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Fontiveros



Fuente y plaza de la localidad.

Extensión del término municipal dentro de la provincia de Ávila

Fontiveros es un municipio de España situado en la provincia de Ávila, perteneciente a la comunidad autónoma de Castilla y León. Es la población natal del escritor y poeta místico San Juan de la Cruz. En 2017 contaba con una población de 758 habitantes (396 hombres y 362 mujeres).

Existen varias y muy diversas teorías sobre el origen del nombre de Fontiveros, siendo la más justificada la que explica que el nombre deriva de una conjunción de términos latino y celta. Fons, palabra latina, significa 'fuente', y Besós es el nombre de uno de los líderes celtas que habitaron estas tierras de La Moraña. Por lo tanto, el significado literal del topónimo sería 'Fuente de Besos'.

Otras de las teorías nos hablan del posible origen latino del nombre (Fons Tiberi, que significaría 'fuente de Tiberio'). Narran que Tiberio, a su paso por la península ibérica, habría quedado encantado por las aguas cristalinas del municipio.

También se habla que, al ser repoblada la comarca, después de la reconquista, por habitantes cántabros, astures y vascos, puede que el nombre derive de poblaciones ya existentes, como Fontibre (Cantabria), que significa 'fuente del Ebro', o que los propios pobladores dieran como nombre a la localidad Iturbero (fuente caliente en vascuence).

El topónimo aparece por primera vez como Fuentyvessos en un documento del siglo xiii que se conserva en el Archivo Episcopal de la Catedral de Ávila. Posteriormente, durante los siglos XV y XVI, aparece en los documentos como Ontiveros u Hontiveros, en que, por evolución de la lengua castellana, la grafía «f» se transforma en «f», por influencia del vascuence.

La localidad se encuentra en el Noroeste de la provincia de Ávila, situada en la comarca de Arévalo, más conocida como La Moraña en una planicie a una altitud de 884 msnm.[2][3]​ El municipio cuenta con una extensión de 36,42 km² delimitando al sur con los municipios de Collado de Contreras, Crespos y Rivilla de Barajas; al este con Constanzana; al oeste con Muñosancho y al norte con Cisla y Cantiveros.

Uno de los ríos que baña La Moraña, el río Zapardiel —afluente del Duero que desemboca en la localidad de Tordesillas—, fluye a 1,7 km del casco urbano, y el río Salido (afluente del Zapardiel)

Dada su situación geográfica, Fontiveros pudo ser lugar de asentamiento de una tribu prerromana perteneciente a la familia de los celtíberos.

Más tarde, con la conquista romana y posterior romanización, se integra en la provincia romana de Lusitania y se adscribe al Conventus Emeritensi, cuya capital era Augusta Emerita, la actual Mérida. Cerca del municipio se han encontrado restos romanos que contrastan estos hechos.

Pese a que se tiene certeza de la conquista de estas tierras hacia el año 820 por Nuño Núnez Rasura o Bernardo de Carpio, por los documentos existentes en Rasueros, no llegará una verdadera consolidación del territorio hasta la conquista de Toledo en 1085 por las tropas cristianas.

Aunque los primeros documentos que mencionan la villa de Fontiveros son del año 1250, en el que Fuentyvesos aparece como uno de los 32 núcleos de población que formaban el cabildo de Zapardiel se tienen pocos documentos que atestigüen noticia alguna de la localidad.

Sin embargo, ya existía el núcleo de población en el año 1116, como lo demuestra la historia de Blasco Jimeno, en la que se habla de un reto de éste al rey Alonso I que, camino a Zamora, tuvo lugar arribando a Fontiveros. En recuerdo a esta gesta en el término cercano de Cantiveros hay un hito de piedra llamado «Cruz del reto», cuya inscripción reza:

Cuenta Rodrigo Méndez Gil, en su Población General de España:

Por la época, en el Cabildo de Zapardiel había 32 núcleos de población, figurando entre ellos Fuentyvesos. Entre los años 1250 y 1350 se fundaron cuatro nuevos pueblos: Galingalíndez (en el año 1296, con inmigrantes pirenáicos), Cardillejo (en el año 1303), Taiapiés (en el año 1303), Ximenendura (en el año 1303, pertenecía a la Orden del Císter, con inmigrantes vasco-navarros).

Muestra de la gran producción agrícola de la localidad, consta que en el año 1300 la población poseía molinos hidráulicos.

En la Guerra de Granada, en el año 1488, Fontiveros aportó 31 de los 1057 jinetes que participaron.

El municipio, que tiene una superficie de 36,42 km²,[4]​ cuenta según el padrón municipal para 2017 del INE con 754 habitantes y una densidad de 20,7 hab./km². Esta población ha ido descendiendo a un ritmo importante desde que tuviera su techo a mediados del siglo XX con 1600 habitantes como consecuencia de la despoblación de las zonas rurales interiores de España por el fenómeno de la migración a las urbes.

     Población de derecho (1842-1897, excepto 1857 y 1860 que es población de hecho) según los censos de población del siglo XIX.[5]      Población de derecho (1900-1991) o población residente (2001) según los censos de población del INE.[5]      Población según el padrón municipal de 2011[6]​ y de 2017 del INE.

La principal vía de comunicación de Fontiveros es la carretera de Ávila-Salamanca (N-501) y la autovía que realiza el mismo recorrido (A-50),construida recientemente, que se encuentran a 9 km de distancia yendo por la carretera de Chaherrero. Estas vías de fácil acceso hacen que el municipio diste 45 km de Ávila y 65 km de Salamanca. Otras localidades cercanas importantes son Madrigal de las Altas Torres, a 17 km, a Arévalo a 28 km, a Peñaranda de Bracamonte a 26 km.

El cocido Sanjuanero. Cada 14 de diciembre, se conmemora a su más insigne paisano, San Juan de la Cruz. Además de celebraciones religiosas y poéticas, los asistentes se juntan alrededor de la mesa para degustar el cocido Sanjuaniego.

Está considerada la iglesia mudéjar más grande de toda La Moraña,[cita requerida] con algo más de 56 m de longitud interior y 24 m de anchura, también interior. Dan paso a ella dos portadas mudéjares de arcos apuntados situadas al norte y al sur. En su interior podemos apreciar dos épocas en cuanto a su arquitectura: la parte por la que se accede a ella, de estilo mudéjar, data de los siglos XIII-XIV. En ella es de resaltar el artesonado del techo, de hexágonos en almirante con espiga en los faldones. Dos tercios de este artesonado fueron arrasados por el fuego en el año 1546, siendo aquel finalmente sustituido en 1570 por armaduras de par y nudillo. La nave central está separada de las laterales por seis arcos en cada lado, longitudinales y apuntados, apoyados sobre columnas de ocho lados. La parte delantera, la del crucero, de estilo gótico decadente, data del siglo XVI, y fue construida por Rodrigo Gil de Hontañón, a semejanza de lo que este gran arquitecto diseñó en la catedral de Palencia o en la de Salamanca.

Nada más acceder a su interior, justo enfrente de la puerta, encontramos una reja en el suelo que nos indica el lugar en el que se encuentran sepultados Gonzalo y Luis de Yepes, padre y hermano, respectivamente, de San Juan de la Cruz, que murieron en 1543 y 1545. A su lado pero en altura, podemos ver el magnífico órgano castellano del siglo XVIII, restaurado en 1991. En él se graban varios discos de música sacra y se pueden escuchar cada año varios conciertos de órgano. A la derecha de la entrada está situada la Capilla del Baptisterio. En ella fue bautizado Juan de Yepes, el 24 de junio de 1542.

Continuando por la nave a la izquierda del altar mayor, encontramos una capilla a modo de museo eclesial, en la que tenemos varias casullas y dalmálticas de los siglos XVI y XVII, un misal del siglo XVIII y varias tallas: dos purísimas, una de Gregorio Hernández y otra del la escuela andaluza del siglo XVII; un San Sebastián flamenco del siglo XV; dos bajos relieves en tabla que representan la Asunción y a Santa Catalina de Siena, del siglo XVI. Resalta sobre el conjunto una magnífica talla de la Virgen de la Pera Nuestra Señora de los Mártires, románica del siglo XII, procedente de una antigua ermita (hipotéticamente la primitiva iglesia).

La capilla siguiente es la del Cristo de la Piedad, separada del resto de la iglesia por una magnífica reja de bronce de 1781. Esta capilla del Santísimo posee un Cristo crucificado de grandes dimensiones del clasicismo italiano, y un díptico gótico que representan la institución de la Eucaristía y la Virgen dolorosa con detalles renacentistas en el Cáliz y los fondos. Datan del año 1508. El Altar Mayor, de estilo barroco, es del siglo XVIII y es obra de Miguel Martínez. Tiene influencia churrigueresca, con una alta predela con dos puertas, un cuerpo de tres calles y un ático en forma de cascarón recubriendo el marco arquitectónico. Las colosales imágenes en él situadas representan a San Cipriano, patrón del pueblo; San Segundo, primer Obispo de Ávila; San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

Los arcosolios que se encuentran en la nave derecha, son sepulcros vacíos de familia Pamo,[7]​ cuya capilla se encontraba en este lugar en la primitiva cabecera. A continuación la capilla de San Juan Bautista, privada, adosada a la iglesia, fue mandada construir por Don Diego de Arriaga, secretario de Felipe II y su esposa Doña Isabel de Villegas, camarera de la reina Ana de Austria, según consta en la inscripción de su pared sur. Consta de presbiterio, coro y sacristía, separada del resto del edificio por una magnífica reja de hierro forjado del año 1572. Está presidida por una talla de grandes dimensiones de San Juan Bautista, del siglo XVI, posiblemente de Becerra. Destacan los frescos de la bóveda de cañón con arquitectura y mármoles fingidos, con representación del Tetramorfos, el Cordero de Dios y la Paloma del Espíritu Santo. En la parte superior del retablo hay un cuadro con el escudo de Felipa II y a ambos lados los retratos de los promotores pintados por Pantoja de la Cruz en 1576.

Existen en toda la iglesia sepulcros de antepasados de Hernán Cortés, Catalina Pizarro, Tomás Luis de Victoria[8]​ y Juan de Salamanca (a quien Carlos I dio escudo de armas por su valentía en la conquista del nuevo mundo, y que tiene un monumento en una de las plazas del pueblo). Es notable también la colección de esculturas y pinturas religiosas repartidas en toda la Iglesia, de los grandes artistas del siglo de oro español, fechándose la gran mayoría entre los siglos XVI y XVIII. Destaca La flagelación en la sacristía y entre las anteriores a estas fechas, La piedad hispano-flamenca del siglo XV. También hay una gran colección de piezas de orfebrería, la mayoría en plata, que datan de los siglos XVII y XVIII, y es muy notable la cajonería de la sacristía, en nogal, del siglo XVIII.

Terminada de construir en 1673, se hizo sobre la casa donde nació el gran místico en el año 1542. La primera capilla se edificó en torno a 1673, perteneciendo al colindante conjunto monacal. Su planta es de cruz latina con dos capillas laterales, cúpula de media naranja, elegante linterna de graciosas ventanilla. El retablo mayor es barroco con una un preciosa talla que lo preside, obra de gran influencia de Gregorio Hernández. Hay que resaltar una pequeña figura del mismo santo que se piensa pudiera tratarse de un verdadero retrato de este gran personaje. También se conserva el coro conventual, el antiguo cementerio y oratorio de frailes, además del edificio conventual hoy sede del IESO San Juan de la Cruz.

Este palacio situado en las «Cuatro calles» fue construido a finales del siglo XV, perteneció posteriormente al general de la armada que da nombre al palacio durante el siglo XVII. Según cuenta la tradición, en él se albergaría Isabel la Católica cuando iba de paso a Madrigal de las Altas Torres.

Se encuentra en la plaza que contiene su nombre y es obra del escultor Ricardo Font. Esta estatua se hizo por suscripción popular en el año 1928. Es una estatua en bronce sobre pedestal de granito. Aparece un águila en bronce, símbolo de la Orden Carmelitana y la frase: «Señor, padecer y ser despreciado por Vos».

Se fundó en 1253 en un Beaterio que en el siglo XV se convirtió a la Orden del Carmen. El convento fue abandonado en 1620 por los males de una laguna inmediata, ubicándose en las calles Cantiveros y del Carmen en la que fuese casa solariega de Alonso Suárez de Fuente del Sauce, natural de Fuente el Sáuz, Obispo de Jaén.

Fue fundado probablemente en el año 1577 en la Calle de la Carretería. estuvo en funcionamiento durante dos siglos y medio hasta el año 1835 cuando se produjo la desamortización de Mendizábal.

Ermita construida hacia el 1500 y se encuentra en la Plaza de San Juan de la Cruz, de la que hoy quedan sólo los restos de la portada principal. Guardaba una imagen conocida como Virgen de la Pera, ahora en la Iglesia Parroquial.

Se llamó de la Bandera, por haberse guardado una bandera-estandarte francés que Jerónimo Gómez de Sandoval ganó en combate el 22 de julio de 1641. En 1808, los franceses rescataron la bandera y destruyeron la ermita.

Diego secretario de Estado de Felipe II e Isabel de la cámara de la reina y las hermanas del rey. En la fachada, en piedra, están esculpidos los bustos y hoy es la casa Parroquial.

La localidad dispone de dos centros para poder realizar los estudios obligatorios que sirven al propio municipio y a los de alrededor.



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