William Goldman (Highland Park, Illinois; 12 de agosto de 1931-Nueva York, 16 de noviembre de 2018) fue un novelista, guionista y dramaturgo estadounidense, autor de la novela La princesa prometida (1973), que fue llevada al cine con título homónimo en 1987 por el director Rob Reiner. También ganó dos Premios Óscar al mejor guion, por Butch Cassidy and the Sundance Kid (Dos hombres y un destino, 1969, premio al Mejor guion original) y por Todos los hombres del presidente (1976, premio al Mejor guion adaptado).
En su carrera empleó dos pseudónimos para publicar sus novelas: S. Morgenstern (con el que firmó La princesa prometida y The Silent Gondoliers) y Harry Longbaugh (No Way To Treat a Lady).
Su primera novela, The Temple of Gold, se publicó en 1957. Su primer guion fue Agentes dobles a principios de la década de los cincuenta. Su primer éxito le llegó con Harper, investigador privado (1965). Después volcó todo su talento «en una de las dos grandes historias con que me he encontrado en mi vida»: las aventuras de dos ladrones míticos, Butch Cassidy y Sundance Kid, en Butch Cassidy and the Sundance Kid (Dos hombres y un destino), un guion por el cual llegó a cobrar 400 000 dólares, además de proporcionarle su primer Premio Óscar.
Durante la década de los setenta enlaza un éxito tras otro: El carnaval de las águilas, Todos los hombres del presidente (su segundo Óscar), Marathon Man, Un puente lejano y Magic. De repente, en 1980, su teléfono deja de sonar, y decide pasarse a la novela (The Color of Light) y a los libros de cine. Cuando un lustro después vuelve a coger una racha, lo primero que hace es adaptar una de sus propias novelas, la excepcional La princesa prometida.
Durante la década de los noventa enlaza Misery (adaptación de la novela homónima de Stephen King), Memorias de un hombre invisible, El año del cometa, Chaplin y Maverick, además de convertirse en un famoso doctor de guiones, es decir, un escritor al que los estudios contratan para mejorar libretos que necesitan unos retoques. En 1995 escribe la historia real de dos leones devoradores de hombres en África, que según Goldman es su segunda gran historia.
Después vinieron Cámara de gas, Poder absoluto, Criaturas feroces, además de meter mano en obras como El último gran héroe, Bajo sospecha y El indomable Will Hunting (nunca ha quedado claro cuánto de este guion es suyo y cuánto de Ben Affleck y Matt Damon). Los últimos guiones de Goldman han sido La hija del general, Corazón en Atlantis y Dreamcatcher (también una adaptación de una novela de King).
Sus últimas obras son Aventuras de un guionista en Hollywood y Nuevas aventuras de un guionista en Hollywood. En parte autobiográficas, en parte un método de transmitir los conocimientos adquiridos durante su larga trayectoria como autor de guiones. El guionista sigue con su ritmo habitual de vida: vive en Manhattan y todas las mañanas camina hasta su oficina para escribir durante dos horas, termina a las cinco y a continuación va al cine. Para la historia, Goldman ha dejado la cita que mejor define Hollywood: Nadie sabe nada.
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