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Carlos Robledo Puch



Carlos Eduardo Robledo Puch (Buenos Aires, 19 de enero de 1952)[1]​ es un asesino en serie argentino, uno de los mayores criminales de la historia del país. Apodado el Ángel Negro o el Ángel de la Muerte por la prensa, con sólo 20 años fue condenado a reclusión perpetua por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, dos raptos y dos hurtos.[2]​ Cumple prisión efectiva desde 1972.

Carlos Eduardo Robledo Puch, quien descendía de Dionisio Puch, vivía en Francisco Borges 1845, en el barrio de Olivos, Buenos Aires. Llegó al barrio con sus padres cuando tendría diez años. Alquilaban un apartamento que se encontraba en el primer piso de una herrería. El padre se llamaba Víctor y trabajaba en General Motors. Era moreno, algo calvo, delgado y ojos rasgados. Carlos se parecía más a la madre, de origen alemán. Era ama de casa y, en verano, vestía a su hijo con pantalones cortos blancos y remeras rayadas. Andaba en la bicicleta de su padre, que le quedaba grande. Carlos era tímido y callado como su madre, quien lo cuidaba mucho. El padre trabajaba todo el día. Los sábados y domingos lo veía tomar aperitivos con Roberto Caballero en el almacén "El Vasquito", que estaba casa por medio de su domicilio. Compraban con la famosa libreta, así que no era una persona con gran poder adquisitivo. Carlos jugaba a las bolitas y a las figuritas o a la payana con los chicos del barrio. Estudiaba piano por siete años, cosa que nunca le gusto. Cuando comenzó la secundaria fue al Colegio Cervantes, en Florida, Vicente López.

El día 15 de marzo de 1971, Robledo Puch y su cómplice Ibáñez ingresaron al boliche Enamour (Espora 3285, La Lucila), llevándose 350.000 pesos de la época. Antes de huir, Robledo Puch asesinó al dueño y al sereno del establecimiento con una pistola Ruby calibre 7.65 mientras dormían.

El 3 de mayo de 1971, a las cuatro de la mañana, Robledo Puch y Jorge Ibáñez ingresaron a un negocio de repuestos de automóviles Mercedes-Benz en Vicente López. Al entrar en una de las habitaciones, encontraron a una pareja y a su hijo recién nacido.. Robledo Puch asesinó al hombre de un disparo e hirió a la mujer de la misma forma. Ibáñez intentó violar a la mujer herida -quien sobrevivió y posteriormente testificó en el juicio-. Antes de huir con 400.000 pesos, Robledo Puch disparó a la cuna donde lloraba un bebé de unos diez meses, quien logró quedar con vida (las autoridades no descubrieron si quiso fallar o si de verdad falló) .

El siguiente 24 de mayo asesinaron al sereno de un supermercado en Olivos.

A mediados de junio de ese mismo año, Robledo Puch ejecutó en la ruta a dos jóvenes mujeres que habían sido víctimas de abuso sexual a manos de Ibáñez en el asiento trasero del automóvil de turno.

El día 5 de agosto, en circunstancias bastante dudosas, Ibáñez falleció luego de un accidente automovilístico. Robledo Puch, quien conducía el vehículo, huyó ileso de la escena luego del accidente. Hay quienes sospechan que en realidad Robledo Puch lo asesinó.

Con la muerte de Ibáñez, hubo un receso en la actividad delictiva de Robledo Puch, la cual retomó en noviembre de 1971 junto con su nuevo cómplice, Héctor Somoza. El 15 de ese mismo mes asaltaron un supermercado en Boulogne, acribillando al sereno con una pistola Astra calibre 32 que habían obtenido pocos días antes en el robo a una armería. Dos días después de este hecho, el 17 de noviembre, irrumpieron en una concesionaria de autos y asesinaron al cuidador. Pasada una semana, fue el turno de otra concesionaria en Martínez. Redujeron al sereno, le quitaron las llaves y robaron un millón de pesos. Robledo Puch lo asesinó de un disparo en la cabeza y, luego, hizo lo mismo con su cómplice, al cual le desfiguró la cara y las huellas dactilares con un soplete para evitar que la policía lo reconociera.

Los 11 asesinatos de Robledo Puch (los primeros seis fueron con su cómplice Jorge Ibáñez):

Por la muerte de su primer cómplice, Jorge Antonio Ibáñez, de 17 años, quien murió en extrañas circunstancias en un accidente de tránsito en el que Puch también iba en el vehículo el 5 de agosto de 1971, nunca fue juzgado ni condenado y su muerte fue catalogada como accidental.

El 3 de febrero, Robledo Puch y Somoza ingresaron en una ferretería de Carupá. Asesinaron al vigilante e intentaron abrir la caja de caudales con las llaves. En una situación confusa, en la que aparentemente Robledo Puch se sobresaltó, asesinó de un disparo a Somoza. Intentando dificultar la tarea de reconocimiento por parte de los investigadores policiales, tomó un soplete y quemó la cara del cadáver de Somoza. Luego de abrir el cofre de caudales con el mismo soplete, recogió el botín y huyó de la escena.

Fue detenido el 4 de febrero de 1972 al encontrarse su cédula de identidad en el bolsillo del pantalón de Somoza. Acababa de cumplir 20 años.

El 27 de noviembre de 1980 Robledo Puch fue condenado a reclusión perpetua por tiempo indeterminado, la pena máxima en Argentina. Sus últimas palabras ante el tribunal de la Sala 1.ª de la Cámara de Apelaciones de San Isidro fueron: "Esto fue un circo romano y una farsa. Estoy condenado y prejuzgado de antemano".[3]

Llama la atención lo expuesto en la pericia psiquiátrica adjunta en el expediente del juicio a Robledo Puch.

En la actualidad, Robledo Puch continúa privado de su libertad en un pabellón del penal de Sierra Chica. Desde julio de 2000 puede solicitar libertad condicional.[4]​ El 27 de mayo de 2008, luego de concedida la prisión domiciliaria al odontólogo Ricardo Barreda, Robledo Puch solicitó su libertad condicional. El juez que atendió su solicitud se la denegó por considerar que no se ha reformado de manera positiva en ninguno de los aspectos sociológicos necesarios para vivir en libertad, además de no poseer familiares directos que puedan contenerlo. El 31 de agosto de 2011 y nuevamente el 30 de octubre de 2013 se le volvió a negar la libertad solicitada.[5]

En noviembre de 2013 pidió que revieran la sentencia o que lo ejecutaran con una inyección letal, a pesar de que la pena de muerte no puede ser aplicada en Argentina. El pedido no prosperó, pues la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires falló denegando tal beneficio. El 27 de marzo de 2015 la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso presentado por Carlos Eduardo Robledo Puch (63), contra la sentencia anteriormente mencionada que le denegó la libertad condicional.

También le fue denegada la libertad en marzo de 2016, cuando le preguntaron qué haría si saliese en libertad y Puch amenazó con matar a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.[6]

El 10 de mayo de 2016, llevando 44 años preso, Robledo Puch salió del penal de Sierra Chica por un día. Fue llevado a la Asesoría Pericial de San Isidro para ser sometido a una serie de pericias médicas, debido a su deteriorada salud. Fue escoltado ida y vuelta por una decena de efectivos.

Ya se cumplieron 49 años, 8 meses y 6 días desde su detención.[7]

Robledo Puch fue apodado por varios medios periodistas argentinos como el Ángel Negro o el Ángel de la Muerte, debido a la crudeza con la que realizó sus crímenes a tan corta edad.

Recordada fue la portada del reconocido diario sensacionalista Crónica, el cual una vez conocida la noticia de su aprehensión tituló en mayúsculas: "Chacal: Mató a 12 y por la espalda". La portada fue acompañada por una foto de Robledo Puch con un epígrafe que rezaba: "Así mira una fiera".[8]

El 9 de agosto de 2018 fue oficialmente lanzada en Argentina la película El Ángel, basada en la historia criminal de Carlos Robledo Puch. Fue dirigida por Luis Ortega y protagonizada por Lorenzo Ferro, joven actor debutante en la gran pantalla, quien interpretó al asesino serial y el cual estuvo acompañado de estrellas del cine argentino como Peter Lanzani, Mercedes Morán, Daniel Fanego, Cecilia Roth y Chino Darín, entre otros.



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