Trampas de amor es una película mexicana de 1969 de los géneros de comedias romántica y satírica que consta de tres episodios dirigidos por Tito Novaro, Manuel Michel y Jorge Fons respectivamente.
La película narra tres historias de amor que involucran a igual número de hombres llamados Mauricio, las cuales terminan en forma inesperada, además de sorprendente, irónica e hilarante.
Mauricio Brandy es un multimillonario varias veces divorciado quien, al circular por una carretera con destino a un balneario, se encuentra con Annette y Susan: dos bellas modelos (francesa y norteamericana, respectivamente) cuyo auto quedó accidentado. El playboy inicia un coqueteo simultáneo y paralelo con las chicas ante la mirada atónita de Ray, el médico personal de Mauricio, quien teme que éste termine falleciendo por su alocado estilo de vida. Las juergas continúan hasta que, cuando casi fallece ahogado en una alberca, Mauricio decide casarse con Annette tras haberlo rescatado de dicho accidente pero, a su vez, ella le propone a su nuevo esposo que Susan viva junto con la pareja, a lo que él acepta encantado.
Las relaciones de Mauricio con ambas mujeres continúan hasta que Ray le ordena a su amigo que se tome unos días de descanso en una cabaña, por lo que aquel le miente a su esposa alegando que irá a una convención. Sin embargo ellas se enteran por boca de uno de los criados de toda la verdad y llegan hasta la cabaña para seguir con lo mismo hasta que, finalmente, él termina falleciendo por agotamiento y, después del sepelio, nos enteramos que Annette y Susan son -en realidad- amantes y, también, que las dos habían planeado desde el comienzo el encuentro inicial con Mauricio en la carretera para quedarse con el dinero de éste.
Modesta es una bella provinciana que llega a Ciudad de México decidida a convertirse en actriz y, respondiendo al aviso del representante Mauricio Armenta, éste la convence de darle clases de actuación y cambiarle de apariencia, indumentaria y hasta de nombre (al bautizarla artísticamente como Yvonne) para una prueba cinematográfica en la productora donde trabaja, por lo que la chica termina enamorándose de su descubridor hasta el punto de entregársele sexualmente a él.
Todo lo anterior sería perfecto si no fuera por un pequeño detalle: Mauricio es, en realidad, un proxeneta quien se dedica a ese “negocio” para ayudar a su anciana madre (quien desea que su hijo termine por sentar cabeza ≪con una buena mujer≫ y hacerla abuela) y, por ende, todo lo anterior no es más que un montaje para engañar a Modesta y a otras mujeres incautas.
Sin embargo cuando ya Mauricio le cuenta a Modesta que no la aceptaron en la -falsa- prueba y que, en solidaridad con ella renunció a su puesto en la productora, él le ofrece trabajo como dama de compañía de un anciano millonario pero la joven, al darse cuenta de que todo fue un engaño, decide rechazar la oferta y regresar a su pueblo, lo que Mauricio interpreta como señal de que aún sigue siendo una mujer íntegra igual que su madre; y poco después vemos que ambos se casan mientras escuchamos a Modesta contarle su vida en la capital a su hermana (quien vive en el pueblo natal de ambas) mediante una carta y le confiesa que aceptó la propuesta de matrimonio de Mauricio aduciendo que: ≪¿Qué chiste [tiene] volver a lo que ya se conoce?≫ ya que ambas mujeres son en realidad prostitutas del burdel del pueblo, para terminar pidiéndole a ésta y sus compañeras que no le revelen su vida pasada a su nueva familia.
Mauricio es un humilde, analfabeta y torpe mecánico quien tiene un romance clandestino con su patrona la aristócrata, virtuosa y caritativa multimillonaria Ingrid, a pesar de que está casado ≪desde el año olímpico≫ con María Eugenia (a quien la humilla y maltrata constantemente, cosa que nunca sucede con Ingrid) hasta que, tras la inminente llegada de las ultraconservadoras hermanas de la ricachona y por miedo al qué dirán, ella decide darle unos días de “vacaciones” a Mauricio además de regalarle un carísimo reloj.
Para poder justificar la aparición de dicha prenda ante su esposa, Mauricio termina yéndose a la casa abandonada de una recién fallecida tía junto con sus amigos Poncho, Crispín y Ballesteros para esconder el reloj dentro de un colchón y, luego, irse los tres a un partido de fútbol del equipo Atlante, del cual son seguidores. Sin embargo, al llegar a la casa, Mauricio se sorprende al ver que María Eugenia trajo unilateralmente los muebles de la finada tía y, para complicar las cosas, no encuentra el reloj y por esto termina echándole la culpa a sus amigos de la desaparición del mismo.
Tiempo después vemos a Mauricio, su esposa y sus amigos ya reconciliados, viendo una corrida de toros por televisión en casa de aquellos cuando Ballesteros sale de allí y comienza a provocar a un vecino de la zona, quien es boxeador, para reclamarle que siempre coloca música de cumbia a todo volumen hasta altas horas de la noche. Sin embargo cuando se descubre que el deportista es un gran amigo de Poncho y no se han visto en varios años, todos terminan haciendo las paces y se van a casa del anfitrión para celebrar hasta que, súbitamente, llega un lechero y Mauricio termina llevándose la sorpresa de su vida al percatarse que el recién llegado... ¡Tiene puesto el reloj que le había regalado Ingrid! finalizando así la película.
La película obtuvo los premios de Mejor Guión (para Jorge Fons y Gustavo Sainz), Mejor Actor (para Héctor Suárez), Mejor Actriz (para Jacqueline Andere), Mejor Coactuación Masculina (para Ernesto Gómez Cruz) y Mejor Director Nuevo (para Jorge Fons) en la VII Entrega de la Diosa de Plata de PECIME (1970).
La película se estrenó el 12 de noviembre de 1969 en los ya desaparecidos cines Variedades y Carrusel de Ciudad de México y duró tres semanas en cartelera.
Esta película significó el debut de Jorge Fons y Tito Novaro como directores cinematográficos.
Es de hacer notar que en el episodio de El dilema, en la escena en donde el personaje de Mauricio se casa con Annette, aquel termina repitiendo con el juez la famosa Epístola de Melchor Ocampo (ya que, según se indica en la trama, Mauricio ya había contraído nupcias en repetidas oportunidades). Dicha epístola fue escrita por Ocampo en 1859 e incluida como parte del artículo 15 de la Ley de Matrimonio Civil de México, la cual era leída en todas las bodas celebradas en ese país hasta que, en 2006, el Congreso de la Unión exhortó a su eliminación ya que ciertas partes de ese escrito muestran una clara misoginia, considerada hoy en día como totalmente anacrónica.
El episodio de Yvonne está inspirado en un cuento del escritor argentino Dalmiro Sáenz y, probablemente por ese motivo, se eligió para la musicalización del mismo una composición a ritmo de tango en las escenas en donde el personaje de Mauricio actúa como proxeneta ante sus víctimas, al igual que cuando él ensaya con Modesta la bofetada que ella tiene que darle a su coprotagonista en la falsa prueba cinematográfica. También es de hacer notar que en algunas escenas en donde el personaje de Modesta se encuentra en la estación de trenes junto con Mauricio, recién llegada a Ciudad de México, vemos claramente un cartel del XII Congreso Panamericano de Ferrocarriles, celebrado en Buenos Aires entre el 11 y el 23 de noviembre de 1968.
Aparte de poseer una buena técnica y un notable sentido de lo narrativo, el episodio de La sorpresa (considerado como el más logrado de la película), demostró que Jorge Fons posee una aguda sensibilidad del carácter popular mexicano, la cual se vería posteriormente confirmada con el episodio Caridad, de la película Fe, Esperanza y Caridad (1974) y en el largometraje “Los albañiles” (1976), dirigidos por él mismo.
El argumento del episodio de La sorpresa tiene cierta similitud con el del cuento La señora Bixby y el abrigo del coronel del escritor británico Roald Dahl.
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