El Altiplano andino, altiplano sudamericano, meseta del Collao o meseta del Titicaca, es una extensa planicie de altura o altiplano de América del Sur ubicada a una altitud media de 3800 msnm que abarca parte del noroeste de Argentina, el occidente de Bolivia, parte del norte de Chile y parte del sur del Perú. Tiene importancia histórica por haber sido el lugar en que surgieron diversas civilizaciones, como la cultura Tiahuanaco, y se realizó la domesticación de plantas como la papa y animales como la llama y la alpaca. Por sus características ambientales y ecológicas, es una región natural única en el continente y por su altitud pertenece a la llamada región de la Puna.
La cordillera de los Andes forma un macizo imponente que se levanta junto a la depresión intermedia, en forma de un gran plano inclinado, alcanzando alturas por encima de los 6000 msnm de origen tectónico y volcánico. Los materiales erosionados de estas cordilleras y los expulsados por los volcanes rellenaron la depresión central, formando planicies que dieron a esos sectores el nombre de altiplano.
El altiplano recibe precipitaciones tropicales y nieve durante el verano austral, entre enero y febrero; este fenómeno climático es llamado «invierno boliviano». Tanto la aridez como la altura limitan y determinan la vida: la flora y fauna, fuertes y especializadas, sobreviven a las condiciones extremas por sobre 3600 m. Existe una gran diversidad biológica cuyas muestras más representativas están protegidas en los parques y monumentos nacionales. Así, vasto y colorido, salpicado por lagos, pantanos («bofedales»), salinas y géiseres; coronado por volcanes de más de 6000 msnm.
El término collao deriva del antiguo aimara qullaw,[cita requerida] formado por los morfemas qulla y -wi, es decir, 'lugar de las collas'. Este nombre está registrado en las crónicas más antiguas de la conquista en referencia a la región al sureste del Cuzco donde habitaban contemporáneamente a los incas diversos reinos aymaras, entre ellos los collas.
El término 'Altiplano' o 'Puna' es, generalmente, acompañado por un gentilicio del país o región de que se trata: el altiplano argentino, altiplano boliviano, altiplano chileno y altiplano peruano. Este sistema abarca cuatro países: parte del norte de Argentina, el occidente de Bolivia, donde se ubica su mayor extensión; parte del norte de Chile y parte del sur del Perú.
El Altiplano es una cuenca sedimentaria intramontañosa cuyos sedimentos han sido mayoritariamente depositados en condiciones de endorreísmo y levantados por los mismos movimientos tectónicos que han dado origen a la cordillera Andina desde hace unos 15-25 millones de años. Los mecanismos tectónicos responsables de estos movimientos son aún poco entendidos y existe una variedad de modelos que intentan relacionar la subducción oceánica bajo los Andes con la historia del levantamiento de los sedimentos del Altiplano.
Se le define como una altiplanicie, esto es, una zona de poco relieve ubicada a gran altitud. Se trata de una serie de cuencas planas encerradas por serranías altas, que se ubican a más de 3600 msnm.
A partir del lago Titicaca, la cordillera de los Andes se va ensanchando progresivamente hacia el sur, dejando entre las cadenas montañosas más altas una altiplanicie muy extensa, que recibe el nombre de Altiplano o Puna. Este segundo nombre también designa a las sierras ubicadas en los Andes en una altura determinada y, por tanto, con ciertas condiciones ambientales.
La meseta del Collao es un conjunto de cuencas endorreicas entre las que destacan dos:
Hacia el sur de la meseta del Collao destacan varias cuencas endorreicas de lagunas o salares menores nacidos de manantiales. Ambas cuencas se habrían separado hace 10 000 años, durante el último periodo glacial.
De norte a sur, se nota en la meseta del Collao un gradual proceso de desertificación, debido en gran medida a la progresiva disminución de las precipitaciones pluviométricas, de norte a sur, lo que produce, concomitantemente un incremento de la salinidad y mineralización de las cuencas. La zona del salar de Uyuni y del salar de Coipasa, reciben aguas salobres de sus afluentes (río Grande de Lípez y Pucamayu, hacia el Uyuni, y ríos Lauca y Lacajahuira hacia el salar de Coipasa). Asimismo el lago Poopó y el lago Uru Uru tienen aguas altamente mineralizadas que aceleran el proceso de convertirse en salares.
De la misma manera, el río Desaguadero recibe el aporte de aguas mineralizadas del río Maure, por lo que el aporte del lago Titicaca hacia el sur de la cuenca se vuelve fundamental para la subsistencia de la agricultura en la región sur de la meseta.
En general los ríos de la meseta del Collao destacan por ser meándricos en sus cuencas medias e inferior, debido a la carencia de pendiente y al arrastre continuo de sedimentación. Esta sedimentación fue la causante en 1962 de que el río Desaguadero desbordara su caudal, inundando una pampa que luego se convertiría en el lago Uru Uru.
Al sur del salar de Uyuni existen una serie de lagunas, las principales son:
La presencia del lago Titicaca y de la cuenca del Amazonas determinan una variación en la humedad y la temperatura de la zona, siendo más húmeda en el norte y el oeste que en el sur y este.
El altiplano es como se dijo, una planicie de más de 3600 m de altura, hay baja presión atmosférica y, por lo tanto, menos concentración de oxígeno. Su clima es de puna, muy frío, seco y tiene grandes amplitudes térmicas diarias. Esto significa que la mayoría de las noches (inclusive en verano) puede helar y que al mediodía puede hacer calor. La variación de temperatura puede ser de 30 °C en el mismo día, -5 °C por la noche y 25 °C al mediodía.
El suelo no siendo homogéneo es otro factor de gran importancia. Tiene muchas zonas al «desnudo», pero a pesar de las condiciones críticas, heladas, sequía, altura, en esta zona crecen plantas y hay lugares con bastante vegetación. Como en cualquier ecosistema, existe pues una relación importante entre vegetación, clima y suelo, ya que la vegetación protege al suelo de la erosión. Es allí donde se encuentran las vicuñas.
La región de los Andes centrales tiene altas cordilleras desprovistas de vegetación.- En esta región el relieve montañoso es imponente. En ella se encuentran algunas de las máximas elevaciones de América. Las montañas, casi sin vegetación, tienen en sus cumbres nieves permanentes. Hay pasos a gran altura que permiten el tránsito a Chile. Amplios valles separan los cordones de los Andes de la precordillera. Es allí donde se localiza la población.
El altiplano ha sido poblado desde antiguo. Los vestigios de cultura, como la cerámica o el trabajo en piedra, datan de alrededor del 5000 AC. En los Andes van desapareciendo las armas, puesto que ya tienen la capacidad de domesticar animales útiles para su supervivencia. El hombre del Altiplano se asienta en torno a los lagos y logra el desarrollo agrícola, lítico, metalúrgico y pecuario; asimismo, y pese a ser una zona difícil para la agricultura, domestica las plantas silvestres, como la papa y las mejora para el consumo humano.
Este desarrollo cultural llevó al florecimiento de la civilización Tiahuanaco a partir del 1500 AC, principal exponente de la cultura del Altiplano. Durante el Imperio incaico llegó a tener 800 000 habitantes en el Collasuyo.
El Altiplano se encuentra habitado de manera desigual. Las mayores áreas demográficas se hallan en la zona circunlacustre hacia el norte. La mayor ciudad, El Alto (Bolivia) con 1 180 000 habitantes, se levanta cerca de la antigua ciudad de Tiahuanaco. En el Perú destacan Juliaca y Puno.
La flora de esta región es esteparia y se caracteriza por las plantas de hojas de reducida superficie, evitando la pérdida excesiva de agua. En algunas especies, las hojas se han transformado en espinas, poseen una cutícula gruesa, y su color amarillento les da una apariencia de plantas secas. Protegidas del viento y del frío por matas de pasto, crecen algunas plantas con flores. También hay arbustos enanos de profundas raíces.
En el altiplano existen muchas especies vegetales, pero hay algunas que despiertan mayor interés en los pobladores locales, ya que son utilizadas como combustible o forma parte de su dieta diaria. Entre ellas tenemos la tola, la yareta, el ichu.
Cada una de ellas tiene importancia para el hombre andino peruano, sin embargo, el ichu es importante porque actúa como protector de suelos, para evitar el avance de las cárcavas ocasionadas por las lluvias y el viento, y protege los pastos de menor tamaño. En la agricultura se usa para almacenar papas, para elaborar la tunta y el chuño. En ganadería, se utiliza como alimento de camélidos. En la vivienda, es útil para amarrar los tijerales del techo de las casas. En artesanía, se aplica en la elaboración de sogas, alfombras para el piso, para el colchón de la cama, para confección de sombreros y escobas. Además de lo anterior, encontramos: la quinua roy y el charqui.
Ambiente: altiplano. Suelo seco previamente abonado. Separación de cultivo de parcelas
Ambientes:
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