Xavier Villaverde, nacido en La Coruña en 1958, es un director de cine gallego.
A los dieciséis años realiza su primera película, un cortometraje en super 8 titulado A Semente. Durante este tiempo colabora con el grupo Imaxe. Continúa realizando cortometrajes, hasta que en 1982 comienza a trabajar en vídeo, fundando con Pancho Casal y otros socios su propia productora, Video Trama.
Su obra más conocida de sus comienzos es Veneno Puro, realizada en el año 1984, premiada en los certámenes Moniteur, “Up & Down” (Barcelona), y Festival Nacional de Vídeo (Madrid).
Con Viuda Gómez gana el premio Aceptv (1985) a la mejor ficción, y el primer premio en el Festival Nacional de Videomúsica 85 (Vitoria), además del primer premio en el Festival Nacional de Vídeo (Gijón) y el premio Galicia-Deseño, Novas Formas.
A golpe de Látigo mereció el primer premio en el XVI Festival Internacional de Montreal (1987).
En 1987 forma Xavier Villaverde Asociados junto con Pancho Casal, dedicándose a la producción de spots publicitarios, actividad que combinan con la producción de trabajos para TV y videoclips.
En 1989 realiza su primer largometraje, Continental.
En 1990 funda la productora Continental, también con Pancho Casal.
En 1999 vuelve a la dirección cinematográfica con Finisterre, donde termina el mundo, que fue premiada como mejor película en los festivales franceses de Dijon y de Burdeos (Primptemps du Film Iberique). También obtuvo el tercer premio a la mejor película, en Ittelmeer, Festival de Cine Mediterráneo de Colonia (Alemania). También recibió cuatro premios AGAPI: Película, Director, Banda sonora y Sonido.
Trece campanadas fue premiada por partida doble en los Premios Mestre Mateo: mejor largometraje y mejor actor.
Otra película que sale de la «factoría» del Festival de Málaga de Cine Español. Con dos premios —que supieron a poco— Xavier Villaverde se adentra en las relaciones de pareja con total libertad sin que metafóricamente llegue la sangre al río. Y no es porque no haya razones en el guion como para «lucirse», pero ahí entra su buen tino para elegir el tema propuesto por la guionista Ana Maroto, guionista, productora y directora de televisión con suficiente recorrido como para no meterse en sembrados ajenos que desvirtuaran la relación de personajes jóvenes (Astrid Bergès-Frisbey, Álvaro Cervantes y Llorenç González), guapos y, además, buenos actores que componen un trío en busca de experiencias. Como no hay nada nuevo en la vida, el futuro incierto planea en la mente del espectador tras al final, antes de que puedan quedar trastornados.
Personalmente recibió el Premio Pedrigree del Festival de Cans 2009 por su trayectoria en el sector audiovisual.[1]
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