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Alfonso López de Tejeda



Alfonso López de Tejeda (m. Salamanca, 1404),[1]​ conocido también como Alfonso López de Tejada,[a]​ fue un noble castellano e hijo legítimo de Diego Alfonso de Tejeda.[2]

Fue señor de Tejeda, Aldeavieja, Navarredonda, Arévalo y La Rivera, comendador de Montánchez,[3]Montalbán, Castrotorafe y Peñausende en la Orden de Santiago, de la que llegaría a ser maestre electo,[4]​ y alcaide de los alcázares de Segovia y de Zamora.[5][6]​ Y la historiadora María Concepción Castrillo Llamas afirmó que este noble fue hombre de «señalado valor y linaje».[7]

Era hijo de Diego Alfonso de Tejeda,[2]​ y su madre, según Luis de Salazar y Castro, tal vez fue hermana de un noble llamado Arias Pardo, ya que Alfonso López y sus hermanos se referían a dicho individuo como a su tío en diversos documentos.[3]​ Y era nieto por parte paterna, según algunos autores, de Pedro Fernando López de Haro, señor de los Cameros,[2][8]​ aunque otros autores no mencionan a esta persona entre los señores de los Cameros del siglo XIV.[9]

Además, fue hermano de Fernando Alfonso de Tejeda, que debía heredar el mayorazgo de su padre aunque murió antes de poder hacerlo,[3]​ y de Juan Alfonso de Tejeda, que fue señor de Tejeda, Santa Olalla, Aldeavieja y Navarredonda.[3]

Se desconoce su fecha de nacimiento. El cronista Gil González Dávila señaló que era natural de la ciudad de Salamanca y también un «gran cavallero y mui feñalado» por el valor de su persona y linaje,[5]​ que según dicho autor descendía de nobles afincados en la ciudad alemana de Constanza.[10]

El 10 de agosto de 1355 el rey Pedro I de Castilla cedió a su tío paterno, Alfonso Pérez de Tejeda, el señorío de Tejeda junto con todos sus términos, jurisdicción, pechos y derechos.[11]​ Además, el historiador César Olivera Serrano afirmó que Alfonso López de Tejeda formó parte de la Orden de Santiago,[12]​ y hay constancia de que en 1358, siendo ya comendador de Montánchez en dicha Orden y en el transcurso de la Guerra de los Dos Pedros, Alfonso López de Tejeda participó junto a las milicias concejiles de Salamanca y otros nobles, como Diego Álvarez Maldonado, en la conquista de la ciudad aragonesa de Tarazona.[13]

En el momento de la muerte de Pedro I de Castilla Alfonso López era el alcaide de los alcázares de Zamora,[5][14]​ y Manuel González García señaló que él y su hermano Juan Alfonso de Tejeda,[15]​ que en 1354 era alcaide del alcázar de Salamanca,[16]​ defendieron la causa de Pedro I en las ciudades de Zamora y Ciudad Rodrigo,[15]​ que ambos «dominaban» y en donde habían conseguido exaltar «los ánimos» y esperanzas de los partidarios de Pedro I.[17]

Además, Alfonso López de Tejeda fue maestre electo de la Orden de Santiago[18][5]​ en la época del asesinato de Pedro I de Castilla, aunque Enrique II le despojó de esa dignidad[6]​ al subir al trono.[19]

Tras la batalla de Montiel, que se libró en 1369, Enrique de Trastámara asesinó a su hermanastro Pedro I y comenzó a reinar en Castilla con el nombre de Enrique II.[20][21]​ Y la ciudad de Zamora, acaudillada por Fernando Alfonso de Valencia,[22]​ que era uno de los nobles más notorios de la ciudad y bisnieto de los reyes Alfonso X y Sancho IV de Castilla,[23][24]​ y por Alfonso López de Tejeda,[25]​ comenzó a ser asediada[22]​ en junio de 1369[26]​ por las tropas de Enrique II[27]​ y por sus mercenarios bretones, que estaban al mando del célebre condestable de Francia Bertrand du Guesclin.[28]​ Y Ursicino Álvarez Martínez señaló que Enrique II estableció su campamento en la orilla izquierda del río Duero y «cerca del puente».[26]

En el otoño de 1369 los asedios de Zamora y de Ciudad Rodrigo se estancaron[27]​ y, en una de las frecuentes salidas que hicieron los sitiados,[29]​ Fernando Alfonso de Valencia fue derrotado y hecho prisionero por Pedro Fernández de Velasco, que era el camarero mayor del rey y el principal responsable de la conducción del asedio,[25][14]​ aunque conviene señalar que Moreno Ollero afirmó que Fernando Alfonso de Valencia y Pedro Fernández de Velasco, lucharon «cuerpo a cuerpo».[30]​ Y parte de ello fue consignado en la Crónica de Enrique II, aunque en esta obra se afirma que se ignora cómo consiguió escapar el líder de los zamoranos.[31]​ Y el 27 de febrero de 1370, en Ciudad Rodrigo, Juan Alfonso de Tejeda, que era el hermano mayor de Alfonso López de Tejeda y estaba casado con una dama llamada Beatriz González, con quien no había tenido descendencia hasta entonces, instituyó un mayorazgo a favor de su hermano.[3]

Pero en 1371, debido a la escasez de recursos en Zamora, a la falta de socorro desde el reino de Portugal, y a las negociaciones que el eclesiástico Pedro Tenorio, que llegaría a ser arzobispo de Toledo[32]​ y en esos momentos era arcediano de Toro en el obispado de Zamora,[26]​ llevó a cabo con los sitiados,[25]​ Zamora capituló y permitió la entrada de las tropas de Enrique II,[29]​ que la ocuparon el 26 de febrero de 1371.[33]​ Y de todo ello hay constancia por una carta en la que la reina Juana Manuel comunicaba a su esposo la rendición de la ciudad.[33][34]

No obstante, el alcaide del castillo de Zamora, Alfonso López de Tejeda, no aceptó el acuerdo de capitulación y se propuso resistir en el interior de dicha fortaleza[25]​ junto con su esposa, Inés Álvarez de Sotomayor, el hijo mayor de ambos, los principales nobles zamoranos, y numerosos soldados.[25]​ Y la reina Juana Manuel, según afirmó el cronista portugués Fernão Lopes en el capítulo XLI de la Chronica de el-rei D. Fernando, amenazó a Alfonso López de Tejeda con matar a tres de sus hijos, que se encontraban en su poder, si no rendía el alcázar de Zamora, pero el alcaide se negó a rendirse y sus tres hijos, de los que dos eran niños y la restante una niña, fueron asesinados,[35]​ aunque como destacó Valdaliso,[36]​ ello le pareció extraño al cronista Lopes por considerarlo «una hazaña sin provecho»:[37]

Sin embargo, el cronista González Dávila señaló que fue el rey Enrique II quien ordenó el asesinato de los tres hijos del alcaide por «odio y venganza» para con este último al negarse a rendir el alcázar de Zamora,[38]​ y Olivera Serrano, basándose en lo afirmado por el anterior, también indicó que Enrique II fue «especialmente duro» con este noble.[12]​ Y otros autores calificaron de «espectacular» la resistencia llevada a cabo por los zamoranos, debido sobre todo a las muertes injustas de esos niños,[22]​ y Castillo Llamas aseguró que los hijos del alcaide fueron asesinados en presencia suya,[14]​ lo que enfureció y enardeció aún más a los sitiados,[39]​ y asimismo destacó que:[14]

Pero debido al hambre y a la peste que soportaban, y sabiendo que no recibirían ayuda de Portugal, una noche Alfonso López de Tejeda abandonó el castillo llevándose las llaves de la fortaleza.[14]​ Y viajando acompañado por su esposa, su hijo mayor y por algunos de sus soldados se refugió en Portugal para desde allí continuar hostigando a las tropas de Enrique II.[35]​ Y al saber que el castillo de Zamora se había rendido, el monarca castellano lo comunicó a las ciudades y concejos de su reino y poco después recibió a los embajadores del reino de Portugal.[40]

Los tres hijos asesinados del alcaide fueron sepultados en el convento de San Francisco de Salamanca, donde también serían enterrados el propio alcaide Alfonso López y su hijo y heredero, Diego López de Tejeda.[35]​ Y en un letrero colocado en la capilla de los Tejedas del mencionado convento,[38]​ aunque Bernardo Dorado señaló que se hallaba en el claustro mayor,[1]​ se encontraba la siguiente inscripción,[38]​ que aludía a los hechos acaecidos durante el asedio de Zamora y que ha sido transmitida por numerosos historiadores:[19][38][41][b]

Alfonso López de Tejeda fue un noble destacado e «importante», como señaló Fernando Suárez Bilbao, en la Corte del rey Fernando I de Portugal,[42]​ de quien recibió algunas donaciones,[43]​ y al llegar a su reino entró al servicio de Leonor Téllez de Meneses, que era la reina consorte de Portugal por su matrimonio con Fernando I.[42]​ Pero durante el reinado de Enrique II, y a pesar de que el monarca le perdonó y le permitió regresar a Castilla, Alfonso López de Tejeda permaneció en Portugal.[44]​ Y Manuel Villar y Macías elogió sus actuaciones durante el asedio de Zamora y afirmó que:[44]

El rey Juan I de Castilla le «redujo a su servicio»[6]​ y le ordenó que regresara a Castilla, nombrándole a continuación alcaide de los alcázares de Zamora, aunque se desconoce hasta cuándo ocupó el cargo,[14]​ y de los alcázares de Segovia,[5][6]​ donde hay constancia de que ya lo era en 1380.[45]​ Y conviene señalar que el rey le concedió esas mercedes para compensarle por su apoyo a Castilla.[46]

Al regresar al reino de Castilla, Alfonso López de Tejeda pasó a ser un «personaje gris», en palabras de Suárez Bilbao,[42]​ aunque otros autores señalaron por el contrario que disfrutó «de la confianza» de los sucesivos reyes de Castilla.[15]​ Y en la primavera de 1382 Alfonso López participó en la guerra que Juan I de Castilla emprendió contra Fernando I de Portugal, aunque la paz entre ambos reinos fue suscrita poco después.[47]

Fernando I de Portugal falleció el 22 de octubre de 1383, y su legítima heredera, la reina Beatriz de Portugal, estaba casada con Juan I de Castilla.[48]​ Y cuando este último fue informado de la muerte de su suegro, decidió que lo más urgente era que su esposa fuera reconocida como reina en Portugal, y por ello reunió a su Consejo Real en Montalbán y «envió por delante» a Alfonso López de Tejeda para que viajara a Portugal[48]​ y comunicara a la reina regente, Leonor Téllez de Meneses, que era de vital importancia que su hija Beatriz fuera proclamada reina de Portugal[15][49]​ con la mayor prontitud posible,[48]​ siendo todo ello relatado en un pasaje de la Crónica del rey don Juan I:[50]

Además, Covadonga Valdaliso señaló que durante la guerra castellano-portuguesa, Alfonso López de Tejeda apoyó claramente, al igual que otros antiguos «petristas» como Garcí Rodríguez de Tavorda o Lope Gómez de Liria, a Juan I de Castilla y a su esposa, la reina Beatriz de Portugal.[51]​ Y tras la decisiva derrota castellana en la batalla de Aljubarrota, que se libró el 14 de agosto de 1385,[52]​ el maestre de Avis, que llegaría a reinar en Portugal como Juan I, se apoderó de numerosos lugares que hasta entonces habían estado en poder de los castellanos.[53]

Y en un pasaje de la Crónica del rey don Juan I, como señaló Villar y Macías, consta que Alfonso López de Tejeda,[53]​ que era el alcaide de la fortaleza portuguesa de Torres Novas desde 1384 y en nombre de Juan I de Castilla,[54]​ se negó a entregarla a los seguidores del maestre de Avis hasta que no recibió la «autorización real» correspondiente,[53]​ según consta en dicho pasaje:[55]

Castrillo Llamas señaló que es probable que tras dejar la alcaidía de Torres Novas regresara a Castilla, ya que la mayoría de los historiadores aluden a Alfonso López de Tejeda como «comendador de Santiago y caballero natural de Castilla».[56]​ Y durante la minoría de edad de Enrique III de Castilla fue alcaide de los alcázares de Segovia, pero hay constancia de que en junio[46]​ de 1392,[57]​ aunque Ceballos-Escalera señaló erróneamente que fue en 1391,[45]​ los regentes del reino le destituyeron y nombraron para reemplazarle a Juan Hurtado de Mendoza el Limpio,[46]​ que era el mayordomo mayor del rey.[14]​ Sin embargo, Alfonso López recibió grandes mercedes de manos de Enrique III por renunciar a la alcaidía de Segovia, como señalaron González Dávila[5]​ y Ceballos-Escalera,[46]​ basándose en la Crónica del rey don Enrique III, donde se afirma que:[58]

La familia Tejeda llegó a poseer en las siguientes centurias y en tierras salmantinas, entre otros, los señoríos de Tejeda, Santa Olalla, Ribas, Alcornocal, Mozodiel y Gallegos de Huebra.[59]​ Y el 9 de octubre de 1399, hallándose en la localidad de Cuéllar, la reina Beatriz de Portugal recompensó a Alfonso López de Tejeda entregándole «una parte de la aceña de Velasco Miguel» situada junto al río Tormes.[60]

Alfonso López de Tejeda falleció en 1404[44][5][6]​ y en la ciudad de Salamanca, según Bernardo Dorado,[1]​ aunque Castrillo Llamas, que se basa fundamentalmente en la obra de González Dávila, señaló que murió «en torno al año 1404».[18]​ Y en el momento de su muerte, según su epitafio, era comendador de Castrotorafe y Peñausende en la Orden de Santiago y alcaide de los alcázares de Segovia y Zamora.[2]

Fue sepultado en el desaparecido convento de San Francisco de Salamanca, en el que también fueron enterrados su hijo Diego y sus tres hijos asesinados durante el sitio de Zamora.[5]​ Y la tumba de Alfonso López estaba situada «cerca» de las de sus hijos asesinados[6]​ y junto al altar de San Buenaventura de la capilla de los Tejedas,[35]​ donde estaba colocado un letrero con la siguiente inscripción:[2]

Sin embargo, todas esas sepulturas desaparecieron en el siglo XIX,[61]​ y del convento de San Francisco, que fue desamortizado y destruido en dicha centuria, únicamente sobreviven en la actualidad la capilla de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, edificada a mediados del siglo XVIII, y algunos restos del ábside gótico de la primitiva iglesia conventual.[62]

Contrajo matrimonio con Inés Álvarez de Sotomayor, y fruto de su matrimonio nacieron al menos cuatro hijos, siendo tres de ellos los que murieron durante el sitio de Zamora y el otro:[3]




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