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Ultrapuertos



La Baja Navarra (en francés Basse-Navarre, en euskera Nafarroa Beherea, Baxe Nafarroa o Baxenabarre) es una región histórica del País Vasco francés o Iparralde. Antiguamente también era conocida como Tierra de bascos o abreviado Bascos.[1][2][3]​ En la actualidad, su territorio forma parte del departamento de los Pirineos Atlánticos, junto con los de los antiguos vizcondados de Labort, Sola y Bearne. La Baja Navarra es uno de los tres territorios históricos franceses (los otros dos son Labort y Sola) que forman parte del territorio denominado tradicionalmente Vasconia o Euskal Herria, de acuerdo a la recomendación de la Real Academia de la Lengua Vasca.[4][5]​ Formó parte del Reino de Navarra junto con la actual Comunidad Foral de Navarra (Alta Navarra) hasta 1512, fecha en la que fue conquistada por Fernando el Católico, con la incorporación del territorio que logró controlar (la Alta Navarra) a la Corona de Castilla.

La Baja Navarra, que revirtió esta conquista (al ser abandonada por el emperador Carlos V por su difícil defensa), permaneció con instituciones y leyes propias como parte de los dominios de la casa de Albret, asociándose al Reino de Francia al ascender su rey, Enrique III de Navarra, primero de la casa de Borbón, al trono francés. Así, los monarcas galos se intitularon "Reyes de Francia y de Navarra". En 1620 Luis XIII limitó los poderes de las instituciones navarras, aunque manteniendo su autonomía (así, cuando Luis XVI convocó los Estados Generales de Francia, Navarra no envió formalmente diputados a estos, sino al Rey en persona, de manera independiente y con su propio Cuaderno de agravios).[6]​ Sin embargo, su estatus diferenciado dentro de la Corona terminó con la Revolución francesa iniciada en 1789.

Las 76 comunas que lo componen formaban parte del distrito de Bayona y de los cantones de Bidache (parcialmente), Hasparren (parcialmente), Iholdy, La Bastide-Clairence (parcialmente), Saint-Étienne-de-Baïgorry, San Juan Pie de Puerto y Saint-Palais (parcialmente) hasta el año 2015, en que, manteniendo el distrito, pasaron a formar parte de los nuevos cantones de País de Bidache, Amikuze y Ostibarre (45 comunas), Montaña Vasca (30), Nive-Adour (1) y Orthez y Tierras de Ríos y Sal (1).

Hasta época moderna no recibe el nombre de Baja Navarra por influencia del francés (Basse Navarre), al igual que otras provincias de Francia (por ejemplo, Alta y Baja Normandía). En la Edad Media y hasta el siglo XI el territorio formó probablemente parte del ducado de Vasconia. A mediados del siglo XI es entregada al reino de Navarra. Esta medida no es aceptada por los barones locales, que se mantienen en rebeldía hasta que en 1191 Ricardo Corazón de León se la entrega nuevamente al reino de Navarra. Hasta 1527 estuvo unida políticamente a la Alta Navarra, denominándose Merindad de Ultrapuertos o Tierra de Ultrapuertos por encontrarse todo su ámbito en la vertiente norte de los Pirineos, al otro lado del puerto de Roncesvalles. Dentro del reino mantuvo cierta autonomía aunque, pese a la tradición popular, no puede considerársela propiamente una merindad.

En 1512 Fernando el Católico con la excusa de apoyar al bando navarro beamontés en la Guerra Civil de Navarra, invadió dicho reino y tomó el título de rey, uniéndolo al de Aragón.[7]​ En 1513 las Cortes de Navarra a la que solo acudieron beamonteses nombraron rey a Fernando el Católico. Posteriormente las Cortes de Castilla en Burgos en 1515 decidieron la incorporación al Reino de Castilla, sin acudir ningún navarro a dicha asamblea. De esta forma, el título real navarro pasó a estar ligado a la Corona castellana.[8]​ Al unirse las dos coronas en Carlos I, el título permaneció vinculado a los títulos reales españoles.[9]

En el siglo XV el reino de Navarra tenía organizado políticamente su territorio en cinco merindades: las de Pamplona, Olite, Estella, Tudela y Sangüesa, siendo esta última de la que dependían administrativamente los ciudadanos de Ultrapuertos, territorio que no contaba con un merino.

Los monarcas navarros Juan III de Albret y Catalina de Foix y posteriormente Enrique II nunca renunciaron a su derecho sobre el reino de Navarra y de hecho intentaron reconquistarlo varias veces, aunque no les fue posible. Al igual que los reyes españoles, siguieron ostentando el título real simultáneamente. En octubre de 1527 el emperador Carlos V, decidió por razones estratégicas, debido a la imposibilidad de controlarlo, renunciar definitivamente a la parte transpirenaica del Reino de Navarra con lo que Enrique II de Albret, Rey de Navarra, pudo ejercer la soberanía de este territorio como uno más de sus dominios. Pervivió por tanto el Reino de Navarra en Baja Navarra, bajo plena soberanía de sus reyes, hasta el año 1610 en que se unieron dinásticamente los Reinos de Navarra y Francia, aunque manteniendo teóricamente su identidad. Su capitalidad la ostentó la ciudad de Saint-Palais, donde se reunían las Cortes del Reino. Este Reino de Navarra recalcaba su independencia del resto de Francia hasta la Revolución francesa, en 1789:

En 1548, Juana de Albret, reina de Navarra, se casó con el Duque de Vendôme Antonio de Borbón, de cuyo matrimonio nació Enrique III de Navarra, heredero de este reino. En 1589 accedió este al trono de Francia como Enrique IV de Francia, portando en su cabeza la corona de ambos reinos e iniciando la dinastía Borbón.

Tras acceder la casa de Borbón, que ostentaba el título de rey de Navarra (al igual que los reyes españoles), al trono de Francia, el gobierno efectivo como senescales de las tierras que habían pertenecido a la casa de Albret, la Baja Navarra, Bearn, el Vizcondado de Sola, las tierras de Labort, la alcaldía de Bayona (prácticamente la totalidad de lo que hoy constituye el departamento francés de Pirineos Atlánticos), recayeron bajo la dinastía Agramont (Gramont, en francés), histórica familia aliada de los reyes de Navarra, con sede en el Principado de Bidache.

En 1610 se unificaron Francia y Baja Navarra,[cita requerida] si bien los sucesivos reyes franceses siguieron ostentando ambos títulos por separado. Como los reyes españoles no renunciaron a su título de Reyes de Navarra, se dio el caso de que tanto unos como otros se autodenominaban Reyes de Navarra.

En octubre de 1620 —mediante un edicto— Luis XIII anexionó a la Corona de Francia el reino de Navarra junto a los territorios de Béarn, Andorra y Donnezan.[10]

Los reyes de la Baja Navarra tras la conquista del resto de Navarra fueron los siguientes:

Además del francés, oficial y hablado por toda la población, el uso del euskera (en su dialecto bajo-navarro) está muy extendido. En 2001, de los 28 000 habitantes de la Baja Navarra, 17 080 se declaraban vascófonos (bilingües euskera-francés o bilingües pasivos), lo que representaba el 61 % de la población[11]​ y constituía el segundo mayor porcentaje de entre los tres territorios del País Vasco francés, solo por detrás de Sola (Soule), con un 64 %.[12]​ El más reciente estudio, sin embargo, marca una regresión, especialmente entre los jóvenes, situándose actualmente en un 55,5 %.[13]​ En la zona suroccidental de la Baja Navarra, en las comunas de Aldudes, Banca y Urepel, se habla el dialecto alto-navarro. Una minoría tiene al español como lengua materna.[cita requerida]

Con respecto a su identidad cultural, y ante la pregunta "¿Se considera usted vasco?", un 63 % de los bajonavarros respondieron afirmativamente, un 9 % que en cierta medida, y otro 24 % de forma negativa.[14]

Considerada parte del Païs Gascón por sectores occitanistas.[15]



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