Alemanes de Rusia (en alemán: Russlanddeutsche) es el nombre genérico con el cual se conoce a los diferentes grupos de alemanes étnicos de Rusia y la Unión Soviética.
Los que en lenguaje apropiado se refieren como alemanes de Rusia, en lenguaje coloquial suelen ser mal llamados "rusoalemanes" o "rusos alemanes".
Los diferentes grupos de alemanes asentados en la extensa Rusia, a su vez, pueden recibir un nombre más específico de acuerdo al lugar de asentamiento y a la fecha de emigración.
Por ejemplo: un alemán étnico nacido en una aldea de Odesa es a la vez un alemán de Ucrania, es un alemán del Mar Negro y es un alemán de Rusia (la antigua, Imperio ruso). O al revés: los alemanes de Odesa pertenecen al grupo de los alemanes de Ucrania, a los del Mar Negro, a los de Rusia, y menos específicamente aún, a los del este europeo.
A continuación se describen algunos de los diferentes grupos de alemanes de Rusia.
El primer asentamiento alemán en Rusia se remonta al reinado de Basilio III de Moscú en el siglo XVI. Un grupo de artesanos y comerciantes alemanes y holandeses se establecieron en el Cuartel Alemán de Moscú (Немецкая слобода, o Nemétskaya Slobodá), proporcionando conocimientos técnicos esenciales en la capital. Poco a poco, esta política se extendió a algunas otras grandes ciudades. En 1682 Moscú tenía alrededor de 200.000 ciudadanos, de los cuales 18.000 eran Nemtsy, lo que significa alemán o extranjero occidental.
Pedro El Grande se vio muy influido por la comunidad ubicada en el barrio alemán, y se cree que gran parte de sus esfuerzos para transformar Rusia en un Estado europeo más moderno tiene su origen en la experiencia que tuvo con los asentamientos de alemanes en Rusia. A fines del siglo XVII, los extranjeros ya no eran poco frecuentes en las ciudades rusas, y el barrio alemán había perdido su carácter étnico a finales de ese siglo.
A través de las guerras y las particiones de Polonia, el Imperio ruso adquirió una cantidad cada vez mayor de territorio en el norte, el oeste y el centro de Polonia. El río Vístula fluye de sur a norte, desemboca en el mar Báltico cerca de Danzig (actual Gdansk), y los alemanes se asentaron en este valle fluvial a partir del Mar Báltico, llegando más al sur con el tiempo. Finalmente, Prusia adquirió la mayor parte de la cuenca del Vístula, y la porción central de entonces se convirtió en Prusia del Sur. Su existencia fue breve, de 1793 a 1806, pero muchos alemanes y holandeses fundaron asentamientos protestantes allí, principalmente de carácter agrícola. Desde la ya Silesia prusiana al sudoeste, algunos alemanes católicos entraron también en la región. El mapa Breyer de 1935 muestra la distribución de los asentamientos alemanes en lo que hoy es la Polonia central.
Las victorias de Napoleón en la región terminaron con la corta existencia de Prusia del Sur que, junto a otros territorios, fueron incorporados al Ducado de Varsovia. Pero en 1815 el ducado se dividió con Grenzmark Posen-Westpreussen (Posen occidental) una vez más, pasando a formar parte de Prusia. Lo que ahora es el centro de Polonia se convirtió en el Zarato de Polonia, más comúnmente conocido como Polonia rusa. Muchos alemanes permanecieron en esta región central, y también permaneció su dialecto prusiano del alemán medio, similar al dialecto de Silesia, y las religiones. No obstante, con las guerras mundiales I y II y el frente oriental a la vuelta de la esquina, al aumentar las conscripciones, se incrementaron las migraciones de alemanes del Vístula del Zarato de Polonia. Algunos germanos polonizados y sus descendientes, sin embargo, permanecen en la región. Tras la Segunda Guerra Mundial, los que todavía eran germánicos fueron forzados a emigrar por los rusos y polacos.
Las listas de los buques de pasajeros de salida y llegada suelen mostrar a los alemanes del Vístula como de "Rusia", "Alemania", "Prusia", "Polonia" o "Austria". Esto implica que no todos los inmigrantes alemanes que recibieron los países figuran como germanos. De cualquier manera, el nombre de la aldea de origen es la clave para determinar de dónde provino el antepasado. El sitio web ShtetlSeeker, vinculado hacia el final de este artículo, es un dispositivo útil para localizar el lugar de las aldeas. Sin embargo, debido a las variaciones de nombres en ruso, polaco, alemán, inglés, castellano y pronunciación y ortografía, la localización de muchas aldeas y especialmente los pueblos más pequeños es un reto.
Catalina II de Rusia (ella misma una alemana de Rusia, nacida en Stettin, ahora Szczecin en Polonia) hizo una proclamación abierta de inmigración para alemanes cristianos que desearan vivir en el Imperio ruso, con fecha de 22 de julio de 1763. Esto marcó el comienzo de una mayor presencia de alemanes en el Imperio. Casi inmediatamente después se fundaron varias colonias en la parte baja del río. Estas primeras colonias fueron atacadas durante el levantamiento de Pugachov, que se centró en la zona del Volga, pero sobrevivieron a la rebelión.
La inmigración alemana fue motivada en parte por la intolerancia religiosa y la guerra en Europa Central, así como por difíciles condiciones económicas. La declaración de Catalina II liberaba a los inmigrantes alemanes de prestar el servicio militar en Rusia (impuesto por nativos rusos) y de la mayoría de los impuestos. Se colocaba a los recién llegados fuera de la jerarquía feudal de Rusia y se les concedía una considerable autonomía interna. Por aquel entonces, emigrar a Rusia daba a la mayoría de ellos los derechos políticos que no podían ejercer en su propia tierra debido al despotismo del resto de Europa. Las minorías religiosas encontraron estos términos muy aceptables, especialmente los menonitas del valle del Vístula, que había caído en manos de Prusia durante la primera partición de Polonia. Su renuencia a participar en el servicio militar, y su larga tradición de disentir con la corriente principal del luteranismo y el calvinismo, hacía la vida difícil para ellos. Casi todos los menonitas de Prusia emigraron a Rusia durante el siglo siguiente.
Otras minorías religiosas de Alemania aprovecharon la oferta de Catalina II, en particular los cristianos evangélicos, como los bautistas. Aunque la declaración de Catalina les prohibió el proselitismo entre los miembros de la iglesia ortodoxa, que tenían libertad para evangelizar a los musulmanes de Rusia y a otras minorías no cristianas.
La colonización alemana fue más intensa en el bajo Volga, aunque también se dirigieron a otras zonas. La zona que rodea al Mar Negro recibió muchos inmigrantes alemanes, y la parte inferior del río Dniéper, en torno a Ekaterinoslav (ahora Dnipró) y Aleksándrovsk (ahora Zaporizhia), se vio favorecida por los menonitas.
En 1803, el nieto de Catalina II, el Zar Alejandro I, volvió a invitar a los alemanes a que poblaran sus territorios. En el caos de las guerras napoleónicas, la respuesta de los alemanes fue enorme. En última instancia, el Zar impuso requisitos mínimos de financiamiento a los nuevos inmigrantes alemanes, que les exigían o bien tener 300 Gulden en efectivo, o aptitudes especiales con el fin de llegar a Rusia.
La abolición de la servidumbre en 1861 creó una escasez de mano de obra, que motivó nueva inmigración alemana, particularmente de Europa Central, donde ya no quedaban suficientes tierras para el empleo en la agricultura.
Por otro lado, una parte considerable de alemanes de Rusia emigraron a la propia Rusia desde sus posesiones polacas. Las particiones de Polonia a fines del siglo XVIII dividieron al Estado polaco entre Austria, Prusia y Rusia. Ya había muchos alemanes viviendo en la parte polaca transferida a Rusia desde la Edad Media, y desde migraciones posteriores. Muchos alemanes de la Polonia rusa emigraron aún más hacia el este hasta la Primera Guerra Mundial, sobre todo después de la insurrección polaca de 1830. La insurrección polaca de 1863 añadió nueva inmigración alemana desde Polonia a los que ya habían ido hacia el este, y dio lugar a la fundación de extensas colonias alemanas en Volinia. Cuando Polonia recuperó su independencia luego de la Primera Guerra Mundial, dejó de ser una fuente de inmigración alemana hacia Rusia, pero para entonces ya había cientos de miles de enclaves alemanes en todo el Imperio Ruso.
Los alemanes también se asentaron en la zona del Cáucaso desde comienzos del siglo XIX, y en la década de 1850 se expandieron hasta Crimea. En 1890, se fundaron nuevas colonias alemanas en Altái, en la Rusia asiática. Las áreas de colonización alemana incluso se expandieron en Ucrania hasta bien entrada la Primera Guerra Mundial.
Tras fuertes migraciones hacia América, en el censo de 1897 del Imperio Ruso quedaron 1,8 millones de habitantes que declararon como lengua materna el alemán.
Los alemanes del Mar Negro se asentaron en el banco norte del Mar Negro, en los siglos XVIII y XIX en lo que hoy es Ucrania. Esto incluye a los alemanes de Besarabia, los alemanes de Dobruja y los alemanes de Bucovina. Estas tierras fueron ganadas por Rusia, por Catalina La Grande a través de sus dos guerras con el Imperio otomano (1768-1774) y de la anexión del Janato de Crimea (1783). La zona de asentamiento no fue tan compacta como la del Volga, sino que fue el hogar de una gran cadena de colonias. Los primeros colonos alemanes llegaron en 1787, primero desde Prusia Occidental y luego del oeste y sudoeste de Alemania, así como del área de Varsovia.
Desde 1783 en adelante, hubo asentamientos sistemáticos de rusos, ucranianos y alemanes en la Península de Crimea (en lo que fue luego el Janato de Crimea) con el fin de debilitar a la población de tártaros de Crimea.
En 1939, dos años antes de la deportación de los alemanes de Rusia a Siberia, alrededor de 60.000 del 1,1 millón de habitantes de Crimea eran alemanes.
Solo bajo la Perestroika, los alemanes pudieron retornar a la península.
También en la región del Cáucaso, como el Cáucaso Norte, Georgia y Azerbaiyán, existía una minoría alemana de alrededor de 100.000 personas. En 1941, Stalin ordenó que todos los habitantes de padre alemán fueran deportados a Siberia o Kazajistán a realizar trabajos forzados en campos de concentración.
La migración de alemanes a Volinia (que cubre hoy el noroeste de Ucrania desde una corta distancia al oeste de Kiev hasta la frontera con Polonia) se produjo bajo condiciones muy diferentes de las que se dieron en otras partes de Rusia. Su migración se inició por el fomento de la nobleza local, a menudo polacos terratenientes, que querían desarrollar sus importantes tenencias de tierras en la zona. Probablemente el 75% o más de ellos procedían de la Polonia rusa más aquellos que se sumaron de otras regiones como del este y el oeste Prusia, Pomerania, Posen, Wurtemberg y Galitzia, entre otros. Aunque los propios nobles les ofrecieron ciertas ventajas para el traslado, los alemanes de Volinia no recibieron ninguna facilidad fiscal ni tampoco la excepción del servicio militar que recibieron los alemanes de otras regiones
El asentamiento comenzó como un goteo poco después de 1800. Una oleada se produjo tras la primera rebelión polaca de 1831, pero hacia 1850, todavía no pasaban de 5.000. La mayor migración tuvo lugar después de la segunda rebelión polaca de 1863 cuando empezaron las inundaciones en la zona hasta que llegó a su pico con alrededor de 200.000 en 1900. La gran mayoría de estos alemanes eran de fe luterana (en Europa eran referidos como evangélicos). Un número pequeño de menonitas de la parte baja del río Vístula se asentó en la parte sur de Volinia, mientras que los bautistas y Hermanos Moravos, que también llegaron, lo hicieron al noroeste de Zhytómyr. Otra gran diferencia entre los alemanes aquí y en otras partes de Rusia es que los otros tendieron a asentarse en comunidades más grandes. Los alemanes de Volinia fueron esparcidos en más de 1400 aldeas. A pesar de que la población alcanzó su punto máximo en 1900, a fines de 1880 muchos alemanes ya habían comenzado a migrar de Volinia hacia América del Norte.
Entre 1911 y 1915, un pequeño grupo de agricultores alemanes de Volinia (36 familias - más de 200 personas) eligieron, en vez de ir hacia Siberia Oriental, hacer uso de los subsidios de reasentamiento de la reforma de Stolypin. Se establecieron en tres aldeas (Pijtinsk, Sredne-Pijtinsk y Dagnik) en lo que hoy es el distrito Zalarinski del óblast de Irkutsk, donde llegaron a ser conocidos como los "holandeses del Bug". Aparentemente, debieron dejar de usar el alemán y en su lugar hablaban ucraniano o polaco, y utilizaban Biblias luteranas que habían sido impresas en Prusia Oriental, en polaco, pero en escritura gótica. Sus descendientes, quienes todavía tiene nombres alemanes, continúan viviendo en el distrito en el siglo XXI.
El declive de los alemanes de Rusia comenzó con las reformas de Alejandro II. En 1871, derogó la política de puerta abierta a la inmigración de sus ancestros, poniendo fin así a cualquier nueva inmigración alemana al Imperio. A pesar de ello, las colonias alemanas continuaban en expansión, impulsadas por el crecimiento natural y por la inmigración de los alemanes de Polonia.
El nacionalismo ruso, que se acentuó bajo Alejandro III, sirvió de justificación para eliminar en 1871 la mayor parte de los privilegios fiscales que se les habían prometido a los alemanes de Rusia, y después de 1874 fueron obligados a prestar el servicio militar. Solo después de largas negociaciones, a los menonitas, tradicionalmente pacifistas, se les permitió un servicio alternativo en forma de trabajo en la silvicultura y el cuerpo médico. El consiguiente descontento motivó a muchos alemanes de Rusia, especialmente a los miembros de las iglesias cristianas protestantes, a emigrar a los Estados Unidos y Canadá, mientras que muchos alemanes católicos optaron por Brasil y Argentina. Se trasladaron principalmente a las Grandes Llanuras de Estados Unidos (Great Plains), al oeste de Canadá, sobre todo a Manitoba y Saskatchewan, a Brasil especialmente a Santa Catarina y Río Grande do Sul, y a Argentina ante todo al sur de la Provincia de Buenos Aires, Provincia de Entre Ríos y Provincia de La Pampa.
Después de 1881 los alemanes de Rusia estuvieron obligados a estudiar idioma ruso en las escuelas y perdieron todos sus privilegios restantes. Muchos alemanes permanecieron en Rusia, en especial comerciantes y empresarios, ya que Rusia se comenzó a industrializar a fines del siglo XIX. Dentro del grupo de ingenieros, técnicos, industriales, financieros y latifundistas de Rusia, los alemanes de Rusia estaban representados en una proporción muy elevada tomando en cuenta que se trataba de una minoría étnica.
La Primera Guerra Mundial fue la primera vez que Rusia entró en guerra contra Alemania desde la era napoleónica, y los alemanes de Rusia fueron rápidamente sospechosos de tener simpatías con el enemigo. En 1915, cuando Rusia comenzó a perder la guerra, los alemanes que vivían en la zona de Volinia fueron deportados a las colonias alemanas de la parte baja del Volga. Muchos alemanes fueron exiliados a Siberia por el gobierno del zar como enemigos del Estado, sin juicios ni pruebas. En 1916, se emitió la orden de deportar también a los alemanes del Volga hacia el este, pero la Revolución Rusa impidió que esto pudiera llevarse a cabo.
En el caos de la revolución rusa y la guerra civil que siguió, numerosos alemanes étnicos fueron desplazados dentro de Rusia o emigraron de Rusia comunidades enteras. El caos que generó la Guerra Civil Rusa fue devastador para muchas comunidades de alemanes, en particular para los disidentes religiosos, como los menonitas.
Este período de escasez de alimentos causó hambrunas por las largas distancias durante el combate. Eso, sumado a la epidemia del tifus de principios de 1920, hizo que pereciera un tercio de la población alemana de Rusia. Las organizaciones de alemanes de Rusia de América, particularmente el Mennonite Central Committee, organizó un socorro a fines de 1920. A medida que el caos se desvanecía y la posición de la Unión Soviética se hacía más segura, muchos alemanes que quedaban optaron por emigrar definitivamente a América. La emigración desde la Unión Soviética se detuvo en 1929 por decreto de Stalin, lo que dejó algo más de un millón de alemanes de Rusia dentro de las fronteras soviéticas.
La Unión Soviética les confiscó absolutamente todo a los alemanes de Rusia, cuando Stalin suprimió la Nueva Política Económica de Lenin en 1929, y comenzó el reclutamiento forzoso para la colectivización de la agricultura y la liquidación de las grandes parcelas.
No obstante, la política de nacionalidades soviética había restaurado, en cierta medida, las instituciones de los alemanes de Rusia en algunas áreas. En julio de 1924, se fundó la República Autónoma de los Alemanes del Volga, dando a los alemanes del Volga algunas instituciones autónomas en idioma alemán. Las iglesias cristianas de los alemanes, al igual que casi todas las afiliaciones religiosas en Rusia, fueron reprimidas sin piedad bajo Stalin. Sin embargo, para los alemanes del Volga que permanecían allí, el alemán era el idioma de los funcionarios locales por primera vez desde 1881.
En julio de 1941, luego de la invasión alemana a la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, se abolió la RASS de los alemanes del Volga. Nuevamente todo les fue confiscado, y los alemanes fueron deportados en masa a campos de concentración en Kazajistán, Altái y otras zonas remotas. En 1942, la totalidad de la población de alemanes de Rusia aptos para trabajar se encontraba reclutada como trabajadores forzosos en dichos campos.
El 26 de noviembre de 1948, Stalin decretó el destierro permanente, declarando que a los alemanes de Rusia les estaba "prohibido para siempre regresar a Europa", pero esta decisión fue revocada después de su muerte, en 1953. Muchos alemanes regresaron a la Rusia europea durante el deshielo de Jrushchov, pero otros permanecieron en Asia Soviética. A partir de entonces, el gobierno soviético no persiguió más a los alemanes de Rusia, pero su república nunca les fue restituida ni refundada, ni recibieron apoyo oficial alguno para preservarse como nacionalidad autónoma.
La Perestroika abrió las fronteras y ha sido testigo de los inicios de una emigración masiva de alemanes de la Unión Soviética. Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, un gran número de alemanes de Rusia hizo uso del derecho de Alemania de retornar a la tierra de sus ancestros para abandonar las duras condiciones de los Estados postsoviéticos. Otros alemanes aprovecharon las libertades concedidas a la migración interna, y emigraron a los distritos de Rusia hoy erigidos sobre sus provincias ancestrales: alrededor de 6.000 alemanes se asentaron en el óblast de Kaliningrado (antigua Prusia Oriental).
En el censo de 2002 de Rusia, se enumeraban 597.212 alemanes, el quinto grupo étnico más grande del país, y que comprende un 0.42% de la población. Además, el mismo censo determinó que hay 2,9 millones de rusos étnicos (casi el 2% de la población total) que entienden el idioma alemán en algún nivel. Entre los prominentes descendientes de alemanes étnicos en la Rusia moderna figuran Víktor Kress, gobernador de la óblast de Tomsk desde 1991, y German Gref, exministro de Economía y Comercio de Rusia y actual presidente del Sberbank.
La presencia alemana en el margen oriental del Mar Báltico se remonta a la Edad Media, cuando los comerciantes y misioneros empezaron a llegar desde Europa Central. Los Hermanos Livonios de la Espada alemanes conquistaron la mayor parte de lo que hoy es Estonia y Letonia (antigua Livonia) a principios del siglo XIII. En 1237, los Hermanos de la Espada se incorporaron a la Orden Teutónica.
En el transcurso de los próximos siglos, la Orden Teutónica se solidificó en un régimen de una nobleza de mayoría de habla alemana que gobernaba a los campesinos indígenas. Las instituciones religiosas y económicas a finales de la Livonia medieval eran controladas en su mayoría por los alemanes étnicos locales y por los nuevos inmigrantes de Europa Central. Varias ciudades de la zona se unieron a la Liga Hanseática dominada por comerciantes de habla alemana. Esta presencia alemana no solo llevó el cristianismo a Estonia y Letonia - una de las últimas partes de Europa a la que llegó el cristianismo –, sino en última instancia también el luteranismo.
La Orden Teutónica fue perdiendo territorios durante el siglo XV y prácticamente desapareció como fuerza política a mediados del siglo XVI. Aunque los países del Báltico pasaron a manos de la Mancomunidad de Polonia-Lituania en el sur y al imperio sueco en el norte, el estatus de privilegio de la aristocracia de habla alemana permaneció por mucho tiempo inalterada. Se estima que los alemanes del Báltico no han representado más del 6% de la población de Estonia y Letonia a fines del siglo XVII, pero su posición dominante en la sociedad se mantuvo prácticamente invariable.
Durante el reinado de Pedro el Grande, Rusia obtuvo de Suecia el dominio de gran parte de los países bálticos en la Gran Guerra del Norte a principios del siglo XVIII, pero dejó a la nobleza alemana en el control. Hasta las políticas de rusificación de la década de 1880, la comunidad alemana y sus instituciones estaban intactas y protegidas bajo el Imperio Ruso. La nobleza alemana del Báltico era muy influyente en el ejército del Zar ruso y en la administración.
Las reformas de Alejandro III sustituyeron muchos de los tradicionales privilegios de la nobleza alemana con los gobiernos locales elegidos y códigos de impuestos más uniformes. Las escuelas fueron obligadas a enseñar ruso, y la prensa nacionalista rusa comenzó a segregar a los alemanes como antipatriotas e insuficientemente rusos. Los alemanes del Báltico también fueron el blanco de los movimientos nacionalistas letón y estonio.
Cuando Estonia y Letonia se convirtieron en naciones independientes tras la Primera Guerra Mundial, se concedió un grado de autonomía a las instituciones alemanas, y las escuelas y periódicos alemanes se expandieron un poco durante ese período. No obstante, todos los privilegios tradicionales de la nobleza fueron suprimidos y la mayor parte de sus tierras agrícolas fueron redistribuidas a los agricultores locales. Por ese entonces, los alemanes étnicos no representaban más del 1,5% de la población estonia y aproximadamente el 3% de la población letona, luego de haber abandonado y partido hacia Alemania durante el caos de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. La Letonia independiente practicó una política abierta de "letonización" en la década de 1930, a partir de la cual muchos nacionalistas de la Alemania Nazi comenzaron a llamar a los alemanes de Letonia para que abandonaran esas tierras y se asentaran en Alemania.
A finales de 1939 (después del inicio de la Segunda Guerra Mundial), todo el resto de la comunidad alemana del Báltico fue repatriada por Hitler a una parte de las tierras de una antigua provincia alemana, de las que la Alemania nazi recuperó el control a través de la invasión del oeste de Polonia (sobre todo en Warthegau). La base "legal" para esto fue acordada en el Pacto Ribbentrop-Mólotov de agosto de 1939, y la posterior transferencia de población le dio luz verde a la Unión Soviética para la ocupación de Letonia y Estonia en 1940.
Solo un puñado de alemanes del Báltico permanecieron bajo la dominación soviética después de 1945, principalmente los pocos que se negaron al llamamiento de Alemania de abandonar los países bálticos.
Los alemanes de Kazajistán son una minoría en Kazajistán, y viven especialmente en el noreste del país, entre Astaná y Öskemen. La mayor parte de ellos son descendientes de los alemanes del Volga que habían sido deportados a la RSS de Kazajistán (actual Kazajistán) desde la República Autónoma de los Alemanes del Volga en 1941 por orden de Stalin, para realizar trabajos forzados en campos de concentración. Algo más de un tercio de ellos no sobrevivió a los campos de trabajo.
Después de la deportación, los alemanes de Volga, así como el resto de las minorías deportadas, han sido asimilados por la fuerza con los rusos. Los métodos de naturalización han incluido la prohibición de hablar alemán, prohibición de la práctica religiosa, prohibición de educación en la lengua materna, prohibición de la observancia de feriados étnicos, prohibición del libre tránsito y traslado, etc.
Después de siglos de contribuir significativamente a la prosperidad rusa, los alemanes de Volga fueron declarados enemigos del Estado a causa de su fe cristiana en tiempos del comunismo ruso. La tragedia de su destino fue hasta cierto punto vuelta a vivir por las próximas dos generaciones después de la Segunda Guerra Mundial (con un mayor grado para la primera generación después de la guerra). Ese fue el motivo principal de la emigración en masa de los alemanes del Volga hacia Alemania tras la disolución de la Unión Soviética.
Gracias al derecho alemán de retorno (que permite que descendientes de alemanes étnicos puedan regresar a la patria de sus ancestros), los alemanes del Volga fueron beneficiarios de un proceso de inmigración subvencionado por la propia Alemania para el regreso a la tierra de sus antepasados.
Según un censo de 1989, con un total de 957.518, vivían más ciudadanos de origen alemán en Kazajistán (5,8% de la población) que en toda Rusia incluida Siberia (841.295). Hoy en día, los alemanes que quedan en Kazajistán son moradores urbanos. En la capital, Astaná, representan aproximadamente el 6% de la población. En 1999 había 353.441 alemanes en Kazajistán.
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