Benet Rossell (Ager, Lérida, España; 1937-Barcelona; 21 de agosto de 2016) fue un artista pluridisciplinar: pintor, dibujante, videoartista, poeta, grabador, escultor, músico, performer, guionista, y desde finales de la década de 1960 cineasta experimental.
Benet Rossell nació en 1937 en Ager, pueblo de la comarca de La Noguera, en España. En 1955 se trasladó a Barcelona para iniciar sus estudios preuniversitarios. En 1958 cursó Ciencias Económicas, aunque se licenció en Derecho en el año 1961, para seguidamente trasladarse a Madrid donde se diplomó en Sociología en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En 1962 fue invitado a París para realizar una ponencia en el Congreso Internacional de Economistas. Este viaje le marcó, ya que tras una breve estancia en Barcelona, regresó a París como assistant d’espagnol en el Liceo Pierre d’Ailly, de Compiègne. Allí desarrolló su interés por el cine y el teatro, consiguió la laurea por la Universidad Internacional de Teatro de París, y en 1965 se inscribió en el Comité de Films Etnográficos del Museo del Hombre, dirigido por Jean Rouch, donde se gestó Chronique d’un été. Entró en contacto con el cinéma vérité. A partir de entonces dos constantes en su obra se incorporaron a su producción plástica: la imagen cinematográfica y el concepto de teatro total, que incluye la fiesta y el ritual, como en los espectáculos que le marcaron del Teatro no, la Ópera de Pekín, kabuki y bunraku de Japón. Ese mismo año viajó a India y Nepal, y a su regreso a París, 13 meses después, se matricula en la École Pratique des Hautes Études de Ciencias Religiosas.
Entró en contacto con el mundo intelectual parisino y se relacionó con personalidades como Michel Butor, Gilbert Lascault, Jean-Clarence Lambert, Alain Jouffroy, François Cheng o Pierre Restany, e inauguró su primera exposición individual en Barcelona en 1968 en el Instituto de Difusión e Información de Artes Plásticas organizada por el Club 49 y presentada por el crítico e historiador de arte Alexandre Cirici i Pellicer. En 1970 participó en el Salón de Mai de Saint-Germain-en-Laye y en el Salón de la Jeune Sculpture, también en París.
Al inicio de su carrera artística firmó como Beni, y coincidió en París con otros artistas catalanes con los que compartía su visión de una necesidad de romper con la tiranía del arte tradicional, como Antoni Miralda, Joan Rabascall y Jaume Xifra, y con los que Rossell actuó como «hombre-memoria», dejando testimonio con su cámara de sus fiestas, rituales y happenings, celebrando el instante, entre 1969 y 1973.
A principios de la década de 1970 publicó dibujos de humor en periódicos como Les Lettres françaises, La Quinzaine Littéraire, Le Jardin des Modes y La Codorniz, y participó como representante del humor gráfico español en la exposición de 1971 Le dessin d'humour du XVème siècle à nos jours de la Biblioteca Nacional de Francia. En 1973 recibió una beca de la Fundación Juan March para realizar un trabajo de investigación en el Laboratorio Audio Visual de La Sorbona sobre la significación de la imagen en movimiento y el mundo del dibujo, siendo uno de los primeros artistas en Francia en interesarse por el vídeo. También colaboró como chef de travaux practiques en el Centro de Documentación de la Escuela de Bellas Artes de París. En 1974 y 1975 fue invitado al Salón de la Jeune Peinture parisino, y en 1980 al Salón de los Independientes, también en París.
Realizó su primera exposición individual en París en 1970 en la galería La Bazarine, donde ya es patente su atracción por lo diminuto en sus dibujos que él denomina «de ciego», casi microscópicos, y que iban acompañados de unas lupas para poder observarlos. A esta exposición le siguieron más de 100 exposiciones individuales por todo el mundo, más de 400 colectivas y varias retrospectivas a su obra cinematográfica y videográfica entre las que se podrían destacar las de la Cinémathèque française-Museo del Cine de París en 1971, el Centro Pompidou, en 1975, la Escuela de Bellas Artes de París, en 1977, la de la National Film Theatre de Londres, en 1979, el Anthology Film Archives de Nueva York, en 1990 y la celebrada en el MACBA en 2010 por motivo de la exposición Paralelo Benet Rossell donde se presentaron piezas inéditas, reeditadas y restauradas para la ocasión.
En la década de 1980 intercaló sus estancias en París, con largos períodos en Ámsterdam y Nueva York, donde se movió dentro de los movimientos de vanguardia, instalándose definitivamente a mediados de esta misma década en Barcelona, para seguir trabajando incansable en su mundo de signos infinitos. Falleció a los 78 años, a causa de complicaciones de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
La grafía de Benet Rossell se encuentra entre el protosigno y la estilización del gesto gráfico. La proliferación de caligramas singulares, imposibles de repetir, compone un alfabeto decididamente personal, infinito y abierto, que da fe de los rastros de un mundo utópico y cotidiano. No se trata de signos dibujados por la pura fascinación formal que ejerce el signo como emblema ni tampoco como gestos caligráficos, expresión a medio camino entre el inconsciente y el automatismo. Estos signos forman parte de una especie de vocabulario personal en el que tanto cabe el azar como una cierta lógica interna, lógica cercana a la pintura japonesa, a los grabados de formación de batalla, o a ciertos ejemplos, muy libres, de viñetas de humor. En los signos caligráficos de Rossell, el automatismo juega un papel «hasta cierto punto, hasta la apertura de la propia grafía. La primera línea es tal vez más ambigua, y corresponde a una gestualidad, impulsiva. Pero lo que nunca es automático es el aprendizaje de la línea, ni su continuación, cuando ésta se orienta hacia elementos de referencia concreta. Porque el mundo reflejado no es automático».
Como menciona Jean-Clarence Lambert, crítico y amigo del artista, el arte de Rossell nace de la precariedad y, es más, se reivindica en la pequeña y cotidiana espectacularidad de la vida. Su obra juega con el desconcierto que provoca la simplicidad, con la complejidad de lo que es sencillo, se interesa por lo que hay detrás, en los rincones, por lo que no se ve fácilmente, ya que la esencia de todo tiende a ocultarse. Reconoce la «fascinación por los pequeños objetos ocultos, misteriosos y descontextualizados, y por las existencias efímeras y huidizas».
Su filmografía comprende más de un centenar de obras, entre las cuales destacan:
Una primera etapa en la que filma en 16 mm. y suele colaborar con sus coetáneos:
Mientras hace incursiones en el cine profesional:
A principios de la década de 1980 comienza a filmar en vídeo, utilizando hasta hoy en día nuevas tecnologías:
Rossell realizó numerosas instalaciones a lo largo de su trayectoria artística, entre las que destacan:
Selección:
A lo largo de los años ha realizado diversas publicaciones, entre las que destacan diversos libros de artista y varios poemarios:
En los últimos años hizo incursiones en el ámbito de la escultura pública:
Lérida:
Palma de Mallorca:
Barcelona:
Hizo más de un centenar de exposiciones personales, entre las cuales:
Barcelona:
Lérida:
París:
Madrid:
Nueva York:
Participó en más de cuatrocientas exposiciones colectivas, entre las que destacan:
Ha colaborado con numerosos escritores, entre ellos: Vicent Altaió, Josep Ramón Bach, Joan Brossa, Marie-Odile Briot, Michel Butor, Antoni Clapés, Robert Coover, Frédéric-Yves Jeannet, Jean-Clarence Lambert, Gilbert Lascault, L. Maristany, Juan Antonio Masoliver Ródenas, Carles Hac Mor, Lidia Oliva, Miquel De Renzi, Pierre Restany, Joaquim Sala-Sanahuja, Carles María Sanuy, Severo Sarduy, Manuel Vázquez Montalbán, Olivier René Veillon y Ester Xargay. Y también con cineastas: Francesc Betriu, Eugeni Bonet, Enrico Fulchignoni, Gustau Hernández, Antoni Mercader, Jean Rouch, Jordi Torrent y Antoni Verdaguer.
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