x
1

Agartha



Agartha (también Agartta, Agharti,[1]Agarta o Agarttha) es, según los seguidores del esoterismo y los creyentes en la Tierra hueca, un reino legendario ubicado debajo del desierto de Gobi. Sin embargo, no existe ninguna evidencia que avale esta teoría o mito.

Agartha es un tema popular en el esoterismo y es la base de la creencia en la Tierra hueca,[2]​ creada posiblemente en 1957 por el escritor fantástico italiano F. Amadeo Giannini. Aunque se puede remontar el tema hasta Julio Verne con su novela Viaje al centro de la Tierra, publicada en 1864, casi un siglo antes.[3]

Es posible que el origen de la teoría de una tierra hueca se remonte al escrito de Athanasius Kircher publicado en 1665,[4]​ titulado Mundus subterraneus, quo universae denique naturae divitiae.

Sir Edmund Halley, publicó en 1692 su teoría acerca de una tierra hueca. Después de trabajar con Isaac Newton analizando las fluctuaciones del magnetismo en la Tierra y sus posibles causas, retocó su teoría. Postuló que la Tierra en su interior aloja tres conos concéntricos con un centro fundido de la lava, que servía como un “sol interior”. Newton y otros científicos prominentes del siglo XVII como Johannes Kepler o Robert Boyle defendían también esta teoría.[5]

En la mitología hinduista no se menciona la idea de un mundo agradable dentro de la Tierra, sino la existencia de infiernos subterráneos:[a]​ los Patala.

El mito de Agartha fue desarrollado a fines del siglo XIX y principios del siglo XX por varios escritores ocultistas:

Según Madame Blavatsky, Agartha está formada por varios continentes, océanos, montañas y ríos. Shambhala es su ciudad central. Habría unas cien colonias subterráneas debajo de la Tierra, todas ―menos una― bastante próximas a la superficie. Estas ciudades subterráneas han sido conocidas como la Red de Agartha. Sus costumbres varían, pero siguen una estructura de vida común orientada espiritualmente en las enseñanzas de Melquisedec.[e]​ Cada ciudad tiene una población de medio millón de habitantes, pero Telos ―una de las ciudades de Agartha― bajo el monte Shasta tendría 1,5 millón de habitantes.

Según Blavatsky, existen diversas razas en Agartha, y los seres que la habitan pueden variar mucho en el aspecto. Por ejemplo, por un lado, los habitantes de Agartha vendrían del continente de Gondwana, ahora desaparecido; gracias a las mediciones de las mareas realizadas por medio del Candelabro de los Andes, estos comprendieron que una catástrofe estaba por azotar su tierra, y se refugiaron en inmensas galerías subterráneas, iluminados por una particular luz ―no un sol― que haría brotar las semillas, llevando consigo el bagaje de sus antiguos conocimientos.

En cambio, Brad Steiger, en su libro El hueco de la Tierra, mito o realidad, afirma aunque sin aportar ninguna evidencia que «los más ancianos» una antigua raza muy inteligente y científicamente avanzada que pobló la Tierra millones de años atrás y luego se mudó bajo tierra―eligió estructurar su propio ambiente bajo la superficie del planeta y fabricar allí todas sus necesidades. Los más ancianos son homínidos extremadamente longevos, y antecesores del homo sapiens por más de un millón de años. Los más ancianos permanecen generalmente a distancia del mundo en la superficie, pero de vez en cuando se han sabido ofrecer para aportar críticas constructivas.

Willis George Emerson, en su libro El dios humeante, afirmó ―sin aportar ninguna evidencia― que los habitantes de Agartha viven entre 400 y 800 años, y que tendrían una altura de unos 4 m.

Todos los escritores coinciden en que la tecnología de los habitantes de Agartha es muy avanzada y que se comunican mediante telepatía.

Según Blavatsky, las entradas hacia las galerías que llevan a Agartha estarían ocultas en lugares aislados para impedir el acceso a los curiosos. Muchas se encontrarían escondidas debajo de las aguas de los océanos, lagos, o en pendientes de alta montaña. Habría algunas también en:

En 1938, Adolf Hitler envió una expedición nazi al Tíbet al mando de Ernst Schäfer, acompañado por «cinco sabios alemanes» y veinte miembros de las SS. El ideólogo de esta misión era Frederick Hilscher, jefe del departamento de esoterismo de la Ahnenerbe, una sociedad constituida el 1 de enero de 1935 para estudiar la antigua historia del espíritu, mejor conocida como «herencia de los ancestros». La misión consistía en entablar lazos con los misteriosos habitantes de las cavernas, pertenecientes al pueblo de Agartha.

Un pensamiento que también alentó este viaje fue el recuperar la vieja tradición espiritual emparentada con el paganismo y la práctica del ocultismo templario, que se decía aún pervivía en aquellas regiones del Asia septentrional. Quizás esta afirmación explicaría por qué los nazis recibieron un documento del Consejo de Regencia que en ese entonces gobernaba al Tíbet —ya que aún no se había elegido el nuevo Dalái Lama viviente—, aceptando a Hitler como jefe de todos los arios, y por qué en algunas castas altas de la India, el Tercer Reich fue saludado, e inclinadas algunas cabezas ante la presencia de la esvástica, aunque no como muestra de respeto al nazismo, sino por ser la esvástica un símbolo solar ario milenario que significa «buena suerte» o «forma bendita». Lo cierto es que como resultado de este viaje, en Berlín se instaló una comuna de monjes tibetanos, incluso algunos defendieron mediante las armas dicha ciudad del asedio soviético en 1945.

A continuación se pueden leer diversos «relatos» de gente común, militares, pescadores..., que afirman haber estado o haber tenido experiencias en Agartha.

En 1957, el escritor italiano F. Amadeo Giannini publicó The Worlds Beyond the Poles[f]​ (‘los mundos más allá de los polos’), en que afirmaba ―sin aportar ninguna evidencia― que en febrero de 1947, el aviador estadounidense Richard E. Byrd (1888-1957) había intentado ser el primer humano en llegar al polo norte. Primero vio un mamut lanudo vivo cerca del polo norte, a plena luz del sol. Después ingresó 2300 millas por una entrada al centro de la Tierra. Allí tuvo un encuentro con un humanoide de otro mundo, que advirtió a la humanidad que buscaran la paz y no la guerra. Según Giannini, Byrd había escrito todo esto en un diario secreto.

Estas afirmaciones de Giannini contienen varias contradicciones:

Los creyentes en la Tierra hueca afirman que The Worlds Beyond the Poles (‘los mundos más allá de los polos’) fue escrito por un grupo secreto llamado Los Controladores para desacreditar las creencias en la Tierra hueca.[g]

Se dice[¿quién?] que este hombre de origen nórdico junto a su hijo,[cita requerida] en su pequeño bote de pesca, intentaron encontrar la tierra más allá del Viento del Norte, de la que habían oído hablar. Al parecer una tormenta de viento les llevó a través de una supuesta apertura polar y al interior hueco de la Tierra. Allí pasaron dos años y al regresar a través de la apertura del Polo Sur, el padre perdió su vida cuando un iceberg se rompió en dos y destruyó el bote. El hijo fue rescatado, pero cuando contó su increíble historia, lo metieron en una prisión para dementes porque nadie le creería. Después de ser liberado y de pasar 26 años como pescador se mudó a los Estados Unidos. A sus noventa años hizo amistad con el escritor Willis George Emerson y le contó su historia. En su lecho de muerte dio también a Emerson mapas que había hecho en el interior de la Tierra junto con un manuscrito relatando sus experiencias.

Habló de lo longeva de su población, de su tecnología científica avanzada, de que podían trasmitirse sus pensamientos unos a otros, etc. También afirmaba que estos fabrican «platillos volantes» que son operados por su poder superior que se saca del electromagnetismo en la atmósfera. El entonces anciano decía que la Tierra es cóncava y que una humanidad vive en el interior del globo.

Robert Stacy-Judd es mencionado por unos como arquitecto inglés, y por otros como arqueólogo californiano, se dice [6]​ que habla de haber estado en el estado de Yucatán y haber entrado en la estupenda ‘Cueva de Loltun’ con un grupo de seis investigadores. Descendieron muy adentro en las profundidades de la Tierra y entonces se dieron cuenta de que estaban perdidos. Se quedaron muy preocupados cuando de pronto desde lo más profundo llegó a ellos una luz. La luz se convirtió en una antorcha llevada por un viejo ermitaño ciego que les dijo que les había visto con la clarividencia y sabía que estaban perdidos. Incluso aún ciego, procedió a llevarles de vuelta a la superficie de la Tierra. Los hombres estuvieron muy agradecidos y preguntaron al eremita que donde vivía. El eremita les dijo que la cueva era su hogar y que salía a la superficie cada unos cuantos meses. Cuando le preguntaron como sobrevivía, cómo encontraba comida y agua para beber, dijo que le cuidaban los amigos que vivían en la hermosa ciudad interior en las profundidades de la Tierra. Se detuvo el tiempo suficiente para tomarle una foto, entonces desapareció de vuelta a la cueva.

Alexandre Saint-Yves d'Alveydre, un antiguo marqués de origen francés, cita en un libro llamado Misión de la India en Europa (Mission de l'Inde en Europe), que en el año 1885 recibió la visita del príncipe afgano Hadji Scharipf, acompañado de dos misteriosos personajes, «enviados —decían— por el Gobierno Universal Oculto de la presente Humanidad, los cuales le revelaron la existencia del Agartha y su organización espiritual y política...». Este mandó imprimir doscientos ejemplares de su libro para ser publicados. Pero ante amenazas provenientes de la India, el autor decidió destruir cualquier rastro del manuscrito.

Un único ejemplar sobrevivió y fue conservado por el hijo de Saint-Yves, que más tarde regaló al místico Papus. Según se pudo saber, los textos que contenía el libro citaba alguno de los siguientes párrafos: «...Varios millones de dwijas (dos veces nacidos) y de yoguns (unidos en Dios) forman el círculo grande o, mejor dicho, el hemiciclo. Por encima de ellos, caminando hacia el Centro, se encuentran cinco mil punditis-pandavas, algunos de los cuales se ocupan de la enseñanza propiamente dicha, y los demás, de la Policía interior o de las Cien Puertas... Su número de cinco mil corresponde al de las raíces de la lengua védica. Después de los pundits, vienen distribuidos en grupos más o menos numerosos, las circunscripciones solares de los trescientos sesenta bagawandas o cardenales. El círculo más elevado y más cercano al misterioso Centro se compone de doce miembros que representan la iniciación suprema. Por encima de ellos no hay más que el triángulo formado por el Soberano Pontífice, el Brahmatma, soporte de las almas en el "Espíritu de Dios", y sus dos asesores: el Mahatma, representando el Alma Universal, y el Mahanga, símbolo de toda la organización material del Cosmos...».

Saint-Yves dijo además que Agharta, que en idioma sánscrito significa Comunidad o Comarca Suprema, se encontraba ubicada en el Desierto del Gobi, o sea en pleno corazón del Asia. «...En la superficie de la Tierra y en sus entrañas, la existencia real de Agartha se sustrae a la vigilancia y al apremio de la violencia de la profanación. Sin hablar del continente americano, cuyos subsuelos ignotos le pertenecieron en tiempos de una muy lejana antigüedad, en Asia, solo, cerca de mil millones de hombres conocen más o menos de su existencia y su grandeza».



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Agartha (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!