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Candombe



¿Dónde nació Candombe?

Candombe nació en tambor.


En Uruguay :
Tambor "Chico"
Tambor "Repique"
Tambor "Piano"

En Uruguay muy alta, desde el siglo XX. Está fuertemente vinculado al carnaval.

El candombe es una manifestación cultural de origen afrouruguayo. Tiene un papel significativo en la cultura de Uruguay en los últimos doscientos años, siendo reconocido por UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.[1]​ Es una manifestación cultural originada a partir de la llegada de esclavos de África; constituyendo una fusión de rasgos musicales, religiosos y de danza de las diversas tribus afro presentes en el Río de la Plata en la época de colonia. Existen también manifestaciones propias de candombe, desarrolladas desde la época colonial hasta ahora, en Argentina y en Brasil; en este último aún conserva su carácter religioso como se ve en Minas Gerais.[2]

El candombe surge en la época colonial como el principal medio de expresión de los africanos esclavizados que desembarcaban en el puerto de Montevideo, como forma de comunicación, danza y religión.

La palabra candombe aparece escrita por primera vez en una crónica del escritor Isidoro de María. Su origen se remonta a fines del siglo XVIII en el Virreinato del Río de la Plata, en lo que hoy es Argentina y Uruguay. Originalmente concebida como pantomima de la coronación de los reyes congos, imitando en la vestimenta y en ciertas figuras coreográficas, aunó elementos de la religión bantú y la católica. Si bien es original de la actual Angola, de donde fue llevado a Sudamérica durante los siglos XVII y XVIII por personas que habían sido vendidas como esclavos en los reinos de Kongo, Anziqua, Nyongo, Luango y otros, a tratantes de esclavos principalmente portugueses. Los mismos portadores culturales del candombe colonizaron Brasil (sobre todo en la zona de Salvador de Bahía), Cuba, y el Río de la Plata con sus capitales Buenos Aires y Montevideo. Las distintas historias que siguieron estas regiones separaron el tronco común originario dando origen a diversos ritmos hermanados en la distancia. Es de gran importancia remarcar que en su danza no existe imitación alguna por parte de los ejecutantes de su danza hacia sus amos (en esa época) sino que utilizaban su vestimenta en días de fiesta como conmemoración de días religiosos de la cultura.

Numerosos investigadores concuerdan que el candombe antiguo, a través del desarrollo de la milonga campera es un componente esencial en la génesis del Tango. Así, la milonga, el candombe y el tango formarían un tríptico musical proveniente de la misma raíz africana. Pero con evoluciones distintas.

El candombe uruguayo surge en Montevideo debido a su puerto natural de la época que facilitó la constitución de Montevideo como principal centro comercial de trata de esclavos junto con Cuba.

El candombe uruguayo, con el correr del tiempo, termina adquiriendo su actual fisonomía en el Barrio Sur y el barrio Palermo durante los siglos XIX y XX. La mayoría de los negros se mezclaron en lo que hoy es la cultura global. Sus ritmos africanos y sus rasgos culturales se mezclaron con el fondo cultural común de estos países. Pero en los conventillos de Montevideo como el Medio Mundo y el de Ansina pervivieron grupos de familias extensas que se fortalecieron en torno al candombe. Así el candombe se convirtió en un emblema representativo de la "negritud".

Inicialmente, la práctica del candombe corría exclusivamente por parte de africanos y afro orientales, quienes tenían destinados lugares especiales llamados tangós. Este vocablo origina en algún momento del siglo XIX la palabra tango, aunque todavía sin su significado actual. Durante la Guerra Grande a mediados de la década de 1840, estos afro descendientes de Montevideo efectuaban sus ceremonia con danzas y cantos al son de los tamboriles en el local del "Recinto", ubicado al sur de la ciudad entre la calle Yerbal y el río. En las "Crónicas de un Montevideo lejano" Domingo González (el licenciado Peralta), describe los "candombes" del "Recinto" de la siguiente manera: "El canto monótono, como el acompañamiento y la misma danza, formaba una combinación original..."que resonaba con estas palabras:"Eculé...culé, lin...culé; Machubá...colobá minué; Bigulé, bigulé...[3]

Posteriormente surge La Comparsa, también llamada "Comparsa Negra" o "Lubola", que es la agrupación que congrega a los personajes típicos del candombe como son La Mama Vieja, El Gramillero, El Escobero y un numeroso cuerpo de baile representado por bailarines de ambos sexos, que expresan un profundo sentido religioso, vibrando con el ritmo generado por La cuerda de tambores. También se les llama popularmente tamboriles, aunque esto delata que quien la emplea no es conocedor del tema.

Si bien el candombe se toca todo el año por las barriadas montevideanas, en febrero se realiza en los barrios Sur y Palermo de Montevideo el desfile de llamadas, competencia que involucra a decenas de comparsas. Cada una está formada por unos cincuenta percusionistas como mínimo, quienes se complementan con un cuerpo de bailarines y los diversos personajes propios del género. También se celebran numerosos desfiles de llamadas en el interior del país, siendo el más importante el desfile de llamadas del Durazno, en el corazón del Uruguay. Allí se encuentra, en el barrio Bertonasco el único monumento al tamboril en el mundo.

El candombe es también un ritmo que se usa en Uruguay como base para canciones y composiciones de distintos estilos musicales. Su introducción definitiva al ámbito de la llamada música "académica" fue debida a Jaurés Lamarque Pons, quien incorporó el ritmo, el tamboril y todo el universo del candombe en la música sinfónica, en el ballet y la ópera. También inspiró lo "popular", comenzando por los autores de Tango y Milonga como: Romeo Gavioli, Pintín Castellanos, Carmelo Imperio, Gerónimo Yorio, etc, derivando en el milongón, estilo que mezcla milonga y candombe. Desde los años 1950 se vincula al Jazz y lo tropical con grupos y nombres como: Jaime Roos, Enrique Almada, Manolo Guardia y su Combo Candombero, Pedro Ferreira y su Cubanacan, El Kinto, Negrocan y Totem incorporan el ritmo del candombe. Artistas como Eduardo Mateo, Rubén Rada, Jaime Roos, Rey Tambor , etc , cultivan el candombe canción, fusionándolo con el rock y la murga uruguaya. También en los setenta, al influjo del jazz fusión en boga en la época, los hermanos Hugo Fattoruso y Osvaldo Fattoruso junto a Ringo Thielmann, formaron Opa (con la colaboración también de Rubén Rada y el percusionista Airto Moreira), recalando en los Estados Unidos con su candombe jazz. En los últimos años, algunas agrupaciones de música bailable de la llamada música tropical uruguaya han incorporado también la "cuerda de tambores" del candombe a su producción. También ha sido adaptado a la murga, otro de los géneros característicos de Uruguay, con el nombre candombeado.

Hoy se asiste a un resurgimiento, aunándose a la tradición de las Comparsas y del Carnaval con la fusión de otros ritmos (jazz, rock, beat, salsa, reagge, rap) y a una expansión. Esta última debido, sobre todo, a los movimientos migratorios Desde el Uruguay a las comunidades en el mundo entero, donde con orgullo exhiben esta expresión del candombe en los lugares más remotos. Estos candomberos hacen escuchar el cuero en Argentina, Nueva York, Ibiza, Cuba, París, Barcelona, Japón, etc.

El candombe proveniente de tiempos coloniales, puede encontrarse en Argentina en ciudades como las de Buenos Aires, Santa Fe, Paraná, Saladas y Corrientes, entre otras.[4]

La influencia africana no fue ajena a la Argentina, donde el candombe también se desarrolló con características propias. En Buenos Aires hay población negra africana esclavizada desde su misma fundación, en 1580. Sin embargo su permanencia en la cultura argentina fue prácticamente extinta debido a hechos como la epidemia de fiebre amarilla y la Guerra del Paraguay que diezmaron la población negra y la llevaron al borde de la desaparición y, con ella, sus rasgos identitarios ancestrales.[5]

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), fundamentalmente en los barrios del sur hoy llamados San Telmo, Monserrat (dentro de la Comuna 1) y San Cristóbal (Comuna 3) se congregaban multitudes de negros para practicarlo. Fue decreciendo paralelamente con la invisibilización que diversos gobiernos nacionales hicieron con los negros desde la segunda mitad del siglo XIX, diezmados por las causas citadas y el caudal inmigratorio de blancos europeos que los desplazó del servicio doméstico, los oficios artesanales y la venta callejera.

Por otra parte, el candombe porteño permaneció oculto de cara a la sociedad envolvente por voluntad de los propios afrodescendientes durante más de un siglo.[6]

Últimamente algunos artistas han incorporado este género a sus composiciones y crearon grupos de candombe argentino, básicamente el porteño, y ONGs de afrodescendientes, como la Asociación Misibamba, Comunidad Afroargentina de Buenos Aires. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el Candombe de Uruguay es aún el más practicado. Debido a la inmigración de uruguayos y por lo seductor de su ritmo que cautiva a los argentinos. Por ese motivo no solo que estudian su música sino también su baile y personajes que recrean de una forma parecida. Se toca mucho en los barrios de San Telmo, Monserrat y La Boca. Mientras que la variedad argentina tuvo menos difusión local (comparada con la difusión que hubo en Uruguay); principalmente por la merma de población de origen negroafricano, su mezcla con inmigrantes blancos y la prohibición del carnaval durante la última dictadura.El candombe porteño lo tocan sólo los afroargentinos en el ámbito privado de sus casas, ubicadas mayormente en el conurbano bonaerense.[7]​ Recientemente, a partir de su cambio de estrategia de pasar del ocultamiento a la visibilización, hay algunos emprendimientos para interpretarlo en el espacio público, como escenarios y desfiles callejeros. Entre los grupos de candombe argentino se encuentran Tambores del Litoral (unión de Balikumba, de Santa Fe y Candombes del Litoral, de Paraná (Entre Ríos) Bakongo, Bum Ke Bum y la Comparsa Negros Argentinos; estos tres últimos del Gran Buenos Aires.

En Brasil la práctica del candombe aún conserva su carácter religioso y puede verse en el Estado de Minas Gerais.[2]

El candombe uruguayo tiene un ritmo de cuatro negras por compás con clave 3:2.

El candombe uruguayo hoy en día se toca con tres tambores: chico, repique y piano, ordenados de más agudo a más grave. Se fusiona con guitarra, piano, y otros instrumentos.

El chico es el tambor más pequeño y de registro más agudo; es la base del candombe, el patrón que toca vendría a ser como el de una maraca o una cáscara pero en un tambor. Toca la segunda semicorchea de cada negra con la mano mientras que la tercera y la cuarta con el palo, dejando en silencio la primera semicorchea de cada negra. El chico repicado toca la segunda semicorchea con la mano mientras que la primera, tercera y cuarta con el palo. El chico tiene un patrón fijo: cada negra del compás de cuatro cuartos, se divide en cuatro partes: Chico de 2

Ejemplo:

Chico de 3 o 4

Ejemplo:

Las dimensiones del repique lo sitúan en el medio, más grande que el chico pero más pequeño que el piano y, en cuanto a registro, también está situado en el medio. Básicamente cuenta de un ritmo de 2 células de 2 negras donde se acentúa la 2.ª semicorchea de la primera negra y la primera y cuarta semicorchea de la 2.ª negra. Entre estos acentos que son tocados con la mano el palo rellena; este relleno depende totalmente del barrio y del tocador. El repique también cumple la función de llevar la clave (madera) sobre el casco del tambor y «conversa» con los otros repiques y con los pianos. Normalmente es el tambor que llama tanto a subir o bajar de tempo e intensidad como a cerrar y abrir el toque. El repique es el que más improvisa y difícilmente se puede describir con lenguaje técnico su ritmo. Una base de ejemplo es:

El piano es el tambor más grande de registro más grave de la agrupación de tambores que se utilizan en el candombe, es el punto de apoyo y el formador del ritmo de candombe. El patrón que toca depende del barrio y del tocador que lo ejecute. No todos los tocadores de piano repican pero es algo que se da cada vez más en los diferentes barrios de Montevideo. El piano «llama», «contesta», «rezonga» y «tiene una conversación» con los repiques y con los otros pianos. El piano suele improvisar bastante variando de acuerdo a una u otra zona de Montevideo. Por lo general cada agrupación cuenta con un ritmo de piano propio que la identifica. Los golpes básicos utilizados en la ejecución de este tambor son: Palo y mano golpeando al unísono sobre el parche, sonido seco y tapado. Golpe del palo directo sobre el parche, produciendo sonidos que pueden ser acentuados, abiertos o tapados y el de la mano sin palo directa sobre el parche.

El candombe porteño se toca con dos tipos de tambores, de exclusiva ejecución masculina: “llamador”, "base", "tumba", “quinto” o “tumba base” -que es grave- y “contestador”, “repicador”, “requinto” o "repiqueteador" -que es agudo-. Sendos tambores los hay, a su vez, en dos modelos: en tronco excavado, que se cuelgan con una correa en bandolera y se tocan en desfile de comparsa; y con duelas, más altos que aquellos y se tocan de sentado. Ambos tipos, se percuten directamente con las manos. Otros dos tambores se tocan ocasionalmente: el “macú” y el “sopipa”. Ambos son hechos con tronco excavado, el primero se toca acostándolo en el piso pues se trata del tambor más grande y grave de todos, y el “sopipa” que es pequeño y agudo, colgado o sosteniéndolo entre las rodillas.

Entre los idiófonos que siempre acompañan está la “taba” y la “masacalla” (o “mazacalla”), pudiéndose sumar el “quisanche”, el “chinesco” y la “quijada”. Sea que el candombe se toque de sentado o en desfile, se trata de una práctica vocal-instrumental, existiendo un nutrido repertorio de cantos en idiomas africanos arcaicos, en español o en una combinación de ambos. Suelen estructurarse en forma de diálogo y se interpretan de manera solista, responsorial, antifonal o en grupo. Aunque generalmente el canto es una práctica femenina, también intervienen hombres. En los casos que hay más de una voz, siempre es al unísono.



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