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Canales chilotes



Los canales chilotes [Nota 1]​ son un conjunto de canales, ubicados en la región sur de Chile, que abarcan aproximadamente cuatro grados de latitud, desde el seno de Reloncaví hasta la península de Taitao.

Las mareas de hasta ocho metros de amplitud, que suceden en algunos lugares, hacen que sus aguas suban y bajen muy rápidamente, movimientos que originan fuertes corrientes de flujo y reflujo en la mayoría de los canales. Lo anterior redunda en que su navegación sea de mayor cuidado que la navegación de los canales patagónicos y fueguinos. El peligro de encallar es frecuente. Son relativamente bajos y sus riberas son suaves y sembradas de bajos fondos blandos, de arena o fango con mezcla de guijarros. [1]

Administrativamente dependen de la Región de Los Lagos, provincias de Chiloé, Llanquihue y Palena [2]​ y de la región de Aysén, provincia de Aysén. [3]

La zona de Chiloé e islas aledañas, el canal de Chacao y el seno de Reloncaví eran habitadas por el pueblo semi-nómade llamado cunco y desde el sur del seno de Reloncaví hasta la península de Taitao por bandas de cazadores recolectores llamados chonos. Hacia fines del siglo XVIII, el pueblo de los chonos había ya desaparecido, mezclándose definitivamente con la población chilota. [4]

Los canales chilotes se forman entre las costas e islas que comienzan en el seno de Reloncaví y terminan en la península de Taitao. Entre estos hay dos importantes por su tráfico marítimo: el de Chacao y el Moraleda. El resto son canales secundarios.

Aunque totalmente distintos de los canales patagónicos, también son de una belleza difícil de describir. A diferencia de la soledad de los patagónicos, estos tienen el atractivo de la permanente actividad que presentan por el tráfico de embarcaciones que se desplazan en todas direcciones, uniendo las innumerables localidades que hay en la zona. Lo anterior es especialmente notable en los canales que se forman alrededor de la isla Grande de Chiloé. [5]

Las costas de la región de Llanquihue y Chiloé son en general muy tendidas lo que sumado a las grandes amplitudes de las mareas hace que en las bajamares se produzcan grandes desplayes. Estos desplayes dificultan la navegación por el peligro de cometer errores en las situaciones de las naves, pero por otra parte se prestan favorablemente para la carena de buques y embarcaciones y hasta para la construcciones de naves.

Por su tráfico, hay dos canales principales: el canal de Chacao que separa la provincia de Llanquihue de la costa norte de la isla Grande de Chiloé y el canal Moraleda que corre de norte a sur por el oriente del archipiélago de las Guaitecas y archipiélago de los Chonos. El resto se consideran canales secundarios.

Entre los canales secundarios se pueden mencionar los numerosos pasos y canales que separan la isla Grande de Chiloé de las islas adyacentes a su costa oriental: Caucahué, Quicaví, Chauques, Dalcahue, Quinchao, Apiao, Lemuy, De Yal, Queilén, Chiguao, Yelcho, Laitec, San Pedro y Huamblad.

Los canales transversales de las islas Guaitecas y Chonos que comunican el canal Moraleda con el océano Pacífico son: Tuamapu, King, Ninualac, Darwin, Pulluche y Chacabuco.

En la costa oriental del golfo de Ancud existen los siguientes canales secundarios: Llanchid, Hornopirén, Cholgo, Marilmó, Comau y el canal Desertores que separa el golfo de Ancud del golfo Corcovado. Luego continúan hacia el sur los canales Chaulinec y Apiao.En la costa oriental del golfo Corcovado se encuentra el canal Refugio.

Entre la costa oriental del canal Moraleda y la costa continental se encuentran los siguientes canales: Jacaf, Frodden, Oelckers, Puyuguapi, Ferronave y Pilcomayo.

En la costa continental, en el tramo que comienza en el canal Pilcomayo y termina en el istmo de Ofqui se encuentran los canales Rodríguez y Costa. [6]

La región se cree que estuvo habitada desde hace unos 6000 años por indígenas que llegaron por vía terrestre desde el centro de Chile y que mediante embarcaciones pasaron a la isla Grande de Chiloé. Hay otros que postulan que el arribo se produjo desde el sur a través del istmo de Ofqui.

Los vestigios humanos más antiguos están fechados en 5000-6000 años y se encontraron bajo una vivienda en Puente Quilo en la comuna de Ancud. Estos primeros indígenas, que poblaron hasta el Golfo de Penas, son conocidos como chonos, pueblo extinguido por el hombre blanco a fines del siglo XVIII.

El seno de Reloncaví y los golfos de Ancud y Corcovado son antiguas cuencas de grandes lagos, que en el pasado, ocuparon la parte sur del valle central de Chile, y que se hundieron por efecto de sucesivos trastornos geológicos que permitieron que las aguas del océano invadieran dichas cuencas.

El resto hacia el sur es efecto del hundimiento del territorio provocado por el encuentro, frente a la península de Taitao, de tres placas tectónicas: la de Nazca y la Antártica, que se mueven hacia el este, y la Sudamericana, que se desplaza hacia el oeste. Esto produjo un notorio hundimiento del borde de la placa Sudamericana. Los suelos bajaron su nivel, fragmentándose y en los que penetró el mar en las partes hundidas surgiendo gran cantidad de islas

La costa continental de Llanquihue y Aysén es totalmente diferente de las tierras de las islas del archipiélago de Chiloé. Las primeras son muy altas y dentelladas, tales como el volcán Tronador de 3170 metros de alto, el volcán Calbuco de 2015 metros y el monte San Valentín de 4058 metros entre varios otros volcanes y cerros. Por su parte, las tierras de la isla Grande de Chiloé son moderadas alcanzando en el cabo Metalqui poco más de 800 metros de alto. Las islas que se desprenden de la isla Grande de Chiloé son también de alto muy moderado excepto la isla San Pedro de 976 metros.

La costa continental que rodea los golfos de Reloncaví, Ancud y Corcovado está cubierta casi por completo por una vegetación tupida que solo se puede penetrar con mucho esfuerzo, no así en la de los golfos citados en que la vegetación es menos espesa.

Las islas situadas al oeste del canal Moraleda son en general más bajas que la costa continental vecina. El cerro más alto de estas islas es el cerro Cuptana o Nevado de 1680 metros de alto. [7]

El clima de la región es menos agradable, benigno y estable que los de la parte norte y central del país pero, aunque la temperatura media disminuye hacia el sur, no presenta cambios bruscos y su amplitud anual es pequeña.

Las estaciones no son muy marcadas y pueden reducirse a dos: verano e invierno. Los vientos son muy variables, los temporales ocurren sobre todo durante el invierno. En las costas de la región, las nieblas son en general frecuentes; pueden producirse en cualquier día del año, pero con más frecuencia en otoño e invierno.

La zona recibe en general más de 2000 milímetros de agua caída durante el año. Las nevadas son escasas. [8]

Entre los árboles más importantes pueden citarse el roble, el ulmo, el laurel, el ciruelillo y el avellano; estos dos últimos apropiados para la construcción de muebles finos. El alerce, apto para la construcción de edificios y muy apreciado por su propiedad de resistencia a la humedad. El mañío, el tepú, el tique, el pelú y la luma, esta última notable por su dureza.

En las zonas habitadas hay especies frutales introducidos desde Europa, tales como: el manzano, el cerezo, el peral, el ciruelo y el grosellero que se ha extendido en forma notable.

En cuanto a cereales y hortalizas introducidas, se cultiva algo de trigo, centeno, nabo, zanahoria y beterraga. Por último, está la papa, nativa de estos canales y cuyo cultivo está muy extendido por constituir la base de la alimentación del pueblo chilote. [9]

La fauna silvestre tiene pocos representantes entre los mamíferos: el pudú, el zorro y diversos roedores semjantes a ratones. Entre los animales domésticos destacan los corderos, cabras y los cerdos. Las aves de corral son variadas: pavo, ganso y pato.

Los peces y mariscos son abundantes. Entre los primeros citaremos: la corvina, el róbalo, el pejerrey, el congrio, la sierra y el lenguado.

La introducción del salmón, gracias a las excelentes condiciones que proporciona la zona y a la gran calidad del producto obtenido, ha convertido a Chile en uno de los principales productores de salmones a nivel mundial. Las primeras ovas de salmón llegaron en 1921, pero la producción adquirió características industriales desde 1985 con un crecimiento constante lo que ha ubicado a Chile, a comienzos del siglo XXI, como uno de los dos principales productores de salmón a nivel mundial, junto a Noruega.

El marisco es muy variado y de calidad sobresaliente: la ostra, los choros, cholgas, locos, picorocos, erizos, tacas, lapas, piures, navajuelas, quilmahues y caracoles. [9]

Las expediciones de reconocimiento, exploración y los trabajos hidrográficos han sido de un valor inestimable para la región y sus vías marítimas. Gracias a ellos, el temor inicial de navegarlas terminó en los primeros años de la República trayendo la colonización y el progreso. Recordaremos brevemente a estos navegantes y exploradores:

Durante el siglo veinte los oficiales de la Armada que se citan efectuaron trabajos hidrogáficos en los años que se indican:



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