte que conlleva se hace demasiado evidente, como el asesinato de testigos del Estado en la primera temporada o el hallazgo de las mujeres muertas que eran víctimas de trata de personas en la segunda temporada, entre otros ejemplos. Las autoridades son descritas como poco interesadas en combatir el uso de las drogas en la misma medida en que combaten el tráfico de drogas; su intención es, ante todo, reducir el nivel de violencia.

Las altas esferas en The Wire, como los contribuyentes políticos y los planeadores civiles ciertamente no hacen caso omiso al inmenso lucro generado por el tráfico de drogas y uno de los grandes problemas con las investigaciones de la policía es el riesgo de mostrar nexos entre las altas esferas y diversas actividades criminales en la ciudad; como muestra de esto varias de las investigaciones en la serie son paradas por el riesgo de descubrir tales asociaciones.

En una menor escala, la serie explora la relación de la policía local con el FBI; el FBI está mayormente interesado en la asociación de las actividades criminales con figuras políticas notorias y su enfoque se encuentra relativamente alejado del tráfico de drogas y centrado en actividades terroristas. Como tal, el FBI no colabora formalmente con la policía a menos que las investigaciones den los resultados que ellos quieren o el elemento de la policía tenga un rango notorio; los nexos son tratados más que todo por la relación informal entre los agentes federales y oficiales de la policía. Es mostrado que el FBI y la policía son susceptibles a manipulaciones políticas.

En su conjunto, The Wire habla de que el sistema está creado para que no se pueda salir de él, ya sea intentando llevarlo hasta su límite (McNulty, Colvin) o dejándose llevar por él (los niños, Herc), nada cambia el sistema. Todo sigue un bucle creado para que se mantenga, donde unos se convertirán en lo que ya han sido otros y el sistema se convertirá en una máquina capaz de autoabastecerse utilizando diferentes entidades, instituciones, personas, leyes... para lograr este fin.

El tema interpretado en el inicio de cada episodio de la serie es "Way Down in the Hole", una canción gospel y blues, escrita por Tom Waits e incluida en su álbum de 1987 "Franks Wild Years". En cada temporada, La canción se grabó con diferentes intérpretes sobre distintas secuencias de inicio:

El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa alabó la serie y la comparó con leer una novela de Charles Dickens o Alexandre Dumas.[61]​ Mario Vargas Llosa hizo un análisis de la serie en el periódico El País, en el que afirma:[62]

El presidente de Estados Unidos Barack Obama manifestó que The Wire era su serie favorita.[63]



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