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VSG



La velocidad de sedimentación globular (habitualmente referida como VSG) o eritrosedimentación es una prueba de laboratorio utilizada frecuentemente en medicina.[1]​ Consiste en medir la velocidad con la que sedimentan (decantan, caen) los glóbulos rojos o eritrocitos de la sangre, provenientes de una muestra de sangre periférica (tratada con solución de citrato o con EDTA), en un periodo determinado de tiempo, habitualmente una hora. Esta prueba y su relación con la medicina fueron descubiertos y desarrollados en año 1897 por el médico polaco Edmund Biernacki.

Para la prueba la sangre no debe coagularse, motivo por el cual se adiciona a la sangre extraída una sustancia anticoagulante (la más común es citrato sódico 3,8 %, en proporción volumétrica exacta de 1 parte de citrato por cada 3 de sangre).

La sangre homogeneizada se carga en una pipeta. Se acomoda la pipeta en un soporte y a determinado tiempo preestablecido (60 minutos si está la pipeta a 90 grados de la mesa donde se apoya el soporte, o menos tiempo cuanto menor sea el ángulo entre la mesa y la pipeta; hay soportes especiales que permiten inclinaciones controladas para obtener ángulos diferentes a 90 grados) se procede a leer cuántos milímetros han sedimentado (decantado) los hematíes.

La sedimentación globular se realiza en tres etapas:

El principio físico de esta prueba se basa en la Ley de Stokes, considerando los hematíes como esferas suspendidas en un medio infinito.

Entre los factores físicos que afectan la VSG se destacan la morfología eritrocitaria y el volumen corpuscular medio, observándose que a mayor tamaño de los glóbulos rojos, menor velocidad de sedimentación.

Entre los factores no dependientes de la muestra y que afectan el resultado se encuentran la temperatura, la hemólisis, el tiempo transcurrido desde la extracción, o la limpieza de material. Esto pone de manifiesto la importancia de la perfecta estandarización del método.

Uno de los efectos sistémicos que tiene el proceso inflamatorio es un aumento de la VSG.

Un estudio publicado en 2015 y realizado en la población de Cerdeña, en el que se realizaron investigaciones de asociación de variantes genéticas de marcadores de inflamación sanguíneos, mostró la asociación de variantes genéticas raras o poco frecuentes con un incremento de la VSG así como de los niveles de proteína C reactiva. Estas variantes (algunas no codificantes para la proteína) se localizan en una región que abarca 5.4 Mb en el cromosoma 12. Entre los genes que se ubican en dicha región se halla el que codifica para la enzima acetoacetil CoA sintetasa (AACS), implicada en la síntesis de colesterol.[2]

Habitualmente se emplean dos procedimientos:

En la actualidad no existe ningún método de referencia para la determinación de VSG, aunque el ICSH (International Council for Standardization in Haematology) recomienda el de Westergreen como el más aconsejable para la práctica clínica. El método se describe a continuación.

La VSG es una prueba analítica análoga a las conocidas como reactante de fase aguda, como lo es la proteína C reactiva o PCR (no confundir con la reacción en cadena de la polimerasa, Polymerase Chain Reaction). Esto significa que es un marcador inespecífico, no relacionado con ninguna enfermedad en concreto, cuya elevación puede implicar procesos inflamatorios, infecciosos o neoplásicos. Por otra parte, sus valores son ampliamente variables por causa de factores múltiples aún mal establecidos (por ejemplo, se sabe que aumenta con la edad), por lo que su interpretación debe realizarse en el contexto de la clínica y del resto de pruebas analíticas. Existen tablas de valores normales máximos por edad y sexo (por ejemplo, 10 mm por hora en varones jóvenes).

La VSG se utiliza como dato de rutina en el despistaje inicial (examen médico preventivo) de enfermedades, como seguimiento de múltiples enfermedades crónicas, y excepcionalmente como criterio de diagnóstico (por ejemplo en la arteritis de células gigantes). Algunos procesos también pueden presentar disminución de la VSG.

Como se comentó anteriormente, la VSG no es un examen específico, es decir, no indica con precisión cuál es el problema ni en qué lugar del organismo está instalado. Sin embargo, valores superiores al normal pueden alertar al médico sobre una situación que conviene investigar. Por ello, en algunos laboratorios este análisis —cuyos resultados numéricos se incrementan por causas variadas que van desde una caries hasta un cáncer)— forma parte de las pruebas del hemograma y resulta de rutina en los chequeos de salud.

A mayor edad, es mayor el rango del límite de valores normales:

El resultado puede expresarse también como índice (índice de Katz), en el cual los eritrocitos sedimentaban durante 2 horas, relacionando los resultados de la primera hora con la segunda mediante un cálculo matemático. Se dejó de utilizar hacia 1975, porque se estableció que el significado clínico de la VSG corresponde a la primera hora de eritrosedimentación.

Los valores elevados (mayor sedimentación) pueden deberse, entre muchos factores, a los siguientes:

Las causas más frecuentes de valores disminuidos (menor sedimentación) son:

Esta prueba no se debe utilizar como diagnóstico, ya que hay múltiples variables con las que se ve afectada. Si bien puede ofrecer una orientación hacia un diagnóstico, es necesario utilizar pruebas específicas para establecer una patología concreta.

La eritrosedimentación es una prueba altamente inespecífica, que ha perdido vigencia paulatinamente frente a la medición de otros analitos como los reactantes de fase aguda, en particular la proteína C reactiva, para el diagnóstico y manejo de las enfermedades infecciosas e inflamatorias, incluidas las de origen reumatológico y las enfermedades cardiovasculares, y los marcadores tumorales en las enfermedades malignas.[3]



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