Se denominó butalmapu o fütalmapu (< mapudungun füta, 'gran', mapu, 'tierra, territorio') a cada una de las cuatro grandes confederaciones en las cuales el pueblo mapuche se organizaba en caso de guerra. Estas confederaciones correspondían a las cuatro grandes áreas geográficas habitadas por los mapuches en Chile, que coincidían con las principales identidades territoriales de la etnia: la costa (Lafkenmapu), los llanos de la depresión Intermedia (Lelfünmapu), la precordillera de los Andes (Inapiremapu) y la cordillera misma (Piremapu), habitada por los pehuenches. Cada butalmapu se componía de varios conglomerados menores, llamados aillarehues, que a su vez eran integrados por diversos clanes familiares de una misma comarca, denominados lofs.
La categoría territorial de butalmapu (fütalmapu) no fue nombrada por los primeros cronistas del siglo XVI, lo que no significa que no hayan existido; sino que los españoles no la reconocieron, pese a nombrar como grandes territorios el de los promaucaes, entre Angostura de Paine y el río Maule. Sin embargo, sí hablan de juntas o parlamentos indígenas que congregan a todos los señores de la tierra, como el parlamento de 1541 de Santiago con Michimalonco en que llegaron bajo su mando los loncos (caciques) desde Aconcagua al Maule. Es Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, quien después de estar cautivo entre los mapuches, logra conocer el concepto de «fütalmapu» y lo nombra por primera vez como utanmapu.
En caso de peligro exterior o inicio de campaña militar, los loncos de todos los lofs elegían un jefe militar supremo del butalmapu, llamado gran toqui por los españoles. Este sólo tenía derecho a tomar decisiones bélicas y abandonaba su puesto una vez terminada la campaña. En ocasiones aisladas, el ejercicio del puesto se volvió vitalicio y hasta heredable.
Al ser una palabra del mapudungun, se encuentran gran cantidad de formas de escritura de la palabra butalmapu, sobre todo en las primeras crónicas coloniales. Así, con diferente fidelidad fonética, se ha escrito la palabra:
Corresponden a las cuatro grandes divisiones del pueblo mapuche en su territorio más tradicional: la vertiente occidental de los Andes entre los ríos Biobío y Toltén.
Aparte de los cuatro tradicionales, con el tiempo se comenzó a hablar de otros butalmapus, producto de la expansión mapuche por la pampa y norte de la Patagonia oriental o fruto de la organización de otras etnias emparentadas con el tronco central mapuche o hablantes de mapudungun.
Se debe acotar que existieron observadores españoles que negaron la existencia de estos nuevos butalmapus, como Vicente Carvallo y Goyeneche quien declaró que:
Aun así, no son pocas las menciones que refrendan la existencia de los siguientes butalmapus:
Entre otros, Ricardo E. Latcham reseñan dos butalmapus más, que corresponden al pueblo huilliche:
En el caso de los extintos picunches, al norte del río Itata, recientemente un grupo de intelectuales mapuches ha publicado su sospecha de que también hayan adoptado el butalmapu como forma de organización:
Según un informe demográfico mandado a hacer por el gobernador de Chile, Ambrosio O'Higgins, se dividieron en cuatro butalmapu en 1796 dando los siguientes resultados:
Según un informe remitido al rey de España por el Fraile Francisco Xavier Ramírez, la situación cinco de los butalmapus era la siguiente en 1805:
Es muy posible que en el informe de Ramírez la estimación de población estuviera muy distante de la realidad, debido al escaso conocimiento existente entre los españoles respecto de la situación de las tierras interiores mapuches.
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