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Toalla sanitaria



Una toalla sanitaria (también conocida como toalla femenina, compresa o toalla higiénica) es un absorbente usado durante el periodo menstrual,[1]​ en casos de sangrado post parto o en cualquier situación durante la cual sea necesario absorber el fluido de sangre vaginal.[2]

Estas almohadillas no deben ser confundidas con los parches o pañales para incontinencia, los cuales son usados por hombres o mujeres invariablemente y cuya finalidad es la de retener flujo urinario. No obstante, aun cuando puedan guardar cierta similitud y menor absorbencia que estos, algunas personas también usan las compresas para este propósito.

En Venezuela, se les llama también modess, [3]​dado el fenómeno de vulgarización de marca y, en Puerto Rico, kótex por la misma razón.

Las compresas han sido mencionadas desde tiempos remotos. En la enciclopedia Suda se cita que Hipatia arrojó un «trapo femenino» a un admirador suyo en un intento de alejarlo. A través de los tiempos, las mujeres han usado diferentes formas de protección menstrual. El Museum of menstruation muestra artículos y fotos sobre las formas primitivas de protección, incluyendo entre otras cosas, compresas, almohadillas tejidas y delantales menstruales. Con frecuencia utilizaban tiras dobladas de ropa vieja (trapos) para retener la sangre.[4]

La toalla sanitaria desechable surge de forma comercial alrededor del año 1895 bajo la marca «Curads and Hartmann's». En su comienzo, fueron usadas por enfermeras, quienes confeccionaban vendas de pulpa de madera para atrapar el fluido, creando así una compresa hecha de material fácil de obtener y bastante económico para poder desecharlo después de su uso.[cita requerida]

Productos como «Johnson & Johnson Lister Towel» fracasaron debido a la falta de publicidad, ya que, a diferencia de la actualidad, el tema de la menstruación era tabú y no abiertamente discutido ni difundido. Una de las compañías solucionó esto implementando un procedimiento que permitía a las mujeres depositar dinero en una caja (así la mujer no tenía que hablar con el empleado) y tomar por sí mismas un paquete de toallas sanitarias del mostrador.[cita requerida]

Hasta la aparición de las toallas sanitarias desechables, todas las mujeres usaban un tipo de ropa o compresa reusable. Aun cuando la disponibilidad comercial de las toallas higiénicas desechables era patente, tuvieron que transcurrir varios años hasta que se convirtieran en un artículo de uso común, convirtiéndose desde entonces en un producto usado ampliamente en la mayor parte del mundo industrializado. Sin embargo las compresas sanitarias reusables hicieron su reaparición alrededor de los años 70 con una popularidad creciente hacia los años 1980 e incluso los años 1990.[cita requerida]

En los últimos años se ha diseñado toallas elaboradas con gel ultrabasorbente y biodegradable, a las cuales se incorpora una banda liberadora de aniones negativos. [cita requerida]

Con el fin de satisfacer la necesidad de lograr una solución económica para hacer frente a las prácticas insalubres y falta de higiene en países como la India, Arunachalam Muruganantham del rural Coimbatore en el estado sureño de Tamil Nadu, India, desarrolló y patentó una máquina que puede fabricar compresas de bajo costo por menos de una tercera parte del costo.[5]

Uno de los usos de una toalla femenina es durante la menstruación para absorber el fluido. Se usa externamente, entre la vulva y la ropa interior femenina, a diferencia de los tampones que van alojados en la vagina. Las compresas menstruales se fabrican de diversos materiales, dependiendo del estilo, país y producto.

Se recomienda cambiar la toalla cada 4 horas, aunque puede ser más o menos frecuente dependiendo del día del ciclo y de cada mujer.[cita requerida]

Existen diferentes tipos de toallas sanitarias desechables:

Las dimensiones, absorbencia y forma pueden variar dependiendo del fabricante, aunque lo común es que las toallas que se usan durante el día sean más delgadas y pequeñas que aquellas que se usan durante la noche, además de las proporciones antropomórficas de cada mujer. Algunos fabricantes les han incorporado «alas» (extensiones de la misma toalla con velcro o algún adhesivo ligero) que facilitan la adherencia de la toalla a la ropa interior y por tanto el riesgo de que pierda su posición disminuye. En general todas las marcas les añaden desodorantes para evitar el olor y en algunas incluyen una fragancia suave.

También existen las toallas reutilizables, generalmente confeccionadas en franela de algodón aunque hay muchos tipos de tela dependiendo de las necesidades de cada quien. Muchos países están cambiando a esta alternativa por cuestiones ecológicas o por salud. Están disponibles en varios estilos, con o sin alas, y varios tamaños que van desde pantiprotectores a nocturnas y en ocasiones incluso pueden econtrarse toallas especiales para el postparto. Estas toallas generalmente tienen una vida útil de varios años, lo cual evita contaminar el ambiente y constituye una alternativa económica. Las toallas lavables son más cómodas que las desechables por ser de tela, son particularmente útiles para mujeres que presentan alergias recurrentes o infecciones por hongos. También son favorecidas por evitar el mal olor ya que no están hechas con los químicos que contienen las desechables. Son consideradas más confortables especialmente durante el periodo post-parto, cuando la vulva puede estar muy sensible, su uso se ha popularizado en los últimos años, sobre todo entre ecologistas o por las alternativas basura cero. Su costo puede ser un poco más alto al inicio comparado con las desechables pero son muy económicas, basta con hacer cuentas y ver que en realidad son una alternativa muy barata y conveniente. Al comprar toallas reutilizables se ayudan a pequeñas empresas o artesanas que trabajan desde casa.[cita requerida]

En Uganda se elabora un tipo de toalla sanitaria confeccionada con papiro cuyo uso se ha extendido en las comunidades de muy bajos recursos donde se reporta que es un 75% más económica que las toallas convencionales. Fue desarrollada en el departamento de tecnologías de la Universidad de Makerere, en Uganda.[cita requerida]

Se utiliza durante el periodo menstrual para proteger la ropa. No deben depositarse en el inodoro o W.C. para evacuarlas con el agua, puesto que se corre el riesgo de obstruir el drenaje.

En los últimos años se ha diseñado toallas elaboradas con gel ultrabasorbente y biodegradable, a las cuales se incorpora una banda liberadora de aniones negativos.[cita requerida] De todos modos, en muchas marcas, cada toalla está envasada individualmente, lo cual aumenta el impacto ambiental al incrementar la cantidad de plásticos utilizados.

La elección del producto a utilizar es personal y dependerá de las necesidades de cada caso. Aunque hay algunas situaciones en las que será más cómodo el tampón higiénico, en otras situaciones es más cómodo utilizar compresas, por ejemplo por la noche. Cada vez más mujeres utilizan también la copa menstrual, un método reutilizable cuyas principales ventajas son el costo (su duración es de hasta 10 años) y la evidente reducción del impacto ambiental. Véase metaestudio que releva 43 estudios en más de 3 mil mujeres: Van Eijk, Anna Maria; Zulaika, Garazi; Lenchner, Madeline; Mason, Linda; Sivakami, Muthusamy; Nyothach, Elizabeth; Unger, Holger; Laserson, Kayla et al. (2019-8). «Menstrual cup use, leakage, acceptability, safety, and availability: a systematic review and meta-analysis». The Lancet Public Health (en inglés) 4 (8): e376-e393. doi:10.1016/S2468-2667(19)30111-2. Consultado el 9 de agosto de 2019.

La higiene durante la menstruación debe ser cuidadosa, siendo recomendable cambiar la compresa cada 4 horas aproximadamente. Es importante utilizar los productos con el grado de absorción adecuado a la cantidad de flujo menstrual.[6]




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