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Batalla de Leningrado



El sitio de Leningrado (en ruso, блокада Ленинграда, romanizadoblokada Leningrada) fue una acción militar de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial encabezada por Wilhelm Ritter von Leeb, que buscó inicialmente apoderarse de la ciudad de Leningrado (actual San Petersburgo). Los soviéticos construyeron una intrincada defensa alrededor de la ciudad, camuflaron edificaciones históricas con redes que impedían determinar su perfil.[13]

El asedio comenzó el 8 de septiembre de 1941, cuando la Wehrmacht cortó el último camino a la ciudad. Aunque las fuerzas soviéticas lograron abrir un estrecho corredor terrestre a la ciudad el 18 de enero de 1943, el Ejército Rojo no levantó el asedio hasta el 27 de enero de 1944, 872 días después de que comenzara. El bloqueo se convirtió en uno de los asedios más largos y destructivos de la historia, y fue posiblemente el asedio más costoso de la historia debido a la cantidad de bajas que se sufrieron durante el mismo. En el siglo XXI, algunos historiadores lo han clasificado como un genocidio debido al hambre sistemática y la destrucción intencional de la población civil de la ciudad. [14][15][16][17][18]

Miles de familias murieron de frío y hambre en sus hogares. La falta de alimentos llevó a la población a alimentarse de palomas, gatos y ratas; también hubo actos de antropofagia y compraventa de cadáveres.[19]​ La ciudad estuvo a punto de perecer de no ser por un corredor que se estableció a través del helado lago Ládoga, por donde llegaba una mínima ayuda a los sitiados. Los muertos hasta ser liberada la ciudad superaron la cifra extraoficial de 1 200 000.[20]

La invasión alemana a la URSS en junio de 1941 fue llevada a cabo por tres gigantescos grupos de ejércitos (Norte, Centro y Sur). El Grupo de Ejércitos Norte debía tomar Leningrado y luego esperar a la llegada del Grupo de Ejércitos Centro antes de avanzar hacia Moscú. Si bien el Alto Mando Alemán (OKW) opinaba que esta última ciudad era más importante que Leningrado, según el historiador Mijaíl Frolov Hitler pensaba que la conquista de esta neutralizaría para siempre a la flota del Báltico, permitiendo el libre transporte de hierro desde Suecia hasta Alemania.[21]​ Además, siendo Leningrado la antigua capital del Imperio Ruso y la cuna de la Revolución rusa de 1917, la toma de esta ciudad sería un duro golpe a la moral de la Unión Soviética. En 1939, la ciudad era responsable del 11 % de toda la producción industrial soviética.[22]

Hitler no era el único que quería ver caer Leningrado. En 1939 la URSS había intentado invadir Finlandia, al negarse esta a ceder parte de su territorio para salvaguardar a Leningrado (véase Guerra de Invierno). Los soviéticos lograron penetrar por la frontera, y se conformaron con anexarse unas porciones del territorio finlandés alrededor del lago Ládoga. Tras esto, los finlandeses empezaron a armarse de nuevo, con la intención de vengarse en el futuro. Cuando Hitler invadió la URSS, Finlandia formó inmediatamente una alianza con Alemania con objeto de recuperar los territorios perdidos (véase Guerra de Continuación).[23]

El plan final de Hitler era arrasar Leningrado y ceder áreas al norte del río Nevá a los finlandeses.[24]

El 21 de julio de 1941, Hitler había visitado el cuartel general del mariscal Wilhelm von Leed comandante del Grupo de Ejércitos Norte, en Letonia y le había demandado que Leningrado fuera aniquilado rápidamenteː a finales de julio, reforzado con el VIII Cuerpo Aéreo, Leed se dispuso a rodear la ciudad. Su plan era rebasar por el flanco la línea Luga, un sistema de fortificaciones soviéticas a lo largo del río Luga al suroeste de la ciudad, y conectar con los finlandeses.[25]

La ofensiva alemana comenzó el 8 de agosto. El día 13, el Ejército Alemán capturó la ciudad de Novgorod, cortando de esa forma la carretera principal Leningrado-Moscú. La línea Luga fue rebasada por el sur , lo que obligó a los defensores soviéticos a retirarse hacia Leningrado.[25]

Casi al mismo tiempo, los fineses comenzaron la invasión desde el norte, reconquistando el istmo de Carelia hacia agosto de 1941. Sin embargo, detuvieron su avance hacia Leningrado en la antigua frontera de 1939. El gobierno finés se negó a seguir adelante, a pesar de que Alemania le presionaba para que participara en el asalto a Leningrado. Al contrario que el resto de países aliados de los nazis, Finlandia nunca cedió el control de sus tropas a un general alemán, manteniendo en todo momento su independencia militar; con posterioridad solo efectuaron ataques limitados hacia Leningrado. Los finlandeses incluso dieron inicio a una desmovilización parcial de sus tropas tras recuperar los territorios perdidos en la Guerra de Invierno.[26]

La negativa finlandesa a atacar la ciudad desde el norte, dejó al Grupo de Ejércitos Norte solo para completar el avance hacia Leningrado. Los líderes soviéticos no habían previsto una amenaza contra la ciudad proveniente del oeste, por lo que carecía de defensas en esa dirección. Hasta 500.000 civiles, muchos de ellos mujeres y niños, trabajaron en las fortificaciones de campaña alrededor de la ciudad a medida que las tropas nazis avanzaban a través de los países bálticos durante julio y agosto. 20.000 efectivos soviéticos defendieron el puerto de Tallin (Estonia).[26]

El 25 de agosto, los alemanes capturaron Chúdovo, en la línea principal de ferrocarril entre Moscú y Leningrado. Cinco días más tarde tomaron el importante nudo ferroviario de Mga, y el 8 de septiembre, la 20.º División matorizada ocupó Shilisselburgo, en la esquina sureste del lago Ládoga, a 37 kilómetros al este de la ciudad, completando de esta manera el cerco de la ciudad.[25]

El 26 de agosto de 1941, finalmente el Alto Mando soviético dio permiso a la Flota del Báltico para evacuar Tallin. A pesar de las excepcionales dificultades de la evacuación y a los continuos ataques de la Luftwaffe y al constante peligro de los submarinos alemanes y de los numerosos campos de mina, el Almirante Vladímir Tríbuts, a la sazón comandante de la Flota del Báltico, fue capaz de evacuar a Kronstadt 104 barcos, 25 transportes y numerosos barcos auxiliares. Además fueron evacuadas las tropas del 10.º Cuerpo de Fusileros, la guarnición de la base, los heridos y numerosos refugiados, más de 18 mil personas,​ que luego tuvieron un destacado papel en la defensa de Leningrado.

Los enormes cañones de la Flota del Báltico frenaron en seco la primera ofensiva alemana en 1941 a tan solo siete kilómetros de Leningrado, sus poderosos cañones eran capaces de lanzar por los aires los tanques alemanes, tan solo una de estas baterías navales fue capaz de destruir 35 tanques alemanes, doce posiciones de artillería, un batallón de infantería y un tren militar alemán cargado de soldados y municiones.[27]​ Entonces el Mariscal de Campo Wilhelm von Leed Comandante del Grupo de Ejércitos Norte, decidió que fuera la Luftwaffe quien despejara el camino a Leningrado hundiendo los barcos de la Flota del Báltico, la primera víctima fue el viejo Acorazado Marat (antiguo Petropavlovsk), hundido en aguas someras tras el impacto directo de dos bombas de 1000 kg. Sin embargo, tres de sus torretas principales estaban intactas junto al resto del casco y los soviéticos lo pusieron en servicio, por lo cual, el Marat continuó como batería estacionaria durante el resto del cerco.​[28][29]

La poderosa demostración de fuego de la Flota Soviética y el traslado de la mayor parte de la Luftwaffe y de las unidades blindadas del Grupo de Ejércitos Norte para apoyar la gran ofensiva nazi contra Moscú (véase Operación Tifón) impidió a la Wehrmacht ocupar rápidamente Leningrado, por lo que el Alto Mando Alemán ordenó al Grupo de Ejércitos Norte, atrincherarse y dejar morir de hambre a la población y a la guarnición de la ciudad.​[30]

El 6 de septiembre de 1941, el dictador alemán Adolf Hitler, emitió la directiva del Führer n.º 35 ordenaba que tres cuerpos motorizados y el VIII Cuerpo aéreo se pusieran bajo el control del Grupo de Ejércitos Centro. Con sus dos divisiones Panzer y sus dos divisiones motorizadas restantes el Grupo de Ejércitos Norte fue incapaz de hacer progresos en los ataques terrestres. En su lugar comenzaron a bombardear la ciudad con artillería pesada y ataques de la Luftwaffe. El día 12, las bombas alemanas destruyeron el principal almacén de alimentos de la ciudad, hecho que marcaría el comienzo de dos años de hambruna y sufrimiento.[26]

El 11 de septiembre de 1941, Stalin envió al general de ejército Georgi Zhúkov y a un grupo reducido de personal militar a la ciudad sitiada para hacerse cargo de la defensa y sustituir al mariscal Voroshilov, el cual había demostrado una enorme incompetencia. Voroshilov fue acusado de «errores graves cometidos en la defensa de Leningrado», para cualquier otro general esto hubiera significado una sentencia de muerte pero debido a la amistad que lo unía con Stalin, fue perdonado y destinado a un puesto sin importancia en la retaguardia.[31]

En cuanto Zhukov tomó el mando de la ciudad, rápidamente se puso en acción para remediar la difícil situación. Dividió Leningrado en seis sectores defensivos. Sin perder ni un minuto se cavaron trincheras, se crearon fortines y se distribuyeron cañones antitanque entre batallones de reserva organizados. Además ordenó a los grandes cañones de la Flota del Báltico que castigasen duramente a las posiciones alemanas. Los barcos contaban nada menos que con 338 cañones de gran calibre que podían dispararse desde las embarcaciones o trasladarse a tierra para formar baterías costeras. Después de tomar estas medidas Zhúkov dictó la orden, a las tropas soviéticas que defendían el perímetro de defensa de la ciudadː, de que cualquier soldado u oficial que fuera sorprendido retirándose del frente sin permiso sería fusilado de inmediato.[32]

A finales de octubre de 1941, el mariscal alemán Wilhelm von Leed dio órdenes a sus unidades de artillería para queː

El general al mando (Wilhelm von Leed) visitó una serie de baterías de artillería ligera y pesada. Inspeccionó los alojamientos de invierno y las posiciones recién construidas para los cañones y luego habló con los oficiales al mando de las piezas y de la división sobre el uso de la artillería para impedir que la población de Leningrado escapara de la ciudad. Según la Orden Secreta n.º 2737, «había que detener dichas tentativas por la fuerza de las armas, si era necesario. Es obligación de la artillería resolver tal situación y hacerlo lo más lejos posible de nuestra líneas; preferentemente, abriendo fuego sobre los civiles al principio de su salida de la ciudad para que la infantería no tenga que abrir fuego por sí misma contra los civiles».[33]

Estas órdenes fueron entregadas a todas las formaciones de artillería del frente de Leningrado. El 15 de noviembre, el diario de guerra señaló que «algunos civiles que intentaban escapar a nuestra líneas fueron neutralizados por fuego de artillería».[33]

En septiembre de 1941, el vínculo con el Frente del Vóljov (comandado por Kirill Meretskov) se cortó definitivamente, en ese punto los sectores defensivos de Leningrado estaban en manos de cuatro ejércitos: 23.° Ejército en el sector norte, 42.° Ejército en el sector occidental, 55.° Ejército en el sector sur, y el 67.º Ejército en el sector este. El 8.º Ejército del Frente del Vóljov tenía la responsabilidad de mantener la ruta logística a la ciudad en coordinación con la Flotilla del Ladoga. La cobertura aérea de la ciudad fue proporcionada por las unidades de aviación naval de la PVO del distrito militar de Leningrado y de la Flota del Báltico. [34][35]

A finales de septiembre de 1941, comenzaron a llegar, al Cuartel General de Zhúkov, varios informes que indicaban las intenciones alemanes de cercar la ciudad y dejar morir de hambre a sus habitantes, asíː el 23 de septiembre, Moscú confirmó que el 4.º Grupo Panzer había sido trasladado de la zona de Leningrado y enviado a Moscú para participar en la Operación Tifón. Dos días después, su jefe de inteligencia, el mayor general Yevstigneyev, redactó un informe en el que decía que los alemanes estaban obligado a los residentes locales a construir trincheras y refugios permanentes para sus soldados. Y en Peterhof talaban árboles para construir sus puestos de mando e instalaban estufas, muebles y camas. Claramente, se preparaban para pasar el invierno en las afueras de Leningrado y mantener la ciudad bloqueada. A pesar de todo, Zhukov siguió convencido de que los nazis querían ocupar la ciudad mediante un asalto directo.[32]

En el área de Leningrado, el avance alemán fue tan rápido que solo se había logrado evacuar 92 fábricas antes de que la ciudad fuera cercada. La reubicación de las fábricas de la región no comenzó hasta el 5 de octubre, y sin embargo, para finales de año, una antigua planta de tanques de Leningrado ya estaba produciendo tanques KV-1 en Tankograd, un inmenso complejo de factorias situado en Cheliábinsk en los Urales. Sin embargo muchas factorías continuaron en la ciudad sitiada produciendo todo tipo de materiales militares, incluso durante lo más duro del asedio.[36]

Según Zhukov, «antes de la guerra, Leningrado tenía una población de 3.103.000ː 3.385.000 contando los suburbios. Se evacuaron hasta 1.743.129, incluidos 414.148 niños» entre el 29 de junio de 1941 y el 31 de marzo de 1943. Fueron trasladados a la zona del Volga, los Urales, Siberia y Kazajistán. [37]

La operación defensiva para proteger a los 1.400.000 civiles evacuados fue parte de las operaciones de contra-asedio de Leningrado bajo el mando de Andréi Zhdánov, Kliment Voroshilov y Alekséi Kuznetsov. Se llevaron a cabo operaciones militares adicionales en coordinación con las fuerzas navales de la Flota del Báltico bajo el mando general del almirante Vladimir Tributs. La Flotilla del Ladoga bajo el mando de V. Baranovsky, S.V. Zemlyanichenko, P.A. Traynin y B.V. Khoroshikhin también desempeñaron un papel militar importante en la ayuda a la evacuación de civiles.[38]

El primer éxito de la defensa aérea de Leningrado tuvo lugar la noche del 23 de junio. Un bombardero Ju-88A del 1er cuerpo aéreo (KGr.806) resultó dañado por el fuego de los cañones AA de la 15ª batería del 192º regimiento de artillería antiaérea y realizó un aterrizaje de emergencia. Todos los miembros de la tripulación, incluido el comandante, el teniente Hans Turmeyer, fueron capturados en tierra. El comandante de la 15ª batería, el teniente Alexey Pimchenkov, recibió la Orden de la Bandera Roja por su acción.[39]

El 8 de septiembre, el día en que cayó Shlisselburg y se completó el cerco de la ciudad, Alemania lanzó el primer gran ataque aéreo sobre Leningrado. Sus aviones, atacaron la ciudad en dos grandes oleadas. En la primera, a las 6.55 de la tarde, 27 Junkers Ju-87 dejaron caer 6.000 bombas incendiarias. Una hora más tarde, la segunda oleada soltó 48 bombas altamente explosivas de entre 200 y 450 kilos. Su único objetivo: los almacenes de alimentos de Leningrado. El ataque aéreo alemán fue sumamente efectivo puesto que destruyó los almacenes Badaev en la zona suroeste de la ciudad donde se almacenaba todo el grano, la carne, la manteca de cerdo y la mantequilla de la ciudad. Sorprendentemente las autoridades locales no habían tomado medidas para dispersar sus reservas alimentarias.[40]

El ataque aéreo del viernes 19 de septiembre fue particularmente brutal. Fue el ataque aéreo más pesado que Leningrado sufriría durante la guerra, ya que 276 bombarderos alemanes atacaron la ciudad matando a 1.000 civiles. Muchos de los muertos se recuperaban de heridas de batalla en hospitales que fueron alcanzados por bombas alemanas. Ese día se produjeron seis ataques aéreos. Cinco hospitales resultaron dañados por el bombardeo, así como el bazar comercial más grande de la ciudad. Cientos de personas habían corrido desde la calle hacia las tiendas para refugiarse del ataque aéreo.[41]

El bombardeo de artillería pesada alemana contra Leningrado comenzó en agosto de 1941, aumentando en intensidad durante 1942 con la llegada de nuevos equipos. Se intensificó aún más durante 1943, cuando se utilizaron varias veces más proyectiles y bombas que el año anterior. En contra de esto, la aviación de la Armada de la Flota del Báltico Soviética realizó más de 100.000 misiones aéreas para apoyar sus operaciones militares durante el asedio.[42]​ Los bombardeos alemanes mataron a 5.723 e hirieron a 20.507 civiles en Leningrado durante el asedio.[43]

Para sostener la defensa de la ciudad, era de vital importancia para el Ejército Rojo establecer una ruta para llevar un flujo constante de suministros a Leningrado. Esta ruta, que se conoció como el Camino de la Vida (en ruso: Дорога жизни), se efectuó sobre la parte sur del lago Ladoga y el corredor de tierra que permaneció desocupado por las fuerzas del Eje entre el lago Ladoga y Leningrado.

El transporte a través del lago Ladoga se logró mediante embarcaciones durante los meses más cálidos y vehículos terrestres conducidos sobre hielo espeso en invierno (de ahí que la ruta se conozca como "La Ruta del Hielo"). La seguridad de la ruta de suministro fue garantizada por la Flotilla Ladoga, el Cuerpo PVO de Leningrado y las tropas de seguridad de ruta. De este modo, se transportaron víveres a la aldea de Osinovets, desde donde eran trasladados y transportados a lo largo de 45 km a través de un pequeño ferrocarril suburbano hasta Leningrado.[44]

La ruta tuvo que utilizarse también para evacuar a civiles, ya que no se habían ejecutado planes de evacuación en el caos del primer invierno de la guerra, y la ciudad estuvo completamente aislada hasta el 20 de noviembre, cuando entró en funcionamiento la carretera de hielo sobre el lago Ladoga. Los vehículos corrían el riesgo de quedarse atascados en la nieve o hundirse a través del hielo roto causado por los constantes bombardeos alemanes, pero la carretera traía los suministros militares y alimentarios necesarios y sacó a civiles y soldados heridos, lo que permitió que la ciudad continuara resistiendo al enemigo.[45][46]

Además del hambre, la falta de combustible coincidió con uno de los peores inviernos (-30 °C) que ha vivido esta ciudad, muriendo miles de civiles de frío. Cientos de familias enteras perecieron en sus hogares. Al inicio del ataque a Leningrado, previendo un prolongado asedio, las autoridades soviéticas disminuyeron las raciones alimenticias diarias a 500 gramos para los obreros, 300 para los niños y empleados y 250 g para los no trabajadores. Debido a la falta de defensas antiaéreas adecuadas, un monto considerable de granos y harina fue destruido en septiembre en los silos de almacenamiento. Además no se tomó la previsión de clausurar los restaurantes, que derrocharon comida que sería necesitada urgentemente poco después. Muchos habitantes hicieron de los silos de almacenamiento destruidos su única fuente de alimento, consumiendo el resto de grano quemado que quedaba.

El 12 de septiembre se declaró que los granos y la carne solo durarían 35 días, mientras que el azúcar duraría 60 días, de modo que las raciones fueron reducidas aún más: 300 g de pan para los obreros, 250 g para los empleados y 125 g para los niños y no trabajadores. Como esto no era suficiente, la flotilla del lago Ládoga envió provisiones, siendo la mayoría de navíos hundidos por los bombarderos en picado alemanes (Junkers Ju-87 Stuka). Sin embargo, la hambruna obligó a los soviéticos a enviar buzos a rescatar lo que pudieran. Ante la falta de carne, se molieron 2.000 toneladas de intestinos de cordero que se habían encontrado en los puertos. Además, el Instituto Científico de Leningrado creó una especie de harina sintética a base de conchas y caparazones, complementada con serrín. Esto no fue suficiente, y al final del año la población consumía el 10 % de las calorías indispensables, muriendo a millares por desnutrición. Debido a la falta de combustible, el transporte público desapareció, al mismo tiempo que muchas fábricas cerraron. Solamente los edificios militares tenían derecho a usar la energía, si bien de forma limitada. La desesperación de los habitantes para no morir congelados los obligó a quemar la biblioteca de la ciudad, de 200 años de antigüedad, marcando profundamente la memoria colectiva de la hasta entonces capital cultural de Rusia.[47]

El mercado negro se hizo presente entre los ateridos habitantes quienes adquirían unos cuantos gramos de azúcar o harina a precios exorbitantes. Gente sin escrúpulos asesinó soterradamente a conciudadanos para vender grasa y carne humana. Quienes fueron sorprendidos en estas prácticas fueron ejecutados sumariamente por el ejército, que había implantado la ley marcial.[48]​ Los casos de canibalismo fueron muy comunes.[49]​ La población de perros, gatos, caballos, ratas y cuervos de la ciudad desapareció a medida que se convirtieron en el plato principal en muchas mesas.[50]​ Los alemanes enviaban regularmente al interior de la ciudad sitiada a espías para buscar información acerca de los resultados del sitio en la población. Después de la guerra se encontró el diario de Tatiana Sávicheva, una niña de 11 años, que narra de forma brutalmente simple cómo uno por uno todos los miembros de su familia mueren de hambre, hasta que queda sola, aunque al final muere también. Dicho diario fue utilizado como prueba por los Aliados para juzgar a los militares alemanes encargados del sitio a Leningrado después de la guerra (Juicios de Núremberg). Los soviéticos además montaron una pantalla frente a las fuerzas enemigas dándoles la sensación de que el sitio era completamente inútil (ruidos de tranvías funcionando pregrabados, conciertos sinfónicos con alto parlantes, etc.). A su vez, los alemanes hacían funcionar las cocinas de campaña en los extremos del perímetro, haciendo llegar olores de alimentos transportados por la brisa hacia la ciudad.[51]

Durante el sitio, el compositor ruso Dmitri Shostakóvich compuso su Sinfonía n.º 7, «Leningrado», intentando demostrar la actitud valiente de los habitantes de la ciudad bajo condiciones extremas.[52]​ La obra se interpretó en la ciudad el 9 de agosto de 1942 en un concierto retransmitido por radio a todo el mundo y, cuando la artillería alemana intentó interrumpirlo, lo evitaron los disparos de contrabatería de la artillería soviética.[53]​ Hoy en día los sobrevivientes repiten orgullosos: «Troya cayó, Roma cayó, Leningrado no cayó».[54][55]

La Unión Soviética había intentado durante 1942 levantar el asedio. Si bien la operación de las ofensivas de invierno y de Liubán no logró romper el asedio de la ciudad, ahora había una parte del frente donde solo dieciséis kilómetros, separaban el Frente de Leningrado en la ciudad y el Frente del Vóljov al este.​ La ofensiva consistía en unir las fuerzas de los dos frentes y establecer una ruta de suministro a Leningrado. Debido a que el Frente de Leningrado era, en este momento más débil, el Frente del Vóljov debía llevar a cabo la ofensiva, mientras que el Frente de Leningrado solo llevaría a cabo ataques locales y capturaría cabezas de puente al otro lado del río Nevá. El 8º Ejército del Frente del Voljov iba a encabezar el ataque, con el 4º Cuerpo de Fusileros de la Guardia en el segundo y el reformado 2.º Ejército de Choque en el tercer escalón.[56]

Al mismo tiempo, las fuerzas alemanas planearon la Operación Nordlicht para capturar la ciudad y ponerse en contacto con las fuerzas finlandesas. Para ello, los alemanes enviaron grandes refuerzos desde Sebastopol, que acababa de ser capturada en julio de 1942. En ambos bandos se ignoraron los preparativos del enemigo, y cuando comenzó la lucha, la sorpresa fue total para los dos contendientes.

La primera ofensiva fue lanzada el 19 de agosto de 1942 por las tropas soviéticas del Frente de Leningrado, seguida el 27 de agosto por la principal ofensiva del frente del Vóljov. A partir del 28 de agosto, los alemanes trasladaron sus fuerzas previstas para la Operación Nordlicht con el fin de oponerse al avance soviético. Los contraataques alemanes fallan, pero las fuerzas soviéticas ya no pueden avanzar. El 21 de septiembre, después de cinco días de intensos combates, las fuerzas alemanas se unieron y cortaron el saliente formado por la ofensiva soviética.[57]​​ Para el 10 de octubre, la línea del frente regresó a la posición de antes de la ofensiva.

La operación Chispa fue una operación militar soviética en enero de 1943, cuyo objetivo era romper el Sitio de Leningrado. La planificación de la operación comenzó poco después del fracaso de la Ofensiva de Siniávino. La derrota alemana en la Batalla de Stalingrado a finales de 1942 había debilitado el frente alemán, por lo que, en enero de 1943, las fuerzas soviéticas estaban planificando o realizando operaciones ofensivas en todo el frente germano-soviético, especialmente en el sur de Rusia; Iskra formó la parte norte de la contraofensiva de invierno soviética de 1942-1943 más amplia.[58]

La operación fue realizada por el Frente de Leningrado del Ejército Rojo, el Frente del Vóljov y la Flota del Báltico del 12 al 30 de enero de 1943 con el objetivo de crear una conexión terrestre con Leningrado. Las fuerzas soviéticas se unieron el 18 de enero y el 22 de enero la línea del frente se había estabilizado. La operación abrió con éxito un estrecho corredor terrestre de ocho a diez kilómetros de ancho hasta la ciudad. Se construyó rápidamente un ferrocarril ligero (véase camino de la victoria) a través del corredor que permitió que llegaran más suministros a la ciudad que el Camino de la Vida a través de la superficie congelada del lago Ládoga, reduciendo significativamente la posibilidad de captura de la ciudad y cualquier vínculo entre las tropas de Alemania y de Finlandia.[59]

Después del éxito parcial de la Operación Chispa, el Cuartel General del Alto Mando Supremo (STAVKA) decidió lanzar una operación a gran escala, con el nombre en código de "Estrella Polar", cuyo objetivo final era derrotar al Grupo de Ejércitos Norte alemán y la liberación completa de la Región de Leningrado. Al Frente del Noroeste y al grupo especial del Coronel General Mijaíl Khozin,​ especialmente creado el 30 de enero, se les asignó el papel principal en la próxima operación, y a las tropas de los frentes de Leningrado y Vóljov se les asignó un papel auxiliar. Al mariscal Zhukov, designado representante del Cuartel General del Mando Supremo en el Frente Noroeste, se le encomendó la coordinación de las acciones de las tropas de los tres frentes y del "Grupo Especial". Además, a principios de febrero, el mariscal jefe de artillería Nikolái Vóronov y el mariscal del aire Alexandr Nóvikov, que habían combatido recientemente en la Batalla de Stalingrado, llegaron al Frente del Noroeste con la tarea de coordinar las acciones de artillería y aviación, respectivamente, en la próxima operación.[60]

La operación Estrella Polar fracasó y solo logró progresos mínimos. El Ejército Rojo todavía carecía en esta zona de recursos y experiencia para destruir las elaboradas defensas fijas que los alemanes habían construido en los más de dos años que ya duraba el sitio de Leningrado.[61]​ Las fuerzas soviéticas hicieron otros intentos en 1943 para renovar su ofensiva y levantar el sitio por completo, pero solo lograron avances modestos en cada uno. El estrecho corredor a través del cual, discurría el camino de la victoria, permaneció dentro del alcance de la artillería alemana. Al mismo tiempo la artllería alemana de largo alcance continuó bombardeando la ciudad de forma intermitente. El Ejército Rojo no levantó finalmente el asedio hasta un año después, el 27 de enero de 1944.[60]

Para enero de 1944, el Grupo de Ejércitos Norte se había visto reducido hasta los 397.763 soldados y oficiales, apoyados por solo 16 tanques, 109 cañones de asalto, así como apenas 71 aviones de combate de la 1.º Flota Aérea. Estas tropas disponían de excelentes fortificaciones de campaña construidas a lo largo de más de dos años, pero carecían de reservas para realizar contraataques, Además el Alto Mando alemán estaba concentrado en las batallas que en ese momento estaban teniendo lugar en el sur y que estaban absorbiendo todas las reservas alemanas.[62]

A principios de 1944, las tropas del Segundo Frente Báltico ocuparon la línea desde el lago Ilmen hasta el lago Neshcherda. Los ejércitos 6º, 10.º de la Guardia, 1.º, 3.º de Choque y 22.º incluían 45 divisiones de fusileros, 3 brigadas de fusileros, 4 brigadas de tanques, 1 región fortificada, así como unidades de artillería e ingenieros. Solo el 1er Ejército de Choque contaba con 54.900 soldados y oficiales.

En total, las tropas soviéticas, antes del inicio de la operación, ascendían a 1.252.000 tropas (según otras fuentes, unos 900.000 soldados y oficiales), 20.183 cañones y morteros, 1.580 tanques y cañones autopropulsados. El apoyo aéreo para la ofensiva lo proporcionaría el 13.ª Ejército Aéreo (incluida la aviación de la Flota del Báltico y el Ejército de Defensa Aérea de Leningrado), así como los ejércitos aéreos 14.º y 15.º, un total de 1.386 aviones, incluidos 330 bombarderos de largo alcance.

El 27 de enero de 1944, el Ejército Rojo lanzó la Ofensiva de Leningrado-Novgorod que finalmente expulsó a las tropas nazis de las afueras del sur de la ciudad. Este fue un esfuerzo combinado de los Frentes de Leningrado al mando de Leonid Góvorov y del Frente del Vóljov al mando de Kirill Meretskov y parte del 2.º Frente Báltico,[63]​. La Flota del Báltico proporcionó el 30% de la potencia de la aviación para el ataque final contra la Wehrmacht.[62]​ El 10 de junio de 1944, las fuerzas soviéticas atacaron desde ambas orillas del lago Ládoga a los finlandeses, haciéndolos retroceder hasta la frontera de 1939.[64]

El 26 de enero de 1944, Joseph Stalin declaró que el Sitio de Leningrado había sido levantado y que las fuerzas alemanas fueron expulsadas del Óblast de Leningrado.​ El levantamiento del bloqueo de 900 días se celebró en Leningrado ese día con veinte salvas de 324 cañones.

«De pronto, Leningrado emergió de la oscuridad ante nuestros ojos», escribió la poetisa Olga Bergholz. «Hasta las últimas grietas en los muros, la ciudad nos fue reveladaː bombardeada, acribillada y marcada con sus ventanas de madera contrachapada. Y vimos que a pesar de tantos golpes crueles, Leningrado conservaba su orgullosa belleza. Bajo las luces azuladas, rosadas, verdes y blancas, la ciudad nos pareció tan austera y conmovedora que no nos cansábamos de contemplarla». [65]

La ofensiva terminó un mes después, el 1 de marzo, cuando la Stavka ordenó a las tropas del Frente de Leningrado una operación de seguimiento a través del río Narva, mientras que el Segundo Frente Báltico debía defender el territorio ganado en persecución del XVI Cuerpo de Ejército alemán.[66]

La cifra oficial de muertes que se dio en los Juicios de Núremberg fue de 642 000 civiles, la mayoría de frío y hambre. Otras fuentes, como la Encilopedia Militar Rusa aumentan la cifra, al incluir la evacuación, a un millón de civiles.[67]​ La mayoría de los historiadores occidentales, creen que el número de muertos por hambre y frío durante todo el asedio superó el millón, y que varios cientos de miles más murieron por los bombardeos. En contraste, los Estados Unidos y Gran Bretaña sufrieron en conjunto menos de 800 000 muertos durante toda la Segunda Guerra Mundial.[68]

La mayoría de los muertos se encuentra en el cementerio Piskarióvskoye. Hoy en día se pueden apreciar edificios vacíos en los alrededores de San Petersburgo, nombre actual de Leningrado, señalando el violento pasado de la ciudad. Leningrado recibió el título de Ciudad Heroica en 1945, coincidiendo con el final de la contienda.



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