El cementerio inglés de Linares , popularmente llamado de los protestantes, se halla situado en la calle Juan Diego de Dios Barrero (carretera de Torreblascopedro s/n) de esta ciudad de la provincia de Jaén, comunidad autónoma de Andalucía, no lejos de la salida 8 de la autovía Linares-Albacete, junto a los de San Sebastián, San José (inaugurado en 1876) y Cementerio Parque, conocido también como «Virgen de Linarejos» o «Nuevo».
Forma parte de la denominada Asociación de Cementerios Significativos de Europa (ASCE), si bien hay que tener en cuenta que, en la categoría «cementerios ingleses en España», solo figuran hasta el momento los de Camariñas
(La Coruña), Málaga capital, Minas de Riotinto (Huelva) y este de Linares. Todos fueron construidos en la segunda mitad del siglo XIX.
Para entender los motivos de la construcción de este y otros cementerios protestantes de la comunidad, hay que partir, al menos, de tres situaciones específicas:
La historia del monumento comienza a mediados del siglo XIX, a raíz de la muerte del joven británico James George Remfry (31 de mayo de 1825-26 de julio de 1855). Al no ser católico, no podía ser sepultado en el camposanto de la ciudad, por lo que solo cabía la posibilidad de enterrarlo en el denominado «corralito» o cualquier fosa, como «los excomulgados o entredichos tras la correspondiente sentencia condenatoria, los suicidas, muertos en duelo o como consecuencia del mismo, los que pidieron ser incinerados u otros "pecadores públicos" y manifiestos».
Ante tales expectativas, sus familiares decidieron darle sepultura junto al muro meridional del cementerio católico de San Sebastián, abierto ese mismo año. Posteriormente, se procedió a cercar el reducido espacio que circundaba dicha inhumación al objeto de evitar posibles profanaciones.
Así, hasta que, finalmente, Henry Tonkin y Richard Kendall, influyentes personalidades vinculadas a The Linares Lead Mining Company, creada por la agencia británica Taylor & Taylor y pionera en la explotación de las minas de plomo de la ciudad, realizaron los trámites necesarios para adquirir los terrenos y, de esta forma, señalar los límites con los que contará el cementerio desde mediados de los años sesenta del XIX hasta nuestros días. Allegaron también fondos para dotarlo de una capellanía temporal, para lo que colaboró económicamente, entre otros, el obispo de Gibraltar.
Coinciden cronológicamente estos hechos con el advenimiento del llamado «Sexenio Revolucionario» y la inmediata consolidación de la Restauración borbónica en España, que traen como consecuencia un claro desarrollo de una serie de logias masónicas locales como centros de debate político y social, así como el adoctrinamiento por parte de la población británica inmigrada en forma de clases gratuitas a hijos de mineros, lo que hará que, en muchos casos, familias enteras acepten el credo de sus patrones.
Desde ese momento hasta 1957, de manera ininterrumpida, sirvió de lugar de enterramiento –sobre todo– de británicos y alemanes, siendo los últimos sepultados Pedro Hasselden y la conocida escritora Charlotte Remfry, si bien cabe resaltar que el establecimiento del Régimen franquista, unido al progresivo declive de la minería local, harán descender notablemente el número de inhumaciones durante los años 40 y primera mitad de los 50. En todo caso, las buenas relaciones manifiestas por entonces entre aquel y el Gobierno británico tendrán su reflejo por parte del Ayuntamiento linarense en una mayor apertura hacia los protestantes locales que, muy probablemente, lo salvaron de ser destruido.
En 1968, representantes de la comunidad evangélica local se reunieron con Enrique Hasselden Montes, descendiente de los antiguos propietarios del cementerio, para que les fuera cedido a cambio de hacerse cargo de su mantenimiento. Desde entonces, solo se celebran entierros de protestantes españoles. Para la protección del lugar, están prohibidas las inhumaciones en cualquiera de las sesenta y cinco tumbas consideradas de carácter histórico.
Se trata de una sobria construcción de planta cuadrangular con gruesos muros de mampostería totalmente restaurados, a la que a semejanza de las de muchos templos egipcios y orientales de la Antigüedad (téngase en cuenta que la mayoría pasarían a manos del Imperio británico), se accede por una puerta de sillería de piedra en forma de trapecio, en lugar del habitual rectángulo, coronada por una cruz de forja.
Su interior, distribuido en dos patios a distintos niveles, se organiza al estilo del típico jardín inglés de inspiración oriental, con profusión de rosales, geranios, árboles frutales, acacias y poblados cipreses.
En el centro del recinto, junto a la capilla, aparece un pequeño banco de piedra; en este, se colocaba el féretro mientras se daba el último adiós al difunto y se dirigían cantos a los asistentes, no –como se pudiera suponer– al fallecido.
Buena parte de las tumbas se encuentran bajo tierra; abundan las cruces celtas, características del mundo anglosajón; en algunas lápidas, pueden verse símbolos masónicos (cabe destacar al respecto la existencia de casi una decena de logias establecidas en Linares, especialmente durante la segunda mitad del siglo XIX y hasta el comienzo de la Guerra Civil), así como obeliscos y cruces de San Andrés, al parecer, basados en los mismo principios doctrinales que aquellos.
La mayoría de los epitafios conservados transcriben versículos bíblicos relacionados con la resurrección (Jn. 11:25, Fil. 1:21, 1 Jn. 5:1…), precedidos de las fórmulas In affectionate remembrance of (en español, «En cariñosa memoria de»), Sacred to the Memory of («Dedicada a la memoria de») o, simplemente, To the Memory of («A la memoria de»), nombre, fechas de nacimiento y muerte y edad (sobre todo cuando se trata de bebés o niños pequeños) del fallecido.
Sobresale entre estos el del ingeniero británico Reginald Bonham Carter, conocido en la ciudad como «don Regino».inglés en que se mencionan su condición de director de The Constancia Works, así como sus fechas de nacimiento y muerte (Londres, 9 de febrero de 1872-27 de mayo de 1906), concluye afirmando:
Tras un largo texto enSolo en algunos casos (Oliver York, 1923; Jessie Claudia Chesterman, 1927…), las citas bíblicas elegidas aparecen en español, tal y como figuran en la versión Reina-Valera publicada por la Universidad de Oxford en 1862:
YO SOY LA
RESURRECCION
Y LA VIDA
EL QUE CREE EN MI
AUNQUE ESTE MUERTO
VIVIRA
Los apellidos más frecuentes son Haselden, Kendall, Kidd y Tonkin.
CONRAD HERMANN ROMER
Reino Unido
20 oct. 1890
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Cementerio inglés de Linares (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)