Yamaguchi (山口市 Yamaguchi-shi?) , ciudad situada en el extremo oeste de la isla de Honshū, es la capital de la Prefectura de Yamaguchi, en Japón.
Los principales lugares emblemáticos de la localidad son el templo budista de Rurikōji, cuya pagoda está designada como Tesoro Nacional de Japón, y la Iglesia Católica de San Francisco Javier, que conmemora la visita a la ciudad del santo de Javier y la introducción del cristianismo en Japón en 1550.
Capital y sede de la administración pública de la prefectura, su situación geográfica a medio camino entre el corredor urbano-industrial del estrecho de Kanmon y del área metropolitana de Hiroshima hace que Yamaguchi carezca del nivel de desarrollo económico del que disfrutan otros núcleos de población cercanos, como son la ciudad portuaria de Shimonoseki o las ciudades de Ube, Shūnan o Iwakuni, desarrolladas en torno a la industria pesada. Con una población que no superaba los 140.000 habitantes hasta su primera asimilación de localidades limítrofes, era el cuarto centro urbano de la prefectura tras Shimonoseki, Ube y Shūnan. Con la progresiva incorporación de las ciudades de Ogōri, Ajisu, Tokuji y Aio, la superficie total de Yamaguchi se convierte en la mayor de la prefectura. La población se mantiene por debajo de los 200.000 habitantes, siendo la densidad de población de 192 hab./km².
La principal estación ferroviaria de la ciudad es Shin-Yamaguchi, cabecera de la Línea de Yamaguchi, que cubre el trayecto al centro histórico de la ciudad y al área de fuentes termales de Yuda-onsen.
Yamaguchi ocupa el área central de la prefectura del mismo nombre. Al sur limita con el Mar Interior de Seto (Bahía de Yamaguchi) y al norte con la Prefectura de Shimane. El centro urbano está situado en una cuenca, atravesada de norte a sur por el río Fushino.
Cuenta con una avanzada red de carreteras que permite el acceso a cualquier punto de la prefectura en un máximo de hora y media.
En 1360 (período Nambokucho), el daimio Ōuchi Hiroyo logra subyugar la antigua provincia de Suō, que ocupaba la zona este de la actual prefectura de Yamaguchi. El origen de la ciudad tiene lugar con el traslado del bastión del clan Ōuchi a la zona que hoy es el centro histórico de la ciudad de Yamaguchi. Durante el Período Muromachi el clan establece su residencia en la ciudad y potencia el comercio con la dinastía Ming.
En el transcurso de la Guerra de Ōnin (1467-1477) causada por un conflicto de sucesión del shogunato Ashikaga que posteriormente desembocaría en una guerra civil a gran escala por la supremacía militar en Japón, la ciudad se convierte en un refugio al que huyen los intelectuales de la época. Es en ese período cuando Yamaguchi recibe el sobrenombre de “el Kioto del Oeste”, por la floreciente cultura que se desarrolló en la misma en medio de una era convulsa. Yamaguchi alcanza especial prosperidad de la mano de Ōuchi Yoshioki y su hijo Ōuchi Yoshitaka, y entre las personalidades históricas ligadas a la ciudad durante la época se encuentran Ashikaga Yoshitane, el décimo shōgun Ashikaga, el famoso artista de tinta china Sesshū Tōyō, y el misionero jesuita navarro Francisco Javier.
En 1552, Cosme de Torres, miembro iniciador de la misión japonesa de la Compañía de Jesús junto con Francisco Javier, celebra en Yamaguchi la primera misa de Navidad en suelo japonés de la que se tiene constancia.
En 1551, Ōuchi Yoshitaka idea un plan para trasladar al emperador Go-Nara y a toda su corte a Yamaguchi, que es finalmente frustrado por una rebelión por parte de una facción del propio clan, lo que culmina con la caída en desgracia de los Ōuchi y su desaparición. La hegemonía política pasa entonces a manos del clan Mōri, que es designado como magistrado del shogun (bugyo) en Yamaguchi, ciudad que se convierte entonces en el centro del poder político de las provincias de Suō y Nagato.
Por su oposición a Tokugawa Ieyasu, tras la batalla de Sekigahara en la que este último obtiene la victoria, el clan Mōri se ve obligado a entregar parte de sus tierras, viéndose sus dominios reducidos a Suō y Nagato, territorios que hoy constituyen la prefectura de Yamaguchi. Mōri Terumoto ordena entonces la construcción del castillo de Hagi y fija su residencia allí, lo que provoca que la ciudad de Yamaguchi pierda súbitamente su posición hegemónica en la región.
Durante la época Edo, Yamaguchi vuelve a florecer como zona de paso del “Hagi Ōkan”, camino que aún en nuestros días enlaza la ciudad de Hagi y la residencia del clan Mōri en Mitajiri (actual Hōfu). Durante los últimos años del Shogunato Tokugawa, se traslada la sede de la administración del feudo de Chōshū a Yamaguchi, con lo que ésta recupera su influencia. Dicha sede se convierte en centro de actividad política de oposición al shogunato.
Al comenzar el período Meiji, con la abolición del sistema feudal se establece el actual sistema de división territorial por prefecturas. Para la nueva sede de la administración se conserva la localización de la antigua sede del gobierno feudal, pudiéndose admirar hoy la puerta de acceso original de finales del período Edo.
Junto con el traslado de la sede de la administración, la academia Meirinkan del feudo de Chōshū, una de las tres principales instituciones educativas del Japón de la época y hasta entonces situada en Hagi, se reubica también en Yamaguchi. A partir de la misma se constituye posteriormente la primera institución de enseñanza superior de la ciudad: el primer instituto de Yamaguchi durante el período Meiji, vinculado a la actual Universidad de Yamaguchi.
En el mismo lugar en el que se ubicara la academia Meirinkan y posteriormente el campus de la Universidad de Yamaguchi, que se traslada al área periférica de Hirakawa en los años setenta, se crea en 1980 la avenida Park Road, uno de los ejes vertebradores del centro de la ciudad, y que concentra parte de la vida cultural de Yamaguchi con la Biblioteca Pública Prefectural, el Museo Prefectural y el Museo Prefectural de Arte.
En las áreas central y meridional del territorio municipal las temperaturas se suavizan por la acción del cercano mar interior de Seto, siendo las precipitaciones menos abundantes que en el área septentrional, donde se extiende el extremo suroeste de la cordillera de Chūgoku, y cuya oscilación térmica es mucho mayor.
En las tablas inferiores se puede apreciar el contraste de temperaturas entre la capital (arriba) y el distrito de Tokusa (abajo), situado en un área montañosa del norte de la localidad.
A pesar de su condición de capital y sede de la administración prefectural, Yamaguchi es una ciudad en la que no tiene gran peso la industria: exceptuando la presencia de organismos públicos y del acometimiento de proyectos de obras públicas, la actividad económica principal se da en el sector turístico y de la distribución, siendo Yamaguchi una capital donde predomina el funcionariado, un caso peculiar dentro del territorio japonés.
En el distrito de Ogōri, antigua localidad asimilada actualmente por Yamaguchi, la red de carreteras y de ferrocarril se extiende a partir de la estación de ferrocarril de Shin-Yamaguchi, siento ésta punto neurálgico del tráfico terrestre de la región. Por ello, la zona concentra las sedes de filiales de empresas japonesas en la prefectura. En los últimos años y gracias a la mejora de la infraestructura de transporte público, esta tendencia se ha visto incrementada, especialmente en el sector de la distribución de mercancías. Además, el cercano distrito de Ajisu, perteneciente a la red urbana de la ciudad de Ube, constituye un importante núcleo comercial.
En los distritos con salida al mar de Seto existen cuatro puertos pesqueros: Aio, Aibara, Ajisu y Yamaguchi. En agua dulce, se realiza piscicultura del ayu en el río Fushinogawa.
En Yamaguchi central, dos núcleos de comercio son la galería central, donde destacan los grandes almacenes Izutsuya, y el distrito de Yuda-onsen, que por su presencia de fuentes termales naturales concentra, además de comercios, establecimientos de ocio, hoteles y locales de restauración.
El turismo constituye de los sectores con mayor impacto económico, recibiendo Yamaguchi 4.834.693 visitantes en 2017.
Las instalaciones deportivas de principal relevancia de Yamaguchi son:
Como curiosidad, el gran yudoca Shohei Ono (medalla de oro olímpica en los juegos de Río de 2016) es oriundo de Yamaguchi.
Según la tradición, la fuente termal de Yuda-onsen fue descubierta por un monje que observó que un zorro blanco herido acudía cada día a bañarse al estanque del templo. Al observar que el agua estaba templada, mandó excavar un hoyo, del cual comenzó a brotar el manantial. Para agradecer a las deidades por estas famosas aguas se celebra cada año este festival. El evento más popular es la procesión nocturna del sábado, a la que los visitantes pueden unirse, y en la que multitud de niños ataviados como zorros blancos avanzan con antorchas anunciando la llegada de una pareja que celebra su boda ante los dioses del manantial.
En pleno corazón de la ciudad de Yamaguchi se enclava el río Ichi-no-saka-gawa, escenario en las últimas noches de la primavera del vuelo nocturno de las luciérnagas genji, especie declarada Tesoro Natural del Japón.
Gion matsuri, con sus 600 años de historia, es uno de las principales citas culturales de Yamaguchi. El clan Ōuchi, que dominó la región entre el S.XII y el XIV, quiso reproducir la ciudad de Kioto y su vida cultural en Yamaguchi, motivo por el que se comenzó a celebrar también aquí su famoso festival de Gion. El festival da comienzo con la “danza de la garza” y el traslado en diferentes mikoshi de las deidades del santuario Yasaka a una localización en el epicentro de las celebraciones, acción que se repite el último día. El 24 de julio, al anochecer, más de mil participantes danzan conjuntamente la variedad local del baile bon-odori.
Festival de verano con una historia que se remonta a finales del período Meiji. El ritmo de los tambores japoneses y de los bailes populares ameniza la espera de los visitantes hasta el comienzo del espectáculo pirotécnico de 3000 fuegos artificiales
Festival más representativo de la ciudad de Yamaguchi, que con 500 años de historia se remonta al período de hegemonía del clan Ōuchi, momento de máximo esplendor cultural de la región. Durante ambas noches, decenas de miles de farolillos rojos iluminan el centro de la ciudad. La procesión de los mikoshi y los yamakasa cubiertos de farolillos marcan el clímax del festival.
Otra de las fechas señaladas en el calendario de festividades locales: a la una de la tarde, una procesión avanza hasta el centro de la ciudad desde el santuario de Furukuma, que alberga a Tenjin, el espíritu sintoísta de la ciencia y el estudio. La comitiva, formada por guerreros ataviados en ropajes inspirados en el período Edo, escolta el carruaje donde se transporta a la deidad.
En el s. XIV, el entonces señor feudal de la región, Ōuchi Hiroyo, hizo llenar su palacio de estas muñecas para que hicieran compañía a su esposa, venida de Kioto y que echaba de menos su hogar. Hoy en día se continúan elaborando en Yamaguchi, manteniendo viva esta tradición, ya que para sus habitantes esta pareja de muñecas, que representa a marido y mujer, simboliza un matrimonio feliz.
Los objetos decorativos pintados y revestidos de laca japonesa urushi según la técnica ouchi se caracterizan por sus motivos de flores y plantas otoñales, aplicados con laca mezclada con diversos pigmentos, y de rombos de pan de oro, todo sobre una base de rojo oscuro de una tonalidad denominada “bermellón ouchi”. En 1989, reciben la designación de Artesanía Tradicional del Japón.
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