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Capitulación alemana de mayo de 1945



Las actas de capitulación alemanas dieron fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa. El texto fue firmado el 7 de mayo de 1945 en Karlshorst, Berlín por representantes de las tres fuerzas armadas del Oberkommando der Wehrmacht (OKW), las Fuerzas Aliadas siendo los altos cargos supremos soviético, estadounidense y francés, observadores de la firma.

En conmemoración, este día es conocido como el Día de la Victoria en Europa, salvo en las demás repúblicas ex-soviéticas donde se celebra cada 9 de mayo por razones horarias (eran más de las 00:00h en Moscú en el momento de la capitulación oficial).

El día anterior hubo otro documento firmado en Reims. Este acontecimiento tuvo lugar en el Collège Moderne et Technique de dicha ciudad francesa.

Las tres fuerzas Aliadas y la Comisión de Asesoría Europea (EAC) propusieron en el documento con fecha del 3 de enero de 1944 que:

Más adelante, el comité sugirió que el texto fuera firmado por representantes del Alto Mando alemán bajo el pretexto de evitar el victimismo alemán que estos últimos fomentaron tras la firma del armisticio en la I Guerra Mundial la cual fue firmada por representantes del Gobierno Civil Alemán.

No obstante, no todos coincidieron con las predicciones del Comité de Seguridad respecto al fin del conflicto. El embajador británico William Strang declaró como representante del Reino Unido:

Los términos de la rendición fueron discutidos por primera vez el 14 de enero de 1944. El 28 de julio las tres partes acordaron el texto definitivo.[3]

El texto fue redactado en tres partes siendo la primera un breve preámbulo en el que el Gobierno alemán y el Alto Comando reconocen la derrota de sus fuerzas militares y por ende la rendición incondicional.[4]

El acta estuvo dividido en catorce artículos. La segunda parte abarcaba desde el I hasta el V. Estos estaban relacionados con la rendición militar, la entrega de armamento y la retirada alemana de los territorios ocupados volviendo a las fronteras vigentes el 31 de diciembre de 1937. También estuvo incluido la liberación de los prisioneros de guerra. La tercera parte comprendía los artículos del VI al XII. Los puntos trataban la entrega del Gobierno a los Kommandatura Aliada, la repatriación de los presos y esclavos de los campos de concentración nazis, el cese de las emisiones radiofónicas, cierre de los servicios de inteligencia alemanes, la no destrucción del arsenal militar e infraestructuras, trabajar en el proceso judicial por crímenes de guerra contra las máximas autoridades nazis y dar poder a los representantes aliados para sancionar órdenes y normativas (en temas políticos, administrativos, económicos, financieros, militares y otros). Los artículos XIII y XIV especifican la fecha de la capitulación germana y los idiomas en los que aparecen escrito los documentos.[3]


En la Conferencia de Yalta celebrada en febrero de 1945 se acordó que las cuatro potencias Aliadas se repartieran Alemania.[5]​ Fue añadida por separado una cláusula adicional en la que daba luz verde a cada sector para organizar el desarme, desmilitar y fraccionar el país como lo crean pertinente para garantizar la seguridad.[6]​ El representante francés por su parte no tomó partido del acuerdo respecto a la cláusula adicional. A finales de marzo, el Gobierno británico vaciló sobre la posibilidad de que Alemania podía haberse rearmado, y que de ser así las autoridades civiles alemanas podrían firmar el acuerdo o bien hacer un inventario de sus provisiones. Antes de firmar, propusieron reescribir el acuerdo como una declaración unilateral en la que Alemania aceptaba la derrota y la consecuente disolución del III Reich.[6]

En agosto de 1944, los Comandantes en Jefe de las potencias Aliadas occidentales acordaron los términos de las rendiciones a nivel local que concluirían con la capitulación definitiva sin ninguna concesión al estado teutón.[4]

Por su parte los alemanes firmaron en Reims y Berlín un documento resumido y redactado previamente en Caserta, Italia. Los cambios provocaron ciertas polémicas, aunque se pudo reflejar preocupación en cuanto al acuerdo por parte de los alemanes a la hora de firmar el texto completo.[7][6][8]

Adolf Hitler se suicidó en su búnker de Berlín el 30 de abril de 1945. Tiempo atrás nombró en su testamento al Almirante Karl Dönitz como su sucesor en la Cancillería del Reich, sin embargo la capital alemana cayó dos días después de que soviéticos y estadounidenses se cruzaran en Torgau, controlada hasta aquel momento por las autoridades germanas. Además, los rápidos movimientos Aliados encerraron a las fuerzas alemanas en pequeñas áreas. A pesar de la situación, Dönitz intentó formar gobierno en Flensburgo, frontera con Dinamarca. El 2 de mayo se unió al Oberkommando der Wehrmacht bajo las órdenes de Wilhelm Keitel, quien fuera reubicado con anterioridad en Krampnitz y posteriormente en Rheinsberg durante la Batalla de Berlín.

En el momento del fallecimiento de Hitler, el ejército Nazi estaba concentrado en: La Rochelle, Saint-Nazaire, Lorient, Dunquerque, Islas del Canal, Creta, Rodas, Dodecaneso, Sur de Noruega, Dinamarca, Holanda occidental, Croacia septentrional, Italia septentrional, Austria, Bohemia y Moravia, península de Curlandia y de Hel.

Los demás focos estaban concentrados en el noroeste en dirección Hamburgo combatiendo a las tropas británicas y canadienses. Otros tantos estuvieron combatiendo al ejército soviético en Mecklenburg, Pomerania y Breslavia y contra franceses y estadounidenses en el sur de Baviera en Berchtesgaden.[9]

Incluso días antes de la muerte de Hitler, varios comandos militares destinados en Italia estuvieron negociando en secreto una rendición parcial en Caserta. La firma tuvo lugar el 29 de abril y entró en vigor el 2 de mayo. El tratado contó con la oposición inicial del Mariscal de Campo Albert Kesselring, aunque finalmente accedió tras la muerte del Führer.

El 4 de mayo las tropas germanas siguieron combatiendo a las fuerzas británicas y canadienses por orden de Dönitz hasta el día siguiente, cuando firmaron el acta en el brezal de Luneburgo.

La firma tuvo lugar el 5 de mayo en Haar, Baviera por parte del Grupo de Ejércitos G y entró en vigor el 6 de mayo.[4]

El ímpetu por la capitulación de Caserta se hizo patente en el seno del comando militar local. Con Dönitz al frente del Gobierno, se buscó un acuerdo de capitulación en la zona occidental y traer a otros grupos del frente oriental y evitar que fueran prisioneros de guerra de los soviéticos y yugoslavos. La condición era: entregarse a los mandos británicos y norteamericanos.[10]​ Dönitz esperaba que soldados al igual que la población civil fueran evacuados por mar desde Hela y el litoral báltico. Junto a Keitel acordó no aceptar orden alguna de entregarse a los soviéticos.[11][12]

Tras la firma, el principal foco alemán se encontraba en el este de Austria y Moravia occidental donde las unidades de Ostmark combatían al Ejército Rojo y el Grupo Armado E en Croacia frente a los yugoslavos. El resto permanecía en Bohemia oriental y Moravia.[13]​ En el frente escandinavo se encontraron 400.000 tropas comandadas por Franz Böhme, el cual se puso en contacto con el Ministro para acordar la rendición en Suecia.[14]

El Almirante Hans-Georg von Friedeburg informó a Dönitz de que Eisenhower (entonces militar) exigía la "rendición inmediata, simultánea e incondicional de todos los frentes."[15]​ El General Jodl fue enviado a Reims para persuadir al representante estadounidense, el cual anunció que, al no haber rendición, retomaría la ofensiva contra posiciones alemanas.[16]​ Finalmente Dönitz autorizó a Jodl a que firmase la orden con 48 horas de margen para avisar a las demás unidades militares germanas.[12][17]

En consecuencia la firma tuvo lugar el 7 de mayo a las 02:41 (CET). El acontecimiento tuvo lugar en el Collège Moderne et Technique de Reims, el cual hizo de cuartel general de las Fuerzas Aéreas Expedicionarias (SHAEF).[18][19]

Seis horas después de la firma en Reims, el alto mando soviético criticó el acuerdo de "inaceptable", puesto que el texto difería del acordado por la EAC y porque el general Iván Suslopárov no estuvo presente en la ceremonia.[20]​ Sin embargo, tales objeciones fueron pretextos para reflejar el liderazgo soviético en la victoria frente a los alemanes.[12]​ Además, los soviéticos señalaron que para que el pacto fuere válido, los alemanes debían cesar el fuego y entregarse como prisioneros.[21]​ Eisenhower admitió que el tratado firmado debería haberse considerado como "un acta resumida de rendición militar sin condiciones" e hizo un llamamiento a los alemanes para una "firma de formalidad".[22][23]

No obstante continuaron los combates en el este mientras continuaba la evacuación vía mar en el Báltico. Por otro lado, ni alemanes ni soviéticos respetaron el alto el fuego.[15]

El 8 de mayo Eisenhower se dirigió a Berlín y se reunió con la delegación Aliada.[24]​ A la medianoche del mismo día se firmó el tratado definitivo en la sede de la Administración Soviética en Karlshorst.[25]

Aunque la firma de rendición estuvo avalado por Dönitz, no fue reconocida por los Gobiernos Aliados. Estos últimos insistieron en que el representante válido de Alemania era el Alto Comando. El 23 de mayo, quedó abolido el Gobierno de Flensburgo y sus miembros fueron detenidos como prisioneros de guerra.[26]

A lo largo de 1944 y 1945 las naciones que se mantuvieron neutrales y otras naciones aliadas de los alemanes se pasaron a las potencias Aliadas y declararon la guerra a Alemania. Las embajadas en aquellos países echaron el cierre. No obstante y en cumplimiento con las Convenciones de Ginebra, aún mantuvieron actividades diplomáticas en estados como Suiza o Suecia. El Departamento de Estado de los Estados Unidos se preparó para las consecuencias diplomáticas que podría suponer la postguerra que vendría acompañada con el futuro texto de rendición.

A finales de abril de 1945, dicho Departamento notificó a los protectorados y las demás naciones neutrales que en el documento de capitulación estaría la partición de Alemania en cuatro sectores (uno por Aliado). Los Aliados debían informar al equipo diplomático alemán de que se les exigiría la disolución de los protectorados y la transferencia de sus documentos.[27]

Con todo, el documento de capitulación fue firmado por los representantes militares alemanes y las provisiones civiles al completo permanecieron sin presentar una base formal explícita. En consecuencia, el EAC reescribió el borrador como declaración y preámbulo adoptado de manera unilateral por las potencias Aliadas.[4]​ Al no reconocer el gobierno de Karl Döniz, las cuatro potencias asumieron el control del país. Todas las potencias estuvieron conformes salvo Iósif Stalin (por la Unión Soviética), el cual cambió de parecer en su apoyo al acuerdo de partición.[20]



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