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Ursulinas de San Carlos



Ángela de Mérici considerada la fundadora.
Carlos Borromeo, fundador de las Ursulinas de Milán.

La Congregación de las Hermanas Ursulinas de San Carlos, o según su nombre común Ursulinas de San Carlos, también conocidas como Ursulinas de Milán,[1]​ es una Congregación religiosa católica femenina de derecho pontificio, que tienen su origen en la Compañía de Santa Úrsula de Ángela de Mérici en 1535. Estas fueron llamadas por Carlos Borromeo, a fundar una comunidad, en 1566, en Milán. Suprimidas durante el periodo napoleónico, fueron restauradas por obra de María Magdalena Barioli en 1842. Los miembros del Instituto posponen sus nombres las siglas O.S.C.[2]

El origen de las hermanas Ursulinas de San Carlos resale a la Compañía de Santa Úrsula, congregación religiosa femenina fundada por Ángela de Mérici en 1535 en Brescia. Esta congregación se difundió rápidamente por Italia y se caracterizaba porque sus miembros no hacían votos religiosos y no estaban obligadas a la vida común. Estilo de vida que no duró mucho tiempo pues en la Iglesia de la época fueron obligadas a la clausura, conservándose incólume solo el monasterio de Brescia. A la muerte de la fundadora, en 1566, el arzobispo de Milán, Carlos Borromeo introdujo las primeras ursulinas en su diócesis, pero con la diferencia de que estas debían estar sujetas al obispo diocesano y para quienes había mandado redactar una Regla de vida. El encargado de la redacción del documento fue el vicario general de la diócesis, Giovanni Fontana. De esa manera se aseguró que las mujeres del instituto vivieran como verdaderas religiosas, según la normativa de la Reforma Católica para los monasterios femeninos.[3]

Las Ursulinas de Milán, como casi todas las ramas de Ursulinas en Italia, fueron suprimidas, primero por las leyes del emperador José II del Sacro Imperio Romano Germánico, en 1783, y luego por Napoleón en 1810.[4]

El 29 de septiembre de 1842, bajo la guía de María Magdalena Barioli, terciaria franciscana, con la ayuda de su director espiritual, Pietro Giglio; y de las también terciarias franciscanas, Francisca Mora y Carolina Perego, dio inicio a la restauración de la congregación milanesa.[5]​ El 8 de diciembre de 1843 las primeras trece hermanas recibieron el hábito religioso, de manos del arzobispo Carlo Gaetano di Gaisruck. Este mismo obispo fue quien les dio la aprobación diocesana el 13 de junio de 1844 con el nombre de Ursulinas de San Carlos.[6]​ Aunque se hayan intitulado con el nombre del que fuera arzobispo de Milán, las hermanas de este instituto no dejan de reconocer en Ángela de Mérici su fundadora.[7]

Las Ursulinas de San Carlos recibieron la aprobación pontificia el 17 de julio de 1907. La Santa Sede aprobó sus constituciones el 11 de febrero de 1915.[5]

La Congregación de Hermanas Ursulinas de San Carlos es un instituto religioso de derecho pontificio y centralizado, cuyo gobierno es ejercido por una superiora general. Actualmente este cargo lo desempeña la religiosa italiana Paola Paganoni. La sede central se encuentra en Milán (Italia).[2]

Las ursulinas de San Carlos, especialmente desde su restauración, se dedican a la instrucción de la juventud y se caracterizan por su espíritu misionero.[8]​ En 2017 el instituto contaba con 120 religiosas, distribuidas en 19 casas,[2]​ presentes en Italia y Brasil.[9]



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