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Arapaima gigas



El paiche, pirarucú o arapaima (Arapaima gigas) es una especie de pez osteoglosiforme de la familia Arapaimidae. Es el segundo pez de agua dulce más grande del mundo, después del esturión beluga (Huso huso). El término pirarukú deriva del tupí-guaraní pirá, que significa 'pez'.

Crece hasta superar los 3m de largo y pesar hasta 250 kg (el esturión beluga supera los 5 m y los 600 kg). Presenta cuerpo delgado, el margen ventrolateral de la cabeza relativamente redondeada, hasta 18 rayos en la aleta caudal y dientes en dentario de 2 a 2,5 filas irregulares.

En cierta época del año vive en aguas poco oxigenadas, por lo que el oxígeno que absorbe por sus branquias es insuficiente, así que debe respirar aire atmosférico (o “boquear”). Generalmente lo hace en períodos de 15 minutos, pero puede aguantar hasta 40 minutos si se encuentra en peligro o está en plena persecución. A diferencia de la mayoría de los peces con los que convive en su hábitat, su vejiga natatoria está muy desarrollada y es muy grande y vascularizada, por lo que tiene una función similar a un pulmón humano.[cita requerida] Esto lo hacen otras especies del Amazonas, como la anguila eléctrica.

Vive en la cuenca del río Amazonas, en el Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa, y también se puede encontrar en el río Madre de Dios (Perú). Desde Perú llegó a Bolivia en los años 1970 y se encuentra en los ríos Beni, Mamoré e Iténez. En Bolivia es considerada como especie invasora, con múltiples impactos ecológicos y socioeconómicos.[2][3]​Recientemente ha sido introducido para su pesca en Tailandia y Malasia. También es considerado pez de acuario, aunque requiere de un estanque y suministros muy grandes. Su hábitat se inunda casi la mitad de cada año por las lluvias y el deshielo en los Andes, por lo que una parte del año nada entre los árboles, y cuando baja mucho el nivel del agua (en algunas zonas altas de la planicie amazónica) se entierra en el lodo con la cabeza fuera (probablemente de ahí su forma de respiración).

Su dieta consiste en otros peces y hasta de pequeños animales terrestres, incluyendo aves, que captura cuando caen al agua, o incluso dando saltos fuera de la misma.

Fósiles de arapaima (o especies muy similares) han sido hallados en Colombia, en la Formación Villavieja, los cuales datan del Mioceno (entre hace 23 y 5 millones de años).[4]

Esta especie practica la incubación oral, y también su reproducción se ha adaptado a las grandes fluctuaciones de su entorno, pues pone sus huevos entre febrero y abril, cuando el nivel del agua es bajo, y para ello construye un nido de unos 50 cm de ancho y 15 cm de profundo, usualmente en áreas arenosas. En la época de inundación (cuando sube el nivel del agua), durante los meses de mayo a agosto, los huevos eclosionan, por lo que tienen más agua para prosperar.

Ambos padres cuidan de su prole cuando esta nace y los acompañan y llevan a sitios de alimentación. Las crías se alimentan de pequeños invertebrados y de plancton, colocándose en formación, de tal manera que todos forman una especie de pared, colocándose todos uno al lado del otro o arriba o abajo de otro, mirando y nadando en la misma dirección. Las crías de pirarucú solo pueden respirar aire cuando alcanzan cierta edad.

Su lengua ósea tiene uso medicinal en Sudamérica: se utiliza desecada y combinada con corteza de guaraná rallada, puestas en agua. Se administran dosis de este remedio para matar parásitos intestinales. Por ser ósea, además es utilizada para raspar madera y fabricar utensilios, y sus escamas sirven de lima para las uñas.

En la Amazonia comen su carne, y se dice que es deliciosa.[cita requerida] Dado que sale a respirar, usualmente era golpeado y luego arponeado. Un adulto puede rendir hasta 60 kg de carne.

En Bolivia, la introducción de la especie generó impactos negativos sobre la ictiofauna nativa y, como consecuencia, sobre la pesca de subsistencia realizada por comunidades locales. Sin embargo, en este mismo país también genera beneficios económicos para pescadores que se dedican a la pesca comercial, y para comerciantes mayoristas y minoristas.[3]​Junto con diferentes organizaciones científicas, el gobierno boliviano está examinando las consecuencias de la invasión del paiche en el país.[5]

Tiempo atrás esta gran especie debe haber sido el depredador por excelencia de los lagos y los bosques inundados de la Amazonia. Sin embargo, durante el último siglo ha sido perseguida a un ritmo alarmante. Tradicionalmente se les pescaba con la ayuda de arpones, pero con la llegada de las redes agalleras las posibilidades de captura por parte del hombre se incrementaron considerablemente. A pesar de que sus poblaciones se han reducido significativamente, los altos precios que alcanza su carne en los mercados locales hace que siga siendo un objetivo predilecto de los pescadores.

Sin embargo, en algunas regiones de Brasil se practica la acuicultura intensiva con esta especie, como en los estados de Pará y Acre (cerca de la capital Río Branco, donde sus alevines se encuentran a la venta en las tiendas del Mercado Municipal). Algunos acuicultores, con la autorización del gobierno brasileño, hicieron la captura de reproductores y desarrollaron su reproducción en cautiverio, en lagunas y embalses, lo que reduce la sobrepresión de pesca sobre los ejemplares salvajes.



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